¡®La estaci¨®n de la felicidad¡¯ o acabar con el clich¨¦ de la lesbiana infeliz
El estreno en plataformas de la comedia rom¨¢ntica navide?a protagonizada por Kristen Stewart y Mckenzie Davis perfila nuevos horizontes en los que lo queer no est¨¦ demonizado o victimizado.
?Tal vez tengas una buena historia aqu¨ª.? [¡] Pero no puedes hacer que la homosexualidad parezca atractiva. Debes quitarle el final feliz [¡] Eso. Y la chica con la que tiene una relaci¨®n est¨¢ loca o enferma?.
Esto es lo que el editor de Spring Fire (Fuego de Primavera), considerada como la primera novela pulp l¨¦sbica, escribi¨® a principios de los 50 a Vin Packer (sobrenombre de Marijane Meaker) como condici¨®n a que su libro llegase a ver la luz. Una lesbiana pod¨ªa aparecer, pero no pod¨ªa ser feliz para los lectores. Aunque esa petici¨®...
?Tal vez tengas una buena historia aqu¨ª.? [¡] Pero no puedes hacer que la homosexualidad parezca atractiva. Debes quitarle el final feliz [¡] Eso. Y la chica con la que tiene una relaci¨®n est¨¢ loca o enferma?.
Esto es lo que el editor de Spring Fire (Fuego de Primavera), considerada como la primera novela pulp l¨¦sbica, escribi¨® a principios de los 50 a Vin Packer (sobrenombre de Marijane Meaker) como condici¨®n a que su libro llegase a ver la luz. Una lesbiana pod¨ªa aparecer, pero no pod¨ªa ser feliz para los lectores. Aunque esa petici¨®n desprend¨ªa que lo queer ten¨ªa que ser visto como algo desviado o peligroso, fuente de infelicidad y de locura, Meaker pas¨® por el aro de la censura, Spring Fire sali¨® a la venta y la novela se convirti¨® en un fen¨®meno que lleg¨® a vender mill¨®n y medio de copias. En una introducci¨®n en una reimpresi¨®n de 2004, la autora mostr¨® algo de arrepentimiento por haber aceptado esos cambios, pero asegur¨® que hab¨ªa merecido la pena. ?Si bien pudo haber contentado a las regulaciones de la oficina de correos, el p¨²blico homosexual no se lo crey¨® ni por un minuto. Tampoco le import¨®: era mucho m¨¢s relevante el hecho de que al final hubiera un libro que hablara de nosotros?. Nadie se crey¨® ese final al pie de la letra: al menos exist¨ªa un libro que hablaba sobre la vida de las personas queer.
Una sensaci¨®n similar a de Vin Packer nos invade tras ver?La estaci¨®n de la felicidad, la esperada primera comedia rom¨¢ntica navide?a LGTBI que ha pasado directamente al alquiler en Espa?a a trav¨¦s de distintas plataformas (entre ellas Movistar+). La cinta protagonizada por Kristen Stewart y Mackenzie Davis no ser¨¢ perfecta y tendr¨¢ sus propias trampas, pero al menos ya existe la posibilidad de alquilar una rom com navide?a sobre lesbianas con final feliz. Una pel¨ªcula donde no se las retrata como desviadas o asesinas, algo habitual en el imaginario hollywoodense. Porque aqu¨ª no solo se lidia con la rom com, aqu¨ª se pone a lo queer en el centro de una trama familiar navide?a, un g¨¦nero millonario poco dado a flexibilizar sus pilares de tradici¨®n y correcci¨®n moral? (ve¨¢se Hallmark, que?ha construido un imperio televisivo gracias una f¨®rmula imbatible donde se evita la politizaci¨®n de sus tramas apelando a la nostalgia entendida, esencialmente, en t¨¦rminos de blanquitud). Poder ver la primera comedia rom¨¢ntica navide?a lesbiana asumimos esas trampas arcaicas y hasta sabremos anticipar el desenlace de antemano, pero al menos las lesbianas que vemos ya no est¨¢n, simplemente, zumbadas y su ¨²nico objetivo es amargarle la vida a la gente.
Dirigida y escrita por Clea Duvall ¨Cicono queer y outsider de la interpretaci¨®n gracias a sus papeles en Veep, Broad City, The Faculty o el cl¨¢sico de culto But I¡¯m a cheerleader¨C,?La estaci¨®n de la felicidad?narra las atropelladas navidades de una pareja de lesbianas Abby (Stewart) y Harper (Davis) cuando Harper anima a su novia, descre¨ªda de la Navidad, a pasar las fiestas con su familia. Dispuesta a hincar la rodilla y pedir la mano de Harper a sus suegros, Abby descubre diez minutos antes de pasar cinco intensas jornadas con su m¨¢s que tradicional familia pol¨ªtica que su novia todav¨ªa no ha salido del armario y su familia sigue pensando que es hetero. La pareja tendr¨¢ que fingir que son compa?eras de piso durante las vacaciones ¨CAbby es hu¨¦rfana desde su adolescencia, lo que facilita que haya sido invitada a la casa de Harper¨C. El trato es mantener el teatrillo de arreglo a lo bostonianas solo hasta que Harper re¨²na el valor para cont¨¢rselo a sus padres y hermanas tras las fiestas, porque su padre se presenta a alcalde y no quiere arruinarle la campa?a.
Con gui?os c¨®micos a encierros en armarios, ex del pasado encantadoras que tambi¨¦n vuelven a casa por Navidad? (?qui¨¦n no querr¨ªa quedarse con Aubrey Plaza para siempre?) y un mejor amigo gay robaplanos (Dan Levy ejerciendo de Dan Levy, esto es, triunfo asegurado), La estaci¨®n de la felicidad llega para probar dos cosas: una, que a la siempre estupenda Kristen Stewart le cuesta much¨ªsimo ser graciosa y transmitirlo; y dos, que por mucha rom com l¨¦sbica que tengamos delante esto es una pel¨ªcula navide?a con todos sus pros y sus contras a cuestas. Hasta Kristen Stewart, en una entrevista en The Guardian?se ha marcado un Vin Packer al describirla: ?Es una pel¨ªcula navide?a gay. S¨¦ que es molesto etiquetarla desde el principio, pero, para m¨ª, es extremadamente atractivo y suena como ¡ un gran respiro?. O lo que es lo mismo: s¨ª, de acuerdo, esta es una pel¨ªcula navide?a, pero es nuestra pel¨ªcula navide?a gay. Pero, sobre todo, y aunque la mayor¨ªa de espectadores no vislumbran ese precisamente, La estaci¨®n de la felicidad, tal y como indica su nombre, tiene un final feliz para sus protagonistas.?Aunque, precisamente, es en los tramos menos felices y de lucha intrafamiliar de la cinta donde m¨¢s interesante, y realista, se hace la trama al espectador.
No todas las lesbianas del mainstream son asesinas?
?La estaci¨®n de la felicidad funciona bien como comedia rom¨¢ntica navide?a. Es una pel¨ªcula que surge desde la propia comunidad LGTB con la intenci¨®n de mostrar un mensaje positivo, y creo que lo consigue?, apunta la investigadora Francina Ribes, que acaba de presentar su tesis?Ausencia y Exceso. La lesbiana asesina en el cine comercial contempor¨¢neo, una investigaci¨®n sobre ?la paradoja entre la invisibilidad de la homosexualidad femenina en el cine comercial contempor¨¢neo y la presencia de personajes que protagonizan expl¨ªcitas escenas l¨¦sbicas en el cine mainstream?. Para esta acad¨¦mica, nos hemos educado visualmente con personajes l¨¦sbicos que si aparec¨ªan en pel¨ªculas del entorno m¨¢s comercial, lo hac¨ªan ejerciendo la violencia y el asesinato. Una fenomenolog¨ªa que explot¨® a partir de los a?os 90, cuando se multiplicaron las lesbianas asesinas, violentas (y sexualmente muy activas) en el mainstream. Ribes ha centrado su tesis en lo que considera como el arquetipo de la lesbiana asesina, que aparece por primera vez durante el auge del neo-noir en el Hollywood, en pel¨ªculas como?Instinto B¨¢sico,?Lazos Ardientes?o?Mujer Blanca Soltera Busca. ?Estas pel¨ªculas est¨¢n protagonizadas por feminidades excesivas, herederas de la mujer fatal cl¨¢sica y cercanas a la recurrente figura de la vampira lesbiana. La tesis teoriza sobre el significado de este arquetipo que nace marcado por la misoginia y la homofobia, pero que esconde un inequ¨ªvoco potencial subversivo?, apunta.
La tesis de Ribes apunta a ?si bien el lesbianismo est¨¢ infrarepresentado en el mainstream, cuando aparece suele estar ligado al asesinato, y parad¨®jicamente, la acci¨®n de asesinar, aunque evidentemente demoniza a los personajes l¨¦sbicos, tambi¨¦n puede ser subversiva porque implica una fuerza y altera el orden simb¨®lico que suele presentar a las mujeres (y a los personajes lgtb) como v¨ªctimas?. Teniendo en cuenta la demonizaci¨®n de lo queer en el pasado, y tras los recientes ¨¦xitos de nuevas narrativas y enfoques sobre el lesbianismo como Carol o Retrato de una muejr en llamas dentro del cine comercial, la irrupci¨®n de una comedia rom¨¢ntica l¨¦sbica navide?a a?ade un paso m¨¢s a ese cambio del paradigma. Nuevos caminos en los que son las mujeres queers, y no hombres fetichizando,? las que cuentan sus historias. ?Clea DuVall,?directora y co-guionista de la pel¨ªcula junto con Mary Holland (que interpreta el personaje de Jane en el film), ha declarado que la pel¨ªcula es en cierta manera autobiogr¨¢fica, que se inspir¨® en su salida del armario para escribir la historia. Que la pel¨ªcula est¨¦ protagonizada por un icono como Kristen Stewart creo que tambi¨¦n es relevante?, indica Ribes.
?Qu¨¦ hay de transgresor en todo esto? Ribes recuerda que La estaci¨®n de la felicidad ?no deja de ser una comedia rom¨¢ntica navide?a, un subg¨¦nero que por definici¨®n no es transgresor. Ahora bien,?considero que lo m¨¢s transgresor?es que utilice?deliberadamente los mecanismos del mainstream (y de algo tan comercial y tradicionalmente heterosexual como las comedias rom¨¢nticas navide?as) para contar una historia l¨¦sbica. Podr¨ªamos decir que, en cierta manera, el hecho de que sea una comedia rom¨¢ntica navide?a con protagonistas lesbianas es en s¨ª mismo transgresor?.
El s¨ªndrome de la queer infeliz
?Mu¨¦strame un homosexual feliz y yo te mostrar¨¦ un cad¨¢ver gay?, dice uno de los protagonistas de The Boy in Band (1968) sobre la demonizaci¨®n cultural de lo queer. La tr¨¢gica frase la recoge la escritora y acad¨¦mica Sara Ahmed en La promesa de la felicidad?(Caja Negra, 2019), donde analiza la fenomenolog¨ªa cultural de lo que etiqueta como ?Queers infelices?: durante d¨¦cadas la ficci¨®n no ha podido ofrecer a sus personajes queers la felicidad, y mucho menos convertir a la homosexualidad en ?algo atractivo? para los lectores o espectadores, no fuese a ser que se contagiaran o se validase su experiencia como algo digno de ser experimentado. ?Esto pod¨ªa ser le¨ªdo como que las personas queers parecieran ¡®buenas¡¯, ¡®promover¡¯ el valor social de las vidas queers o incluso influenciar a quienes leen para se volvieran queers?, escribe Ahmed, que propone no ignorar esta infelicidad hist¨®rica en la construcci¨®n de estos personajes para trazar as¨ª una genealog¨ªa del afecto que no banalice o pase por alto los aspectos negativos, vergonzantes y dif¨ªciles que nos han llevado hasta llegar a este punto, el momento en el que, por ejemplo, podemos vislumbrar la primera rom com navide?a de lesbianas felices.
Ribes recuerda que la primera pel¨ªcula que intent¨® utilizar los mecanismos del mainstream para contar una historia de amor l¨¦sbica (con final feliz) fue probablemente?Desert Hearts?(1985). ?Abri¨® un debate en cierto entorno te¨®rico queer sobre si el hecho de copiar los mecanismos del mainstream para contar una historia l¨¦sbica pod¨ªa considerarse subversivo, o si lo verdaderamente transgresor ser¨ªa inventar otras formas de contar las historias, al margen del canon que marca el cine comercial, un debate que puede ser sin duda extrapolable?al caso a La Estaci¨®n de la Felicidad?.
Emplazada en un tiempo anterior a que se aprobara el matrimonio gay en EEUU ¨Cantes de Trump¨C, en La estaci¨®n de la felicidad la familia de Harper practica una sutil homofobia cotidiana en un entorno WASP. No son integristas de la moral, pero lamentan ?el estilo de vida? de la hija lesbiana de unos amigos o piden perd¨®n de antemano por invitar a una cena a una pareja homosexual masculina. Es en ese entorno familiar de afectos enraizados en las tradiciones patriarcales donde lo queer se entiende como un desv¨ªo de la imagen de ¨¦xito y adaptaci¨®n social aspiracional que quieren desprender a toda costa. Los padres proyectan a sus hijas todos los triunfos y metas en el entorno capitalista (valdr¨¢n lo que midan sus ¨¦xitos), una situaci¨®n que genera una competici¨®n insana entre las hermanas por los afectos de sus progenitores en una especie de concurso eterno donde vocean sin descanso sus logros e hitos personales.
Ante este panorama, su hija lesbiana, Harper, cree que har¨¢ infelices a sus padres al cont¨¢rselo. Una situaci¨®n que entiende, y explica, a la perfecci¨®n Ahmed: ?La lucha social intrafamiliar a menudo implica una lucha respecto a las causas de la infelicidad. El padre es infeliz porque cree que la hija habr¨¢ de ser infeliz si es queer. La hija es infeliz porque su padre es infeliz porque ella es queer. El padre interpreta la infelicidad de la hija como lo acertado de su posici¨®n: que ella habr¨¢ de ser infeliz porque es queer. Llegado a este punto, hasta la m¨¢s feliz de las personas queers se volver¨ªa infeliz?. Harper vive una agon¨ªa constante recluida en su armario porque cree que al vocear su identidad fallar¨¢ a la concepci¨®n de ¨¦xito familiar y de imagen pr¨ªstina mod¨¦lica construida por sus progenitores para probar que han sobrevivido con nota en el orden familiar del sistema.
He aqu¨ª el cebo de La estaci¨®n de la felicidad: en el imaginario del taquillazo de comedia rom¨¢ntica navide?a, para las personas queers no hay espacio para la imaginaci¨®n de nuevos horizontes. Solo se les ofrecer¨¢ la felicidad como recompensa a cambio de aproximarse a las aspiraciones vitales de la heterosexualidad. O lo que es lo mismo: lesbianas s¨ª, pero con el anilllo y la aspiraci¨®n matrimonial. Ya no son las ?enfermas? de los 50 ni las asesinas de los 90. Ahora a las lesbianas se las dignifica siempre que se animen a pedir la mano y los cuerpos de sus novias a sus suegros para poder, as¨ª, ser felices como el resto. Todos reconocemos esa trampas, pero, vaya, al menos ya tenemos la primera comedia rom¨¢ntica de lesbianas con final feliz.