C¨®mo ¡®Respect¡¯ se convirti¨® en un himno feminista gracias a Aretha Franklin
Aretha Franklin ha fallecido a los 76 a?os. Recordamos c¨®mo la diva del soul mut¨® en 1967 la canci¨®n (machista) que dos a?os antes hab¨ªa popularizado Otis Redding.
Pasar¨¢n los a?os y las d¨¦cadas pero, inevitablemente, al recordar a Aretha Franklin siempre nos vendr¨¢ a la cabeza una canci¨®n tan pluscuamperfecta como Respect. En 1967, el mismo a?o en el que decidi¨® abandonar Columbia Records por el sello Atlantic, la estadounidense gracias a ese himno consagr¨® su carrera y pas¨® a convertirse en una estrella internacional. No se trataba de una mera canci¨®n de ¨¦xito, no, ya que la diva del soul reformul¨® el tema que Otis Redding grab¨® dos a?os antes, en 1965, d¨¢ndole un significado radicalmente opuesto al de la versi¨®n original. Sin...
Pasar¨¢n los a?os y las d¨¦cadas pero, inevitablemente, al recordar a Aretha Franklin siempre nos vendr¨¢ a la cabeza una canci¨®n tan pluscuamperfecta como Respect. En 1967, el mismo a?o en el que decidi¨® abandonar Columbia Records por el sello Atlantic, la estadounidense gracias a ese himno consagr¨® su carrera y pas¨® a convertirse en una estrella internacional. No se trataba de una mera canci¨®n de ¨¦xito, no, ya que la diva del soul reformul¨® el tema que Otis Redding grab¨® dos a?os antes, en 1965, d¨¢ndole un significado radicalmente opuesto al de la versi¨®n original. Sin duda, ah¨ª est¨¢ la gracia del asunto y uno de los motivos por los que la int¨¦rprete de I Say a Little Prayer? fue, es y ser¨¢ considerada una grande.
El Respect de Redding a d¨ªa de hoy levantar¨ªa muchas ampollas porque destila un machismo descarado. Aquella primigenia versi¨®n del tema ven¨ªa a contar la historia de un hombre que exige a su enamorada que le respete y le cuide porque ¨¦l es quien, entre otras cosas, contribuye econ¨®micamente en casa. Para entenderlo de una forma a¨²n m¨¢s gr¨¢fica: la mujer de Redding ten¨ªa que tener preparada la cena de su pareja cada noche porque esa era una muestra de amor incondicional. Pero eso s¨ª, lo que no se imaginaba el artista es que apenas dos a?os m¨¢s tarde Franklin aprovechar¨ªa esos versos (haciendo variaciones, obviamente) para propulsar un mensaje radicalmente distinto.
El d¨ªa de los enamorados de 1967 Franklin entr¨® a un estudio de grabaci¨®n en Nueva York y sali¨® de ah¨ª convertida en una de las primeras musas del feminismo. Su Respect nada ten¨ªa que ver con el conocido anteriormente. La artista empleaba un punto de vista totalmente distinto, ya que en su versi¨®n el foco de atenci¨®n pasaba a centrarse en la mujer y es ella la que le exige a su media naranja que le respete y le trate como se merece. Esos coros de fondo que a?adi¨®, en los que se oyen ¡°sock it to me¡± (lo cual podr¨ªa traducirse como ¡°d¨¢melo¡±), fueron toda una declaraci¨®n de intenciones no solamente para el movimiento por la igualada de g¨¦nero estadounidense, sino tambi¨¦n para el movimiento por los derechos civiles.
El tema de inmediato se convirti¨® en un hit internacional en un momento en el que Estados Unidos estaba sangrantemente dividida. Sin ir m¨¢s lejos, un a?o m¨¢s tarde, en 1968, Martin Luther King y Robert F. Kennedy fueron asesinados, la polic¨ªa norteamericana se ceb¨® en Chicago con los manifestantes en contra de la absurda Guerra del Vietnam y miles de mujeres salieron a las calles para protestar en contra de Miss Am¨¦rica. Resulta l¨®gico que ante ese panorama muchos aplaudieran a Franklin por popularizar una canci¨®n y un mensaje tan necesarios entonces como en nuestros d¨ªas. El poder de la m¨²sica es esto.
?Qu¨¦ opin¨® Redding de todo ello? Su relaci¨®n era cordial, por supuesto, pero al int¨¦rprete de Try a Little Tenderness no le hizo en realidad ninguna gracia que uno de sus buques insignia mutara en algo tan distinto en boca de una Franklin que, m¨¢s que cantar, con su poder¨ªo vocal se?alaba con el dedo a todos los machistas y conservadores de su pa¨ªs. ¡°Esta pr¨®xima canci¨®n es una canci¨®n que una chica me quit¨®¡±, lleg¨® a decir ¨¦l antes de interpretar la pieza en el Monterey Pop Festival de 1967.