Insumisas y hermanadas: el futuro de las artistas en la nueva d¨¦cada
Sororidad, inclusividad trans y pensamiento positivo sobre sus cuerpos. Desde Taylor Swift a Bad Gyal, los ¨²ltimos diez a?os han supuesto una transformaci¨®n total de lo que significa ser una estrella musical femenina.
La noche del 12 de diciembre de 2019, la artista barcelonesa Alba Farelo, m¨¢s conocida como Bad Gyal, filtra su nuevo himno, Zorra, a la revista musical Complex. La maniobra se ejecuta un d¨ªa antes del lanzamiento oficial en diversas plataformas digitales. La abanderada del dancehall en Espa?a est¨¢ acostumbrada a adelantar extractos de sus canciones en conciertos o en historias de Instagram. En su nuevo tema, Farelo satiriza sobre c¨®mo se juzga a las mujeres en sus relaciones y reivi...
La noche del 12 de diciembre de 2019, la artista barcelonesa Alba Farelo, m¨¢s conocida como Bad Gyal, filtra su nuevo himno, Zorra, a la revista musical Complex. La maniobra se ejecuta un d¨ªa antes del lanzamiento oficial en diversas plataformas digitales. La abanderada del dancehall en Espa?a est¨¢ acostumbrada a adelantar extractos de sus canciones en conciertos o en historias de Instagram. En su nuevo tema, Farelo satiriza sobre c¨®mo se juzga a las mujeres en sus relaciones y reivindica la sororidad femenina: la zorra de la canci¨®n resulta ser un hombre infiel y todas las enga?adas se al¨ªan para torturarlo.
Ese mismo d¨ªa, Taylor Swift recibe su segundo premio a la Mujer de la D¨¦cada, otorgado por la revista Billboard. El primero le lleg¨® en noviembre de la mano de los American Music Awards. La artista de Pensilvania opta en esta ocasi¨®n por hacer un discurso largo, de 15 minutos de duraci¨®n, que comienza con una pregunta ret¨®rica: ?qu¨¦ implica ser mujer en esta nueva d¨¦cada???Siempre habr¨¢ gente que dude sobre ti: si realmente mereces estar all¨ª, o si tu coproductor o discogr¨¢fica son la raz¨®n de tu ¨¦xito. No lo son?, respondi¨® Swift.
La cantante sabe bien de lo que habla. A pesar de que su segundo ¨¢lbum, Fearless, consigui¨® situarse en 2009 como n¨²mero uno en ventas en Estados Unidos, su popularidad medi¨¢tica comenz¨® con un boicot en su contra retransmitido en directo durante la gala de los premios VMA de dicho a?o. Su You Belong With Me result¨® premiado como mejor v¨ªdeo femenino. Segundos despu¨¦s de subir al estrado para agradecer el primer gran premio de su carrera, Kanye West le arrebat¨® el micro en directo y proclam¨®: ?Taylor, estoy realmente feliz por ti y voy a dejar que termines de hablar, pero el v¨ªdeo de Beyonce es uno de los mejores de la historia?.
Aquella noche inaugur¨® la tortuosa relaci¨®n que Swift ha mantenido con los medios de comunicaci¨®n y los l¨ªmites entre su vida p¨²blica y privada. A partir de entonces, la norteamericana opt¨® por canalizar a trav¨¦s de su m¨²sica los retos que experimentar¨ªa durante los siguientes diez a?os. Reflej¨® c¨®mo los medios la trataban de hist¨¦rica en Blank Space, arrastr¨® a una rival en Bad Blood para luego reconciliarse con ella en You Need To Calm Down e ironiz¨® sobre c¨®mo nadie se atrever¨ªa a criticarla si fuese un hombre en?The Man. Todo ello mientras amasaba una fortuna de 167 millones de euros.
A Swift y a Bad Gyal no solo las separa un continente. Sus herramientas de trabajo son diametralmente opuestas (la primera proviene del country y el pop; la segunda, del dancehall y una amalgama de g¨¦neros urbanos como el trap), as¨ª como su rango de p¨²blico. Pero ambas celebraron el fin de la d¨¦cada de la misma forma: con una cr¨ªtica a los est¨¢ndares a los que se enfrentan las mujeres d¨ªa a d¨ªa, ya sea en su vida personal o cuando est¨¢n al mando de sus carreras profesionales.
Los cambios culturales est¨¢n inevitablemente ligados a la coyuntura pol¨ªtica, econ¨®mica y social de nuestra ¨¦poca. El avance del discurso feminista se ha notado en las letras y las composiciones de las artistas, pero tambi¨¦n en la forma en la que producen su propio contenido. Es el caso de Rosal¨ªa, Nathy Peluso o La Zowi, que reivindican y hacen uso de sus or¨ªgenes como motor art¨ªstico y est¨¦tico. Durante las manifestaciones masivas del 8 de marzo de 2017, lideradas por las espa?olas, grupos como Huntza, Mafalda y Tremenda Jaur¨ªa se aliaron para componer su propio himno, Zer Izan. Otras pioneras de lo urbano en Espa?a como Gata Cattana o Mala Rodr¨ªguez ya hab¨ªan marcado el camino a seguir. Esta d¨¦cada tambi¨¦n ha sido testigo de la inclusi¨®n del discurso queer y la exploraci¨®n de la sexualidad femenina en sus producciones. Es el caso de Janelle Monae o Doja Cat con temas como Pynk, una oda a las vulvas, o Juicy, a los culos grandes. Por primera vez las chicas transg¨¦nero tienen protagonismo en la escena, como la alemana Kim Petras o la DJ Sophie, quien ha producido para Charli XCX, Lady Gaga o Madonna. Otras muchas han celebrado la diversidad de sus cuerpos al desafiar el canon est¨¦tico, como es el caso de Lizzo. La afroamericana ha confesado que comenz¨® 2010 llorando hasta quedarse dormida en su propio coche, tras el fallecimiento de su padre y sin ¨¦xitos profesionales a la vista. Hoy es una abanderada mundial de la positividad y el amor propio en sus canciones.
Este domino cultural es un hecho contrastado a trav¨¦s de las listas de ventas, la opini¨®n generada a trav¨¦s de la cr¨ªtica y la conversaci¨®n social. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles de la Recording Industry Association of America (RIAA), solo cinco artistas femeninas consiguieron el estatus de diamante con sus singles: Katy Perry con Roar, Lady Gaga con Poker Face, Lorde con Royals, Megan Trainor con All About That Bass y Carly Rae Jepsen con Call Me Maybe. Los premios diamante solo se otorgan a aquellas canciones o ¨¢lbumes capaces de superar diez millones de unidades vendidas. La metodolog¨ªa se realiza mediante una combinaci¨®n de ventas f¨ªsicas, digitales y streams en plataformas como Spotify. Respecto a los ¨¢lbumes, Adele y la misma Taylor Swift ocupan los cuatro primeros puestos de ventas. La brit¨¢nica sit¨²a a 21 y 25 como n¨²meros uno y dos, y la estadounidense a 1989 y Red, los dos discos que marcaron su etapa evolutiva del country al pop, en tercera y cuarta posici¨®n.
A principios de la d¨¦cada se daba por hecho que las mujeres deb¨ªan competir entre ellas para sobrevivir en un mercado plagado de hombres. Es el caso de Nicky Minaj, quien parad¨®jicamente se retir¨® este mismo a?o. La exrapera acumula letras plagadas con referencias sobre c¨®mo ha acabado con la carrera de otras rivales. Como ejemplo, el famoso verso de Monster (Just killed another carrier / it¡¯s a mild day) que Adele o Millie Bobbie Brown saben recitar de memoria.?Las nuevas generaciones rompen con ese discurso. La idea de la sororidad prevalece: las artistas buscan colaboraci¨®n entre compa?eras y se recomiendan unas a otras. Charli XCX tiene una lista p¨²blica en Spotify, The Motherfucking Future, que actualiza regularmente con incorporaciones de otras compa?eras. Su propia carrera comenz¨® a despegar en 2012 con el d¨²o sueco de Icona Pop y su hit I Love It, espa?olizada a?os m¨¢s tarde gracias a una versi¨®n de Nancys Rubias, el grupo de Mario Vaquerizo.
Este cambio de paradigma tambi¨¦n ocurre en eventos p¨²blicos. En 2010, hubiera sido impensable ver a un artista tan joven como Amaia Romero mostrar sus axilas sin depilar, o a la chilena Mon Laferte reivindicar las protestas de su pa¨ªs con el torso desnudo en los Grammy Latinos. La lucha judicial de Kesha contra su productor Dr. Luke, denunciado por violarla repetidamente entre 2009 y 2014, finaliz¨® con la desestimaci¨®n de su demanda y oblig¨¢ndola a mantener su contrato musical. Sin embargo, el caso dio visibilidad a las dificultades a las que se enfrentan las mujeres en el ¨¢mbito judicial al tratar de demostrar una violaci¨®n. Las primeras acusaciones se produjeron cuatro a?os antes de la oleada del #MeToo en la industria cinematogr¨¢fica estadounidense.
La nueva ¨ªdolo adolescente, Billie Eilish, pertenece a una generaci¨®n que recoge todos los frutos por los que pelearon sus predecesoras. La californiana produce su propio contenido en casa junto a su hermano Finneas y ha declarado llevar ropa holgada en su vida p¨²blica para evitar que el p¨²blico y los medios la hipersexualicen. Si en la gala del 12 de diciembre de Billboard?Taylor Swift recib¨ªa el premio por una d¨¦cada de trabajo, ella se lo llevaba por el a?o 2019. En un momento de su discurso, declar¨®: ?En 2014, ten¨ªa 11 a?os, cantaba en un coro y estaba aprendiendo a tocar el piano. Vosotras me cuidasteis. Gracias?. Esta frase no es casual. Cinco a?os antes, en la ceremonia del mismo premio, Swift proclam¨® lo siguiente: ?En alg¨²n lugar y en este momento, la futura Mujer del A?o est¨¦ probablemente sentada en un coro o en una clase de piano. Y tenemos que cuidarla?.