Victoria Abril: ?Almod¨®var no me quiere desde hace 20 a?os?
Lejos de marchitarse, la actriz canta victoria tras rodar su ¨²ltima pel¨ªcula en Espa?a. Y, aunque confiesa que la edad ha apaciguado a la fiera, la que tuvo, retuvo. Sin pelos en la lengua, habla de pol¨ªtica, de budismo y, s¨ª,tambi¨¦n de Almod¨®var.
Abril llega a la sesi¨®n de fotos como un torbellino. Trae una maleta con unas impresionantes botas de plataforma de Jean Paul Gaultier y su propia bolsa de pinturas, que abre y desparrama ante el espejo del camerino. Entonces comenta con el maquillador: ?Siempre uso la sombra morada en barra. Es un prune que te aclara el marr¨®n de los ojos y te lo hace verde acacia. A estas alturas nadie conoce mi cara mejor que yo?.
Tiene 56 a?os y a lo largo de m¨¢s de 90 pel¨ªculas ha interpretado a mujeres con mucho poder¨ªo, mujeres de distintas generaciones que han trazado un tortuos...
Abril llega a la sesi¨®n de fotos como un torbellino. Trae una maleta con unas impresionantes botas de plataforma de Jean Paul Gaultier y su propia bolsa de pinturas, que abre y desparrama ante el espejo del camerino. Entonces comenta con el maquillador: ?Siempre uso la sombra morada en barra. Es un prune que te aclara el marr¨®n de los ojos y te lo hace verde acacia. A estas alturas nadie conoce mi cara mejor que yo?.
Tiene 56 a?os y a lo largo de m¨¢s de 90 pel¨ªculas ha interpretado a mujeres con mucho poder¨ªo, mujeres de distintas generaciones que han trazado un tortuoso camino desde la posguerra a la Espa?a actual: ha sido la sufrida esposa de El Lute: Camina o revienta (1987), la sensual asesina de Amantes (1991) y la hero¨ªna deslenguada de varios filmes de Almod¨®var. Cultiva una tensa relaci¨®n con nuestro pa¨ªs, del que se fue hace 35 a?os y donde ya casi no le ofrecen trabajo. Y eso que ha sido ocho veces candidata a los Goya. Pero cuando gan¨® el de actriz protagonista por Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto (1995) no apareci¨® a recogerlo. Se muestra nerviosa y, sobre todo, segura de s¨ª misma. Hasta se ofrece a posar con posturas imposibles, sin miedo al batacazo: ?Dadme problemas, que es lo que me gusta?, dice entre carcajadas.
?Por qu¨¦ ese gusto por los problemas?
Mis ¨¦xitos en la vida siempre han sido fruto de los accidentes del camino. Soy mucho m¨¢s lista, m¨¢s inteligente, cuando uso la intuici¨®n, que es el cerebro de mis tripas. Y mis tripas se conectan a mi coraz¨®n. Si ensayo mucho, me aburro y todo es una mierda. Yo ya estoy a la b¨²squeda de la frescura de la primera vez o de la ¨²ltima, que tambi¨¦n tiene la misma intensidad.
?No exagera al decir que a los 56 a?os va a ser la ¨²ltima vez?
De exagerado nada, que la ¨²ltima pel¨ªcula que hice en Espa?a fue hace ocho a?os (Solo quiero caminar, de Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, 2008). Y as¨ª es como lo vivo: cada filme que ruedo aqu¨ª es como si fuera el ¨²ltimo, lo que tambi¨¦n le da intensidad a la vida y al rodaje. Adem¨¢s, el cine va mal, la crisis lo ha acabado de rematar y encima es muy dif¨ªcil encontrar papeles que yo no haya hecho ya.
Vive en Par¨ªs desde 1980. ?Me enamor¨¦ de un franc¨¦s en 1979 y al a?o siguiente me fui para all¨¢. Pensaba que siempre tendr¨ªa la puerta abierta para volver, pero a mis hijos no los iba a dejar sin padre. Que yo no lo he tenido y te aseguro que no tiene ninguna gracia. Despu¨¦s me volv¨ª a enamorar de otro franc¨¦s. Estuve 15 a?os con el primero y llevo 17 con el segundo. En fin, que Francia es mi destino. Pero vengo a Espa?a a menudo y no me corto a la hora de pedir trabajo, aunque no es f¨¢cil?.
El 6 de mayo estrena Nacida para ganar, una comedia rodada en M¨®stoles que combina costumbrismo choni con una dura cr¨ªtica a la rapi?a que ha florecido en los a?os de crisis. Alexandra Jim¨¦nez interpreta a una dependienta de una colchoner¨ªa que se deja embaucar por Victoria Abril ¨Cinterpret¨¢ndose a s¨ª misma pero haciendo de una estrella venida a menos¨C, convertida en estafadora de timos piramidales: ?Soy Victoriabril, todo junto, una tipa sin piedad capaz de hacer cualquier cosa por la pasta?.
?Y qu¨¦ ten¨ªa de atractivo este personaje tan demencial que, adem¨¢s, lleva su nombre?
En el gui¨®n original era una americana rubia platino que se llamaba Meredith. Me gust¨® el punto desquiciado de la historia, pero no lo pod¨ªa hacer, y le dije a Vicente Villanueva, el director: ?Cari?o, esto no se lo va a creer nadie, y adem¨¢s el personaje de Alexandra Jim¨¦nez no es gilipollas. Es una mujer hundida por la crisis, pero no es tonta?. As¨ª que invit¨¦ a Vicente a mi casa en Par¨ªs, le hice un puchero malague?o y en la conversaci¨®n ¨¦l me sugiri¨® que hiciera de una Victoria Abril arp¨ªa. Evidentemente, se lo compr¨¦.
?Se identific¨® con ella?
Nada, en absoluto. Yo soy todo lo contrario. Por eso me gust¨®. En mi vida todo lo he hecho por amor. Por amor me he equivocado mil veces. Ni el dinero ni Am¨¦rica han sido motores para m¨ª. Hollywood no me gusta, me fui en avi¨®n y volv¨ª volando. No conozco a una t¨ªa m¨¢s lejana a m¨ª que la Victoria Abril de esta pel¨ªcula.
?Y cu¨¢l es su motor ahora?
Lo ¨²nico que le pido a la vida es no aburrirme ni aburriros. Tengo que hacer cosas nuevas. Cuando me levanto por la ma?ana, necesito sentirme apasionada. Lo ¨²nico que me mantiene animada desde hace seis a?os es hacer Clem ¨Cuna serie francesa en clave de comedia en la que interpreta a una matriarca de armas tomar¨C; me ayuda a superar el muermo de la vida real.
?Le molesta la vida real?
?Pero, ni?a! ?Es que no ves d¨®nde vivimos? ?C¨®mo no me va a molestar? [risas]. A m¨ª me gusta vivir la vida de mis personajes, y todo el a?o estoy pendiente de lo que le ocurre a la Carolina de Clem: la visto, la maquillo, la peino y meto mano en los guiones. La vida real es tan dura que siempre digo que el cine deber¨ªa pertenecer al Ministerio de Sanidad en lugar de al de Cultura, pues nos permite desconectar. Creo que Nacida para ganar es el ejemplo perfecto: te ayuda a evadirte por medio de la risa. Y re¨ªrse sienta muy bien.
Hablando de la dura vida real, ?c¨®mo ve la nueva situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola desde el otro lado de la frontera?
Al principio me pareci¨® fenomenal acabar con el bipartidismo, pero ahora creo que seguimos igual: los morados, los rojos, los azules, los naranjas¡ y adem¨¢s tampoco les podemos echar toda la culpa a los pol¨ªticos, porque somos los ciudadanos quienes votamos, aunque yo me mantengo al margen. En Francia no voto porque soy espa?ola y los inmigrantes no tenemos derecho a hacerlo. Y en Espa?a no voto porque no vivo aqu¨ª y me parece indecente votar si no resido en el pa¨ªs. Que quede claro que all¨¢ donde trabajo pago mis impuestos, pero no voto porque me he hecho budista zen.
?Qu¨¦ tiene que ver el budismo con la pol¨ªtica?
Acepto la vida como viene, ya no la quiero cambiar. Ya no soy rebelde. Ni siquiera con causa. Es una decisi¨®n que he tomado para poder ser feliz. A pesar de todos los pesares y todos los obst¨¢culos, hay que intentar ser feliz. Y eso es lo primero que te tienes que decir cada ma?ana, haya crisis o buenos o malos pol¨ªticos. Hay que empe?arse en ser feliz.
Abril debut¨® en el cine antes de ser mayor de edad en Robin y Marian (1976) junto a Sean Connery y Audrey Hepburn. Y se convirti¨® en un rostro conocido gracias a su papel de secretaria pizpireta en el concurso Un, dos, tres, responda otra vez (1976-1978). Entonces, su vida privada pas¨® a ser de dominio p¨²blico. Ella luch¨® con u?as y dientes para que no fuera as¨ª y muchas veces se enfrent¨® a la prensa que la acosaba. Siempre ha defendido su postura con vehemencia.
Pocas actrices se han mostrado tan sinceras como usted. ?Se arrepiente de haber sido tan transparente?
Da igual lo que yo diga. En todas partes funciona la reputaci¨®n o la etiqueta que te hayan puesto. Y yo tengo fama de borde, de imposible¡ ?cuando soy encantadora! [risas]. Lo que pasa es que me fui y aqu¨ª se quedaron con esa idea de m¨ª.
?De verdad cree que en Espa?a tiene mala prensa?
?Uy, claro que s¨ª! Y la prueba es que aqu¨ª no tengo trabajo. Solo me llaman los viejos clientes, que unos se me han muerto ya¡
Almod¨®var no se ha muerto.
No se ha muerto, pero desde hace 20 a?os ya no me quiere. A Pedro le gustan las chicas de 30; a los 40 ya no las quiere ni ver. En cambio a las de 50 s¨ª. De hecho, yo ten¨ªa una peque?a esperanza de que en esta d¨¦cada fant¨¢stica que es la cincuentena me contratara otra vez.
El 26 de mayo se cumple el primer aniversario de la muerte de Vicente Aranda. En la pasada edici¨®n de los Premios Goya ¨Cen la que entreg¨® el premio de mejor director a Cesc Gay por Truman¨C, Victoria aprovech¨® para lanzar ante las c¨¢maras un ?Estoy frita por trabajar en Espa?a?. Detr¨¢s, lament¨® que no se le hubiera dedicado un espacio en la gala al director de Si te dicen que ca¨ª (1989). ?Me sorprende que la Academia no haya conmemorado su fallecimiento con m¨¢s ceremonia. Creo que no le han hecho una gran despedida, por no decir ninguna. Pero yo le voy a dar un Goya de honor p¨®stumo con todo mi coraz¨®n?.
?Qu¨¦ signific¨® Aranda en su carrera?
Mi primera pel¨ªcula con ¨¦l fue Cambio de Sexo (1977) y la ¨²ltima, Tirant lo Blanc (2006). Gracias a Vicente descubr¨ª lo terap¨¦utico de la interpretaci¨®n. ?l me quiso como actriz en todas mis edades, desde los 14 a?os hasta los 44. Me acept¨® tal y como soy desde que empec¨¦. Fue mi faro, mi maestro y mi padre cuando hizo falta. Estuvimos juntos en cada d¨¦cada hasta el final de su vida. No me ha pasado nada parecido con ning¨²n otro director.
?Ni con Almod¨®var?
Pedro y yo pasamos juntos cinco maravillosos a?os y tuvimos tres ni?os: ?tame (1989), Tacones lejanos (1991) y Kika (1993). Pero no existe un hombre que me haya aguantado durante 40 a?os, solamente Vicente Aranda.
Encontrar el equilibrio en su profesi¨®n no es algo com¨²n.
No. De hecho, un actor no debe estar mentalmente sano, de lo contrario no puede comprender a toda esa gente rara a la que tiene que defender. Yo proh¨ªbo terminantemente que los int¨¦rpretes vayan al psicoanalista. Porque el dolor, las contrariedades y las contradicciones son los que nos hacen fotog¨¦nicos. El dolor crea el accidente y la c¨¢mara lo capta.
?Y no duele vivir siempre as¨ª?
Se vive mal [risas]¡ Pero si te curas, empiezas a juzgar, y un actor no puede juzgar a su personaje. Tienes que ser su abogado defensor, haya hecho lo que haya hecho. Por eso mantengo que un int¨¦rprete debe estar chiflado hasta el final.
?Y no cansa? ?Aguantar¨¢ siempre as¨ª?
?Pues claro! Si he aguantado hasta aqu¨ª, puedo ser as¨ª para siempre. Lo que no s¨¦ es si los otros, la industria, quieren aguantarme. Por eso me pongo esta peluca de pelo afro, porque as¨ª se fijan solo en la peluca y no piensan m¨¢s all¨¢.
Victoria es tambi¨¦n una de las actrices m¨¢s atrevidas de la alfombra roja. Amiga personal y musa de Gaultier, lleva a?os luciendo sus creaciones m¨¢s exc¨¦ntricas con la ilusi¨®n de una quincea?era. Sin dejar de charlar por los codos, la actriz va recogiendo su estuche de maquillaje y no se priva de darse un ¨²ltimo retoque de sombra morada. Saca de la maleta unos zapatos bajos, un pantal¨®n pitillo y un jersey enorme. En 30 segundos se enfunda en ellos con la agilidad de una colegiala y se enrolla una bufanda. La dama sofisticada se transforma en una mujer normal.
D¨ªgame la verdad, ?le interesa la moda?
Tengo la talla 38 desde los 14 a?os, y desde entonces lo guardo todo para mis personajes. Tengo vintage y trintage. Ahora bien, en lo que a m¨ª se refiere, me cambio de ropa interior y camiseta a diario. Pero el resto de la ropa es la misma toda la semana. La lavo a los siete d¨ªas y vuelta a empezar.
?Hace mucho deporte para mantener esa talla 38?
Aborrezco el ejercicio. Nadar es el ¨²nico deporte que se puede hacer tumbada, y mientras lo practico memorizo los textos de los personajes que tengo que interpretar.
?Se lleva bien con las arrugas?
S¨ª, claro que s¨ª. Adem¨¢s, no las veo sin gafas [carcajada]. La vida est¨¢ muy bien hecha. Solo me veo el alma, no me veo la arruguita, pero s¨ª veo si la cara tiene equilibrio cuando me maquillan. Veo perfectamente todas las cosas que se ven sin gafas. Las gafas son un horror porque ves lo que la gente no ve. Y yo he decidido verme en los ojos de la gente.
Entonces, se lleva bien con su edad.
?Sabes por qu¨¦ los cincuenta son maravillosos? Porque en los 40 eres muy joven para interpretar a una vieja y muy vieja para dar vida a una joven. Adem¨¢s, los directores no saben qu¨¦ hacer contigo: no quieren que te desnudes ni que tengas vida sexual. Si hay papeles, o son peque?itos o son de mala. ?Y yo ya he hecho tres villanas! Despu¨¦s de eso me dije: ??Basta ya! No hay raz¨®n para enterrarse viva!?. Lo bueno de los 50 es que ya puedes hacer de abuela y recuperar muchos otros personajes. Salvo la joven, puedes ser casi todas las dem¨¢s.
Es madre de dos veintea?eros. ?C¨®mo ve su futuro?
Desgraciadamente, siento que los j¨®venes lo tienen mucho m¨¢s crudo que nosotros. Ellos viven en un mundo m¨¢s duro, m¨¢s competitivo. Antes mejor¨¢bamos, ahora vamos para atr¨¢s. No consiguen dar un paso adelante porque la econom¨ªa les exige hacer m¨¢s por mucho menos dinero. Pero tambi¨¦n lo tenemos chungo los mayores, no te creas. Cuando vengo a trabajar a Espa?a, ya no me pagan ni la mitad de lo que me pagaban antes, si acaso una d¨¦cima parte.
?C¨®mo de cotidiana es su vida en Par¨ªs?
Muy tranquila. Soy una persona casera, me gusta mucho cocinar. Te voy a dar la receta del puchero malague?o, porque antes has puesto cara de no saber qu¨¦ es. Es un plato mucho m¨¢s sano que el cocido madrile?o, pues solo lleva hueso de jam¨®n, pollo, garbanzos, puerros y zanahoria. Es el equilibrio perfecto: un tercio de hidratos, prote¨ªnas y verduras. Y el hueso me lo llevo a Par¨ªs en la maleta cada vez que vengo de visita a Espa?a.