As¨ª es Ivanka, la mujer m¨¢s influyente en la vida de Trump
Durante la campa?a fue la calma en medio de la tormenta, la cara amable frente a los disparates. Todo apunta a que ser¨¢ mucho m¨¢s que la hija del presidente y que podr¨ªa asumir tareas que le corresponder¨ªan a Melania.
En la primera entrevista que Donald Trump concedi¨® a los medios tras su victoria en las elecciones, en el programa 60 Minutes, el nuevo presidente aparec¨ªa acompa?ado de su mujer e hijos, excepto el m¨¢s peque?o. Es curioso como en un primer plano se sentaba ¨¦l, junto a Melania e Ivanka; mientras en la segunda fila estaban sus dos hijos varones, Eric y Donald, adem¨¢s de Tiffany Trump, fruto de su matrimonio con su segunda mujer, Marla Maples. El gesto y...
En la primera entrevista que Donald Trump concedi¨® a los medios tras su victoria en las elecciones, en el programa 60 Minutes, el nuevo presidente aparec¨ªa acompa?ado de su mujer e hijos, excepto el m¨¢s peque?o. Es curioso como en un primer plano se sentaba ¨¦l, junto a Melania e Ivanka; mientras en la segunda fila estaban sus dos hijos varones, Eric y Donald, adem¨¢s de Tiffany Trump, fruto de su matrimonio con su segunda mujer, Marla Maples. El gesto ya ha sido interpretado por muchos como el hecho patente de que Ivanka, y no la modelo de origen esloveno, ser¨¢ la mujer que va a estar detr¨¢s del nuevo presidente de EEUU, la aut¨¦ntica primera dama. Siempre y cuando, consiga controlar sus instintos de marketing descontrolado y no caiga en errores como su ¨²ltima pol¨¦mica con un brazalete de 10.000 euros.
Trump tir¨® mucho de sus reto?os durante su campa?a electoral porque, como dijo Hillary en un famoso debate televisivo entre los dos candidatos, cuando un se?or del p¨²blico les inst¨® a que ambos apuntaran algo positivo del otro, ¡°lo mejor de Donald son sus hijos¡±. Contrariamente a lo que pod¨ªa esperarse de los v¨¢stagos de un millonario norteamericano, ¨¦stos trabajan. No todos los de su clase pueden decir lo mismo.
Ivanka, la m¨¢s brillante de todos ellos, fue la que lo acompa?¨® a Trump cuando anunci¨® oficialmente a la prensa que se presentaba a presidente, en junio de 2015, y en su sonada intervenci¨®n en Saturday Night Live. Durante la campa?a fue la calma en medio de la tormenta, la cara amable frente a los disparates que sal¨ªan a borbotones por la boca de su enardecido padre en cada discurso electoral, la ni?a buena que trataba de convencer al mundo de que no hay que temer al monstruo de color naranja porque, en el fondo, no es tan malo como parece.
Mientras la mim¨¦tica Melania se manten¨ªa callada durante la campa?a, exceptuando su speech en la Convenci¨®n Republicana, plagio de un discurso de Michelle Obama en el 2008; Ivanka siempre se mostraba dispuesta a defender lo indefendible rozando incluso el disparate. En una entrevista en el Sunday Times Magazine lleg¨® hasta a decir que Trump es feminista.
Su argumento ante los ataques suele ser su infancia, en la que su padre le hablaba de mujeres fuertes y poderosas y de la capacidad que tiene cualquiera de llegar a alcanzar lo que se propone. El presidente solo se olvid¨® de un peque?o detalle, no todo el mundo tiene un ¨¢tico en la Trump Tower con vistas a Central Park. No todas las modelos tienen enchufe para salir en el Vogue al inicio de sus carreras; ni todas las graduadas pueden, una vez acabados sus estudios, empezar a trabajar en la empresa de pap¨¢.
Un freno a la furia
Resulta curioso como, pese al enorme odio que Trump suscita en muchos estadounidenses, ese enfado no se traslada en igual medida a sus hijos. Cuando se trata de Ivanka se encuentran elogios incluso en algunas personas de ideolog¨ªa contraria. De todos es conocida su larga amistad con Chelsea Clinton, que mantiene al margen de las rivalidades pol¨ªticas de sus progenitores.
Pero no todos son halagos hacia la hija mayor de Trump. Jessica Valenti afirmaba en The Guardian que Ivanka podr¨ªa haber sido la ¡°trampa del empoderamiento femenino¡± en la campa?a del futuro presidente, la figura clave para que ese 53% de mujeres blancas acabasen votando al magnate. Con un rol de empresaria triunfadora a lo Sheryl Sandberg en modo conservador, Ivanka Trump, que afirm¨® que el mejor trabajo de una mujer es ser madre, fue el rostro de la supuesta lucha de los republicanos por las madres trabajadoras. Ella defendi¨® las pol¨ªticas de su padre (y se equivoc¨® y minti¨® en varias ocasiones al defenderlas).
En una entrevista de la CNN reconoc¨ªa que acababa m¨¢s cansada tras un fin de semana con sus tres ni?os (Arabella, 5 a?os; Joseph, 3 y Theodore, 8 meses) que tras toda una semana de trabajo. Poco despu¨¦s, en uno de sus discursos en Aston, el candidato republicano anunci¨® la creaci¨®n de un permiso de maternidad parcialmente remunerado, de seis semanas, para determinadas rentas. Toda una novedad en un candidato que no ha hecho sino despreciar a las mujeres durante toda la campa?a y durante su vida. Sonada fue, por poner un ejemplo, su pol¨¦mica en 2011 con la abogada, Elizabeth Back, cuando ¨¦sta solicit¨® una interrupci¨®n para sacarse leche, ya que estaba amamantando a su beb¨¦. Los hechos ocurrieron durante un interrogatorio al magnate en un caso de bienes ra¨ªces en Florida. Seg¨²n palabras de Beck, ¡°se le puso la cara muy roja, me se?al¨® con el dedo y grit¨®: eres desagradable, muy desagradable¡±.
Pero cuando realmente se pusieron a prueba las tragaderas de la hija mayor del millonario fue en los esc¨¢ndalos y las acusaciones de abusos sexuales hacia su padre. Intent¨® distanciarse un poco de la campa?a, sobre todo cuando se cern¨ªa la sombra de un boicot hacia sus marcas: joyas, bolsos y ropa para mujeres que trabajan. Ya saben, con el dinero no se juega. Pero poco despu¨¦s volvi¨® a sentirse c¨®moda pidiendo el voto para su padre, a pesar de que medio mundo escuchaba at¨®nito sus declaraciones mis¨®ginas y sexistas. ¡°Se puede ser famoso y, al mismo tiempo, un entero desconocido. As¨ª puede describirse al hombre que me cri¨® (¡). Mi padre no solo tiene la fuerza y la habilidad necesaria para ser el pr¨®ximo presidente, sino tambi¨¦n la bondad y la grandeza de coraz¨®n necesaria para ser el l¨ªder que nuestro pa¨ªs necesita¡±, sentenciaba Ivanka en la cinta.
Trump, por su parte, no necesita tantas palabras para describir a su adorada ni?a. En el programa The View, en marzo del 2006, la describi¨® de esta manera: ¡°Tiene una esplendida figura. Si no fuera mi hija, seguramente saldr¨ªa con ella¡±.
Diplom¨¢tica y con instinto para los negocios
El papel pacificador de Ivanka Trump viene ya de lejos, de cuando a los nueve a?os de edad tuvo que digerir el divorcio de sus padres y toda la publicidad medi¨¢tica que eso supon¨ªa. Cuentan que mientras su hermano mayor, Don, estaba furioso con su padre y su hermano peque?o, Eric, se sent¨ªa muy confuso, ella adopt¨® un papel pacificador, de nexo de uni¨®n entre la familia. Cuando llamaba a su padre desde el internado en el que estudiaba, Trump cog¨ªa siempre el tel¨¦fono, aunque tuviera que interrumpir alguna reuni¨®n. Era la ¨²nica llamada que siempre atend¨ªa.
En 2003 Ivanka sali¨® en un documental titulado Born Rich sobre las vidas de los hijos de millonarios. En ¨¦l comenta que ¡°lejos de jugar con mu?ecas, yo siempre ped¨ªa Lego. Me encanta mirar el skyline de Nueva York y pensar, ?qu¨¦ es lo que yo a?adir¨ªa?¡±.
La joya de la familia Trump estudi¨® en la Georgetown University, en Washington, y despu¨¦s en la Wharton Business School, en Pensilvania, y parece que talento no le falta. Michael L. Ashner, que negoci¨® con ella durante la compra, por parte de la Trump Organization, de un campo de golf en Miami declar¨®: ¡°Es una de las personas m¨¢s listas que he conocido. Es una diligente y excelente negociadora¡±. Ivanka ha heredado tambi¨¦n un olfato para los negocios. Sus firmas y l¨ªneas de ropa han tenido mucho m¨¢s ¨¦xito que los esfuerzos de su padre en crear su propia marca de vino, agua o colonia. Eso s¨ª sus n¨²meros han cuadrado gracias a producir su ropa en China? ¨Ca pesar de la insitencia de Trump en campa?a de ?devolver a los estadounidenses sus f¨¢bricas?¨C y presumiendo de no pagar a sus becarias. Un modelo de negocio que no puede estar m¨¢s alejado de las promesas electorales del partido republicano. En lo personal, su matrimonio en 2009 con Jared Kushner, un millonario jud¨ªo, la convirti¨® al juda¨ªsmo, tras un largo periodo de requerido y paciente estudio.
Pero todo el apoyo que Trump ha dado profesionalmente a su hija contrasta con el comportamiento con sus esposas, a las que prefiere sumisas y en casa. A la primera la dej¨® porque trabajaba demasiado. Pero Melania no parece estar aquejada de ese mal y ya ha dicho a la prensa que uno de sus m¨¢s importantes papeles ser¨¢ criar a su hijo de la manera m¨¢s normal posible. Ni siquiera su forma de vestir parece que vaya a seguir los pasos de primeras damas estilosas a lo Jackie Kennedy. Es m¨¢s probable que se dedique a redecorar la Casa Blanca; que a los Trump, con su gusto por los dorados y el brillo, les llevar¨¢ su tiempo.
Lo que no se puede negar a Trump es haber creado una nueva forma de hacer pol¨ªtica. A partir de ahora los esc¨¢ndalos sexuales, incluso si llevan el agravante de acoso, ya no afectan a los candidatos. Pero, adem¨¢s, Donald es el primer presidente del que se espera, y se reza, para que no cumpla sus promesas; y que muestra su peor lado en campa?a y reserva el menos malo para su mandato. O eso creen los m¨¢s optimistas.