La ca¨ªda en desgracia de James Deen, el ¨ªdolo porno de las mujeres
La carrera e imagen p¨²blica del actor, ¡®ni?o bien¡¯ de la industria, se va al garete tras la escalada de acusaciones de violaci¨®n de varias actrices (entre ellas su ex pareja, Stoya).
Hace un par de a?os eran como Beyonc¨¦ y Jay Z, pero en versi¨®n X. Eran la pareja m¨¢s envidiada de las lares del porno, el gran p¨²blico los idolatraba e Internet rend¨ªa pleites¨ªa con Tumblrs de alto voltaje y gifs sobre sus expl¨ªcitas escenas en pantalla. En las redes ella le llamaba daddy y ¨¦l, queen prom (reina del baile). Juntos manten¨ªan relaciones en pantalla y por separado triunfaban. Ella es Stoya, la feminista ilustrada del porno, la que colabora con The Guardian, escribe ensayos sobre ...
Hace un par de a?os eran como Beyonc¨¦ y Jay Z, pero en versi¨®n X. Eran la pareja m¨¢s envidiada de las lares del porno, el gran p¨²blico los idolatraba e Internet rend¨ªa pleites¨ªa con Tumblrs de alto voltaje y gifs sobre sus expl¨ªcitas escenas en pantalla. En las redes ella le llamaba daddy y ¨¦l, queen prom (reina del baile). Juntos manten¨ªan relaciones en pantalla y por separado triunfaban. Ella es Stoya, la feminista ilustrada del porno, la que colabora con The Guardian, escribe ensayos sobre la metaf¨ªsica de las felaciones o las trampas de la monogamia y recomienda libros de William Gibson o Warren Ellis. ?l es James Deen, hasta la semana pasada, el favorito de las treintea?eras, el ni?o bien de la industria con cara de triunfador de cole de pago; alejado del prototipo macarra que tanto se ha visto en el g¨¦nero. James Deen tante¨® a Hollywood (y al festival de cine Venecia) protagonizando The Canyons, la cinta de Bret Easton Ellis que quiso devolver el br¨ªo perdido a Lindsay Lohan, pero todo se qued¨® en un bluf y su nombre entr¨®, sin ¨¦xito, en las quinielas para protagonizar Cincuenta Sombras de Grey. Era el chico de la puerta de al lado. Ojos azules, aspecto cuidado y pinta de gustar a cualquier suegra. Las publicaciones se sumaron al hype y sentenciaban los perfiles que le dedicaban con el categ¨®rico ?lo que las mujeres quieren?. La f¨®rmula del ¨¦xito personificada. Hasta ten¨ªa su propia fanbase, cuyos miembros (especialmente mujeres) se autollamaban ?deenagers?.
La pareja rompi¨® en 2014 y cada uno sigui¨® cosechando ¨¦xitos. Hasta hace unos d¨ªas, cuando Stoya, harta de ver c¨®mo las revistas y el gran p¨²blico ensalzaban a Deen decidi¨® denunciar p¨²blicamente en Twitter que la estrella porno la viol¨® cuando estaban juntos. ?Ese momento en el que te conectas a Internet y ves a la gente erigiendo como feminista al t¨ªo que te viol¨®. Menuda mierda?, tuite¨® la actriz, para, acto seguido, a?adir: ?James Deen me forz¨® y me oblig¨® a manterner relaciones a pesar de que le dije ¡®no¡¯ y enton¨¦ nuestra palabra de seguridad. Simplemente no puedo sonre¨ªr y asentir cada vez que lo ensalz¨¢is?. Aunque el actor ha negado la versi¨®n de los hechos desde su cuenta de Twitter alegando que lo que se dice de ¨¦l es ?falso? y ?difamatorio?, la escalada de nuevas acusaciones sobre supuestas agresiones a otras actrices del g¨¦nero sigue creciendo en las redes sociales (no se han hecho p¨²blicas denuncias formales en los juzgados). Ya son cinco las mujeres que han afirmado que Deen abus¨® de ellas en rodajes, fuera de c¨¢mara o en fiestas del gremio. En los ¨²ltimos cuatro d¨ªas, el hashtag #SolidaritywithStoya acumula m¨¢s de 4.000 menciones en Twitter para evidenciar que la cultura de la violaci¨®n tambi¨¦n se da en el negocio del sexo.
El efecto domin¨® de este esc¨¢ndalo no se ha hecho esperar. Amanda Hess informaba en un complet¨ªsimo art¨ªculo en Slate de que la la web Kink.com, que ha contratado regularmente a Deen durante la ¨²ltimo d¨¦cada, ha decidido despedirlo. La compa?¨ªa de porno arty Evil Angel tambi¨¦n ha suspendido sus escenas con Deen. El fabricante de juguetes er¨®ticos Doc Johnson ha parado la producci¨®n de un consolador hecho a imagen y semejanza del del pene del actor. La web feminista The Frisky, que ha recurrido a Deen como consejero sexual en contadas ocasiones, ha rescindido su columna. Oh Joy Sex Toy, otra web que un su d¨ªa lo calific¨® como ?la personificaci¨®n del encanto sexy? y ?el hombre del porno que eligen las mujeres? ha pedido a sus suscriptoras que destierren a Deen de sus fantas¨ªas masturbatorias. La carrera del vecinito m¨¢s requerido se ha ido pique en cuatro d¨ªas y todo apunta a que costar¨¢ recuperar el br¨ªo del pasado.
A falta de conocer c¨®mo se resuelven estas dur¨ªsimas acusaciones, el caso ha abierto dos interesant¨ªsimos debates. Por un lado, por qu¨¦ las mujeres se colgaron de un tipo como ¨¦l y se convirti¨®, gracias a Internet y las propias revistas de tendencias, en la ?fantas¨ªa masculina? por excelencia. Por otro, comprender que el ?no significa no? en terrenos que supuestamente pueden ser fanganosos para algunos como el BDSM o la industria del porno. Sobre lo primero, Ann Friedman concluye en The Cut qu¨¦ podemos aprender de todo esto: ?Tenemos que ir m¨¢s all¨¢ de esas listas que ensalzan a los hombres ¡®buenos¡¯ hablando sobre las mujeres fuertes de su vida. A todos, a cualquier g¨¦nero, necesitamos preguntar: ?C¨®mo tratas a las mujeres? No s¨®lo a las mujeres en abstracto, sino a las mujeres que conoces y con las que trabajas cada d¨ªa. Y quiz¨¢ preguntar a alguna de esas mujeres sobre su experiencia directamente. Lo personal es pol¨ªtico. Necesitamos ensalzar a hombres famosos cuando hagan cosas loables hacia las mujeres, no s¨®lo cuando digan cosas buenas de ellas?.