2020 o c¨®mo el racismo provoc¨® la purga de la CEO feminista idolatrada
?Es la renuncia de Christene Barberich en Refinery 29, la de Leandra Medine en Man Repeller y la de Audrey Gelman en The Wing la estocada final a la era de la generaci¨®n ¡®jefaza¡¯?
?I¡¯m stepping aside? (?Me hago a un lado?/ ?Renuncio?) es la nueva expresi¨®n de moda entre las CEO de la generaci¨®n #Girlboss, esa que en la ¨²ltima d¨¦cada hab¨ªa visto explotar a un grup¨²sculo de mujeres que hab¨ªan construido imperios de?lifestyle?cambiando las reglas y la comunicaci¨®n de la industria dirigida a la mujer moderna. En un curioso (pero l¨®gico) giro de los acontecimientos, 2020 se est¨¢ convirtiendo en el a?o de la purga de todas aquellas j¨®venes blancas que con su ingenio y olfato se convirtieron en millonarias y CEOs dignas de portadas?por su ojo cl¨ªnico ...
?I¡¯m stepping aside? (?Me hago a un lado?/ ?Renuncio?) es la nueva expresi¨®n de moda entre las CEO de la generaci¨®n #Girlboss, esa que en la ¨²ltima d¨¦cada hab¨ªa visto explotar a un grup¨²sculo de mujeres que hab¨ªan construido imperios de?lifestyle?cambiando las reglas y la comunicaci¨®n de la industria dirigida a la mujer moderna. En un curioso (pero l¨®gico) giro de los acontecimientos, 2020 se est¨¢ convirtiendo en el a?o de la purga de todas aquellas j¨®venes blancas que con su ingenio y olfato se convirtieron en millonarias y CEOs dignas de portadas?por su ojo cl¨ªnico en el negocio de la moda, comunicaci¨®n y belleza, haciendo bandera de un supuesto esp¨ªritu feminista y progresista que sab¨ªa c¨®mo hablar (y vender cosas) a las mujeres en el s. XXI. Las empresarias influencer, los rostros m¨¢s prominentes en la ¨¦pica del feminismo corporativo, se est¨¢n echando a un lado?en masa. ?Se ha cerrado el ciclo de las que en su d¨ªa fueron apodadas como ?las Sheryl Sandberg de las millennials??
Qu¨¦ ha pasado
El efecto colateral del movimiento #BlackLivesMatter tras el asesinato de George Floyd ha abierto el debate sobre la cultura laboral de los empleados racializados en las grandes corporaciones. Las empresas de lifestyle?progresista son las que, a tenor de los acontecimientos, est¨¢n saliendo peor paradas. En las ¨²ltimas semanas, y frente a posts empresariales que se sumaron a la invasi¨®n de cuadrados negros en Instagram para condenar el racismo sist¨¦mico en EE UU? (tachados de ?hip¨®critas? en su mayor¨ªa en el apartado de comentarios), se han prodigado las denuncias de empleadas o antiguas colaboradoras que, desde sus redes sociales, han puesto sobre la mesa la realidad de dichas empresas: all¨ª donde supuestamente se hac¨ªa bandera del feminismo y el ?empoderamiento femenino?, en realidad, seg¨²n el relato de las trabajadoras, exist¨ªa una cultura t¨®xica de brecha salarial en funci¨®n del color de la piel, ascensos y promociones a mujeres blancas pese a estar peor preparadas que sus compa?eras negras, as¨ª como la legitimizaci¨®n de comentarios y bromas racistas en el puesto de trabajo por parte de las directivas.
Siguiendo el efecto domin¨® que impuls¨® el cofundador de Reddit y marido de Serena Williams Alexis Ohanian, que?el pasado 5 de junio?renunci¨® a la junta directiva de la compa?¨ªa que cofund¨® para pedir ?ser sustituido por un candidato negro?,?Christine Barberich ¨Ccofundadora de la web de lifestyle Refinery29¨C, ha emitido un comunicado anunciando:??Renuncio a mi puesto? para ?diversificar el liderazgo editorial?.?Leandra Medine,?fundadora del blog y posterior web de lifestyle con inversiones millonarias Man Repeller¨C tambi¨¦n ha decidido ?dar un paso atr¨¢s? y quedarse ?en los m¨¢rgenes? de la empresa que cre¨® porque ?el equipo lo merece?. Audrey Gelman?(cofundadora del exclusivo club de mujeres y cadena de coworkings?The Wing)?tambi¨¦n ha renunciado a su cargo porque ?el momento clama por replantear c¨®mo satisfacemos las necesidades, el futuro de las mujeres y el liderazgo que pueda llevar a The Wing hacia el futuro?.
Todav¨ªa no han dimitido, pero las denuncias de antiguas colaboradoras y empleadas tambi¨¦n apuntan a otros dos nombres clave de la generaci¨®n #Girlboss: Yael Aflalo, fundadora de la firma de moda sostenible?Reformation, ya ha emitido un ?Me equivoqu¨¦? a antiguas empleadas frente a las acusaciones de racismo en su empresa anunciando, adem¨¢s, una donaci¨®n cuantiosa a organizaciones antirracistas. Sophia Amoruso, fundadora de Nasty Gal, lideresa del movimiento y ya empa?ada por esc¨¢ndalos de sexismo empresarial?resueltos por negociaci¨®n en el juzgado en el pasado, vuelve a estar se?alada en redes por una ex empleada que ha hecho p¨²blico su trato discriminatorio en su empresa con conocimiento de causa por la propia Amoruso en una cadena de correos electr¨®nicos.
De qu¨¦ se les acusa
?Me gustar¨ªa empezar diciendo que he le¨ªdo y tomado en serio las acusaciones de mujeres negras y mujeres racializadas sobre sus experiencias mientras trabajaban en nuestra compa?¨ªa en Refinery 29. Lo que me queda claro de esas experiencias, es que R29 tiene que cambiar. Tenemos que hacerlo mejor, y eso empieza pasando por dejar espacio?. Quince a?os despu¨¦s de cofundar una de las webs femeninas de lifestyle m¨¢s exitosas de internet junto a?Piera Gelardi, Justin Stefano, Philippe von Borries, Christene Barberich anunci¨® en post de Instagram el pasado lunes que dejaba el cargo de editora jefa en la compa?¨ªa tras la oleada de denuncias de ex trabajadoras.
Muy respetada en la industria ¨Cpor su c¨¦lebre podcast Unstyled han pasado desde Jane Fonda a Naomi Wolf o la jefa de staff de Obama, Alyssa Mastromonaco¨C, a sus 51 a?os, Barberich era el rostro maduro, intelectual y menos dado a la ¨¦pica del empoderamiento con hashtag de la mujer hecha a s¨ª misma?en esta nueva horneada de jefazas del lifestyle femenino. Consultora de marcas como Saint Laurent, Prada o Nike, la editora era abanderada en visibilizar las problem¨¢ticas de la infertilidad femenina a ra¨ªz de su propia experiencia (fue madre a los 50 tras una d¨¦cada intent¨¢ndolo). Tambi¨¦n repet¨ªa siempre en sus entrevistas que fund¨®?Refinery29 frente al hartazgo y ver lo obsoleto que se hab¨ªa quedado el negocio editorial ¨Cfue asistente en Gourmet y trabaj¨® como freelance durante una ¨¦poca¨C para encarar realmente los temas de los que las mujeres quer¨ªan hablar y lo que les preocupaba. No lo ve as¨ª la popular escritora y podcaster Ashley C. Ford, que primero en Twitter y despu¨¦s en un expos¨¦ junto a otros 60 trabajadores de R29 ha dejado en evidencia?en una investigaci¨®n de la CNN la supuesta cultura racista de su empresa de lifestyle:??Una compa?¨ªa con una cultura t¨®xica donde los egos de las mujeres blancas mandaban?.
C. Ford alega que Barberich siempre la confund¨ªa con otra trabajadora afroamericana y que dej¨® su puesto a los nueve meses de aterrizar porque ?la brecha salarial entre trabajadoras era atroz?. Seg¨²n la investigaci¨®n de la CNN, Barberich rechazaba fotos de mujeres negras o de talla grande en las editoriales ?porque no funcionaban con las marcas? y que no permit¨ªa entrevistas o perfiles a mujeres negras (?a no ser que fuesen Solange o Jan¨¦lle M¨®nae?) pese a la insistencia de sus trabajadoras. Seg¨²n detalla la investigaci¨®n de la CNN, los problemas iban m¨¢s all¨¢ de la raza: jefes que ?abusaban verbalmente en p¨²blico? de sus subordinadas;?redactoras ?encadenadas al escritorio? por el tr¨¢fico escribiendo entre 12 y 15 historias al d¨ªa (?Si no estaba en mi escritorio haciendo ver que estaba produciendo, ten¨ªa que tener una buena excusa. Era terror¨ªfico?) y negativas a las peticiones de vacaciones: ?Refinery29 les dice a las mujeres que pidan m¨¢s dinero, incluso publicando un libro que trata en parte sobre el tema, pero 27 empleadas dijeron que estaban mal pagadas o se les restringi¨® el derecho as aumento?. Con todo, la renuncia de Barberich llega despu¨¦s de que el grupo Vice comprase la web que cofund¨® junto a tres socios hace unos meses en un acuerdo valorado en 400 millones de d¨®lares.
A Leandra Medine le sali¨® el tiro por la culata cuando el pasado 1 de junio public¨® en su web un post en el que animaba a actuar contra el racismo. Bloguera de alta alcurnia, Medine es hija y hermana de dise?adores de joyas y creci¨® en un entorno jud¨ªo ortodoxo del elitista Upper East Side de Nueva York, convirti¨¦ndose en una influencer de ¨¦xito capturando el zeitgest gracias a Man Repeller, el blog que lanz¨® en 2010 para reivindicar una aproximaci¨®n a la moda realista y sin la influencia de la mirada masculina. Una d¨¦cada despu¨¦s, y con un staff de casi una veintena de empleados a su cargo y con su negocio diversificado entre el e-commerce, la inversi¨®n sobre otras marcas y la consultor¨ªa de moda (el a?o pasado dise?¨® una colecci¨®n c¨¢psula para Mango), Medine probablemente no esperaba que frente a su ??Y vosotras qu¨¦ hac¨¦is, qu¨¦ pens¨¢is y dec¨ªs ahora mismo?? se desatara un aluvi¨®n de comentarios con lectoras record¨¢ndole la falta de diversidad?en su empresa y?c¨®mo se hab¨ªan despedido a colaboradoras al inicio de la pandemia de coronavirus.?Tres d¨ªas despu¨¦s, Medine publicaba un nuevo post anunciando un plan de mejora (?os debo algo mejor?) para acabar anunciando su renuncia desde su cuenta de Instagram el d¨ªa 11 de junio.?Varios medios (como?Vox o?WWD) han hablado con antiguas trabajadoras que, desde el anonimato, defendieron que su empresa estaba basaba en ?una cultura de favoritismos y caprichos?.
Lo de Audrey Gelman, mejor amiga de Lena Dunham y ex pareja del fot¨®grafo Terry Richardson, ya ven¨ªa de lejos. Ex trabajadora en el equipo de prensa de la campa?a de Hillary Clinton para las primarias de 2008 y posterior portavoz y secretaria de prensa del presidente del condado de Manhattan,?Scott Stringer, Gelman consigui¨® una inversi¨®n de 75 millones de d¨®lares por parte de Airbnb y Sequoia y otros tantos millones m¨¢s de inversores privados como Mindy Kaling o Megan Rapinoe para expandir internacionalmente?The Wing, el exclusivo club de mujeres y coworking feminista que fund¨® en Manhattan en 2016. En septiembre de 2019, la compa?¨ªa mand¨® un email a sus socias a prop¨®sito de un incidente racista que pas¨® en sus instalaciones de West Hollywood en 2019 asumiendo ?su responsabilidad? y pidiendo perd¨®n ?por habernos quedado cortas en la cultura que aspiramos a crear?. En marzo de este a?o, una investigaci¨®n de Amanda Hess en The New York Times plante¨® una imagen de un ambiente laboral hostil para sus empleadas, especialmente entre las racializadas.?Gelman dimiti¨® esta semana, despu¨¦s de que?una serie de empleadas?participase en una ?manifestaci¨®n digital? donde se demand¨® igualdad con las trabajadoras racializadas.??Alex Covington, directora de marca en la compa?¨ªa, emiti¨® un comunicado tras la renuncia de la CEO en el que aseguraba que ?simplemente, The Wing no practica el feminismo interseccional que promete al resto del mundo?. La renuncia de Gelman llega con el futuro de la compa?¨ªa en crisis: la crisis del coronavirus ha provocado el cierre temporal de todos sus espacios y a principios de abril tanto ella como su socia emitieron un comunicado donde anunciaban despidos porque el 95% de la inversi¨®n hab¨ªa desaparecido de la noche a la ma?ana.
Adi¨®s a la utop¨ªa feminista en rosa instagrameable
Mientras los terremotos empresariales no dejan de sacudir los despachos editoriales de EE UU por denuncias de racismo (ah¨ª est¨¢n las dimisiones del editor de opini¨®n de The New York? Times, James Bennet; la del de Bon Appetit, Adam Rapoport; o la carta de disculpa emitida por Anna Wintour admitiendo el racismo practicado en Vogue), ?implica esta ca¨ªda en desgracia de las lideresas el fin de la era de la #Girlboss? En la ¨²ltima d¨¦cada, si algo pon¨ªa en com¨²n a todas estas empresarias era la voluntad de convertir en una utop¨ªa feminista (e instagrameable) a todo su universo. Empresas que defend¨ªan el materialismo femenino, present¨¢ndose como un oasis feminista en tonos empolvados, muebles de terrazo, plantas por doquier y estampados de escuela Memphis para escenificar el triunfo de lo femenino e interseccional sobre culturas masculinizadas. Empresas que se alinearon con el sentir pol¨ªtico de sus? tiempos al animar a las mujeres a romper el techo de cristal y practicar el autocuidado como arma de preservaci¨®n, pero cuya filosof¨ªa no aplicaban a sus propias empleadas. Detr¨¢s de esa fachada, a la vista de los resultados, se escond¨ªa la misma ra¨ªz podrida de explotaci¨®n laboral y desigualdad que en cualquier otro despacho neoliberal con gotel¨¦, plantas de pl¨¢stico y? triste luz blanca fluoresecente.
Sobre el ocaso de este corporativismo en rosa pastel, la editora Haley Mlotek escribi¨® un oportuno hilo de Twitter esta misma semana en la que defend¨ªa que el millennial pink era un nombre oportuno que se hab¨ªa adoptado para un cierto tipo de negocio, especialmente asociado a un tipo de empresaria y un tipo de clienta, la millennial tard¨ªa. ?Su uso como color del feminismo pol¨ªtico mainstream se solidific¨® despu¨¦s de las elecciones presidenciales de 2016?. Mlotek apunta a que ese rosa pastel que nos ha gobernado ha servido, m¨¢s que otra cosa, para apaciguar la revuelta pol¨ªtica. ?Este rosa practica una ret¨®rica de empoderamiento femenino vendido por editoriales y portadas de libros, m¨¢s que una llamada a la acci¨®n pol¨ªtica y a la organizaci¨®n: su efecto ha sido el de la pacificaci¨®n?.
Curiosamente, a finales de mes se publica Self care, la prof¨¦tica novela de Leigh Stein (con portada en millennial pink, claro) en la que dos cofundadoras de una start up de bienestar femenino ?luchan para encontrar el equilibrio entre ser buenas personas y hacer buenos negocios?. Su ficci¨®n parodia toda esta cultura de emprendedoras empoderadas y atrapadas en las leyes del capital: mujeres que tratan de ser ricas, delgadas y optimizadas y proclaman la justicia social mientras lidian con un sistema que quema a sus empleadas y les genera m¨²ltiples crisis de comunicaci¨®n por su activismo hip¨®crita.
Tampoco es casualidad que toda esta ronda de renuncias llegue en momentos de incertidumbre econ¨®mica derivada por la crisis del coronavirus. O como resum¨ªa la escritora Molly Lambert en Twitter: ?Las ¡®girl bosses¡¯ est¨¢n en plan: ¡®?Renuncio y entrego esta compa?¨ªa para lograr un equipo m¨¢s diverso!¡¯¡ en el momento exacto en el que su negocio empieza a perder much¨ªsimo dinero?.