Isabel Marant: ?Dise?ar me plantea un gran conflicto porque creo que no necesitamos m¨¢s ropa?
La dise?adora francesa nos habla de las contradicciones tras el proceso creativo de sus exitosas colecciones.
La entrada a la oficina de Isabel Marant est¨¢ ocupada por cajas dispuestas en barricada. Contienen la colecci¨®n que la dise?adora presentar¨¢ el pr¨®ximo mes en la semana de la moda de Par¨ªs. Su figura alta y desgarbada asoma tras las cajas y se excusa por el caos, "es un momento fren¨¦tico del a?o", dice. Por eso me recibe a la hora de comer y pica de un plato con quiche y ensalada mientras hablamos. Su estr¨¦s, no obstante, es relajado, como sus dise?os. "Intento hacer ropa para la vida diaria pero con cierta actitud. Ropa f¨¢cil de llevar pero que aporte un cierto estilo".
Es precisame...
La entrada a la oficina de Isabel Marant est¨¢ ocupada por cajas dispuestas en barricada. Contienen la colecci¨®n que la dise?adora presentar¨¢ el pr¨®ximo mes en la semana de la moda de Par¨ªs. Su figura alta y desgarbada asoma tras las cajas y se excusa por el caos, "es un momento fren¨¦tico del a?o", dice. Por eso me recibe a la hora de comer y pica de un plato con quiche y ensalada mientras hablamos. Su estr¨¦s, no obstante, es relajado, como sus dise?os. "Intento hacer ropa para la vida diaria pero con cierta actitud. Ropa f¨¢cil de llevar pero que aporte un cierto estilo".
Es precisamente su estilo lo que hace inconfundible cada colecci¨®n de Marant. Porque a diferencia de otros dise?adores ella piensa en mujeres reales. "Siempre miro c¨®mo lleva la ropa la gente en la calle. Las chicas llevan playeras, jeans y camisetas, igual que yo. Por eso lo que me interesa es la calidad del tejido, la ca¨ªda, que no tenga un aspecto demasiado nuevo. Trabajo mucho con la textura, con los estampados, con los colores, con el ornamento, las mezclas de fibras y todo este tipo de cosas. Pocas chicas quieren llevar cosas muy complicadas. Tienes que sentirte bien, confortable y tratar de marcar la diferencia desde ah¨ª".
S¨ª, as¨ª describe Marant su truco para seducir por igual a chicas an¨®nimas y a fashionistas, estilistas, actrices y modelos. Parece sencillo una vez alcanzado el ¨¦xito (Isabel Marant cuenta con 450 puntos de venta adem¨¢s de sus cerca de 15 tiendas propias, con 5 en camino), pero no lo es. De hecho, ella misma parte de un conflicto ¨¦tico cuando trabaja. "Dise?ar me plantea un gran conflicto porque creo que no necesitamos m¨¢s ropa. Por eso siempre empiezo una colecci¨®n con preguntas filos¨®ficas, porque adem¨¢s estoy en contra del consumismo exacerbado en el que vivimos. Eso significa que tengo que crear cosas que la gente verdaderamente aprecie, prendas que las mujeres vayan a llevar durante a?os. Odio el sentimiento de estar haciendo prendas que son demasiado fashion y que no las vas a llevar mucho tiempo". Las crisis tambi¨¦n agudiza esta sensaci¨®n de contrariedad. "Cada vez es m¨¢s importante crear las piezas adecuadas, no hay espacio para algo tonto o mal hecho".
Isabel Marant
La reina del estilo conocido como effortless chic refleja la famosa actitud de sus prendas en su propio atuendo: botas de flecos, jeans pitillo rosas y una sudadera de manga ranglan gris con alg¨²n que otro agujero. En ese look se resumen algunos de sus hitos: las botas, que cada temporada espolean una revoluci¨®n en las revistas y en los escaparates de las cadenas de moda r¨¢pida; los pantalones de colores, bordados o estampados; las sudaderas y camisetas, sobre todo las de lino: "fui la primera en hacerlas, ahora ya las fabrica todo el mundo. Tambi¨¦n soy buena en abrigos y chaquetas, son cl¨¢sicos m¨ªos y se me dan bien. Disfruto mucho con el punto, me encanta dise?arlo", explica. Y a las mujeres llevarlo. Su famoso jersey Yoan fue una de las prendas m¨¢s buscadas de este invierno, el jersey jaspeado granate y marino fue un hit del invierno anterior. Pero no solo el punto llega a la lista de lo m¨¢s vendido. Su beisbolera satinada volvi¨® loca a las estilistas el pasado verano. Y las playeras con cu?a interior calzan los pies de mujeres mayores, j¨®venes, mujeres de look informal, fashionistas, chicas serias. En un corto paseo por Par¨ªs se puede constatar la evidencia: TODAS llevan las zapatillas de Marant.
"S¨¦ cuando una prenda se va a convertir en un hit, lo presiento. S¨¦ cuando he dise?ado algo que est¨¢ muy conseguido y que es muy especial. Cuando lo termino veo el prototipo y digo, 'ok, esto es, esta es la prenda'", cuenta.
Isabel Marant
Sus dise?os consiguen convertirse en las prendas m¨¢s deseadas sin renunciar a la comodidad y la versatilidad. Esta receta, que no muchos dise?adores practican, es la que la mantiene unida a un p¨²blico devoto. El ¨¦xito de sus dise?os aumenta cada temporada y es inevitable preguntarse si pretende seguir creciendo y c¨®mo. "Estoy muy sorprendida de tener una compa?¨ªa tan grande y me siento muy orgullosa, pero quiero mantenerla lo m¨¢s peque?a posible. No quiero que interfieran en mi trabajo problemas de merchandising, no quiero que mis dise?os se envenenen con rentabilidades, facturaciones, y cosas as¨ª".
De nuevo las contradicciones, crecer sin crecer, parece complicado, pero ella, claro, tiene su f¨®rmula. "En moda est¨¢s obligado a crecer porque si no vas hacia abajo, por eso quiero llegar al equilibrio entre extender mi marca por todo el mundo, logrando los mejores puntos de venta en los lugares adecuados -uno de ellos es el callej¨®n de Jorge Juan, en Madrid-, pero no quiero sobrepasarme y atosigar abriendo tiendas en cada esquina, no me gusta. Creo que la gente tiene una relaci¨®n muy privada con mi ropa y no quieren compartirla con demasiada gente. As¨ª que tengo que mantenerme especial y algo privada, pero siendo alcanzable a la vez".
Otro de sus t¨®tems, ser alcanzable (tanto en precio como en dise?o) nos conduce a la brecha, cada vez m¨¢s profunda, entre los dise?adores de marcas de alta gama y la gente de a pie. La crisis agudiza la perplejidad ante propuestas marcianas a precios desorbitados y aunque no es este el caso de las prendas de Marant entiende esta desconfianza hacia la moda. "Comprendo que haya quien piense que la moda es algo superficial, pero yo creo que aportamos alegr¨ªa y belleza, que no son imprescindibles, pero s¨ª bastante necesarias en este momento". El poder evocador de la moda, la certeza de crear prendas interesantes, de calidad, con las que una mujer no se sienta disfrazada, mantener una industria de la que dependen muchos puestos de trabajo¡ Hay muchas razones para que Isabel Marant no considere la moda algo superficial. "No me gusta gastar dinero en cosas superfluas, soy muy razonable, no soy consumista. En mi filosof¨ªa es verdad que la moda, mi trabajo, no encaja con mis creencias, pero buscando la armon¨ªa conmigo misma es como consigo dise?ar de la forma que lo hago, siempre teniendo en cuenta lo que pienso, lo que la gente busca".
As¨ª es Isabel Marant, una pura contradicci¨®n en el fondo que se muestra suavemente, con su voz grave y su risa honda. Exactamente igual que su ropa, dise?os fruto de largas reflexiones, dise?os que aglutinan ingredientes cotidianos como la crisis, el consumismo, la alegr¨ªa, el estr¨¦s de la vida diaria y que se concretan en prendas poco conceptuales en su aspecto, f¨¢ciles, sencillas y ¨²tiles.