La Manada o el mito de perdonar al hombre imb¨¦cil
El abogado de los acusados de la violaci¨®n m¨²ltiple humaniza a los presuntos agresores llam¨¢ndoles ?verdaderos imb¨¦ciles? pero ?buenos hijos?. ?Es mejor redimir a un pobre idiota que a un ser malvado?
?No son modelo de nada, incluso pueden ser verdaderos imb¨¦ciles, con comportamientos en sus mensajes patanes y primarios, interesados por el f¨²tbol, la pertenencia al grupo y mantener relaciones sexuales con muchas mujeres. Pero tambi¨¦n son buenos hijos?. Parte de la estrategia de?Agust¨ªn Mart¨ªnez Becerra, uno de los abogados de los cinco acusados por la presunta violaci¨®n en grupo de una joven en los sanfermines de 2016 ¨C¨¦l representa a tres de ellos¨C, fue la de basar los minutos finales de sus conclusiones en empatizar y humanizar a unos ?imb¨¦ciles?, amigos de sus amigos, qu...
?No son modelo de nada, incluso pueden ser verdaderos imb¨¦ciles, con comportamientos en sus mensajes patanes y primarios, interesados por el f¨²tbol, la pertenencia al grupo y mantener relaciones sexuales con muchas mujeres. Pero tambi¨¦n son buenos hijos?. Parte de la estrategia de?Agust¨ªn Mart¨ªnez Becerra, uno de los abogados de los cinco acusados por la presunta violaci¨®n en grupo de una joven en los sanfermines de 2016 ¨C¨¦l representa a tres de ellos¨C, fue la de basar los minutos finales de sus conclusiones en empatizar y humanizar a unos ?imb¨¦ciles?, amigos de sus amigos, que se buscan la vida como pueden. Unos chavales con ?conversaciones privadas de patanes? pero que, f¨ªjense, quieren a sus madres, y posiblemente hasta echaran una mano en el ¨¢mbito familiar. He aqu¨ª la variaci¨®n hecha alegato defensor del Se?oras que dicen en la tele que su vecino asesino siempre saludaba. O del ?hombres, ya sabes¡? que se dice, desde siempre y encogiendo los hombros, para exonerar a todo un g¨¦nero por el mero hecho de serlo. Porque es mucho m¨¢s digno perdonar a un pobre idiota que a un violador.
?Ser incompetente es menos perjudicial que ser malvado?, resume Lili Loofbourow en su reciente (y viral) ensayo El mito del hombre inepto (publicado en The Week), a prop¨®sito de todos estos se?ores que ¨²ltimamente se escudan en ser desastres andantes para redimir sus pecados. Hombres que dicen ser p¨¦simos en su trabajo (el fiscal general Jeff Sessions testificando sobre el posible contacto del equipo de Trump con agentes rusos dijo que ?no ¨¦ramos un equipo muy efectivo?). Hombres a los que no le constan cosas, que no saben, que desconocen (como los indignados Ben Affleck o Matt Damon ante el caso Weinstein) y que se muestran asombrados y estupefactos ante revelaciones o esc¨¢ndalos que les salpican de lleno, supuestos secretos a voces en su entorno.
Como si de una variaci¨®n de la ?banalidad del mal? de Hannah Arendt se tratara, Loffbourow reflexiona sobre ?la epidemia de hombres ineptos? que nos ha tocado vivir. Si Arendt denunci¨® a esos hombres que no parec¨ªan ?pervertidos ni s¨¢dicos, sino que fueron, y siguen siendo, terror¨ªficamente normales? a los ojos de una sociedad sumida en la ?irreflexi¨®n?, en el juicio de La Manada la defensa apela a esa singularidad de los acusados. Chavales ?unidos a sus familias y amigos? y con ganas de prosperar en la vida. Son ?buenos hijos?, resume su abogado. Del patriarcado, a?adir¨ªa Loffbourow. De una cultura que normaliza atrocidades y las exime de culpa, apelando a una especie de idiotez de serie de sus perpetradores. Hombres que dicen ser incapaces de distinguir?entre sexo consentido o no cuando son acusados de violaci¨®n o cuando se descubre su cuidada metodolog¨ªa depredadora ¨Cparte de La Manada tambi¨¦n est¨¢ implicada en otro supuesto caso de agresi¨®n sexual en Pozoblanco¨C.
Para?Loffbourow, la excusa de la incompetencia masculina es un aut¨¦ntico virus social. ?Dejadme hacer una proposici¨®n controvertida: los hombres son tan furtivos, calculadores y venenosos como se sospecha que son las mujeres. Y el inepto, esa figura que los protege de esta desagradable verdad, es la mejor y m¨¢s dura prueba?, defiende. Para probarlo recurre a las estrategias de premeditaci¨®n adoptadas por algunos de los hombres c¨¦lebres acusados de acoso y abuso sexual en los ¨²ltimos meses: Weinstein destru¨ªa carreras de actrices y contrat¨® a esp¨ªas del Mossad para frenar las denuncias, Roger Ailes grababa a sus v¨ªctimas de abuso en situaciones comprometidas por si decid¨ªan acusarle. Aqu¨ª, los miembros de La Manada robaron y destrozaron el m¨®vil de la v¨ªctima tras la supuesta agresi¨®n.
Reflexionar sobre las ra¨ªces de esta cultura masculina es una de las claves de la ensayista. ?La primera fase de un fen¨®meno como este es que siempre se retratar¨¢ a estos hombres como excepciones, manzanas podridas. Con cosas como el #NotAllMen. La segunda es ver que todo el mundo va a tratar de retratar el acoso sexual como algo natural. El argumento de que ¡®Si hay tantos haciendo estas cosas ser¨¢ porque los hombres son as¨ª¡¯. El subtexto es que no pueden evitarlo porque son ineptos?, lamenta. Por ello apuesta por ?romper con esa coartada?. La ¨²nica forma, seg¨²n la autora, pasa por ?despojarnos de nuestra ceguera cultural al comportamiento masculino manipulador. Debemos ser m¨¢s inteligentes que nuestros fallos. Necesitamos deshacernos de guiones exculpatorios que misteriosamente han permitido que todos esos incompetentes se vuelvan admirados, a¨²n cuando mantengan que son unos cr¨ªos en lo moral?. El mismo perd¨®n a unos ?patanes primarios? que pide la defensa de los lobos de La Manada.