Cinco gestos contra el racismo que lanzaron Meghan Markle y el pr¨ªncipe Harry
La relevancia hist¨®rica de lo ocurrido en la capilla de San Jorge ante 600 invitados ha transcendido del ¨¢mbito de la realeza para ser considerado como un canto claro en contra del racismo.
Caras de asombro, otras de desconcierto, alguna sonrisa nerviosa y otras cuantas de plena satisfacci¨®n. ¡°Conforme se iba desarrollando [la ceremonia], pr¨¢cticamente pod¨ªas sentir c¨®mo siglos de tradici¨®n empezaban a desprenderse¡±. As¨ª resum¨ªa la periodista de The New York Times Sarah Lyall el sentir general de todos los espectadores, asistentes, televidentes o streamers, que presenciaron ...
Caras de asombro, otras de desconcierto, alguna sonrisa nerviosa y otras cuantas de plena satisfacci¨®n. ¡°Conforme se iba desarrollando [la ceremonia], pr¨¢cticamente pod¨ªas sentir c¨®mo siglos de tradici¨®n empezaban a desprenderse¡±. As¨ª resum¨ªa la periodista de The New York Times Sarah Lyall el sentir general de todos los espectadores, asistentes, televidentes o streamers, que presenciaron la boda real del pr¨ªncipe Harry y Meghan Markle celebrada el pasado s¨¢bado. La relevancia hist¨®rica de lo ocurrido en la capilla de San Jorge ante 600 invitados ha transcendido del ¨¢mbito de la realeza para ser considerado como un alegato social en contra del racismo. Una declaraci¨®n especialmente relevante en tiempos de Trump, del Brexit y de dem¨¢s nacionalismos que buscan reencontrarse con la gloria pasada excluyendo al diferente de hoy. Teniendo en cuenta el historial activista de la actriz, que se ha posicionado p¨²blicamente sobre diferentes causas antes y despu¨¦s de su relaci¨®n con el duque de Sussex, pod¨ªamos intuir la presencia de alg¨²n gesto que burlara el estricto protocolo con el que la casa real y la Iglesia anglicana rigen tales nupcias. Pero cualquier expectativa se qued¨® corta. Adem¨¢s de los detalles feministas, la convergencia de la cultura afroamericana estadounidense en pleno coraz¨®n de la tradici¨®n brit¨¢nica es ya un s¨ªmbolo hist¨®rico para el biculturalismo. Estos son los gestos que nunca olvidaremos:
El reverendo Michael Curry
La gran estrella de la ceremonia. El poco convencional serm¨®n del actual obispo presidente de la Iglesia Episcopal estadounidense, de 65 a?os de edad, supuso un soplo de aire fresco ante la habitual rectitud de las bodas reales, y un desaf¨ªo de contenci¨®n para los asistentes m¨¢s tradicionalistas. Este descendiente de esclavos, defensor del matrimonio homosexual y los derechos civiles, emocion¨® al pr¨ªncipe Harry desarrollando un entusiasta alegato a favor del amor citando, por ejemplo, a Martin Luther King: ?El doctor King ten¨ªa raz¨®n; debemos descubrir el amor, el poder redentor del amor. Cuando lo hagamos, haremos de este viejo mundo un mundo nuevo?.
El vestido de la novia
Tambi¨¦n existe una referencia oculta a la cultura afroamericana en el velo de cinco metros de largo y confeccionado con tul de seda firmado por Claire Waight Keller. En un gui?o internacional muy significativo, sobre ¨¦l aparec¨ªan flores bordadas a mano en representaci¨®n de la flora t¨ªpica de las 53 naciones de la Commonwealth. ¡°La duquesa ten¨ªa literalmente naciones negras en su espalda, utilizando uno de los d¨ªas m¨¢s grandes de la familia real para hacer notar sutilmente la historia colonizadora y mostrar al mundo que toda la gente brit¨¢nica de color debe estar representada¡±, afirmaba Lindsay Peoples en The Cut.
Doria Ragland
Pese a ser la ¨²nica representante de la pol¨¦mica familia de Meghan Markle, la madre de la novia fue otra de las grandes protagonistas. M¨¢s all¨¢ de las comprensibles l¨¢grimas de una madre, ver a una mujer con rastas y piercing en la nariz sentada junto a los mayores representantes de la realeza brit¨¢nica es un hecho inspirador para la cultura negra. La activista norteamericana Salamishah Tillet escribi¨® en The New York Times que ver a Ragland en la ceremonia supuso una ¡°fuente de orgullo¡±. ¡°El enlace estuvo repleto de gestos, grandes y peque?os, que celebran expl¨ªcitamente a ¡®su gente¡¯ y los diversos mundos negros en los que ha criado a Meghan Markle¡±.
La m¨²sica de la ceremonia
Con solo 19 a?os, el violonchista Sheku Kanneh-Mason fue elegido personalmente por Meghan Markle para tocar en la boda m¨¢s importante del a?o. El m¨²sico brit¨¢nico, que interpret¨® tres piezas durante la ceremonia, es conocido en las islas por haberse proclamado vencedor en 2016 de un concurso de televisi¨®n organizado por la BBC. Junto a ¨¦l, el coro The Kingdom Choir procedente del sureste de Inglaterra y compuesto tambi¨¦n por afroamericanos, se encarg¨® de poner los vellos de punta a la audiencia con su versi¨®n del Stand By Me de Ben E. King, tambi¨¦n compatriota de la novia. La ceremonia se clausur¨® con un cl¨¢sico himno a favor de los derechos civiles: This Little Light of Mine, de Etta James.
Los invitados
Adem¨¢s de los Beckham, Clooney o Corden, algunas de las mayores celebridades negras en el mundo del cine o el deporte quisieron acompa?ar a la pareja y poner el punto de color ante la inmensa mayor¨ªa de invitados blancos. Adem¨¢s de la casi presidenciable Oprah Winfrey, tambi¨¦n acudieron el actor Idris Elba (The Wire) acompa?ado de la modelo Sabrina Dhowre, la tenista ganadora de 39 t¨ªtulos de Grand Slam Serena Williams y la actriz de origen cubano Gina Torres, compa?era de reparto de Markle en la serie Suits.