El falso temor al retorno de la puritana
Los agoreros del #Metoo temen una ola de castidad sexual como consecuencia a las denuncias de acoso. Una paradoja en la era m¨¢s pedag¨®gica en cuanto a sexualidad libre y consentida.
Deneuve y ac¨®litas predicen el advenimiento de una nueva ?ola de puritanismo sexual?.?El escritor Sergio del Molino aventura que ?el sexo ya no es divertido?. ?...
Deneuve y ac¨®litas predicen el advenimiento de una nueva ?ola de puritanismo sexual?.?El escritor Sergio del Molino aventura que ?el sexo ya no es divertido?. ?Salvemos el sexo?, pide Milena Busquets. El periodista Paco Tom¨¢s se alinea con ellos y asegura que ?detr¨¢s del #MeToo se esconde todo el puritanismo y conservadurismo que est¨¢n asolando el planeta?. Tambi¨¦n lo ha hecho el director Michael Haneke, que teme una ?cruzada contra cualquier forma de erotismo?. Los agoreros del #MeToo especulan ahora con un tsunami de mujeres reacias al placer de los sentidos. Los reaccionarios elucubran, sin ofrecer nombres y apellidos o poder se?alar a ide¨®logas concretas, con la supuesta existencia de un ente de calvinistas organizadas en la sombra, empe?adas en formar ej¨¦rcitos de cinturones de castidad para demonizar al sexo y quitarnos, por ende, toda la diversi¨®n. Una situaci¨®n parad¨®jica en la que, posiblemente, sea la era m¨¢s pedag¨®gica sobre la sexualidad femenina y en la que el puritanismo ha perdido todo el poder medi¨¢tico que s¨ª ostent¨® en el pasado.
Cuesta visualizar entre esas supuestas filas beatas y retr¨®gradas a Tarana Burke, la activista negra de Queens que se invent¨® esto del ?yo tambi¨¦n? hace una d¨¦cada. Burke lidera una ONG (aconfesional) que asiste a ni?as en riesgo de exclusi¨®n, ni?as abandonadas por el sistema, sobreviviendo en lugares que nadie querr¨ªa cruzar solo de noche. Arrepentida de haberse quedado sin palabras ante la confesi¨®n de una chica de Alabama que le cont¨® que el novio de su madre hab¨ªa abusado sexualmente de ella, la activista convirti¨® en lema esas dos palabras que marcar¨ªan a 2017, gracias a la popularidad de la actriz Alyssa Milano, y que tantas suspicacias levantan ahora entre los apocal¨ªpticos del #MeToo.
El ocaso de la estrella puritana
?Solo dir¨¦ una cosa sobre mi anillo de castidad: ?nadie quiere ser una zorra!?. Hace solo una d¨¦cada esto es lo que se gritaba, y se aplaud¨ªa, en el escenario de los MTV VMA¡¯s. Lo hac¨ªa Jordin Sparks, ganadora de American Idol, y no estaba sola en la defensa de la abstinencia sexual. A mediados de los 2000, este fue el mensaje que los lobbies evangelistas cristianos lograron colar entre el gran p¨²blico, alimentados por subvenciones gubernamentales hacia organizaciones como la CBAE (Community-Based Abstinence Education) o la Silver Ring Thing, conocida por popularizar los anillos de pureza o castidad como s¨ªmbolo de abstinencia sexual entre los adolescentes.
Hazel Cills recuerda que en reacci¨®n al ¡®sex panic¡® que caus¨® la crisis del Sida entre los 80 y los 90, las j¨®venes estrellas del pop alimentaban esta narrativa que divid¨ªa a las adolescentes entre ser un virgen o, directamente, ser una golfa. Jessica Simpson y Britney Spears repet¨ªan una y otra vez que esperar¨ªan hasta el matrimonio para mantener relaciones sexuales. La generaci¨®n Disney alzaba su mano izquierda frente a los fot¨®grafos para mostrar sus anillos de castidad: lo hac¨ªan los Jonas Brothers, Demi Lovato, Hillary Duff, Miley Cyrus o Selena Gomez. ?Mantendr¨¦ esta promesa por m¨ª misma, por mi familia y por Dios?, dijo Gomez en 2008. Cyrus dir¨ªa el mismo a?o a People que ser virgen era ?un gran compromiso de las adolescentes?. La demonizaci¨®n del sexo era el camino a seguir.
Una a una, con el paso de los a?os, todas esas estrellas se quitaron su anillo de la pureza. Obama tambi¨¦n desech¨® la idea de seguir subvencionando los programas educativos de castidad como mejor m¨¦todo anticonceptivo entre las adolescentes (Trump, alineado con lo cr¨ªticos con el #Metoo por ?destrozar? la vida de hombres con ?simples acusaciones?, destina 277 millones de d¨®lares a promover la abstinencia sexual).
Las puritanas abandonaron la palestra medi¨¢tica para pasar el testigo a nuevas estrellas que propugnan una idea mucho m¨¢s progresista, pedag¨®gica y liberal frente al sexo. Zendaya apuesta por el sexo sin compromiso con precauci¨®n (?Mientras te protejas y te hagas pruebas peri¨®dicamente, ?haz lo que debas hacer!), Bella Thorne se identifica como bisexual y Emma Watson comparte con sus millones de seguidores informaci¨®n sobre c¨®mo educarse sobre el orgasmo femenino y explorar la sexualidad sin miedos. En Espa?a, la youtuber Psico Woman tambi¨¦n instruye de educaci¨®n sexual igualitaria desde su canal y la nueva generaci¨®n de OT ha dado una lecci¨®n de inclusi¨®n y libertad sexual en el espectro LGTBQ como nunca antes se hab¨ªa visto en la televisi¨®n p¨²blica. ?Qu¨¦ voces propugnan ese puritanismo que tanto defienden los reaccionarios al #MeToo si nadie quiere identificarse con ¨¦l? ?No se estar¨¢ confundiendo con la voluntad de establecer unas relaciones sexuales en las que el placer masculino no tenga construirse a trav¨¦s del dolor femenino?
La tasa sexual del dolor femenino
?El mundo est¨¢ inquietantemente c¨®modo con el hecho de que las mujeres a veces vuelven a casa llorando despu¨¦s de un encuentro sexual?, explica Lily Loofbourow en un reciente ensayo en The Week, donde analiza en profundidad la desequilibrada concepci¨®n del ?mal sexo? entre hombres y mujeres heterosexuales. ?Parece que s¨®lo estemos c¨®modos con movimientos como el #MeToo siempre que los hombres que se cuestionen sean monstruos f¨¢cilmente separables del pack. Una vez sacadas las manzanas podridas y empecemos a sospechar que esto es? m¨¢s una tendencia que un caso aislado, nuestro instinto es normalizarlo. El instinto nos dice que es as¨ª c¨®mo los hombres act¨²an y que as¨ª es c¨®mo es el sexo?. Y es ah¨ª donde introduce la tasa del dolor femenino para lograr el placer masculino.
Loofbourow destaca que un estudio en el que el 30% de las mujeres declaran sentir dolor durante el sexo vaginal, que el 72% sufre con el sexo anal y que ?una gran cantidad? no le comunica a su pareja que el sexo es doloroso. La investigaci¨®n de la periodista conclu¨ªa que los hombres hablan de ?mal sexo? cuando se ?aburren? mientras que las mujeres lo hacen para referirse a ?no tener confort emocional o, de forma m¨¢s com¨²n, dolor f¨ªsico?. Debby Herbernick, profesora de la Universidad de Salud P¨²blica de Indiana asegura que ?cuando se trata de hablar de ¡®buen sexo¡¯ las mujeres normalmente se refieren a tenerlo sin dolor, mientras que los hombres dicen haber llegado al orgasmo?.
A prop¨®sito de la violaci¨®n a un menor de 9 a?os agredido por compa?eros de su colegio en ?beda, Benjam¨ªn Ballesteros, de la fundaci¨®n ANAR, alert¨® en la Cadena Ser que se est¨¢n incrementando las? violaciones en grupo, sobre todo hacia las adolescentes. Ballesteros a?ad¨ªa que ?los ni?os tienen tel¨¦fono m¨®vil en edades muy tempranas, pueden ver pornograf¨ªa sin control parental? y est¨¢n ?normalizando comportamientos que no son normales?. Normalizar hasta el punto de comprobar c¨®mo? ¡®la manada San Ferm¨ªn¡¯ se infiltra en el top de b¨²squedas de v¨ªdeos porno gratuitos. La puritana no volver¨¢ porque ninguna quiere serlo, pero tras el terremoto del #MeToo la conversaci¨®n requiere abrir ese mel¨®n sobre c¨®mo afrontamos el sexo m¨¢s all¨¢ de los depredadores sexuales. La periodista Ana?s Bernal resum¨ªa el estado de la cuesti¨®n con apenas cinco palabras ?No es puritanismo, es machismo?.