?Un ¡®alcalde de la noche¡¯ para Madrid o Barcelona? No es tan loco como parece
Londres se est¨¢ planteando instaurar una figura que gobierne la ciudad durante la noche para salvar su escena nocturna. Otras ciudades europeas apuestan por la iniciativa desde hace a?os.
Se busca alcalde (o alcaldesa) para los noct¨¢mbulos. Como requisito, conocer al dedillo todo lo que se cuece cuando cae el sol y tomarse todas las copas que haga falta para mediar con los due?os de los clubes y tugurios para que todo el mundo tenga la fiesta en paz. Alguien con el suficiente carisma como para aplacar a los vecinos cuando el suelo de su casa retumba e impedir que intervenga la polic¨ªa. Y, sobre todo, tiene que ser elegido burgomaestre de la noche por los s¨²bditos de la oscuridad. ?Objetivo? Que la escena cultural nocturna no se muera.
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Se busca alcalde (o alcaldesa) para los noct¨¢mbulos. Como requisito, conocer al dedillo todo lo que se cuece cuando cae el sol y tomarse todas las copas que haga falta para mediar con los due?os de los clubes y tugurios para que todo el mundo tenga la fiesta en paz. Alguien con el suficiente carisma como para aplacar a los vecinos cuando el suelo de su casa retumba e impedir que intervenga la polic¨ªa. Y, sobre todo, tiene que ser elegido burgomaestre de la noche por los s¨²bditos de la oscuridad. ?Objetivo? Que la escena cultural nocturna no se muera.
Londres lo acaba de anunciar: no descarta nombrar a un Night Mayor (un Alcalde de la Noche) para gobernar la gran urbe a la luz de la luna. Su misi¨®n ser¨ªa poner coto a una de las mayores sangr¨ªas culturales que ha experimentado la ciudad: la desaparici¨®n imparable de garitos. Seg¨²n el Plan de Rescate de los Establecimientos Musicales Emblem¨¢ticos1, la noche londinense da pena. Ha pasado de 136 locales de m¨²sica en 2007 a tan solo 88 en 2015, llev¨¢ndose por delante a lugares ic¨®nicos como el Marquee Club, el Astoria, el 12 Bar Club y el Madame Jojo¡¯s. Algo que la marca Gran Breta?a no puede permitirse y que, adem¨¢s, pone en peligro la jugosa torta de m¨¢s de 5.000 millones de euros que supone la industria musical en el pa¨ªs, una bestia a la que hay que alimentar puntualmente con nuevas bandas y m¨²sicos que primero se foguean tocando en los antros de la capital.
As¨ª, Londres seguir¨ªa el camino de las ciudades holandesas, donde hace m¨¢s de 25 a?os que funciona figura del Alcalde de la Noche (el Nachtburgemeester), y de ciudades como Par¨ªs y Toulouse, que desde 2013 tienen su propio Maire de la nuit.
Esta sorprendente idea se gest¨® en la pasada edici¨®n del Primavera Sound en Barcelona, a finales de mayo. All¨ª, los promotores del festival organizaron una mesa redonda sobre ciudades ejemplares por su pol¨ªtica musical auspiciada por el Ayuntamiento de la ciudad, que se encarg¨® de hacer las gestiones para buscar a distintos representantes oficiales. Acudieron el alcalde de Reikiavik, Dagur B. Eggertsson, y Paul Broadhurst, encargado de la pol¨ªtica musical de la capital brit¨¢nica, pero fall¨® el representante de ?msterdam que esperaban. Como sustituto, buscaron en la ciudad holandesa de Groninga, conocida, entre otras cosas, por su vibrante vida nocturna y el festival Eurosonic. La sorpresa fue may¨²scula cuando la Alcald¨ªa de Groninga decidi¨® enviar como representante a su alcalde de la noche, el guitarrista y productor de festivales underground Chris Garrit.
¡°Quer¨ªamos escuchar otras perspectivas de modelos de ciudades y los de Groninga enviaron a este personaje. Al principio me lo tom¨¦ en un sentido ir¨®nico-c¨®mico¡±, confiesa Carmen Zapata, gerente de la Asociaci¨®n de Salas de Conciertos de Catalu?a (ASACC), que coorganiz¨® el debate. Pero triunf¨®. Por la noche se fue a dar una vuelta (y se supone que unas copas) con Broadhurst y Eggerston, y ahora tanto Londres como Reikiavik se plantean nombrar a su propio Alcalde de la Noche.
¡°Nosotros le ense?amos al Ayuntamiento como funciona la econom¨ªa de la noche¡±, explica a esta publicaci¨®n Garrit, que est¨¢ en su segundo mandato tras imponerse a otros doce candidatos en una gran fiesta a la que acudi¨® el alcalde diurno de la ciudad de Groninga para dar su apoyo al vencedor.
Sin atribuciones legislativas o ejecutivas reales, la figura del alcalde de la noche ya es tradicional en muchas ciudades holandesas. Angela Verkuijlen es la alcadesa de la noche de Nimega (y la ¨²nica que tiene un sueldo, pagado por el consistorio ¡®oficial¡¯). El primero en ser distinguido con tal nomenclatura fue el poeta y rapsoda de Rotterdam Jules Deelder en 1979, un popular enfant terrible de la escena holandesa con toda una obra dedicada a la ciudad portuaria y temas como las drogas y la m¨²sica jazz.
Aunque en aquel momento era un cargo de car¨¢cter m¨¢s simb¨®lico que efectivo, ¡°ahora se trata m¨¢s de ser un embajador, de ser la voz de la cultura nocturna¡±, dice el alcalde nocturno de Groniga. Sus actuaciones son muy variadas. Ha conseguido frenar multas contra m¨²sicos callejeros como Moti, al que persegu¨ªan legalmente por rasgar su guitarra 10 minutos fuera del horario permitido, pero tambi¨¦n se encarga de asesorar al Ayuntamiento diurno sobre todo lo que concierne la cultura de la noche y la seguridad, sin esquivar cuestiones pol¨¦micas como las drogas.
Mirik Milan, alcalde de la noche de la importante ciudad de ?msterdam, tambi¨¦n est¨¢ en su segundo mandato de dos a?os. Para escogerlo montaron una megafiesta en la que un jurado de personalidades de la noche lo invisti¨® en una votaci¨®n en la que tambi¨¦n participaban el p¨²blico de la sala y los votos recibidos a trav¨¦s de internet. Ahora ha convertido la instituci¨®n del ¡®Night Mayor¡¯ en una organizaci¨®n no gubernamental que recibe el 50 por ciento de sus fondos del Ayuntamiento ¡®oficial¡¯.
¡°Soy los ojos y o¨ªdos del alcalde diurno durante la noche¡±, dice a este medio Mirik, que encontr¨® la vocaci¨®n de montar fiestas underground antes de acabar el instituto y sigui¨® hasta promover festivales masivos como el Valtifest con m¨¢s de 10.000 asistentes.
¡°La gente a menudo piensa en el lado oscuro de la noche, y existe: el ruido, las drogas, el consumo masivo de alcohol, la prostituci¨®n, el abuso de drogas¡ sabemos que esos problemas est¨¢n all¨ª y no los evitamos. Pero abordar la noche desde el lado problem¨¢tico es el camino incorrecto en las sociedades modernas. Se tiene que enfocar en el lado positivo, desde la perspectiva social, cultural y econ¨®mica¡±, asegura.
Pero el modelo de Alcalde de la Noche parece que no ha acabado de seducir a los gestores de las grandes ciudades espa?olas. Carles Sala, uno de los directores del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) y moderador del evento del Primavera Sound, reconoce que la ciudad tiene un problema grave con la cultura nocturna, donde ¡°la m¨²sica se trata a veces como si fuera un ruido¡±. Sin embargo, no se est¨¢n planteando la posibilidad de tener un alcalde nocturno ¡°al que la gente vota de forma informal¡±.
Seg¨²n Sala, el camino pasa por ¡°adaptar las ordenanzas municipales, que en muchos casos son m¨¢s restrictivas que las leyes¡± y ¡°crear una mesa de concertaci¨®n que mezcle a las asociaciones de salas de m¨²sica en vivo, a los distritos, a Cultura y a la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos¡±.
¡°Si no es un Alcalde de la Noche, s¨ª que podr¨ªa surgir alguna persona que concentre todas las opiniones de esta mesa sectorial que pueda tener una visi¨®n global para defender los intereses de seguridad, urban¨ªsticos, culturales y de los ciudadanos¡±, especula Zapata, para quien uno de los problemas del modelo holand¨¦s es que la Administraci¨®n espa?ola no se tomar¨ªa en serio a un cargo voluntario y no remunerado fruto de la iniciativa popular.
Con o sin alcalde nocturno, Mirik Milan desde ?msterdam lo tiene claro: ¡°La noche como un producto es important¨ªsima en el desarrollo de la ciudad, en el desarrollo cultural y en el desarrollo social¡±, y en el contexto de la globalizaci¨®n ciudades como la suya compiten con otras capitales como Londres o Berl¨ªn para tener la mejor escena nocturna. En abril, de hecho, se montar¨¢ en Amsterdam un congreso internacional de alcaldes de la noche. Lo que est¨¢ por ver es c¨®mo se lo montan ciudades como Barcelona o Madrid para recuperar una escena que lleva a?os depauperada y no da s¨ªntomas de recuperaci¨®n.