Robin Wright: ?Durante muchos a?os me encasillaron como la esposa infeliz?
La int¨¦rprete se libera de etiquetas y ahora debuta como directora con una historia de supervivencia.
Desde hace 24 a?os, a Robin Wright (Dallas, 55 a?os) le preguntan una y otra vez lo mismo. Formulado de distintas formas. En diferentes entornos, pero siempre lo mismo. ?Que si creo en el amor verdadero?, se r¨ªe la actriz. No es curiosidad por su matrimonio pasado con Sean Penn, ni por su m¨¢s reciente boda con el relaciones p¨²blicas de Saint Laurent, Cl¨¦ment Giraudet. No. La huella que dej¨® como Buttercu...
Desde hace 24 a?os, a Robin Wright (Dallas, 55 a?os) le preguntan una y otra vez lo mismo. Formulado de distintas formas. En diferentes entornos, pero siempre lo mismo. ?Que si creo en el amor verdadero?, se r¨ªe la actriz. No es curiosidad por su matrimonio pasado con Sean Penn, ni por su m¨¢s reciente boda con el relaciones p¨²blicas de Saint Laurent, Cl¨¦ment Giraudet. No. La huella que dej¨® como Buttercup, La princesa prometida, la sigue persiguiendo tanto como su tierna y alocada Jenny de Forrest Gump. Wright ha vivido en su piel todos los clich¨¦s de Hollywood, el encasillamiento, la cosificaci¨®n, la desigualdad, pero ha llegado hasta aqu¨ª, a los 55 a?os, doblemente renacida. En su mejor momento. Primero, tras el papel de Claire Underwood en House of Cards. Y, ahora, con un sue?o largamente perseguido: dirigir. En un lugar salvaje, que llega a los cines el 11 de junio, es su primera pel¨ªcula tras las c¨¢maras. Una historia de supervivencia en mitad de la monta?a, de volver a conectar, una mujer sola. Robin Wright. Ella dirige y protagoniza. Y piensa volver a hacerlo.
Parece que ocurre con cada pel¨ªcula, pero En un lugar salvaje, que rod¨® antes de la pandemia, tiene ahora mucho m¨¢s sentido.
Cuando me lleg¨® el guion de esta pel¨ªcula hace tres a?os, quise hacerla porque viv¨ªamos un momento de dolor con tiroteos masivos casi semanales. Era una ¨¦poca horrible en nuestro pa¨ªs con ese presidente. Y esta historia era simple, pero mostraba el lado bonito de la humanidad, la amabilidad. Si eso no es relevante hoy¡
Los tiroteos y la violencia contin¨²an.
S¨ª, desafortunadamente. ?Ocurren en Espa?a? La enfermedad mental en nuestro pa¨ªs es un problema enorme. Tengo la sensaci¨®n de que no pasa en otros pa¨ªses y no la estamos tratando con la urgencia que deber¨ªamos. Las armas est¨¢n descontroladas. ?Por qu¨¦ en otros pa¨ªses se frena esta violencia? Ojal¨¢ fuera igual aqu¨ª, pero se agarran a su segunda enmienda.
?Por qu¨¦ decidi¨® tambi¨¦n protagonizar la pel¨ªcula?
No me quedaba otra [se r¨ªe]. Despu¨¦s de mucho esfuerzo, conseguimos el dinero, pero ten¨ªamos que irnos a Canad¨¢ a rodar en 48 horas para aprovechar esos 29 d¨ªas de octubre en los que quiz¨¢ conseguir¨ªamos [grabar con las condiciones climatol¨®gicas habituales de] las cuatro estaciones. Las productoras me dijeron que no pod¨ªamos arriesgarnos, que ten¨ªa que interpretar yo a Edee [el personaje principal].
Viniendo de Claire Underwood en House of Cards o Antiope en Wonder Woman, Edee se encuentra en el otro extremo; aunque fuerte para sobrevivir sola en la monta?a, es una mujer muy vulnerable.
Fui feliz el d¨ªa que me quit¨¦ los tacones de aguja y los vestidos estrech¨ªsimos de Claire. Era un personaje con el que no ten¨ªa nada que ver. Y esto fue un soplo de aire fresco, poder ser m¨¢s real, pura, vulnerable.
?Interpretarla ha cambiado algo?
Mi conexi¨®n con la naturaleza. La idea de volver a la naturaleza y sentir sus propiedades curativas. Mis productoras y yo vivimos en un tr¨¢iler, detr¨¢s de la caba?a que se ve en el filme, durante un mes, en mitad de la nada. Un d¨ªa hac¨ªa sol, el siguiente nevaba¡ No solo fue terap¨¦utico, sino que dej¨® un poso en nosotras.
?Sobrevivir¨ªa all¨ª arriba?
Quiz¨¢ con mi amigo Miguel [Demi¨¢n Bichir, coprotagonista en el filme] y con un mont¨®n de comida mexicana. Tuvimos un asesor que nos ense?¨® a cazar, aunque no cazamos, a despellejar animales, filetearlos¡ Pero no creo que fuera capaz de matar y parece complicado sobrevivir como vegetariana ah¨ª arriba.
Tras House of Cards dijo que sent¨ªa que hab¨ªa vuelto a empezar, ?dirigir es otra nueva vida en Hollywood?
Creo que s¨ª. Ahora voy a dirigir episodios de otra serie, Ozark. Veremos qu¨¦ pasa. Pero estoy buscando activamente m¨¢s cosas para dirigir. La interpretaci¨®n siempre estar¨¢ ah¨ª¡ Tengo que actuar para pagar las facturas porque el trabajo como directora no las paga [risas].
Robin Wright ten¨ªa 16 a?os cuando lleg¨® a Hollywood persiguiendo un sue?o: salir en alguna pel¨ªcula de John Hughes. Pero ya sabemos que Molly Ringwald se le adelant¨® en todas. A ella le qued¨® Santa Barbara, aquel culebr¨®n de ¨¦xito internacional, seguido de esos dos t¨ªtulos que a¨²n marcan su carrera, La princesa prometida y Forrest Gump. Entonces el estrellato se le abri¨® de par en par, pero ella eligi¨® ser madre de su hija Dylan (30 a?os) y su hijo Hopper (27 a?os). Le cost¨® volver, Hollywood lleva mal que le digan que no. A Wright tampoco le gusta que la intenten arrinconar o decir qu¨¦ debe hacer. Como en esto de las entrevistas y las promociones. No hay preguntas censuradas con anterioridad. Amable, se r¨ªe mucho, relajada al otro lado del Zoom en lo que parece su cocina, sin maquillaje, pero siempre tiene esa alerta encendida para no dejar entrar en su vida privada.
?Actuar ya no es emocionante?
S¨ª, aunque lo es cuando interpreto un papel salvaje, alguien totalmente opuesto a m¨ª, como Claire. As¨ª sigue siendo un juego y un reto.
?Lo contrario le aburre?
S¨ª, preferir¨ªa no hacerlo. Quiz¨¢ porque llevo haciendo esto tanto tiempo y me encasillaron durante muchos a?os como la esposa infeliz. Agradec¨ª salir de esa cajita en la que me metieron. Ya no me interesa interpretar algo as¨ª. Es aburrido. House of Cards me abri¨® otras puertas, pero la gente no tiene una imaginaci¨®n expansiva, te sacan de una caja para meterte en otra.
Esta pel¨ªcula llega en un momento interesante, ha sido un a?o de r¨¦cord en los Oscar, con dos directoras nominadas.
Alguien me pregunt¨® hace poco si cre¨ªa que se hab¨ªa abierto un espacio para m¨¢s directoras y m¨¢s diversidad, por la presi¨®n social. Claro, por supuesto que ha sido por la presi¨®n. Ha funcionado, as¨ª que necesitamos seguir presionando. S¨ª, las mujeres vamos saliendo, pero hace falta ver todas las nacionalidades, todas las culturas. Hemos estado poniendo la misma cinta una y otra vez y ya era hora de que se rompiera.
?Se ha cruzado por fin esa l¨ªnea roja?
Sin duda. La grieta en el techo de cristal se va haciendo m¨¢s grande. Aunque hemos necesitado mucho tiempo para romperlo y a¨²n tenemos que atravesarlo del todo. ?Parece forzado? Probablemente, pero va a necesitar cierta flexibilidad.