El a?o del ¡®traje protesta¡¯: ?marketing hip¨®crita o altavoz necesario?
El ¡®pussy hat¡¯ rosa, camisetas con mensaje o celebrities reivindic¨¢ndose en la alfombra roja han marcado un periodo en el que la moda tambi¨¦n hizo negocio con el movimiento feminista.
Cuando Deva Pardue comparti¨® su For All Womankind como pancarta gratuita para la Marcha de las Mujeres no imaginaba que la suya ser¨ªa la ilustraci¨®n del a?o. Las tres manos?de distinta raza alzadas sobre un fondo rosa se convirtieron en un ¨¦xito instant¨¢neo. Adem¨¢s de la viralidad que consigui¨® el ...
Cuando Deva Pardue comparti¨® su For All Womankind como pancarta gratuita para la Marcha de las Mujeres no imaginaba que la suya ser¨ªa la ilustraci¨®n del a?o. Las tres manos?de distinta raza alzadas sobre un fondo rosa se convirtieron en un ¨¦xito instant¨¢neo. Adem¨¢s de la viralidad que consigui¨® el pussy hat rosa, la imagen fue instagrameada por Reese Witherspoon, Rihanna o Naomi Campbell, entre muchas otras personalidades, y publicaciones de todo el planeta recurren sin descanso a su dise?o como s¨ªmbolo de la lucha feminista. Ante el furor cosechado, Pardue cre¨® una plataforma donde vender sus dise?os ¨Ccon copyright¨C y destinar lo recaudado a organizaciones que luchan por los derechos reproductivos de la mujer. Once meses despu¨¦s de lanzarlo, la moraleja capitalista se ha impuesto en su contra: la dise?adora gr¨¢fica ha denunciado que en la web de Modcloth (que pertenece a Walmart y opera como una especie de Asos estadounidense) se ha vendido?durante varios meses sin su consentimiento su dise?o en una camiseta cuyos beneficios, obviamente, no se destinaban a organizaciones feministas. Pardue nunca se lucr¨® con su dise?o (en lo que va de a?o ha destinado 17.000 d¨®lares a varias organizaciones), pero la firma que la vende sin su permiso s¨ª lo ha hecho. Ella, que ha hecho p¨²blico en todo momento cu¨¢nto ha destinado y a qui¨¦n, exige ahora que Modcloth ¨Cque ya ha retirado de su web el modelo¨C especifique cu¨¢nto ha ganado vendi¨¦ndola.
El caso de esta activista resume en cierta manera lo que ha sido 2017: el a?o de las contradicciones en el merchandising del activismo feminista. Por una parte, el activismo reaccion¨® frente a la administraci¨®n Trump y provoc¨® un efecto domin¨® global, que tambi¨¦n repercuti¨® en la moda. La fashion week de Nueva York de febrero fue la m¨¢s implicada pol¨ªticamente, con gui?os anti Trump en desfiles, lemas feministas (Prabal Gurung) y alegatos a favor de la inmigraci¨®n (Opening Ceremony). Tras el impacto visual que supuso la imagen de millones de gorros rosas en la marcha de las mujeres de enero, las manifestaciones feministas de marzo se ti?eron de rojo en EEUU y de negro en Espa?a. El traje protesta, desde ese prisma, ha sido un recurso eficaz y amplificador.
Por otro lado, este tambi¨¦n ha sido el a?o en el que la moral neoliberal se apropi¨® del mensaje para reforzar la teor¨ªa del ¡®lifestyle feminista¡®, vaciando de significado las reclamas y convirtiendo al movimiento en una moda de camisetas a 500 euros. Porque no tiene las mismas implicaciones ver a la madre de la camiseta-pancarta, Katharine Hamnett, aprovechar una foto con Margaret Thatcher en 1983 para denunciar la escalada armament¨ªstica de Gran Breta?a, que encontrarse en la cadena low cost de turno?un modelo a cinco euros que diga The future is female, teniendo en cuenta las condiciones laborales de las mujeres que las confeccionan bajo la din¨¢mica de producci¨®n externalizada y de abaratamiento de costes.
La alfombra roja como escaparate ideol¨®gico y activista
No solo de debates sobre lemas feministas ha vivido el traje protesta en 2017. Este tambi¨¦n ha sido el periodo en el que las celebrities han reforzado su posicionamiento pol¨ªtico aprovechando la visibilidad global e inter¨¦s medi¨¢tico que genera su ropa en las galas de premios. Desde momentos puramente an¨¦cd¨®ticos ¨CKarlie Kloss desafiando a su cu?ada Ivanka Trump con lazo azul en los Oscar o el pin a favor de Planificaci¨®n Familiar de Lola Kirke en los Globos de Oro¨C, a aut¨¦nticos alegatos contra los roles de g¨¦nero como el de Evan Rachel Wood, que ha decidido no ponerse vestidos y acudir siempre con traje a las galas para ?demostrar a las ni?as y a las mujeres que ponerse un vestido no tiene por qu¨¦ ser un requisito ¨²nico?.?
De rechazar los vestidos a vestirse de negro. Esta es la decisi¨®n estil¨ªstica que han tomado m¨¢s de 30 actrices para acudir a los Globos de Oro del pr¨®ximo 7 de enero. Su decisi¨®n busca mostrar el rechazo al acoso sexual estructural en el gremio por parte de depredadores sexuales como Harvey Weinstein y una abultada lista de acusaciones se?alando a figuras prominentes como Dustin Hoffman, Louis CK, John Lasseter o Kevin Spacey, entre muchos otros m¨¢s.
La decisi¨®n ha provocado una aut¨¦ntica divisi¨®n entre el activismo de las actrices, m¨¢s implicadas que nunca en la causa feminista. Rose McGowan, la m¨¢s combativa en su cruzada contra el sexismo en la industria, acus¨® a las int¨¦rpretes que vayan vestidas de ese color de ser unas ?hip¨®critas?. Lo hizo desde su cuenta de Twitter, donde se?al¨® directamente a Meryl Streep como c¨®mplice de la situaci¨®n actual: ?Actrices como Meryl Streep, que trabaj¨® felizmente para ese cerdo monstruoso ¨Crefiri¨¦ndose a Weinstein¨C, vestir¨¢n de negro en los Globos de Oro en una protesta silenciosa. Vuestro silencio es el problema?, escribi¨® McGowan. ?Aceptar¨¦is un premio falso sin aliento y no har¨¦is un cambio real. Desprecio vuestra hipocres¨ªa. Tal vez deber¨ªais vestir un Marchesa (la firma de la exmujer del productor)?, a?adi¨® en un mensaje que elimin¨® a los pocos minutos. Asia Argento, que ha denunciado p¨²blicamente que Weinstein la viol¨®, tambi¨¦n ha criticado la opci¨®n silenciosa del negro y pide que no acudan, directamente, a la gala. ?Boicotea los Globos, ?env¨ªa a una v¨ªctima a recoger tu premio!?, tuite¨®. En un mundo en el que el negocio de la alfombra roja mueve millones en visibilidad hacia las marcas, con compromisos de las propias actrices que ejercen de embajadoras del lujo durante el resto del a?o y los egos, adem¨¢s, mandan; ser¨¢ dificil ver un boicot como el que plantean McGowan y Argento. El traje (o vestido) protesta ser¨¢, posiblemente, la opci¨®n m¨¢s c¨®moda para las nominadas.