30 formas de ponerte el sombrero

Borsalinos, trilby, fedoras o pamelas¡­Cuando hace unos a?os volvi¨® con fuerza la facci¨®n dura de la sombrerer¨ªa, nos hicimos quisquillosos con las nomenclaturas y los hab¨ªa capaces de cortar orejas en caso de confusi¨®n de un modelo con otro. Esta temporada estamos de suerte porque se llevan todos.?De lana, tipo amish, gorras o con visera e inspiraci¨®n fetichista; tipo dandy y emulando a Lauren Hutton o invocando a la bruja mala de El Mago de Oz. De ala exageradamente ancha y con detalles de caza, tipo casquete o en forma de campana: los hay para to...

Borsalinos, trilby, fedoras o pamelas¡­Cuando hace unos a?os volvi¨® con fuerza la facci¨®n dura de la sombrerer¨ªa, nos hicimos quisquillosos con las nomenclaturas y los hab¨ªa capaces de cortar orejas en caso de confusi¨®n de un modelo con otro. Esta temporada estamos de suerte porque se llevan todos.?De lana, tipo amish, gorras o con visera e inspiraci¨®n fetichista; tipo dandy y emulando a Lauren Hutton o invocando a la bruja mala de El Mago de Oz. De ala exageradamente ancha y con detalles de caza, tipo casquete o en forma de campana: los hay para todos los gustos, cabezas y bolsillos.?

La funcionalidad no es, en absoluto, el motivo principal que nos empuja a incorporar gorros y sombreros?a nuestro atuendo. Estos juegan ya en la liga de bolsos y zapatos. Aunque lo primordial es que se acoplen bien a nuestro cr¨¢neo y favorezcan, no entienden ni de estaciones (lana en pleno verano), ni muchas veces de protocolos (en la calle no rigen las mismas normas que en las bodas). Se llevan de d¨ªa y de noche, en fiestas o al trabajo. Pueden producir electricidad est¨¢tica o acabar con estudiados peinados, pero al contrario son ideales para esos d¨ªas terribles en los que el encrespado no acompa?a.?