El verdadero coste de la ropa: qu¨¦ diferencia una blusa de 10 euros de una de 100
Cuando las cosas se hacen bien y todos los implicados en el proceso de producci¨®n reciben un salario digno, es imposible que una prenda sea tan barata.
?Coste de la tela, 13 euros. Mano de obra (2 horas y media), 37,50 euros. Precio por fotografiar la prenda, 8 euros. Luchar contra la moda r¨¢pida, coste cero?. Estas cifras son un peque?o resumen del detallado desglose ¨Clo que se conoce como escandallo¨C que acompa?a a las prendas de Maison Cl¨¦o, marca francesa que ha alcanzado popularidad global gracias a sus camisas rom¨¢nticas popularizadas por Emily Ratajkowski o Leandra Medine. Su fundadora, Marie Derrow, ha decidido llevar la transparencia hasta l¨ªmi...
?Coste de la tela, 13 euros. Mano de obra (2 horas y media), 37,50 euros. Precio por fotografiar la prenda, 8 euros. Luchar contra la moda r¨¢pida, coste cero?. Estas cifras son un peque?o resumen del detallado desglose ¨Clo que se conoce como escandallo¨C que acompa?a a las prendas de Maison Cl¨¦o, marca francesa que ha alcanzado popularidad global gracias a sus camisas rom¨¢nticas popularizadas por Emily Ratajkowski o Leandra Medine. Su fundadora, Marie Derrow, ha decidido llevar la transparencia hasta l¨ªmites otrora insospechados desgranando el precio de todo el proceso y materiales que utiliza en sus creaciones, confeccionadas a mano por su madre. El gesto pretende demostrar que cuando las cosas se hacen bien y todos los implicados en el proceso de producci¨®n reciben un salario digno, es imposible que una blusa cueste 11 euros. Las suyas, de hecho, multiplican por diez ese precio.
?Tom¨¦ la decisi¨®n de hacer p¨²blicos los costes de fabricar mi ropa porque cuando fui becaria trabaj¨¦ en algunas marcas que producen en Par¨ªs, pero utilizan tejidos como el poli¨¦ster 100% y venden las prendas a precios que en mi opini¨®n no est¨¢n justificados. As¨ª que decid¨ª demostrar al mundo que la ropa de seda hecha a mano por encargo pod¨ªa ser incluso m¨¢s barata?, explica a S Moda Marie Derrow, alma m¨¢ter de Maison Cl¨¦o. La transparencia detr¨¢s del gesto tambi¨¦n sirve para que aquellos que tachan de ¡®caros¡¯ productos sostenibles como los que proponen esta y otras marcas reflexionen sobre si ese precio que les resulta ¡®alto¡¯ en realidad es simplemente ¡®justo¡¯. A este movimiento, bautizado en redes como #truecostoffashion (el verdadero coste de la moda) se han sumado otras marcas nativas digitales como Olivia Rose The Label, que tambi¨¦n fabrica bajo demanda en su taller de Edimburgo.
La periodista Lisa Armstrong, jefa de moda del diario The Telegraph, reflexionaba as¨ª acerca del coste de la ropa en un reciente art¨ªculo. ?Seguramente al se?or Philip Green [empresario al frente del grupo responsable de marcas como Topshop] no le resultar¨¢ dif¨ªcil darse cuenta de que si cobra tres libras por una prenda que tarda media hora en hacer utilizando telas, tintes o blanqueadores que llegan de todo el mundo y luego haci¨¦ndola cruzar el globo y pagando los aranceles de importaci¨®n, entonces hay alguien y algo [el planeta] que no est¨¢ haciendo un buen negocio?. La alternativa al modelo low cost resulta, sin embargo, dif¨ªcil de asumir para gran parte de la poblaci¨®n. Una encuesta publicada por la edici¨®n brit¨¢nica de?Cosmopolitan desvel¨® que dos tercios de los encuestados no compran en marcas de moda sostenibles, de los cuales el 80% argument¨® que el motivo era que le resultaban ?demasiado caras?.
?Es cierto que, por lo general, son m¨¢s elevados que los precios a los que nos hemos acostumbrado.?Pero necesitan serlo?, defiende Lauren Bravo en The Independent. ?Si bien la palabra ¡®caro¡¯ es subjetiva, el precio de la tela, el hilo, la fabricaci¨®n de patrones, la maquinaria y los dem¨¢s gastos no lo es.?El coste del trabajo humano tampoco deber¨ªa ser negociable, pero muchas veces son las personas las que se sacrifican por el margen de beneficio.?Menos del 2% de los trabajadores de la confecci¨®n a nivel mundial ganan un salario digno.?Cuando compramos un vestido de cinco euros en una marca de moda r¨¢pida, no es barato por arte de magia, es barato porque alguien est¨¢ pagando el precio?, a?ade.
Sin embargo, muchos consumidores se preguntan si el precio alto de una marca sostenible o premium obedece a la calidad, el respeto por el medioambiente y los derechos de los trabajadores o, en realidad, tiene que ver con una cuesti¨®n de posicionamiento y marketing. Para acabar con la eterna sospecha, desde la firma inglesa Sancho¡¯s decidieron vender algunas de sus creaciones a tres precios distintos. Los clientes pueden elegir si quieren pagar por un mono veraniego 68 libras, 78 o 95 (es decir, 74 euros, 85 o 104). Elijan el precio que elijan recibir¨¢n la misma prenda. La diferencia est¨¢ en que el m¨¢s bajo cubre ¨²nicamente su coste, el segundo incluye tambi¨¦n el marketing, y el m¨¢s alto suma una cantidad para contribuir al desarrollo de la empresa. Sorprendentemente, seg¨²n han afirmado desde la marca, son muchos los clientes que deciden pagar el precio m¨¢s elevado: la gente est¨¢ dispuesta a pagar m¨¢s cuando hay transparencia y decide comprometerse con la causa.
No obstante, es f¨¢cil toparnos ¨Cpor ejemplo en Instagram¨C con un buen pu?ado de firmas sostenibles con dise?os actuales y apetecibles que nos dejan medio mareados cuando hacemos clic y descubrimos el precio. 500 euros por un vestido que ni siquiera est¨¢ firmado por un gran dise?ador despierta el asombro y las cr¨ªticas de muchos pero, ?por qu¨¦ no ocurre lo mismo cuando la etiqueta marca 8? Si bien existe una parte de la poblaci¨®n que no puede afrontar un gasto elevado en ropa, tambi¨¦n son muchos los que pueden hacer mejores elecciones cuando van de compras. Prefieren, sin embargo, invertir en cinco vestidos de precio irrisorio que no llegar¨¢n de una pieza al pr¨®ximo verano antes que utilizar el monto total de esa suma para comprar una ¨²nica prenda que responda a valores de ¨¦tica, sostenibilidad y durabilidad.
?Mientras que el coste de la vida contin¨²a dispar¨¢ndose en multitud de ¨¢reas (vivienda, comida, transporte), la ropa es una de las pocas excepciones que todav¨ªa se est¨¢ volviendo m¨¢s barata?, reflexiona Lauren Bravo. Esto ha devaluado nuestra percepci¨®n sobre cu¨¢nto merece la pena gastar en ropa olvidando que seguir las tendencias no es un derecho ni es necesario tener un armario atestado de opciones. ?El precio real de nuestra ropa no se decide en la caja: seguimos d¨¢ndole valor al usarla, cuidarla y continuar poni¨¦ndonosla el mayor tiempo posible.?La prenda m¨¢s sostenible es la que ya tenemos en el armario?, remata la periodista.
Dejar de comprar es m¨¢s f¨¢cil de decir que de hacer, pero tambi¨¦n merece la pena se?ar que existen marcas responsables que no requieren de grandes inversiones, adem¨¢s de opciones como la segunda mano o el alquiler de ropa. Pagar los 110 euros que cuesta una de las blusas de Maison Cl¨¦o no es tan descabellado teniendo en cuenta que se fabrica a medida por el mismo precio, por lo que sentar¨¢ mejor, y que hasta el embalaje es reciclado. Si esa blusa va a permanecer en el armario los pr¨®ximos diez a?os supone el mismo desembolso que comprar una low cost cada a?o. El impacto ambiental, sin embargo, decrece del mismo modo que las posibilidades de toparse por la calle con el mismo modelo.