Arde Par¨ªs
Con una identidad visual potente y original, Marine Serre es la gran promesa francesa.
El 9 de septiembre de 2001, Miguel Adrover (considerado el mejor dise?ador espa?ol de su tiempo y hoy reconocido con el Premio Nacional de Dise?o de Moda 2018) present¨® su quinta colecci¨®n, Utop¨ªa, en un colegio del Lower East Side de Nueva York. Iba a ser la consagraci¨®n del que para muchos era la mayor esperanza de la moda estadounidense. Pero aquella colecci¨®n, inspirada en la realidad social de los pa¨ªses isl¨¢micos, se convirti¨® en su suicidio comercial. El 11-S trunc¨® el sue?o de un creativo al que la prensa y los inversores tacharon de simpatizante del enemigo. ...
El 9 de septiembre de 2001, Miguel Adrover (considerado el mejor dise?ador espa?ol de su tiempo y hoy reconocido con el Premio Nacional de Dise?o de Moda 2018) present¨® su quinta colecci¨®n, Utop¨ªa, en un colegio del Lower East Side de Nueva York. Iba a ser la consagraci¨®n del que para muchos era la mayor esperanza de la moda estadounidense. Pero aquella colecci¨®n, inspirada en la realidad social de los pa¨ªses isl¨¢micos, se convirti¨® en su suicidio comercial. El 11-S trunc¨® el sue?o de un creativo al que la prensa y los inversores tacharon de simpatizante del enemigo. Al otro lado del Atl¨¢ntico, en 2016, Marine Serre, una joven estudiante de moda de La Cambre de Bruselas, mostr¨® su colecci¨®n de graduaci¨®n. La llam¨® Radical Call For Love. Era su particular reacci¨®n a los atentados terroristas de Par¨ªs y Bruselas entre 2015 y 2016. Lejos de ejercicios literales o gratuitos, sus prendas reflejaban la tensi¨®n entre Oriente Pr¨®ximo y Occidente de un modo magistral, a la vez que capturaban el pulso h¨ªbrido y deportivo que se respira hoy en las calles. Pocos debuts son tan poli¨¦dricos y emocionantes.
En el jurado de aquel desfile de final de curso estaba Romain Joste, un tercio del equipo de The Broken Arm, una boutique del Marais parisino convertida en templo de peregrinaci¨®n tras el cierre de Colette. En septiembre de 2016, durante la Semana de la Moda de Par¨ªs (algo as¨ª como el prime time del retail), en el escaparate de esta tienda de referencia no colgaban los dise?os de Vetements, sino las prendas de una desconocida Marine Serre. Sus patrones llamaron la atenci¨®n de pesos pesados del circuito como Adrian Joffe, presidente de Dover Street Market, que a?adi¨® la etiqueta a la oferta vanguardista de su concept store. Sin tan siquiera haber debutado en la pasarela oficial, Marine Serre era ya una de los nombres favoritos del competitivo circuito parisino.
El aplauso aprobatorio de la industria lleg¨® pronto. Y lo hizo en forma de cheque (de 300.000 euros) y un a?o de tutor¨ªa empresarial. En junio de 2017, con apenas 25 a?os, la francesa se llev¨® el codiciado galard¨®n al talento emergente LVMH Prize que, desde 2014, otorga el conglomerado de lujo. ?La empresa naci¨® antes de ganar el premio?, recalca Marine al tel¨¦fono desde Par¨ªs. ?De hecho, ya vend¨ªamos en Dover Street Market, SSense, The Broken Arm o H. Lorenzo. Pero aquello lo aceler¨® todo?. La evoluci¨®n de la marca se precipit¨® de la noche a la ma?ana. Y el equipo, que hasta entonces hab¨ªa sobrevivido con solo tres personas, creci¨®. ?No me siento en el punto de mira, aunque soy consciente del inter¨¦s que despierta la firma?. Prefiere centrarse en los patrones, ajena al ruido medi¨¢tico. ?Jam¨¢s imagin¨¦ que mi trabajo tendr¨ªa tal alcance. En ese sentido, ha sido una sorpresa. Aunque supongo que lo habr¨ªa sido para cualquiera, porque el ¨¦xito no se planifica?.
Lenguaje entre culturas
En un mercado cada vez m¨¢s saturado, construir una imagen distintiva s¨®lida es una de las asignaturas pendientes de muchos j¨®venes que empiezan. La mayor¨ªa necesita a?os de prueba y error para definir su estilo. El caso de Serre es distinto. Desde aquella ?llamada radical al amor?, la francesa ha creado una identidad visual tan potente como reconocible. ?Siempre he tenido una opini¨®n clara de cu¨¢l deb¨ªa ser la visi¨®n de la marca?, reconoce. ?Cuando trabajas en patronaje durante mucho tiempo, observando las prendas y analizando las proporciones, descubres lo que te gusta de verdad. Tambi¨¦n ayuda haber pasado por los talleres de Dior, Maison Margiela o Balenciaga [a las ¨®rdenes de Raf Simons, Matthieu Blazy y Demna Gvasalia, respectivamente]. Porque cuanto m¨¢s conoces la identidad de otras casas, m¨¢s aprendes de la tuya propia?.
A nadie escapa que vivimos bombardeados por im¨¢genes. En la era digital, el logo ejerce la forma m¨¢s brutal de dictadura visual. ?Los s¨ªmbolos son importantes; y cuando son buenos, funcionan?, corrobora Marine. La luna creciente (presente en su primer proyecto) es hoy un motivo recurrente en sus colecciones. ?Al principio no ten¨ªa pensado volver a utilizar ese estampado?. La idea surgi¨® m¨¢s tarde, al comprobar la repercusi¨®n internacional. La camiseta fue uno de los best sellers del a?o. ?Me gusta la luna por muchas razones. Para empezar, me permite no usar mi nombre. Como si trabaj¨¢ramos para un s¨ªmbolo religioso¡ O para un equipo de f¨²tbol. Es un lenguaje a medio camino entre la religi¨®n y el f¨²tbol. Fe y energ¨ªa. Cuando practicas deporte ¨Cyo entren¨¦ durante mucho tiempo¨C, hay una llama en ti que te impulsa en todo lo que haces?.
El v¨ªnculo con el islam tambi¨¦n es evidente. ?La inspiraci¨®n ¨¢rabe est¨¢ ah¨ª?. Explica que, cuando present¨® Radical Call For Love, la gente era reticente a exhibir una luna creciente. ?Yo quer¨ªa romper esa barrera psicol¨®gica, y crear un sentimiento nuevo. Tengo muchos amigos libaneses y marroqu¨ªes. Les ped¨ª su opini¨®n y todos me animaron a seguir adelante. Adem¨¢s, el enfoque era respetuoso?.
Habla por los codos. Tambi¨¦n cuando dise?a. ?Me interesa la opini¨®n de los dem¨¢s?, dice. Est¨¢ convencida de que el estampado ¨Comnipresente en las fotos de street style¨C ha ayudado a cambiar la percepci¨®n del sat¨¦lite. ?Adem¨¢s, la luna tiene muchos otros significados. Representa, por ejemplo, lo femenino. Es universal. Me gusta su car¨¢cter cambiante. Confiere a la marca una identidad h¨ªbrida en constante evoluci¨®n?.
La fusi¨®n de ¨¦pocas, culturas y lenguajes est¨¦ticos es una constante en su corta trayectoria. ?El pasado nos define¡ y dibuja el futuro. Dise?ar consiste en proponer peque?as modificaciones de lo que ya existe?. Sus prendas son utilitarias, atl¨¦ticas, urbanas, en movimiento ¨Creflejo del mapa cambiante de Europa¨C. ?No dise?amos en plano, prefiero moldear el tejido sobre una modelo o maniqu¨ª. Para m¨ª, lo m¨¢s importante es ver c¨®mo funciona la prenda sobre el cuerpo de la mujer. Solo as¨ª puedes decidir cu¨¢les deben ser las proporciones. De hecho, a medida que la marca crece y veo c¨®mo la gente compra y viste mis dise?os, mi visi¨®n se hace precisa. Porque puedo comprobar qu¨¦ fallaba en un patr¨®n concreto. Si el talle de una chaqueta, por ejemplo, deber¨ªa haber sido dos cent¨ªmetros m¨¢s largo. Es un proceso de reajuste constante?.
?La comodidad es fundamental, incluso cuando el tejido es complejo. Tambi¨¦n es clave el factor practicidad?. Por eso, imagina piezas con m¨²ltiples bolsillos y compartimentos que permiten salir de fiesta una noche sin bolso. ?Ser mujer ayuda ¨Cafirma convencida¨C. Hay vestidos que son deportivos y a la vez extremadamente femeninos?. Estudiar el patr¨®n se convierte en un ejercicio casi obsesivo. ?Pero incluso cuando las chaquetas tienen una forma complicada, en su interior hay un el¨¢stico para que el modelo no constri?a el cuerpo ni resulte inc¨®modo. Al fin y al cabo, dise?ar es resolver problemas?, asegura.
¡®Couturier¡¯ moderna
Su ¨²ltima colecci¨®n primavera-verano 2019, presentada el pasado mes de septiembre, estaba dividida en cuatro l¨ªneas. La ¨²ltima, de costura. ?Pero qu¨¦ significa el concepto haute couture para Marine Serre?, ?y hasta qu¨¦ punto tiene sentido perpetuar la forma m¨¢s sublime de este oficio en una industria que hace tiempo que pis¨® el acelerador? ?Hago costura porque me permite desarrollar prendas de lujo. Y, sinceramente, en la mayor parte de los casos, el pr¨ºt-¨¤-porter es aburrid¨ªsimo. Se te quitan las ganas de ver desfiles. Adem¨¢s, la costura forma parte del d¨ªa a d¨ªa. Lo vemos en Instagram. Y, claro est¨¢, existe un p¨²blico real?.
Olviden cualquier imagen preconcebida. Su propuesta no pretende emular los dise?os ni los procedimientos de las viejas maisons. Para Serre, la costura es un laboratorio de innovaci¨®n que permite poner a prueba los l¨ªmites del upcycling o suprarreciclaje (t¨¦cnica de transformaci¨®n de un residuo en otro objeto de mayor valor que el original). ?No quer¨ªa hacer la misma costura que se ha visto un mill¨®n de veces. Me parece m¨¢s interesante cuestionar qu¨¦ es el lujo hoy y hacer costura a partir de algo que no tiene valor, ya sea una camiseta blanca y una chaqueta de segunda mano que hemos encontrado en eBay. Para m¨ª, lujo es sin¨®nimo de tiempo y esmero?.
El suprarreciclaje representa ya el 50% de su colecci¨®n. Entre sus dise?os m¨¢s vendidos destacan los vestidos hechos con pa?uelos vintage. Podr¨ªa parecer que la sostenibilidad es, una vez m¨¢s, el padrenuestro que rezan las nuevas generaciones. Pero Marine no cree en el gran dios verde. ?Es una cuesti¨®n peliaguda. Pero no me gustar¨ªa que se asociara la marca con todo el movimiento de lavado verde que hay en la industria?, aclara. ?Para m¨ª, el suprarreciclaje es un m¨¦todo. Un ejercicio apocal¨ªptico. Si ma?ana no pudi¨¦ramos confeccionar prendas nuevas, al menos yo podr¨ªa hacer algunas?. Todos los jeans son tambi¨¦n de denim reciclado. ?No es evidente a primera vista; y eso es lo que m¨¢s me gusta. Quiero dejarlo claro, porque nosotros no hacemos basura verde?.
Fiel al pulso colaborativo de los nuevos tiempos, la francesa ha firmado contratos con Rudy Project, Nike, Converse o Melissa. ?Es un proceso interesante. Trabajar con gigantes como Nike te permite emplear t¨¦cnicas que una empresa peque?a como la nuestra no puede desarrollar?.
(Re)creaci¨®n personal
Marine Serre creci¨® en Donzenac, una peque?a poblaci¨®n del departamento de Corr¨¨ze, en el cruce de los ejes de autopistas que unen Par¨ªs con Toulouse y Burdeos con Lyon. Con 13 a?os, se fue a un internado de La Souterraine, cerca de Limoges. ?Cuando abandonas la casa de tus padres, creces r¨¢pido?. Fue entonces cuando descubri¨® su inter¨¦s por el dise?o. ?Con 14 o 15 a?os empec¨¦ a acumular ropa. Mi armario era seis veces m¨¢s grande que el de mi madre. Coleccionaba prendas baratas, de segunda mano?. Eran tesoros de todo a un euro. ?Algunas piezas probablemente eran copias de dise?adores de los que, por aquel entonces, a¨²n no hab¨ªa o¨ªdo hablar?. Su hobby era imaginar estilismos estramb¨®ticos ?y mezclar un top de encaje con unos vaqueros, o algo deportivo?.
De ah¨ª se fue a Marsella, ?una ciudad apocal¨ªptica?, en palabras de Serre. ?La moda brillaba por su ausencia, pero la energ¨ªa de las calles era brutal. En realidad, ni siquiera pod¨ªas decir que dise?abas porque te miraban mal?, recuerda con una sonrisa. Tras realizar un curso de dos a?os ¨C?en tan poco tiempo es imposible aprender a cortar una chaqueta?¨C, decidi¨® hacer las maletas para irse a Bruselas a formarse en La Cambre. ?Es la mejor escuela que encontr¨¦. Por supuesto, era p¨²blica. Solo costaba 500 euros?. No pod¨ªa permitirse estudiar en Londres. ?Y Par¨ªs? ?All¨ª no te ense?an patronaje. Reflexionan sobre dise?o y conceptos. Y a m¨ª eso no me interesaba. Yo quer¨ªa aprender a construir una prenda de verdad?. M¨¢s forma y menos estilismo.
Impresionado por su sentido creativo, Demna Gvasalia fich¨® a Serre reci¨¦n graduada. Durante m¨¢s de un a?o, ella compagin¨® su trabajo en Balenciaga con la creaci¨®n de su propia marca. ??Vacaciones? No sab¨ªamos lo que eran. Durante un tiempo, ni siquiera dorm¨ªamos. ?ramos un equipo de tres personas trabajando como locos en algo en lo que cre¨ªamos. Lo nuestro era energ¨ªa radical. Supongo que quer¨ªamos que nos escucharan. Pero sobre todo nos mov¨ªa la pasi¨®n?. Aquel pulso creativo y taquic¨¢rdico sigue moviendo el coraz¨®n de la firma. ?La esencia es la misma. M¨¢s all¨¢ de hacer prendas, queremos aportar algo nuevo a este negocio, a nivel de dise?o y tambi¨¦n de producci¨®n. Porque hacemos moda. Pero detr¨¢s, tambi¨¦n hay una empresa?.