Estudiantes de d¨ªa y comerciantes de noche: as¨ª es Depop, la ¡®app¡¯ que enriquece a la generaci¨®n Z
Charlamos con Mar¨ªa Raga, la CEO espa?ola de la aplicaci¨®n favorita de los m¨¢s j¨®venes, donde se compra y vende moda de forma casi revolucionaria.
Estudiantes por la ma?ana y empresarios por las tardes. Si en 2019 el relato se centraba en j¨®venes que se enriquec¨ªan revendiendo prendas exclusivas de moda urbana en las redes sociales, este ¨²ltimo a?o la cosa va de adolescentes que ganan m¨¢s que cualquier adulto medio ofreciendo ropa de segunda mano que customizan en sus casas. Lo hacen a trav¨¦s de ...
Estudiantes por la ma?ana y empresarios por las tardes. Si en 2019 el relato se centraba en j¨®venes que se enriquec¨ªan revendiendo prendas exclusivas de moda urbana en las redes sociales, este ¨²ltimo a?o la cosa va de adolescentes que ganan m¨¢s que cualquier adulto medio ofreciendo ropa de segunda mano que customizan en sus casas. Lo hacen a trav¨¦s de Depop, una app fundada en 2011, pero que desde 2017 est¨¢ creciendo de forma exponencial; a d¨ªa de hoy cuenta con sedes en Londres, Nueva York y Mil¨¢n y m¨¢s de 20 millones de usuarios activos. El a?o pasado factur¨® 60 millones de euros y este extra?o 2020 ha sido una de las poqu¨ªsimas empresas de moda que no solo se ha mantenido, sino tambi¨¦n ha mejorado su rendimiento.
En un momento en el que el negocio de la segunda mano comienza a tener relevancia real (seg¨²n la consultora McKinsey & Co., se espera que en 2025 este mercado crezca m¨¢s r¨¢pido que el de la moda r¨¢pida), la diferencia de Depop con respecto a otras aplicaciones de reventa reside en hacer de su nombre una marca propia, no un mero intermediario. ?Lo ponemos f¨¢cil para que los j¨®venes creen su propio comercio electr¨®nico desde sus habitaciones?, cuenta desde las oficinas de Londres la espa?ola Mar¨ªa Raga, CEO de Depop, ?pero supongo que lo que marca la diferencia es que todo est¨¢ dise?ado para crear comunidad y fomentar el compromiso, m¨¢s all¨¢ de las ventas?.
Depop se posiciona as¨ª en la equidistancia entre Instagram y aplicaciones de venta de armario como Vinted. Los usuarios pueden vender personalmente o crear tiendas digitales pero, ante todo, sus perfiles exhiben una est¨¦tica cuidada y muy espec¨ªfica; son influencers y vendedores. ?Mi trabajo es dialogar con ellos ¨Cexplica Mar¨ªa¨C. No solo saber cu¨¢les son sus necesidades, sino tambi¨¦n poner de relieve esa comunidad que han creado a trav¨¦s de eventos digitales y a veces f¨ªsicos. Incluso resaltamos el perfil de algunos de ellos fuera de la app para que vean de qu¨¦ se trata esto. Porque al final, de un tiempo a esta parte, hay muchos compradores y vendedores en Depop que est¨¢n creando tendencia dentro y fuera de la aplicaci¨®n?, apunta. Esa es precisamente la imagen de marca que ha logrado Depop: para muchos no es un mero mercadillo digital, sino un hervidero de tendencias reales, esas que no llegan a los medios de comunicaci¨®n hasta que son masivas. Mientras medio mundo dejaba de consumir desaforadamente en confinamiento y, los que lo hac¨ªan, se decantaban por prendas c¨®modas y muy b¨¢sicas para teletrabajar, durante los meses de cuarentena en Depop cotizaba al alza ?el cottagecore [prendas de est¨¦tica buc¨®licas], la joyer¨ªa extravagante hecha a mano, las faldas de tenis customizadas o las camisetas de pel¨ªculas de los noventa, lo que demuestra que esas horas de cuarentena avivaron la creatividad de los usuarios?, explica Mar¨ªa.
El 80% de los usuarios de Depop pertenecen a la generaci¨®n Z, y para alguien experto en moda mayor de 25 a?os sumergirse en la app es una especie de cura de humildad. Los prejuicios se dinamitan: las categor¨ªas que m¨¢s triunfan son thrift (prendas especiales descubiertas en tiendas de segunda mano al por mayor) o Y2K, un t¨¦rmino que hace referencia a la moda y la est¨¦tica de los primeros a?os del 2000 (botas UGG, zuecos Crocs, ch¨¢ndales de terciopelo¡). Para ellos, la nostalgia pertenece al siglo XXI. ?En estos a?os he aprendido que a las nuevas generaciones les interesa la moda como forma de expresi¨®n individual. Son incre¨ªblemente imaginativos; les interesa customizar, redise?ar y reciclar hasta crear piezas ¨²nicas?, comenta Mar¨ªa. ?Al mismo tiempo, siempre tienen en mente la sostenibilidad. Y prefieren comprar firmas independientes o de negocios peque?os, sobre todo de gente joven. Se informan de todo antes de consumir?, a?ade.
De ah¨ª que Depop tenga un valor a?adido con respecto a otras aplicaciones que practican la econom¨ªa circular; no se trata solo de revender o intercambiar, sino de apreciar la creatividad m¨¢s que la tendencia y el proceso por encima de la firma. Aqu¨ª se revenden camisetas de Supreme, como en casi todas partes, pero sobre todo se comercializan hallazgos comprados a pocos euros que posteriormente se personalizan con parches, cremalleras o estampaciones caseras. O triunfan mucho m¨¢s las piezas de marcas olvidadas encontradas en un mercadillo que las de etiquetas populares. La exclusividad no es solo cosa del lujo. ?Se puede encontrar algo que case con tus gustos, y sobre todo con tus valores, a un precio muy bajo?, comenta Mar¨ªa Raga. ?Y esa mentalidad, la de revender y reutilizar pero tambi¨¦n redescubrir objetos ¨²nicos, ha venido para quedarse. Ya no es solo propia de j¨®venes, cada vez est¨¢ calando m¨¢s en todas las generaciones y segmentos sociales?, expresa. El aplastante ¨¦xito de Depop demuestra que el consumo de moda est¨¢ por fin atravesando un cambio radical; ya no se trata de acumular, sino de saber elegir y, lo que resulta m¨¢s curioso, en un futuro cercano parece que no importar¨¢n tanto el poder adquisitivo o los nombres medi¨¢ticos, sino el ingenio y la personalizaci¨®n. Tras d¨¦cadas de tendencias uniformizantes, la expresi¨®n personal vuelve a abrirse paso por la v¨ªa digital.