?Si me saco la teta igual dejan de explicarme mis bromas?: las mujeres que hacen arte de los ¡®mansplainers¡¯
El libro ¡®Men to avoid in art and life¡¯ de Nicole Tersigni o cuentas como @Femme.Sapiens saben que no hay mejor forma de caricaturizar a los hombres que explican cosas que tirando de archivo pict¨®rico.
El a?o pasado, la escritora Nicole Tersigni explot¨®. Por en¨¦sima vez, un t¨ªo de Twitter le explic¨® su propia broma. ?Estaba muy frustrada?. As¨ª que recurri¨® a lo que toda hija de vecina (no boomer) hace en Internet: apoyarse en el meme?simb¨®lico y compartirlo,?ya sea a un chat grupal de WhatsApp o donde sea para hallar empat¨ªa al otro lado de la pantalla. Ella fue a?Twitter.
?Busqu¨¦ una imagen de una mujer rodeada por hombres para que la...
El a?o pasado, la escritora Nicole Tersigni explot¨®. Por en¨¦sima vez, un t¨ªo de Twitter le explic¨® su propia broma. ?Estaba muy frustrada?. As¨ª que recurri¨® a lo que toda hija de vecina (no boomer) hace en Internet: apoyarse en el meme?simb¨®lico y compartirlo,?ya sea a un chat grupal de WhatsApp o donde sea para hallar empat¨ªa al otro lado de la pantalla. Ella fue a?Twitter.
?Busqu¨¦ una imagen de una mujer rodeada por hombres para que la gente entendiese c¨®mo me sent¨ªa?. Uno de los resultados fue una pintura del s. XVII que capturaba perfectamente esa sensaci¨®n tan com¨²n entre las mujeres del s. XXI. ?Ah¨ª lo vi claro: hay much¨ªsimas obras de arte en las que se ve a un hombre hablando con una mujer que est¨¢ harta de lo que le est¨¢ diciendo?, explica la autora por correo electr¨®nico desde Detroit (EE UU).
Tersigni agrup¨® sus descubrimientos en un prodigioso hilo de pinturas con mensajes recurrentes del mansplaining: ?Quiz¨¢ si me saco la teta dejar¨¢n de explicarme mis propias bromas?, tecle¨® justo encima de?Cristo y la mujer ad¨²ltera, una pintura de 1617 de?Jobst Harrich. ?C¨¢lmate?, a?adi¨® sobre El jard¨ªn de invierno, de Manet (1879). Para el cl¨¢sico ?Deber¨ªas taparte m¨¢s si quieres que la gente te tome en serio? escogi¨® La proposici¨®n, un cuadro del siglo XVII de Jan Steen. Su particular recontextualizaci¨®n de t¨®picos del sexismo cotidiano con obras de arte de otra ¨¦poca fue todo un ¨¦xito. Su hilo explot¨®, como ella pocas horas antes con el pesado de turno, pero directamente hacia el mundo editorial.
El ¨¦xito de aquel hilo viral que todav¨ªa no deja de compartirse ha llevado a Tersigni a publicar Men to avoid in art and life?(Chronicle Books, 2020), una amena extensi¨®n que ha publicado este mes de agosto en la que vuelve a tirar de archivo pict¨®rico para ilustrar los lugares comunes del sexismo.
Si bien no lo esperaba, la escritora entiende el ¨¦xito? del fen¨®meno: ?Nos encanta re¨ªrnos de nuestras frustraciones con otras personas que nos entienden por haber estado all¨ª?. Tambi¨¦n se muestra sorprendida por la cantidad hombres que, lejos de criticarla, han entonado un mea culpa y se han visto identificados en sus comparativas: ?Muchos me han dicho que se ven a s¨ª mismos en el libro y que ser¨¢n m¨¢s conscientes de esos comportamientos en el futuro. ?Eso ha sido maravilloso!?, explica.
Su libro divide en cinco a la tipolog¨ªa de hombres que evitar en nuestra vida (y en el arte, claro). Por un lado, el mansplainer,??es el que te explica cosas que ya sabes, o cosas con las que cree que tiene m¨¢s experiencia, y lo hace de una manera condescendiente. Opiniones no pedidas y no deseadas?.??
¡®The Concern Troll¡® (o el trol preocupado) es aquel hombre?que, seg¨²n la autora, ?utiliza la falsa preocupaci¨®n por ti para socavarte y menospreciarte. Dice cosas como: ¡®Estoy de acuerdo con lo que est¨¢s diciendo, pero alejar¨¢s a la gente si sigues con ese tono de enfado'?.
En tercera posici¨®n, el ¡®Sexperto¡¯: ?el hombre cis que te explica tu propio cuerpo. Es un experto en cosas como la menstruaci¨®n, aunque nunca la ha tenido?. La cuarta categor¨ªa es para ¡®el c¨®mico¡¯ (?El hombre que no solo te explica tus propios chistes, o piensa que las mujeres no son graciosas, sino que tambi¨¦n se mosquea cuando no te r¨ªes de sus gracias vagas, racistas, sexistas, etc?) y en ¨²ltimo lugar est¨¢ el ¡®Patronizer¡¯ (o condescendiente), el que ?usa tus emociones en tu contra. Te hace sentir peque?a para que ¨¦l pueda sentirse grande. Dir¨¢ cosas como ¡®No puedo hablar contigo si te vas a poner hist¨¦rica'?.
Quien tambi¨¦n sabe que feminismo e historia del arte conjugan a la perfecci¨®n en la cultura del meme es Helena?Sotoca, autora de @femme.sapiens, la cuenta de Instagram espa?ola que tambi¨¦n tira de recontextualizaci¨®n del arte del pasado con teor¨ªa de g¨¦nero, mucha pedagog¨ªa y sentido del humor.
Esta madrile?a de 27 a?os es m¨²sica de profesi¨®n ¨Cestudi¨® viol¨ªn y luego viola y actualmente trabaja colaborando con diferentes orquestas sinf¨®nicas afincada ahora en Barcelona¨C, estudia un m¨¢ster de gesti¨®n cultural y cre¨® la cuenta como apoyo a una revista online que cre¨® para visibilizar el trabajo de las mujeres artistas.?Por falta de tiempo la revista cerr¨®, pero la cuenta sigui¨® activa. All¨ª ha desarrollado un interesante di¨¢logo entre obras de arte, discurso feminista y sem¨¢ntica digital. ?En el feed me gusta utilizar el humor para transmitir feminismo y en las historias ya me pongo yo m¨¢s seria. En ellas hago divulgaci¨®n, hablo sobre creatividad o directamente cuento a veces c¨®mo me afecta a m¨ª el machismo en mi d¨ªa a d¨ªa?, explica esta creadora.
La suya es una clase de historia con perspectiva de g¨¦nero en la que cabe el capitalismo de los afectos y la precariedad. Desde @femme.sapiens ha dado voz a la silenciosa?Joven de la perla de Vermeer en forma de chat de WhatsApp para criticar la tiran¨ªa de los c¨¢nones (?T¨ªas, estoy hasta el co?o, no olvid¨¦is que somos m¨¢s que una cara bonita. Os quiero, cuidaos mucho?); ha mezclado el imaginario de Windows con la pintura victoriana de?Firs Sergeevich Zhuravlev para mandar al ideal rom¨¢ntico y las bodas con menores a la papelera de reciclaje o ha denunciado la cultura de la violaci¨®n enfatizando el poder de las letras de las Tesis frente a las im¨¢genes rom¨¢nticas de la pintura vistas en el caso de las m¨²ltiples versiones de Susana y los viejos.
Como Tersigni, su inspiraci¨®n es su propia rutina, sin procurar apropiarse de espacios que no considera propios. ?Al final mi realidad es que sufro el machismo en mi d¨ªa a d¨ªa como cada mujer, pero el resto de privilegios s¨ª que los ostento. El resultado es que por lo general, estos son los temas que m¨¢s me tocan a m¨ª, y una de mis ?normas? (por llamarlo de alguna manera) es no hablar de aquello que no conozco o que no sufro, sino dar espacio a las que s¨ª que lo hacen. Lo que pasa es que estas problem¨¢ticas que s¨ª me afectan est¨¢n tan incrustadas en el tejido social, que cuando empiezas a tirar del hilo, no se puede parar?, explica.
Seguidora de @laultimacroqueta (?una maestra de conectar las pinturas m¨¢s conocidas de la Historia del Arte con lo que para m¨ª es la cultura millenial en Espa?a?), Sotoca cree tener la respuesta a por qu¨¦ funciona tan bien esta recontextualizaci¨®n de arte con perspectiva de g¨¦nero en forma de meme: ?Primero, por el humor. Necesito en muchas ocasiones expresar mi enfado a trav¨¦s del humor. No creo que la broma le quite importancia al mensaje, sino que lo hace accesible para aquellas personas que de primeras no est¨¢n muy dispuestas a recibirlo?. Tambi¨¦n, por la identificaci¨®n con el realismo de las im¨¢genes: ?La Historia del Arte nos ofrece una expresividad de los rostros humanos tan bien conseguida, que a todos nos alucina que nos podamos sentir identificados con un gesto de, por ejemplo, una Virgen del siglo XVI. Se trata de una empat¨ªa con las emociones humanas tan atemporal que la conexi¨®n es rapid¨ªsima?, asegura.
?Sufren estas creadoras con el acoso de mucho trolls? No como para quitarles las ganas de seguir divulgando. ?Los comentarios machistas o violentos que he recibido no son nada comparado con lo que han recibido otras amigas y compa?eras activistas?, cuenta la espa?ola. Tersigni es categ¨®rica: ?Yo he tenido una buena cantidad de trolls, viene de serie al estar conectada a la red. Siempre intentar¨¢n explicarme mis propios chistes, pero han sido f¨¢ciles de ignorar porque la respuesta ha sido abrumadoramente positiva. El ruido bueno los ahoga?.