Siete ejemplos de huelgas feministas de ¨¦xito (y lo que se consigui¨® con ellas)
Cuando las mujeres se juntan y luchan por algo pueden cambiar el mundo. Desde la revoluci¨®n francesa a nuestros d¨ªas las protestas femeninas han cosechado siempre sus frutos, unidas casi siempre a reivindicaciones de car¨¢cter social.
1. Las mujeres de negro en Polonia (3 de octubre 2016): El origen de esta protesta fue el intento por parte del gobierno y la coalici¨®n anti abortista de introducir una ley que penalizara el aborto en cualquier caso, con penas de hasta 5 a?os de c¨¢rcel para las mujeres y los m¨¦dicos.
Miles de mujeres vestidas de negro salieron a las calles de las principales ciudades para manifestar su descontento con pancartas que rezaban mensajes como: ¡°queremos m¨¦dicos, no misioneros¡±, ¡°mi ¨²tero, mi opini¨®n¡± o ¡°gobierno, sal de mis ovarios¡±.
...
1. Las mujeres de negro en Polonia (3 de octubre 2016): El origen de esta protesta fue el intento por parte del gobierno y la coalici¨®n anti abortista de introducir una ley que penalizara el aborto en cualquier caso, con penas de hasta 5 a?os de c¨¢rcel para las mujeres y los m¨¦dicos.
Miles de mujeres vestidas de negro salieron a las calles de las principales ciudades para manifestar su descontento con pancartas que rezaban mensajes como: ¡°queremos m¨¦dicos, no misioneros¡±, ¡°mi ¨²tero, mi opini¨®n¡± o ¡°gobierno, sal de mis ovarios¡±.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
Las protestas obligaron a Ley y Justicia, el partido conservador que gobierna el pa¨ªs, a frenar su proyecto de restringir a¨²n m¨¢s el aborto en Polonia, pero las manifestaciones han seguido adelante. En enero de este mismo a?o las mujeres han vuelto a salir a la calle para protestar por un nuevo intento de endurecer la legislaci¨®n sobre esta materia.
Esta vez una comisi¨®n parlamentaria revisa la propuesta que busca prohibir el aborto para los supuestos en que el feto presente malformaciones o una enfermedad irreversible. El l¨ªder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, es firme partidario de que los abortos eugen¨¦sicos sean prohibidos en Polonia, a pesar de que el pa¨ªs cuenta ya con una de las legislaciones m¨¢s restrictivas de Europa. La norma, que data de 1993, s¨®lo permite el aborto cuando la salud o la vida de la madre est¨¢n en peligro, el embarazo es el resultado de una violaci¨®n o incesto o el feto sufre malformaciones o enfermedad irreversible.
2. El ¡®d¨ªa libre¡¯ de las mujeres islandesas (24 de octubre de 1975): Secundada por el 90% de la poblaci¨®n femenina, las mujeres de Islandia pararon su actividad ese d¨ªa. En lugar de ir a la oficina, dedicarse a las labores del hogar o cuidar de sus hijos, tomaron las calles para manifestarse por la igualdad de g¨¦nero y paralizaron el pa¨ªs. Bancos, f¨¢bricas y tiendas tuvieron que cerrar, al igual que las escuelas y las guarder¨ªas, dejando a muchos padres sin m¨¢s remedio que llevar a sus hijos al trabajo.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
Un a?o m¨¢s tarde, se cre¨® el Gender Equality Council y el parlamento aprob¨® la Gender Equality Act, con lo que la discriminaci¨®n de g¨¦nero en el trabajo y la?escuela pasaba a ser ilegal. Pero hubo m¨¢s huelgas, en las que la igualdad salarial fue siempre un punto a reivindicar. Cinco a?os m¨¢s tarde, Vigdis Finnbogadottir se convert¨ªa en la primera mujer presidenta de Islandia.
3. Las 187 de Dagenham, Reino Unido (7 julio de 1968): Las mujeres que cos¨ªan fundas para los asientos de los coches en la f¨¢brica Ford de Dagenham, un municipio a las afueras de Londres, cobraban un 15% menos que los empleados masculinos y su categor¨ªa hab¨ªa sido degradada al nivel de ¡®trabajo no cualificado¡¯. En julio de 1968, un grupo de 187 obreras decidi¨® ponerse en huelga, con lo que la producci¨®n de la planta de Ford se redujo a la mitad.
Los hechos inundaron las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, dejaron abundante material gr¨¢fico ¨Cmujeres con cardados, estampados psicod¨¦licos y con el pu?o en alto- e inspiraron el gui¨®n de la pel¨ªcula Made in Dagenham (2010).
?Qu¨¦ se consigui¨®?
Que se les subiera el salario, hasta situarlo en un 8% menos que el masculino, y que su categor¨ªa se elevara al nivel B. Pero el efecto m¨¢s contundente de esta acci¨®n fue crear conciencia e inaugurar una nueva etapa en la que el g¨¦nero femenino empez¨® a demandar m¨¢s derechos.
En 1974 se cre¨® en el Reino Unido, la Working Women¡¯s Charter, una lista de diez peticiones que los diferentes grupos feministas, sindicales y asociaciones de mujeres elaboraron conjuntamente. Unas metas a las que hab¨ªa que llegar para conseguir la igualdad. Las demandas inclu¨ªan igual salario para hombres y mujeres, igualdad de oportunidades en educaci¨®n, condiciones de trabajo y derechos. Guarder¨ªas sin coste en f¨¢bricas y empresas o anticoncepci¨®n y aborto gratuitos. Demandas que, desgraciadamente, todav¨ªa no se han conseguido.
4. Marcha de las mujeres en Pretoria, Sud¨¢frica (9 agosto de 1956): M¨¢s de 20.000 mujeres de todas las razas, algunas con beb¨¦s a sus espaldas, procedentes de todos los rincones del pa¨ªs se congregaron frente a Union Buildings, sede del gobierno sudafricano en Pretoria, para protestar contra la ley de pases. Esta normativa obligaba a los ciudadanos negros a llevar un pase especial para entrar en las ¨¢reas reservadas a los blancos.
Esta restricci¨®n provoc¨® que cerca de 300.000 hombres al a?o fueran arrestados por encontrarse sin permiso en las zonas prohibidas para ellos. En 1956, el gobierno decidi¨® extender la obligaci¨®n del pase a las mujeres que, adem¨¢s, deber¨ªan hacerse un examen m¨¦dico obligatorio.
La marcha fue organizada por la FEDSAW (Federaci¨®n de Mujeres Sudafricanas).?Una ?organizaci¨®n famosa por desafiar la opini¨®n generalizada de que la mujer deb¨ªa estar en la cocina. La muchedumbre, parada frente a la sede del gobierno, permaneci¨® en silencio durante 30 minutos y luego empez¨® a cantar una canci¨®n que dec¨ªa: ¡°si golpeas a una mujer, golpeas una roca¡±.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
?Las protestas contra el apartheid empezaron antes y continuaron despu¨¦s, pero esta marcha incluy¨® al g¨¦nero femenino en la lucha contra la segregaci¨®n racial. La ley de pases se aboli¨® finalmente en 1986. El d¨ªa de la mujer se celebra en Sud¨¢frica el 9 de agosto, en conmemoraci¨®n a este episodio simb¨®lico de la lucha feminista.
5. La marcha para el sufrago femenino en Washington (3 marzo de 1913): Bajo el eslogan ¡°en protesta contra la actual organizaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad, de la que las mujeres est¨¢n excluidas¡±, las f¨¦minas abarrotaron las calles para exigir el derecho al voto femenino.
Tomando como referencia a las suffragettes brit¨¢nicas, la marcha se organiz¨® a la manera de un desfile militar, incluyendo 9 bandas, 4 brigadas a caballo y 20 carrozas. Pero el p¨²blico, formado mayoritariamente por hombres, insult¨® y zarande¨® a las participantes (ante una polic¨ªa inm¨®vil, que no actu¨®), lo que provoc¨® que m¨¢s de 100 mujeres fueran ingresadas en hospitales.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
Ridiculizada al principio, la marcha atrajo tanta atenci¨®n que se convirti¨® en uno de los iconos en la lucha por el sufragio femenino y dio origen a otra manifestaci¨®n en Nueva York, en 1915.
Finalmente, las mujeres consegu¨ªan el voto en EEUU en 1920, siguiendo la ola sufragista que se extend¨ªa por el mundo a principios del siglo pasado. El primer pa¨ªs que dej¨® votar a las mujeres fue Nueva Zelanda (1893), aunque hubo que esperar a 1916 para que ellas pudieran presentarse a las elecciones. Australia aprob¨® el sufragio femenino en 1902, Finlandia en 1906, Noruega en 1913, la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1917 y Reino Unido en 1918.
6. Huelga de Pan y Rosas en Lawrence, Massachusetts (1 de enero de 1912): A principios del siglo pasado la industria textil era el negocio m¨¢s floreciente en EEUU y las condiciones de trabajo en las f¨¢bricas eran similares a las de hoy en d¨ªa en Bangladesh. Talleres que se incendiaban debido a sus malas condiciones, jornadas interminables, bajos salarios, insalubridad y mano de obra infantil. La mayor¨ªa de las trabajadores eran mujeres inmigrantes que proced¨ªan del este de Europa y muchas de ellas eran menores de 18 a?os, ya que las peque?as manos de las ni?as eran m¨¢s adecuadas para trabajar con cierta maquinaria.
Los inicios del siglo XX est¨¢n plagados de huelgas en el sector textil, como el levantamiento de las 20.000 en Nueva York (24 de noviembre de 1909), en el que trabajadoras que confeccionaban camisas salieron a la calle para exigir mejoras laborales, pero la protesta m¨¢s ¨¦pica es la huelga de Pan y Rosas. Se llam¨® as¨ª porque una de sus banderas principales era conquistar el pan (simbolizado por un mejor salario) y las rosas (que se traduc¨ªan en la exigencia de mejores condiciones de vida). Hay un precioso poema de James Oppenheim titulado Pan y rosas, que se ha convertido ya en himno y en canci¨®n protesta, y que alude a ¨¦stos hechos. ¡°Mientras vamos marchando, marchando, luchamos tambi¨¦n por los hombres/ Ya que ellos son hijos de mujeres, y los protegemos maternalmente otra vez/Nuestras vidas no ser¨¢n explotadas desde el nacimiento hasta la muerte/ los corazones padecen hambre al igual que los cuerpos/?Dennos pan, pero tambi¨¦n dennos rosas!¡±.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
La gran difusi¨®n, la firme decisi¨®n de las obreras, y el miedo a que la huelga se extendiera a otros puntos, hizo ceder a los patrones, que aceptaron la jornada laboral reducida y el aumento de los salarios. La victoria de la huelga de Lawrence no se debe solo al logro de sus demandas. Tambi¨¦n mostr¨® el protagonismo decisivo de las mujeres en las grandes luchas obreras y prob¨® la enorme creatividad, capacidad de organizaci¨®n y solidaridad que pod¨ªa desplegar el proletariado. Elizabeth Gurley Flynn, que ten¨ªa 22 a?os, fue la protagonista indiscutible de esta protesta. Hija de militantes socialistas, dio su primer discurso a los 16 a?os, titulado Qu¨¦ har¨¢ el socialismo por las mujeres.
7. Marcha de las mujeres en Versalles (5 octubre 1789): Ellas tuvieron un papel destacado durante la revoluci¨®n francesa,?pero uno de los episodios iniciales cont¨® como protagonistas casi exclusivas a las parisinas, por lo que termin¨® siendo conocido como la ¡°Marcha de las Mujeres¡±.
El?mot¨ªn se inici¨® en los mercados de Par¨ªs, la ma?ana del 5 de octubre, cuando las f¨¦minas iniciaron una protesta por la subida de los precios del pan que, adem¨¢s, escaseaba en los mercados y en las mesas. A las mujeres se sumaron tambi¨¦n los hombres y una multitud march¨® hacia Versalles, donde estaba el rey (Lu¨ªs XVI), su familia y los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente, que se hab¨ªan alejado de la tumultuosa Paris para alojarse en el palacio real de Versalles.
A pesar de que se hab¨ªa aprobado en agosto la Declaraci¨®n de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, esos derechos no se hab¨ªan materializado en mejoras para los franceses y la situaci¨®n hab¨ªa encarecido desorbitadamente los productos de primera necesidad.
?Qu¨¦ se consigui¨®?
Por la tarde del d¨ªa 6 de octubre, la familia real y los diputados volvieron al Palacio de la Tuller¨ªas de Par¨ªs escoltados por la Guardia Nacional y el numeroso s¨¦quito de descontentos que hab¨ªan seguido al grupo de ¡°verduleras¡±, ¡°las m¨¢s viles de las mujeres¡±, como fueron calificadas en las cr¨®nicas de la ¨¦poca.
La Marcha de las Mujeres de Versalles propin¨® un golpe de efecto sobre las aspiraciones mon¨¢rquicas de revertir los cambios revolucionarios, propiciando con ello que la Revoluci¨®n Francesa iniciada en julio no se apagara.