iPad: ?El futuro del arte?
La tableta es la herramienta de moda en la creaci¨®n. Con adeptos como David Hockney, es hora de saber qu¨¦ es el arte ipadizado.
Cuando Steve Jobs present¨® el iPad nadie sab¨ªa muy bien para qu¨¦ pod¨ªa servir. En poco menos de dos a?os se ha convertido en un imprescindible. Tambi¨¦n para el arte. Los creadores han encontrado en ¨¦l una nueva forma de plasmar nuevas ideas y romper comercialmente con lo que se conoc¨ªa hasta ahora. Abre un abanico de opciones creativas que permiten mezclar im¨¢genes, v¨ªdeo o m¨²sica, y disfrutar del arte en una pantalla de 9,7 pulgadas. Se puede compartir y transportar con mucha facilidad. Y ofrece algo de lo que el resto de formatos adolece: interactividad. Nadie puede minimi...
Cuando Steve Jobs present¨® el iPad nadie sab¨ªa muy bien para qu¨¦ pod¨ªa servir. En poco menos de dos a?os se ha convertido en un imprescindible. Tambi¨¦n para el arte. Los creadores han encontrado en ¨¦l una nueva forma de plasmar nuevas ideas y romper comercialmente con lo que se conoc¨ªa hasta ahora. Abre un abanico de opciones creativas que permiten mezclar im¨¢genes, v¨ªdeo o m¨²sica, y disfrutar del arte en una pantalla de 9,7 pulgadas. Se puede compartir y transportar con mucha facilidad. Y ofrece algo de lo que el resto de formatos adolece: interactividad. Nadie puede minimizar la diferencia entre disfrutar de un cuadro en vivo o en una pantalla; pero cuando la obra se concibe para iPad, la experiencia puede repetirse en cualquier momento.
Pero ?qu¨¦ supone para el creador? Si hay algo que caracteriza al artista, es la b¨²squeda de ideas, de inspiraci¨®n, de nuevos soportes donde expresarse. Justo ah¨ª es donde este aparato ha aterrizado de forma precipitada para muchos, pero inspiradora para otros. David Hockney expone actualmente 50 pinturas y dibujos creados con su iPad en la Royal Academy de Londres, junto a Nueva York un referente del arte ipadizado. En Espa?a los ejemplos son escasos. Mirai Kobayashi, madrile?o de origen japon¨¦s, se adelant¨® al iPad porque de hecho comenz¨® a hacer bocetos en un iPod Touch. Una de sus grandes ventajas para alguien que pinta es que ?no tienes que pensar en si se seca la tinta. Y siempre puedes trabajar sobre tu idea, ya sea para soporte f¨ªsico o virtual?.
Crear una obra en iPad no tiene por qu¨¦ ser m¨¢s f¨¢cil que hacerlo sobre un lienzo. Se suelen usar varias aplicaciones para una misma obra, como Brushes, Eyegasm o Flowpaper. Para Mirai, cuyas obras se podr¨¢n disfrutar desde el jueves en Art-Madrid, no es un tipo de arte nuevo, sino una manera distinta de llegar al p¨²blico.
Con el arte digital cambia el concepto de coleccionismo. No hay soporte f¨ªsico, cuya unicidad suele encarecer las obras. Pero se puede apoyar la obra o al artista mediante ediciones numeradas, que se venden a precios asequibles. As¨ª, cualquiera puede disfrutar de obras originales certificadas sin dejarse el sueldo.
Una de las webs que ofrecen esa oportunidad es s[edition]. Creada hace tres meses, su cofundador, Harry Blain, la concibi¨® en los 90. En ella, grandes artistas como Damien Hirst o Tracey Emin venden piezas ¨²nicas en ediciones limitadas para dispositivos digitales. Para Jeffrey Boone, director ejecutivo de la Eastside Culture Crawl Society de Vancouver, y uno de sus mejores clientes, ?limitar una edici¨®n es tan simple como llegar a un acuerdo entre comprador y artista?. Uno de los aspectos que m¨¢s choca es que no se tiene ning¨²n objeto real y, por tanto, no se necesita espacio para almacenarlo. ?Las obras alojadas en tu galer¨ªa virtual est¨¢n siempre a tu alcance?. A Jeffrey le encanta la iron¨ªa que supone comprar algo en un mercado cuyo principal reclamo es no poseer nada. Tiene tres obras valoradas en 710 euros, que, si las hubiera comprado f¨ªsicamente, le habr¨ªan costado millones de euros.
De momento, son pocos los artistas, galer¨ªas o museos que siguen esta tendencia. Pero ?seguir¨¢ ganando adeptos? No cabe duda de que el arte ipadizado tardar¨¢ en ser reconocido; pero, mientras, est¨¢ dando lugar a proyectos sorprendentes.