Vuelve el gui?o de ense?ar el tanga
La pasarela rescata una de las tendencias m¨¢s pol¨¦micas de los 2000 y la reinterpreta con ¡®bodies¡¯ que marcan caderas al aire.
En uno de los cap¨ªtulos m¨¢s m¨ªticos de Sexo en Nueva York a Sarah Jessica Parker le ofrecen participar en un desfile en el que las modelos van a alternarse con los neoyorquinos m¨¢s estilosos. Tras pens¨¢rselo bastante, Carrie acaba aceptando. Lo hace al ver el vestido de Dolce & Gabbana con el que se supone tiene que salir a escena, pero minutos antes de dar comienzo el show?su vestido se lo pone Heidi Klum y le cambian el dise?o por unas bragas de tul color carne. La prenda ¨ªntima pas¨® a formar parte de la historia de la televisi¨®n siguiendo referencias cinematogr¨¢ficas tan ic¨®nic...
En uno de los cap¨ªtulos m¨¢s m¨ªticos de Sexo en Nueva York a Sarah Jessica Parker le ofrecen participar en un desfile en el que las modelos van a alternarse con los neoyorquinos m¨¢s estilosos. Tras pens¨¢rselo bastante, Carrie acaba aceptando. Lo hace al ver el vestido de Dolce & Gabbana con el que se supone tiene que salir a escena, pero minutos antes de dar comienzo el show?su vestido se lo pone Heidi Klum y le cambian el dise?o por unas bragas de tul color carne. La prenda ¨ªntima pas¨® a formar parte de la historia de la televisi¨®n siguiendo referencias cinematogr¨¢ficas tan ic¨®nicas como las de Marilyn Monroe en La Tentaci¨®n vive arriba, Mary Elizabeth Mastrantonio en El precio de poder o Scarlett Johansson en Lost in Translation. Para cuando Carrie populariz¨® esta prenda, los noventa ya nos hab¨ªan dejado grandes momentos a cargo de otra pieza de ropa de interior que hoy cre¨ªamos muerta y enterrada: el tanga.
Durante la gala de los MTV Movie Awards del a?o 2000 no solamente recuperamos a una Sarah Jessica que volvi¨® a dejar entrever su lencer¨ªa al ejercer de anfitriona sobre el escenario sino que Halle Berry opt¨® por uno de los looks m¨¢s comentados en las ¨²ltimas d¨¦cadas, un dos piezas del que a los lados sobresal¨ªan unas finas pero nada discretas tiras que, vistas por detr¨¢s, dibujaban sobre su privilegiada figura una forma de coraz¨®n.
Lo que hoy es ense?ar el sujetador, en otra ¨¦poca fue ense?ar el tanga, y al armario de Paris Hilton y Christina Aguilera basta remitirse. Imposible olvidar tampoco a Gillian Anderson vestida de Eduardo Lucero en la fiesta posterior a los Oscar organizada por la revista Vanity Fair en 2001. O a Cher ¨Cnadie ha lucido m¨¢s y mejor sin pantalones y con las nalgas al aire que ella¨C y Rose McGowan, las mismas que popularizaron el vestido sin nada debajo pero con tanga a la vista que luego han defendido con el mismo descaro (aunque seguramente distinto resultado) desfe Rihanna en los premios CFDA de 2014a Kendall Jenner vestida de La Perla; o Rita Ora en los pasados premios Billboard.
Todo esos estilismos ten¨ªan en com¨²n la intencionalidad, un elemento a?adido por la moda a un descuido que en la calle era considerado de dudos¨ªsimo gusto. As¨ª, lo contradictorio del caso es que este irrisorio e inc¨®modo trozo de tela en forma de tri¨¢ngulo del que ahora hay mil y una versiones mucho menos escuetas pero mucho m¨¢s c¨®modas, no solamente asom¨® por encima de los peores estilismos del momento, sino que tambi¨¦n traspas¨® la ropa m¨¢s sofisticada.
Lo hizo incluso sobre la pasarela, como fue el caso de Gucci. Tom Ford convirti¨® el tanga ¨Cen su caso con doble logo de strass¨C en un elemento incre¨ªblemente sexy hecho para dejarse ver de manera tan sutil como sugerente bajo pantalones y faldas tubo de cintura baja. As¨ª lo demuestran sus propuestas de Primavera 1998 ¨Cel verano anterior ya hizo desfilar a varios de sus maniqu¨ªes con el culo aire¨C lucidas sobre la pasarela por modelos como Esther Ca?adas, y en cuyo caso llegaron incluso a protagonizar su campa?a de ese a?o.
De todas las tendencias del 2000 recuperadas en los ¨²ltimos tiempos por los dise?adores esta es una de las que vuelve transformada y sin la carga sexual que ten¨ªan los uniformes de principios de la d¨¦cada. Solo Donatella Versace y dise?adores emergentes como Linder, Bevza o Vaquera se han atrevido a rendirle homenaje tal cual ¨Ctambi¨¦n est¨¢ Thibaut, el nip¨®n que se ha inventando el vaquero tanga, un modelo adelantado en la calle por la siempre pol¨¦mica Azealia Banks¨C mientras otros como el mismo Tom Ford, Nina Ricci, o de nuevo Rihanna, para Fenty X Puma, lo que han hecho ha sido cambiar el foco de atenci¨®n del abdomen a la parte alta de las caderas como nueva zona de referencia de la silueta femenina. Y todo a trav¨¦s de piezas que dejan al descubierto una parte del cuerpo que parad¨®jicamente se ha convertido en nuevo s¨ªmbolo del body positive en Instagram (a trav¨¦s del concepto ¡®hip dips¡¯).
De todos modos, este ataque de nostalgia no llega exento de pol¨¦mica porque, una vez m¨¢s, muchos consideran que contribuye a la hipersexualizaci¨®n de la mujer (eso si entendemos que ense?ar m¨¢s es sexualizar el cuerpo y no liberarlo) . Es curioso que no tuviera la misma connotaci¨®n el gesto de ense?ar las bragas de estilo deportivo que se puso de moda la temporada pasada. ?Ser¨¢ porque es una prenda heredada del armario masculino?