Tino Casal: la tr¨¢gica historia de nuestro nuestro Bowie particular
Este m¨²sico, pintor, productor y dise?ador barroco, transgresor en los a?os setenta y ochenta, rompi¨® los roles de g¨¦nero. Una muestra en el Museo del Traje, un disco y un libro ilustrado lo reivindican en el 25 aniversario de su fallecimiento.
O¨ªa m¨²sica sin parar, compon¨ªa, pintaba cuadros, dise?aba ropa, hac¨ªa esculturas, creaba puestas en escena para sus actuaciones, en las que todo era excesivo, brillante. ?Tino Casal jug¨® con la extravagancia, era vanguardista, valiente. Sigui¨® la estela de David Bowie y Marc Bolan, superpersonajes m¨¢s all¨¢ de lo musical que generaban un universo creativo que influ¨ªa en todo lo que tiene que ver con la apariencia?, explica Juan Guti¨¦rrez, comisario junto a Rodrigo de la Fuente de Tino Casal: el arte por exceso, que llegar¨¢ al Museo del Traje este oto?o. ...
O¨ªa m¨²sica sin parar, compon¨ªa, pintaba cuadros, dise?aba ropa, hac¨ªa esculturas, creaba puestas en escena para sus actuaciones, en las que todo era excesivo, brillante. ?Tino Casal jug¨® con la extravagancia, era vanguardista, valiente. Sigui¨® la estela de David Bowie y Marc Bolan, superpersonajes m¨¢s all¨¢ de lo musical que generaban un universo creativo que influ¨ªa en todo lo que tiene que ver con la apariencia?, explica Juan Guti¨¦rrez, comisario junto a Rodrigo de la Fuente de Tino Casal: el arte por exceso, que llegar¨¢ al Museo del Traje este oto?o. El 22 de septiembre se cumple el 25 aniversario de su fallecimiento, a los 41 a?os, en un accidente de coche. Fue de madrugada, tras una interminable noche madrile?a con Fabio McNamara y el pintor Antonio Villa-Toro. ?Nos parec¨ªa pertinente recuperarlo y ensalzarlo como nuestro Bowie particular, en el sentido de que representa un cambio profundo a nivel no solo est¨¦tico sino social, de mentalidad, sobre todo por la ruptura de los roles de g¨¦nero establecidos y de las convenciones?, a?ade el comisario.
La muestra reunir¨¢ 150 piezas, la mayor¨ªa procedentes de la colecci¨®n que ha conservado su familia en Oviedo. Muy cerca de all¨ª, en Tudela Vegu¨ªn, un peque?o pueblo a la sombra de una cementera, naci¨® en 1950 Jos¨¦ Celestino Casal ?lvarez. Su primo V¨ªctor Gonz¨¢lez Casal asegura que ?siempre fue un artista, desde ni?o?. Cuando hizo la mili en Le¨®n se gan¨® a los mandos pintando murales en el cuartel, y dos d¨ªas a la semana se iba a Oviedo para decorar la Boutique Casal, que V¨ªctor hab¨ªa abierto junto a lo que hoy es el Edificio Hist¨®rico de la universidad. ?Puso paredes de terciopelo, estanter¨ªas de lat¨®n y piel, una mano como pomo en la puerta, suelo naranja, techo de espejos, sillones de mimbre amarillo¡ Esa tienda llamaba la atenci¨®n?, recuerda.
El primer grupo de Tino, de chaval, fueron los Zafiros Negros. A los 17 a?os se incorpor¨® como cantante a Los Archiduques. Su est¨¦tica ya comenzaba a despuntar. ?En su momento fue un rompedor, se atrevi¨® con muchas cosas que no se hab¨ªan hecho antes, en la apariencia y en la m¨²sica. Ten¨ªa la semilla y la curiosidad, y hubo gente que lo ayud¨®, como su novia, Pepa Ojanguren, quien lo adentr¨® en Londres por la puerta grande?, afirma Lara Gonz¨¢lez, miembro junto a Tejo, Joe Van Houten y Juan D¨ªaz-Faes de Pixelbox, el estudio de dise?o ovetense que, con motivo de este 25 aniversario de la desaparici¨®n de Casal, va a publicar Oro negro, un libro de edici¨®n limitada financiado por micromecenazgo. Tambi¨¦n coincidiendo con la efem¨¦ride sale a la venta De la piel del diablo (Warner), un disco que recoge 34 de sus temas, seleccionados por su amigo y productor Juli¨¢n Ruiz, quien destaca su car¨¢cter perfeccionista: ?Trabajar con ¨¦l siempre era un infierno, nunca estaba contento cuando terminaba la voz, quer¨ªa repetir¡ Nos pas¨¢bamos de presupuesto, pero el resultado son discos que siguen siendo rotundamente actuales?.
De Tudela Vegu¨ªn a Londres, del ¡®glam¡¯ al punk
Cuenta Ruiz que ?quer¨ªan meterlo en la etiqueta de new wave, pero ¨¦l se re¨ªa de todo eso, ten¨ªa un estilo propio, le gustaba lo m¨¢s profundo de la m¨²sica, desde Bob Dylan a Miles Davis o John Miles?. De su ¨¦poca londinense sali¨® su fascinaci¨®n por Bowie y el glam, esa est¨¦tica a lo nuevo rom¨¢ntico ¨Cse conservan fotos suyas con Spandau Ballet y Duran Duran¨C, los destellos punk traducidos en cuero negro, cremalleras y cadenas. ?Iba a Londres 10 o 12 d¨ªas cada dos meses, y con lo que tra¨ªa nos reun¨ªamos a merendar en la casa de Costus [los pintores Enrique Naya Igueravide y Juan Jos¨¦ Carrero Galofr¨¦, figuras clave de la movida madrile?a] en sesiones interminables?, evoca Antonio Alvarado. El dise?ador tiene grabada en la retina la primera vez que vio a Casal: ?Estaba bailando en la pista de O¡¯Clock, en la calle Hermosilla casi esquina con Pr¨ªncipe de Vergara, que fue la primera discoteca abiertamente gay de Madrid. Iba de la siguiente guisa: pantal¨®n, una chaquetilla de torero y a cuerpo gentil, bailando con Fabio al lado. Era monumental, llamaba la atenci¨®n?.
Alaska tambi¨¦n coincid¨ªa con ¨¦l en las veladas ?sin fin ni horario? de casa Costus. Ella era una adolescente y Tino rozaba los 30. ?Cuando eres joven y tienes claro que lo que procede son los Ramones, Billy Idol y Siouxsie, lo anterior te parece total, pero sientes que no es contempor¨¢neo, y eso nos pasaba con ¨¦l. Tino era arte, su est¨¦tica era el reflejo de todo lo dem¨¢s. Era una persona muy total, se iba a Londres y ven¨ªa con modelos de Vivienne Westwood, pintaba sus cazadoras de cuero, se preocupaba por su imagen y la de los que lo acompa?aban, pero no era de nuestra generaci¨®n?.
Defienden los comisarios de la exposici¨®n que, aunque se haya querido etiquetar a Casal, ¨¦l ?se sal¨ªa mucho de los esquemas. En la movida se valoraba la espontaneidad, y Tino era un tipo muy estudiado, que no responde al concepto de tribu urbana o subcultura, entra en el individualismo de la hipermodernidad, un movimiento que ahora est¨¢ perfectamente asumido y tiene sus personajes, como Lady Gaga?. Esa mentalidad hizo que dominara la est¨¦tica del collage. ?Valoraba el concepto del kitsch, la acumulaci¨®n. Logr¨® que ese exceso funcionara en su ideario est¨¦tico?, apunta Rodrigo de la Fuente, subdirector del Museo del Traje.
Fortu S¨¢nchez, cantante de Ob¨²s, lo conoci¨® cuando se convirti¨® en el productor art¨ªstico de los dos primeros discos de su grupo, Prep¨¢rate (1981) y Poderoso como el trueno (1982). Luego dejaron de trabajar juntos ?porque en aquellos a?os, con la rivalidad del tecnopop y el heavy, parec¨ªa que no estaba muy bien visto?. Pero su influencia se reflej¨® en la banda: ?Ven¨ªa a Vallecas todo extravagante, y supo ver nuestra frescura, hubo una ¨¦poca en que nos visti¨® a todos, con pantalones rotos, nos puso m¨¢s cadenas, m¨¢s colores, un poco de serpiente¡ Tino era
un estilista y un genio de la moda?.
Lo que no encontraba lo creaba. Dise?aba sus broches de salamandras, uno de sus fetiches junto al estampado animal. ?Est¨¢bamos en una mercer¨ªa de pueblo y vio unas telas en el escaparate. Entr¨® y le dijo a la se?ora: ¡°Quiero todo el serpienter¨ªo y el cebrer¨ªo que tenga¡±. Fue un icono de estilo que necesitaba expandir su creatividad a todo; su imagen impactante te hac¨ªa entrar en otro mundo?, rememora su amigo el dise?ador Manuel de Gotor.
?Mezclaba, reinterpretaba la ropa, se pod¨ªa pintar los zapatos con espray si no le gustaba el color y si al salir de su casa, en el Paseo del Rey, la gente no se daba la vuelta para mirarlo, volv¨ªa para recargarse m¨¢s; ser barroco era su se?a de identidad, algo natural en ¨¦l, no un disfraz?, explica Gerardo Quintana, bi¨®grafo de Casal y autor del libro M¨¢s all¨¢ del embrujo. Fran de Gonari, dise?ador y pintor, insiste en que ?debajo de toda su parafernalia, que en definitiva era un modo de expresi¨®n, hab¨ªa un grado de autenticidad inmenso?. Que dejaba huella en todo el que se lo cruz¨®, como evoca la modelo Damaris Montiel, maniqu¨ª en el taller de Pepe Rubio: ?Tino me deslumbr¨® por sus chascarrillos y su est¨¦tica. Ten¨ªa una imaginaci¨®n sin l¨ªmites, con un barroquismo exquisito, nadie luc¨ªa un strass mejor que ¨¦l?.