La fundadora de Nasty Gal, ?de superjefa a supervillana?
Hace un a?o abr¨ªa su primera tienda y publicaba su primer libro. Hoy a Sophia Amoruso le llueven denuncias por despidos improcedentes y cr¨ªticas por adjudicarse dise?os que no son suyos.
Hace justo un a?o Sophia Amoruso lanzaba su primer libro. #GirlBoss, un manual que enseguida se col¨® en en la lista de superventas del New York Times en el que Amoruso narra c¨®mo transform¨® una tienda de ropa de segunda mano alojada en eBay en un multimillonario negocio de e-commerce valorado en m¨¢s de 250 millones de d¨®lares (unos 220 millones de euros). Todo esto sin tener estudios, formaci¨®n, ni experiencia ninguna en el mundo de los neocios. Unos meses an...
Hace justo un a?o Sophia Amoruso lanzaba su primer libro. #GirlBoss, un manual que enseguida se col¨® en en la lista de superventas del New York Times en el que Amoruso narra c¨®mo transform¨® una tienda de ropa de segunda mano alojada en eBay en un multimillonario negocio de e-commerce valorado en m¨¢s de 250 millones de d¨®lares (unos 220 millones de euros). Todo esto sin tener estudios, formaci¨®n, ni experiencia ninguna en el mundo de los neocios. Unos meses antes hab¨ªa abierto la primera tienda f¨ªsica de Nasty Gal en la avenida Melrose de Los ?ngeles ¨Cya va por la segunda, m¨¢s grande y mejor ubicada?en la calle principal de Santa Monica¨C mientras el cuartel general de la compa?¨ªa trasladaba sus oficinas a un espectacular edificio remodelado del ahora muy de moda downtown L.A. Todo apuntaba a que la cosa iba viento en popa. A principios de este a?o y justo antes de cumplir los 30 y preparar su boda, prevista para la semana que viene, Sophia dejaba su puesto como CEO en la empresa para centrarse m¨¢s en la parte creativa: entonces, y parad¨®jicamente, porque parece l¨®gico que en un momento de expansi¨®n y crecimiento le cediera el mando a una persona (m¨¢s) cualificada, las cosas se empezaron a torcer.?
La #GirlBoss que ya no es tan Boss
Tan solo un mes despu¨¦s de que Amoruso anunciara que Sheree Waterson pasaba a ser su directora ejecutiva, la empresa se somet¨ªa a una ronda de inversi¨®n. La segunda desde que en 2012 consiguiera una inyecci¨®n de 40 millones de d¨®lares (unos 35 millones de euros). ?As¨ª, Waterson, la hasta entonces presidenta de Nasty Gal procedente de Lululemon, la firma canadiense de ropa deportiva a la que le hizo perder millones de euros tras lanzar al mercado unas mallas de yoga demasiado transparentes y ser demandada por distribuidores y consumidoras, ?solamente consegu¨ªa recaudar 10 millones de euros. Una cifra insignificante en comparaci¨®n con el montante anterior que hizo saltar las alarmas y poner en entredicho la supuesta buena salud del negocio. Y es que muchas son las cr¨ªticas que le vienen lloviendo a Amoruso no solamente como jefa sino tambi¨¦n como empresaria: de clientas insatisfechas con la relaci¨®n calidad-precio de sus productos a empleados que cuestionan continuamente su capacidad de liderazgo, filosof¨ªa y visi¨®n de negocio, o el ¨²ltimo de sus problemas: cuatro extrabajadoras que la denuncian por despedirlas al quedarse embarazadas. ?De caso de estudio en las business schools a gran tirana?
El modelo de negocio de Nasty Gal, a juicio
Amoruso nunca ha escondido que la clave de su ¨¦xito fue desde el principio revender piezas de firma que ella compraba por dos duros en tiendas de segunda mano como Goodwill -donde se pueden encontrar, si tienes mucha suerte, prendas hechas polvo de Dior o similar a 10 d¨®lares- a precios incluso m¨¢s caros que de primera mano. ?Una f¨®rmula que sigue aplicando en la secci¨®n vintage de su tienda online. All¨ª lo mismo pide m¨¢s de 300 euros por una camiseta de Iron Maiden que podr¨ªa encontrarse en cualquier mercadillo por 5, que cuenta con una no mala aunque pasada de precio selecci¨®n de restos de serie de Balenciaga, Saint Laurent o Chanel. En lo que a secci¨®n de ropa contempor¨¢nea se refiere, Nasty Gal, cuya imagen de marca de est¨¦tica ca?era y transgresora es impecable y a cuya estrategia digital con gran presencia en las redes sociales se debe su especial conexi¨®n con el p¨²blico (Amoruso suele responden personalmente a todos los mensajes), alterna colecciones de marcas que pueden encontrarse en otras plataformas como Revolve Clothing o Shopbop con una l¨ªnea propia que seg¨²n se viene destapando ¨²ltimamente se dedica b¨¢sicamente a fusilar creaciones de otros dise?adores con mucho m¨¢s descaro y a precios bastante m¨¢s caros que las grandes cadenas. Hasta tal punto que durante los pasados Billboard Music Awards?se atribuy¨® la autor¨ªa del look que luci¨® Taylor Swift sobre la alfombra roja. Un mono de Balmain que desde el Instagram de la firma, que cuenta con un mill¨®n seiscientos mil seguidores, se apresuraron a afirmar que era suyo y, como consecuencia, se agot¨® a las pocas horas. Amoruso no se ha pronunciado al respeto y sigue, inmune a las cr¨ªticas que le han llovido, con su despedia de soltera en Las Vegas y los preparativos de su inminente enlace. Sobre el futuro de Nasty Gal afirmaba recientemente: "Hasta ahora?hemos avanzado mucho pero todav¨ªa nos queda mucho m¨¢s por conquistar. Hoy de momento tenemos dos tiendas pero en el futuro qui¨¦n sabe si no tendremos veinte m¨¢s. Hay Nasty Gal para rato!". Veremos si su ambici¨®n sigue siendo suficiente.
Nasty Gal ha basado pr¨¢cticamente la totalidad de su colecci¨®n veraniega en clones como el de este vestido de Alexander Wang.
Alexander Wang/Nasty Gal
Givenchy Primavera/Verano 2015 Vs. Nasty Gal (un mono que lleva agotado en la web desde que se puso a la venta).
Givenchy/Nasty Gal
A la izquierda vestido de Christopher Kane Resort 2015 y a la derecha copia de Nasty Gal.
Christopher Kane/Nasty Gal