Gu¨ªa para el aliado feminista: ?qu¨¦ lugar ocupan ellos en la lucha?
Hombres que llevan su masculinidad y privilegios a examen a trav¨¦s de la escritura. Hablamos con los autores Iv¨¢n Repila, Octavio Salazar y V¨ªctor Parkas sobre c¨®mo se reconocen en el marco del feminismo de cara al 8M.
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En realidad no hay una respuesta rotunda, ni un listado definitivo. C¨®mo debe el hombre cis blanco ocupar un espacio en el feminismo -o ¡°desocuparlo¡±, como propone V¨ªctor Parkas, periodista cultural y autor de Game boy (Ed. Caballo de Troya)- es una conversaci¨®n vigente. Hace un a?o, con el estallido del #MeToo reciente, la pregunta m¨¢s repetida por y hacia los hombres era: ?ir o no a la manifestaci¨®n del 8M? Por el camino, en cuesti¨®n de 12 meses, un proceso que ha ayudado a ir quitando capas y a profundizar en el asunto de c¨®mo ser un hombre feminista. El efecto de famosos como Benedict Cumberbatch dando un paso al frente con su productora para apoyar a las mujeres de su industria, un spot viral que ha dado la vuelta a internet denunciando la masculinidad t¨®xica, los diccionarios se?alando y explicando el inter¨¦s creciente de esos t¨¦rminos y, ya en 2019, las editoriales publicando en cantidad esa artiller¨ªa oportuna que ha resultado ser una buena colecci¨®n de t¨ªtulos escritos por hombres abordando la reflexi¨®n sobre su masculinidad.
¡°El hombre nuevo s¨®lo puede serlo si acepta adoptar gestos que no den r¨¦ditos de cara a la galer¨ªa¡±, escribe Parkas en su libro. Una obra ¡°de ficci¨®n, ensayo y privilegio¡± en la que con relatos y columnas aborda el reconocimiento de los propios privilegios masculinos desde lo autobiogr¨¢fico y lo ficticio, con humor y provocaci¨®n. ¡°Como var¨®n, pod¨ªa disfrutar de mis caprichos sin tener, a cambio, que renunciar a la queja¡±, escribe en las primeras p¨¢ginas relatando las revelaciones tras su operaci¨®n de fimosis a los siete a?os.
Visto el arranque de precampa?a electoral, con el objetivo puesto en el feminismo y el 8 de marzo, una idea con la que los tres autores entrevistados comulgan: aliado feminista no es el que acompa?a y adem¨¢s se cuelga la medalla por soltar la cita de turno acerca de la igualdad. ¡°Hay otras formas de articular la masculinidad, cada uno tiene que encontrar la suya pero, sobre todo, no sirve para aglutinar m¨¢s capital simb¨®lico por ser aliado feminista, sino por apostar por estar en un segundo, tercer, cuarto o quinto lugar¡±, cuenta Parkas al tel¨¦fono.
En un mundo en el que las voces masculinas son las voces de autoridad, las escuchadas y seguidas en primer t¨¦rmino, como recoge Mary Beard en su ensayo Mujeres y Poder. Un manifiesto, (Ed. Cr¨ªtica), los hombre que alzan la suya propia para llamar la atenci¨®n entre colegas ¡°somos percibidos como traidores¡±, se?ala Octavio Salazar, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de C¨®rdoba y autor de El hombre que no deber¨ªamos ser (Planeta, 2018) y del reci¨¦n publicado WeToo, br¨²jula para j¨®venes feministas (Planeta). Sobre todo, apunta, ?lo aprecio m¨¢s en el entorno institucional. Discutir cosas como el lenguaje no inclusivo de un documento o denunciar el hecho de que no se haya contactado a ninguna mujer para determinada charla, no es bienvenido¡±. En entornos m¨¢s ¨ªntimos o feministas la cosa cambia. ¡°En cuanto hay m¨¢s de un hombre a tu lado ya se genera ese tipo de broma over the top y eso de golpearse el pecho¡±, reconoce Parkas, ¡°pero en las conversaciones de t¨² a t¨² s¨ª que se generan momentos de complicidad¡±.
¡°Los hombres hemos visto el trabajo del movimiento feminista y lo hemos relegado a una lucha de las feministas, vi¨¦ndolo llegar con palomitas¡±, reconoce Iv¨¢n Repila, escritor y autor de El aliado (Ed. Seix Barral), una novela cuyo protagonista, pareja de una activista feminista reconocida, se considera ¡°el hombre m¨¢s feminista del mundo¡± y toma la decisi¨®n, en secreto, de salvar el movimiento convirti¨¦ndose en cabecilla de un movimiento antifeminista radical, para el cual no resulta complicado encontrar s¨ªmiles hoy d¨ªa (¡°asusta ver que la realidad ha superado a la ficci¨®n que escrib¨ª¡±). ¡°Hasta ahora, hab¨ªa defendido el feminismo solo con la boca. Escribir el libro fue una idea que surgi¨® a ra¨ªz de hacerme la pregunta ¡®?puede un hombre ser feminista? ?C¨®mo los hombres cis blancos y hetero, que somos el centro del universo, podemos hacer para cambiarlo?¡¯. Puede que esta sea la primera vez en la historia que nos estamos examinando a nosotros mismos¡±. Y reconoce que, en este sentido, el gran apoyo y motor han sido su pareja, la escritora y activista Aixa de la Cruz, que escribe el ep¨ªlogo del libro, y ?muchas mujeres buenas, que han sido muy pacientes conmigo?.
?Y si dejamos de llamarlo nueva masculinidad? ¡°Antes de reconstruir masculinidades, hay una parte muy compleja de trabajo y reconocimiento interior, de nuestros errores, de nuestras funciones. Solamente a partir de ese examen de conciencia podremos empezar a pensar despu¨¦s en hablar de nuevas masculinidades y deconstrucci¨®n de las masculinidades. Me parece atrevido hacerlo cuando la mayor¨ªa de los hombres estamos en esa fase primera en la que nos resistimos¡±, apunta Repila. Para Octavio Salazar, el t¨¦rmino tampoco parece el m¨¢s adecuado: ¡°El concepto acaba siendo perverso porque la idea de masculinidad tiene como opuesta la de feminidad. Lo masculino como categor¨ªa principal y los femenino como secundario y subyacente. Apuesto m¨¢s porque se diluyan los t¨¦rminos¡±. Esa deconstrucci¨®n de la masculinidad se perfila, seg¨²n coinciden Parkas, Repila y Salazar no como una meta, sino como un proceso constante: ¡°Esas percepciones sobre g¨¦nero e igualdad las vas conquistando d¨ªa a d¨ªa, son mini explosiones todo el rato. Tienes que hacer una discusi¨®n contigo mismo continuamente. No se pone sobre la mesa el carnet de feminista y con eso est¨¢ hecho todo el trabajo. Es la conciencia de que vas a seguir evolucionando¡±, dice V¨ªctor Parkas.
?Desocupar, tener un perfil m¨¢s bajo, m¨¢s que ser proactivo¡±, plantea Parkas. ¡°En el 8M est¨¢ claro que no tiene que haber tipos con un micro. Este 8M va a ser como El imperio contraataca. El a?o pasado fue un ¨¦xito y ya se ve que hay algunos que quieren marcarse el tanto ese d¨ªa. Es una fecha para estar detr¨¢s: colocarte en puestos de cuidado en los que puedes estar ayudando sin colgarte la medalla¡±. Repila se lo plantea as¨ª: ¡°Ese d¨ªa trabajar¨¦ normalmente, la huelga es fundamental y es necesario que las mujeres la hagan y que los hombres no seamos esquiroles, que se note su ausencia en los espacios de trabajo. Hasta qu¨¦ punto su presencia tiene un poder enorme y que si se paran ellas, se para el pa¨ªs¡±. Octavio Salazar, adem¨¢s, a?ade: ¡°Aprovechar¨ªa para lanzar mensajes entre los hombres con el foco puesto en ¡®?qu¨¦ pasa con nosotros?¡¯. Vamos a reflexionar mientras ellas est¨¢n en huelga¡±.