Por qu¨¦ Juana de Arco sigue siendo un s¨ªmbolo incombustible aunque la quemaran viva hace casi 600 a?os
Es un s¨ªmbolo a nivel mundial que, lejos de apagarse con el tiempo, mantiene su pujanza por mucho que pasen, no ya los a?os, sino los siglos.
En una escena de esa f¨¢bula protofeminista que es ¡°La kermesse heroica¡± (Jacques Feyder, 1935), un joven pintor de apellido Brueghel le dice a su amada: ¡°Te retratar¨¦ como a la Virgen, como Salom¨¦, Eva o Juana de Arco¡±. Semejante retah¨ªla sirve a la perfecci¨®n para dejar claro el lugar cuasi mitol¨®gico que ocupa Juana de Arco en la iconograf¨ªa popular: alineada junto a los grandes mitos femeninos de la historia de la humanidad. Y es que Juana de Arco (circa 1412-1431), tambi¨¦n apodada por su condici¨®n de inmaculada la Doncella de Orl¨¦ans, no deja de ser un personaje hist¨®rico que podr¨ªa perfec...
En una escena de esa f¨¢bula protofeminista que es ¡°La kermesse heroica¡± (Jacques Feyder, 1935), un joven pintor de apellido Brueghel le dice a su amada: ¡°Te retratar¨¦ como a la Virgen, como Salom¨¦, Eva o Juana de Arco¡±. Semejante retah¨ªla sirve a la perfecci¨®n para dejar claro el lugar cuasi mitol¨®gico que ocupa Juana de Arco en la iconograf¨ªa popular: alineada junto a los grandes mitos femeninos de la historia de la humanidad. Y es que Juana de Arco (circa 1412-1431), tambi¨¦n apodada por su condici¨®n de inmaculada la Doncella de Orl¨¦ans, no deja de ser un personaje hist¨®rico que podr¨ªa perfectamente no haber trascendido los l¨ªmites del escenario de su haza?a, Francia. Pero hete aqu¨ª que esta joven campesina (aunque incluso en el campesinado hab¨ªa clases: su padre era propietario de veinte hect¨¢reas y ten¨ªa un peque?o cargo en la administraci¨®n de Orl¨¦ans) convertida en hero¨ªna por su papel en la Guerra de los Cien a?os es un s¨ªmbolo a nivel mundial que, lejos de apagarse con el tiempo, mantiene su pujanza por mucho que pasen, no ya los a?os, sino los siglos.
Cierto es que su gesta tiene las dosis justas de hero¨ªsmo, misticismo, infortunio e injusticia necesarias para convertirse en leyenda. Recordemos la historia: Juana de Arco se ve impelida, tras sus visiones del Arc¨¢ngel Miguel, Santa Margarita y Catalina de Alejandr¨ªa, a liderar un ej¨¦rcito de ayuda contra la dominaci¨®n inglesa en Francia durante el asedio de Orl¨¦ans. Esta victoria insuflar¨ªa, seg¨²n reza la leyenda, el ¨¢nimo suficiente al maltrecho ej¨¦rcito franc¨¦s para derrotar a los brit¨¢nicos y coronar finalmente a Carlos VII como rey de Francia en Reims. Poco menos de un a?o despu¨¦s, Juana de Arco es capturada por los borgo?ones y entregada a los ingleses, quienes la procesan, la encuentran culpable de herej¨ªa y la queman en la hoguera un 30 de mayo de 1430. No ser¨ªa hasta casi tres d¨¦cadas despu¨¦s (en 1456) cuando el Papa Calixto III revisa el juicio, desmiente las acusaciones, la declara inocente y m¨¢rtir. En 1803, Napol¨¦on Bonaparte la declara s¨ªmbolo nacional de Francia. En 1909 la beatifican y en 1920 es canonizada.
Como en tantas otras ocasiones, la leyenda de Juana de Arco ha trascendido de largo su verdadera vida -o lo que se conoce de ella- y su figura ha sido reformulada una y mil veces porque como bien se?ala Noel Blanco Mourelle, profesor de literatura medieval en el Departamento de lenguas rom¨¢nicas de la Universidad de Chicago: ¡°Es necesario tener en cuenta que las representaciones construyen en parte al personaje. Terminar siendo un icono cultural no era necesariamente el destino de su historia, sino que es, al menos en parte, el resultado de la fascinaci¨®n y de la enorme cantidad de representaciones que produce. Cada una de esas representaciones a?ade nuevos significados al icono cultural. As¨ª, por ejemplo, la pel¨ªcula de Dreyer (La Pasi¨®n de Juana de Arco, 1928) muestra una gran fascinaci¨®n, casi documental, con la capacidad por parte de los espectadores de conectar con la estetizaci¨®n del sufrimiento de la mujer. Esta estetizaci¨®n es fundamentalmente perversa. Sin embargo, en la canci¨®n Maid of Orl¨¦ans (1981) del grupo tecno-pop ingl¨¦s OMD, el personaje se transforma en un objeto de deseo inalcanzable. Ninguna de estas interpretaciones est¨¢ en el personaje, sino que como representaciones culturales se relacionan con la historia de partida y la enriquecen, la llenan de nuevos matices¡±.
M¨¢s o menos ajustado a la historia, lo que queda patente una vez m¨¢s es la habilidad francesa para convertir su producto nacional en patrimonio de la humanidad. Y es que no hay campo de la industria cultural que no se haya rendido a la hero¨ªna. Por supuesto, el cine con casos tan sublimes como el ya citado de Dreyer o el de Bresson, pasando por las consabidas grandes s¨²per producciones de Cecil B. DeMille o de Luc Besson (que se qued¨® lejos de recuperar los 85 millones de presupuesto a pesar de meter como protagonista a la siempre eficaz en esto de hacer taquilla Milla Jovovich). Tambi¨¦n se enfundaron la armadura Jean Seberg a las ¨®rdenes de Otto Preminger o Ingrid Bergman, esta por dos veces, una para Victor Fleming y otra para Roberto Rosselini. En m¨²sica, la lista de himnos dedicados o inspirados en la doncella de Orl¨¦ans es infinita. Desde Leonard Cohen a Patti Smith pasando por Garbage, Low, Tangerine Dream, Kate Bush, Arcade Fire o la mism¨ªsima Madonna. Por cierto que Madonna, fan confesa de Juana de Arco (en una entrevista a Rolling Stone dijo: ¡°Siempre me ha atra¨ªdo el relato de su vida, sobre todo por su compromiso con las causas en las que cre¨ªa. No retrocedi¨® ante la muerte. Las mujeres necesitamos modelos como este¡±) fue vestida por Gaultier como una futurista Juana de Arco en la gala de Eurovisi¨®n del pasado a?o. La literatura, como era de esperar tampoco se libra: desde Mark Twain (que le dedica una obra en 1895 convirti¨¦ndola en una pionera de la democracia) hasta Brecht pasando por el personaje de c¨®mic Pat Patriot, la ¡°Juana de Arco americana¡±. Incluso Benetton la incluy¨® en su campa?a de 1988 ¡°United Superstars of Benetton¡± en la que la firma cre¨® una de esas im¨¢genes impactantes marca de la casa: la guerrera aparec¨ªa junto a Marilyn Monroe.
Pero, ?de d¨®nde procede esta transversalidad? Seg¨²n Blanco Mourelle, ¡°Hay una universalidad en la historia de alguien cuyo destino se eleva por encima de la mediocridad, es investida de un poder m¨¢s all¨¢ del que acostumbran a tener las mujeres en su ¨¦poca y cuya existencia, de repente, se convierte en cifra de un destino colectivo. Adem¨¢s, se trata de un relato que otorga un destino heroico a un personaje an¨®nimo. Alguien procedente de un entorno social sin relevancia de repente se convierte en protagonista. Como suced¨ªa en la ¨¦pica cl¨¢sica, el personaje heroico es elegido por la divinidad y su vida est¨¢ marcada por una voluntad ajena a este mundo.¡±.
Un personaje heroico que, si se piensa bien, re¨²ne todas las caracter¨ªsticas de los superh¨¦roes. A saber: Juana de Arco, al igual que los superh¨¦roes tiene una misi¨®n definida, ineludible y, por supuesto, desinteresada (salvar a su pueblo de unos villanos), posee no s¨®lo un uniforme (la armadura) sino tambi¨¦n una identidad secreta (una mujer que se hace pasar por hombre), detenta unos superpoderes, que le permiten comunicarse con Dios y con sus portavoces y organizar una estrategia ganadora donde tantos miembros del ej¨¦rcito han fracasado y lucha contra una galer¨ªa de villanos (los ingleses) que quieren acabar con su mundo. Todo eso le har¨¢ pasar por una prueba definitiva (el martirio) que ella aceptar¨¢ con la resignaci¨®n y el valor propios de los elegidos. Y, por supuesto, como buena superhero¨ªna que se precie, Juana de Arco tambi¨¦n tuvo su n¨¦mesis. Un siniestro personaje de nombre Gilles de Rais que combati¨® a su lado en la Guerra de los Cien A?os y que, tras la quema de Juana de Arco, se convirti¨® en uno de los criminales m¨¢s atroces de todos los tiempos. ¡°Gilles de Rais fue un asesino de ni?os y probablemente uno de los primeros serial killers documentados en la historia europea. Se trata de la otra cara de Juana en la medida en que ¨¦l tambi¨¦n dice estar inspirado por voces y visiones divinas¡± afirma Blanco Mourelle.
Una superhero¨ªna que, sin embargo, se ha utilizado para todo tipo de causas y luchas y cuya imagen ha sido reivindicada desde las ant¨ªpodas del espectro pol¨ªtico. As¨ª, mientras para algunos Juana de Arco simboliza la cr¨ªtica al pensamiento totalitario, para otros se asocia con el m¨¢s beligerante de los patriotismos. Los autores Willis Allen y Dubreil recuerdan en Alliages culturels: La soci¨¦t¨¦ fran?aise en transformation que, si bien durante la Segunda Guerra Mundial, la Resistencia la adopt¨® como uno de sus s¨ªmbolos, conviene no olvidar que tambi¨¦n el r¨¦gimen de Vichy, colaboracionista con los nazis, se la apropi¨® mostr¨¢ndola como una v¨ªctima de los ingleses. Incluso hoy, Juana de Arco ha sido recuperada por el partido de extrema derecha Front National (ahora Rassemblement national) como encarnaci¨®n de la soberan¨ªa nacional y el patriotismo. Blanco Mourelle explica esta dualidad: ¡°Representa algo que est¨¢ al alcance de ambos lados del espectro pol¨ªtico porque se trata de una figura de unidad nacional. A pesar de ello, es necesario recordar que no es exactamente una figura equidistante. Me explico: en Francia el Frente Nacional reivindica su figura con especial devoci¨®n en parte porque sirve para reivindicar un legado religioso y militar¡±.
E igual que para algunos encarna una parafernalia religiosa muy concreta, para otros como para el cineasta Bruno Dumont, pen¨²ltimo en rendirse al relato de Juana de Arco con Jeannette, la infancia de Juana de Arco (2017) y Jeanne (2019), se trata de algo bastante m¨¢s espiritual. Seg¨²n declaraba en una entrevista a la web del festival Cineuropa: ¡°La historia de Juana de Arco es la historia de una batalla interna, pero tambi¨¦n contra los poderes dominantes, contra los ricos, contra la Iglesia, contra los dogmas. Juana de Arco est¨¢ muy viva, muy din¨¢mica y por eso es muy moderna. Representa la naturaleza profunda de lo que somos todos. No es ni siquiera una mujer, es el alma universal¡±.
Y, por supuesto, el debate de g¨¦nero en torno a una figura que renunci¨® a su condici¨®n de mujer y abraz¨® la castidad pero que tambi¨¦n hizo gala de un feminismo inaudito para aquel entonces y que probablemente fue una de las primeras en interrogarse por la lucha de g¨¦neros. ¡°Se trata de una doncella guerrera elegida por la voluntad divina?, dice Blanco Mourelle. Se la representa como guerrera y por lo tanto, como a alguien que renuncia a la comodificaci¨®n de su cuerpo en el mercado del matrimonio y del trabajo reproductivo al que las mujeres de su condici¨®n estaban destinadas en el siglo XV. Es interesante que una de las acusaciones que el tribunal religioso utiliz¨® contra ella fue la de travestismo, de vestirse como un hombre, esto ha hecho que diversos ensayistas la hayan reivindicado como un icono de la comunidad LGBTQI, particularmente desde el lesbianismo militante¡±.