Las 5 poderosas declaraciones de la v¨ªctima de violaci¨®n de Stanford que todos deber¨ªamos leer
La joven de 23 a?os violada por Brock Turner en la Universidad de Stanford ley¨® el d¨ªa de la sentencia una carta que describe el grave da?o que la violaci¨®n ha tenido sobre ella. Seleccionamos algunas de sus palabras m¨¢s sobrecogedoras.
Brock Turner, el ex nadador de Stanford que atac¨® sexualmente a una joven inconsciente, ha sido condenado a seis meses de c¨¢rcel, de los cuales s¨®lo cumplir¨¢ tres. Su v¨ªctima, de 23 a?os, ley¨® el d¨ªa de la sentencia una carta que describe el grave da?o que la violaci¨®n ha tenido sobre ella. Seleccionamos algunas de las declaraciones m¨¢s sobrecogedor...
Brock Turner, el ex nadador de Stanford que atac¨® sexualmente a una joven inconsciente, ha sido condenado a seis meses de c¨¢rcel, de los cuales s¨®lo cumplir¨¢ tres. Su v¨ªctima, de 23 a?os, ley¨® el d¨ªa de la sentencia una carta que describe el grave da?o que la violaci¨®n ha tenido sobre ella. Seleccionamos algunas de las declaraciones m¨¢s sobrecogedoras.
AL DESPERTAR EN EL HOSPITAL
Me baj¨¦ los pantalones que me hab¨ªan dado en el hospital, me quit¨¦ la ropa interior y no sent¨ª nada. Todav¨ªa recuerdo la sensaci¨®n de mis manos tocando mi piel. Mir¨¦ hacia abajo y no hab¨ªa nada. La pieza fina de tela, la ¨²nica cosa que hab¨ªa entre mi vagina y todo lo dem¨¢s, hab¨ªa desaparecido y todo dentro de m¨ª fue silenciado. A¨²n no tengo palabras para describir esa sensaci¨®n. Fue entonces cuando sent¨ª las agujas de pino ara?¨¢ndome la parte de atr¨¢s de mi cuello, extray¨¦ndomelas del pelo.
Mis ropas fueron confiscadas. Estaba de pie y desnuda mientras las enfermeras med¨ªan las abrasiones y me fotografiaban. Mientras, tres personas me quitaban a seis manos las agujas de pino de mi pelo hasta llenar una bolsa de papel. Para calmarme, me dijeron que s¨®lo era flora y fauna, flora y fauna. Me insertaron varios bastoncillos en la vagina y el ano, me pincharon con agujas, pastillas, y una Nikon enfocaba directamente a mis piernas abiertas. Introdujeron largas y puntiagudas pinzas dentro de mi y untaron mi vagina con una pintura azul y fr¨ªa para comprobar si hab¨ªa abrasiones. Tras unas horas, me dejaron ducharme. Bajo el chorro de agua examin¨¦ mi cuerpo. Y fue entonces cuando decid¨ª que ya no quer¨ªa mi cuerpo. Estaba aterrorizada de mi propio cuerpo. No sab¨ªa qu¨¦ hab¨ªa ocurrido, me sent¨ªa contaminada. Quer¨ªa quitarme mi cuerpo como una chaqueta y dejarlo en el hospital con todo lo dem¨¢s.
LA LUCHA EN EL SISTEMA JUR?DICO
Cuando me dijeron que ten¨ªamos que estar preparados en caso de no ganar, pens¨¦: no puedo prepararme para eso. ?l era culpable en el momento en el que me despert¨¦. Nadie puede hablar del dolor que me caus¨®. Lo peor de todo es que ¨¦l ahora sabe que no lo recuerdo y escribe su propio gui¨®n. ?l puede decir lo que quiera y nadie puede oponerse a ello. Yo no ten¨ªa poder, no ten¨ªa ni voz, estaba indefensa. Mi p¨¦rdida de memoria se usar¨ªa en mi contra. Mi testimonio era d¨¦bil, era incompleto, y me hizo creer que tal vez yo no era lo suficiente como para ganar. Su abogado le recordaba constantemente al jurado que el ¨²nico al que pod¨ªan creer era a Brock, porque ?ella no lo recuerda?. Esa impotencia era traumatizante.
EN EL CONSENTIMIENTO
Dijo que hab¨ªa preguntado si quer¨ªa bailar. Al parecer, le dije que s¨ª. Me hab¨ªa preguntado si quer¨ªa ir a su dormitorio, le dije que s¨ª. Luego me pregunt¨® si pod¨ªa introducir sus dedos en mi vagina y le dije que s¨ª. La mayor¨ªa de los chicos no preguntan: ?puedo hacerte un dedo?. Por lo general, hay una progresi¨®n natural de las cosas, se desarrolla de forma consensuada, no con una pregunta y una respuesta. Pero al parecer, me concedi¨® el permiso completo. ?l lo ten¨ªa claro. Incluso en su historia, s¨®lo dije un total de tres palabras, ?s¨ª, s¨ª, s¨ª?, antes de que me tuviera medio desnuda en el suelo. Para un futuro, si algui¨¦n est¨¢ confundido sobre si una chica puede dar su consentimiento, f¨ªjate si puede articular una frase entera. Ni siquiera pudo hacer eso. S¨®lo una secuencia coherente de palabras. ?D¨®nde estaba la confusi¨®n? Hablamos del sentido com¨²n, de la decencia humana. Seg¨²n ¨¦l, la ¨²nica raz¨®n por la que est¨¢bamos en el suelo era porque me ca¨ª. Nota: si una chica se cae, ayudarla a levantarse. Si est¨¢ demasiada borracha para caminar y sigue cay¨¦ndose, no se sube sobre ella, no se le quita la ropa interior ni se inserta una mano dentro de su vagina. Si una chica se cae, ay¨²dala a levantarse. Si tiene una chaqueta sobre el vestido, no la quite para tocarle los pechos. Tal vez tuviera fr¨ªo y por eso llevaba chaqueta.
EN SU TESTIMONIO
?l dice que quiere mostrar a la gente c¨®mo una noche de alcohol puede arruinar una vida. Una vida, una vida, la suya, porque se olvid¨® de la m¨ªa. Perm¨ªtame rehacer la frase: ¨¦l desea mostrar a la gente c¨®mo una noche de alcohol puede arruinar dos vidas. La suya y la m¨ªa. ?l es la causa, yo soy el efecto. Me arrastra al infierno con ¨¦l, me sumerge de nuevo en esa noche una y otra vez. Se derrumban dos torres, y yo me desplomo al mismo tiempo que ¨¦l. Si piensa que me salv¨¦, que sal¨ª ilesa, que puedo cabalgar hacia la puesta del sol mientras ¨¦l sufre el mayor golpe, se equivoca. Nadie gana. Todos hemos sido devastados, todos estamos intentado encontrar alg¨²n sentido en todo este sufrimiento. Su da?o es concreto: p¨¦rdida de t¨ªtulos, grados, matr¨ªcula. Mi da?o es interno, sin ser visto lo llevo conmigo. Se ha llevado mi valor, mi privacidad, mi energ¨ªa, mi seguridad, mi intimidad, mi confianza, mi propia voz, hasta hoy.
PARA OTRAS SOBREVIVIENTES DE ASALTO SEXUAL
Y, por ¨²ltimo, a todas esas chicas, estoy con vosotras. En las noches cuando os sent¨ªs solas, estoy con vosotras. Cuando las personas dudan de vosotras y os menosprecian, yo estoy con vosotras. Lucho todos los d¨ªas por vosotras. No dej¨¦is de luchar, yo creo en vosotras. Como escribi¨® una vez Anne Lamott, ?los faros no salen corriendo por toda una isla en busca de barcos, se quedan ah¨ª brillando?. Aunque no puedo salvar a cada barco, espero que al hablar hoy, pod¨¢is recibir una peque?a cantidad de luz, una peque?a satisfacci¨®n de que se tiene que hacer justicia, de que no podemos ser silenciadas. Sentir una peque?a seguridad de que estamos llegando a alguna parte. Porque somos importantes, no lo dud¨¦is, sois hermosas, intocables, fuertes y nadie os puede quitar eso. Para esas chicas, yo estoy con vosotras. Gracias.
Puedes leer la carta completa (en ingl¨¦s) en Buzzfeed.