?Cu¨¢ntas veces hay que usar una bolsa de tela para que sea m¨¢s sostenible que una de pl¨¢stico?
Las ¡®tote bags¡¯ eran una idea muy atractiva para sustituir al ¨²nico uso de las de pl¨¢stico. Sin embargo, al producirse de forma masiva pierden sus ventajas iniciales.
Haga un experimento: salga a la calle y cuente a cu¨¢ntas personas ve que llevan una bolsa de tela. Habr¨¢ quien la use a modo de bolso y quien salga del supermercado cargando con un par de ellas llenas con su compra del d¨ªa. La mayor¨ªa de esas bolsas llevar¨¢n algo estampado: un logo, una frase ingeniosa, una ilustraci¨®n que hace referencia a alg¨²n producto cultural. Para muchos usuarios, son ya un accesorio de moda que sirve tambi¨¦n para expresar una identidad: leo esta revista, me gusta el cine, he estado en Portland, escucho a este grupo de m¨²sica¡ Para las marcas, son una forma de colgarse l...
Haga un experimento: salga a la calle y cuente a cu¨¢ntas personas ve que llevan una bolsa de tela. Habr¨¢ quien la use a modo de bolso y quien salga del supermercado cargando con un par de ellas llenas con su compra del d¨ªa. La mayor¨ªa de esas bolsas llevar¨¢n algo estampado: un logo, una frase ingeniosa, una ilustraci¨®n que hace referencia a alg¨²n producto cultural. Para muchos usuarios, son ya un accesorio de moda que sirve tambi¨¦n para expresar una identidad: leo esta revista, me gusta el cine, he estado en Portland, escucho a este grupo de m¨²sica¡ Para las marcas, son una forma de colgarse la medallita verde mientras los consumidores pasean gratis su logo. Si se le pregunta a alguna de esas personas que llevan una de estas bolsas, es muy posible que confiesen tener muchas m¨¢s en casa. Algunos un par de ellas; otros, m¨¢s de diez y m¨¢s de veinte.
Una de estas personas es el m¨²sico Rodrigo Cuevas, que hace unos d¨ªas publicaba en Twitter v¨ªdeo con el que, dec¨ªa, buscaba ¡°abrir el mel¨®n de las tote bags¡±. Con muchas bolsas de tela colgadas de los brazos y del cuello, explicaba por qu¨¦ ya no las vende en su web. ¡°?Vosotros sab¨¦is lo que significa fabricar todo este textil, transportarlo (¡)? Todo este algod¨®n que no sabemos d¨®nde est¨¢ producido, no sabemos d¨®nde est¨¢ ensamblado, no sabemos d¨®nde est¨¢ te?ido, ?vosotros cre¨¦is que es m¨¢s ecol¨®gico que el pl¨¢stico?¡±, dec¨ªa en el v¨ªdeo (en asturiano).
El artista explica que decidi¨® hacer el v¨ªdeo porque un par de personas le hab¨ªan preguntado por qu¨¦ ya no ten¨ªa este tipo de bolsas entre las cosas que vende como merchandising. ¡°Las vend¨ª una temporada y ya cuando se me acabaron, no hice m¨¢s. Ya llevaba tiempo pensando que en realidad no quer¨ªa hacer m¨¢s tote bags. En cada sitio al que voy, en cada charla, me regalan una. ?Pero c¨®mo vamos a hacer m¨¢s, si el textil es una de las cosas que m¨¢s contaminan del mundo?¡±, asegura a S Moda.
Estas bolsas de tela o tote bags (aunque, t¨¦cnicamente, las tote bags no tienen por qu¨¦ ser de material textil) se empezaron popularizar hace algo m¨¢s de una d¨¦cada como una alternativa mucho m¨¢s sostenible y ecol¨®gica a las bolsas de pl¨¢stico. La idea era tan sencilla como antigua: en vez de utilizar bolsas desechables para transportar la compra, volver a lo que se hab¨ªa hecho siempre, reutilizar en vez de usar y tirar.
A darle ese toque de glamour hipster a usar tote bags ayud¨® la dise?adora brit¨¢nica Anya Hindmarch, que en 2007 lanz¨® un bolso de algod¨®n con el texto ¡°I am not a plastic bag¡± (¡°no soy una bolsa de pl¨¢stico¡±). Las vend¨ªa a 7,50 libras y crearon tal furor que llegaron a venderse 20.000 en una hora y a revenderse por m¨¢s de 200 euros.
Culpar a Hindmarch de la burbuja de las tote bags en la que vivimos ahora es exagerado, pero fue su bolsa la que dio el pistoletazo de salida a la adopci¨®n masiva. Quince a?os despu¨¦s, las bolsas de tela ya no son una rareza. Sin embargo, su popularizaci¨®n no ha significado un panorama de sostenibilidad ut¨®pica en la cola del supermercado.
¡°El problema con las bolsas de tela es que las estamos usando como usamos las de pl¨¢stico¡±, asegura Gema G¨®mez, directora ejecutiva y fundadora de la plataforma de formaci¨®n y divulgaci¨®n en moda, sostenibilidad y negocio Slow Fashion Next. ¡°Dependiendo del material, una tote bag empieza a ser interesante en t¨¦rminos de sostenibilidad, entre cien y trescientas veces de uso¡±, explica. Si en cada lugar al que vamos nos dan una, si tenemos el perchero repleto de bolsas de tela que casi no usamos, el efecto positivo se pierde.
Hay alg¨²n estudio sobre esto. El que m¨¢s se suele citar es uno publicado en 2018 por el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca, que analizaba el impacto ambiental de distintos tipos de bolsas para hacer la compra. La conclusi¨®n era devastadora para cualquiera que siente que ayuda al planeta mientras escoge cu¨¢l de sus veinte bolsas de tela llevar¨¢ ese d¨ªa a la fruter¨ªa: para compensar el impacto de su fabricaci¨®n, cada bolsa de algod¨®n tendr¨ªa que ser utilizada 7.100 veces; si el algod¨®n es org¨¢nico, la cosa empeora y son necesarios 20.000 usos. Las bolsas de pl¨¢stico, en cambio, necesitan menos utilizaciones.
Sin embargo, seg¨²n un an¨¢lisis del informe que realiz¨® unos meses despu¨¦s el especialista en sostenibilidad Parkpoom Kometsopha, el ministerio dan¨¦s acababa con esas cifras tan altas, entre otras cosas, porque med¨ªa el impacto en una categor¨ªa espec¨ªfica, la capa de ozono. Si se hubiese medido el impacto en el cambio clim¨¢tico, ser¨ªan ¡°solo¡± 150 usos para una bolsa de algod¨®n org¨¢nico. La conclusi¨®n, eso s¨ª, es la misma: no tiene sentido tener tantas de estas bolsas. ¡°Aunque una cosa sea sostenible, si se produce de forma masiva, deja de serlo¡±, resume la dise?adora Sandra Zaragoza, presidenta de la Asociaci¨®n de Moda Sostenible de Espa?a (AMSE). Sin ir m¨¢s lejos, en S Moda hemos preguntado a trav¨¦s de Instagram a nuestros lectores cu¨¢ntas bolsas de tela tienen y la respuesta m¨¢s com¨²n ha sido que al menos cinco, aunque muchos lectores han contestado que m¨¢s de 10 e incluso de 20.
Lo que significa hacer una bolsa de tela
En esa medici¨®n del impacto que tiene una bolsa para el medio ambiente importa mucho qu¨¦ es lo que se est¨¦ valorando. Las bolsas de pl¨¢stico son correctamente vilipendiadas por el hecho de ser utilizadas una ¨²nica vez (o muy pocas). Despu¨¦s, se convierten en residuos. ¡°Hace a?os se hablaba de que el algod¨®n es m¨¢s sostenible que el pl¨¢stico porque el pl¨¢stico no era biodegradable, el algod¨®n se degrada m¨¢s r¨¢pidamente y se descompone en productos que pueden actuar como nutrientes¡±, explica Mar¨ªa ?ngeles Bonet, profesora del Departamento de Ingenier¨ªa Textil y Papelera de la Universitat Polit¨¦cnica de Val¨¨ncia (UPV). ¡°Sin embargo, en la sostenibilidad no debe considerarse s¨®lo la biodegradabilidad, sino toda la cadena de valor del producto desde la obtenci¨®n de las materias primas ¡ªdonde el algod¨®n consume mucha agua y los pl¨¢sticos conllevan industria qu¨ªmica¡ª, hasta el fin de la vida ¨²til del producto. Y ah¨ª tiene que ver mucho la actuaci¨®n del usuario final¡±, a?ade. Es decir, no es un blanco o negro.
Sobre el algod¨®n, Sandra Zaragoza, de la AMSE, a?ade que adem¨¢s se fabrica todo fuera, lo que lleva un coste a nivel de huella de carbono muy grande. Un peso m¨¢s hacia el lado malo en la balanza del impacto medioambiental.
Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que no todas las bolsas de tela son iguales. Zaragoza pone como ejemplo que ella, en su marca de moda, produjo hace a?os unas tote bags. Se encontr¨® con que no era nada f¨¢cil hacerlo de un modo sostenible. ¡°Cuando las comprabas ya hechas, ven¨ªan de fuera. Sin saber muy bien si el algod¨®n era org¨¢nico o simplemente era algod¨®n crudo, sin saber bien d¨®nde estaban confeccionadas¡±, explica. Al final, opt¨® por comprar un tejido reciclado en un proyecto local, Recitex, en Alicante (donde reside ella).
Gema G¨®mez, de Slow Fahion Next, coincide en que hay que valorar distintos aspectos. ¡°La sostenibilidad tiene tres patas: la medioambiental, la social y la econ¨®mica. Y las tres tienen que balancearse¡±, asegura. A esto a?ade el estilo de vida, llevar siempre una de las bolsas encima y utilizarla si se compra algo. Aunque, seg¨²n una encuesta realizada en 2014 por la firma de relaciones p¨²blicas Edelman, el 40% de los consumidores se olvidan sus bolsas reutilizables (en este caso, no eran de tela) en casa y acaban usando bolsas de pl¨¢stico. Otra opci¨®n es hacerse con otra bolsa reutilizable en el mismo supermercado, pero no tiene mucho sentido si solo va a ser una bolsa m¨¢s para dejarse olvidada en casa.
Lo m¨¢s sostenible: usar lo que ya se tiene
La conclusi¨®n es sencilla: si ya tiene alguna tote bag en casa, ¨²sela y no se haga con m¨¢s, aunque se la regalen o sea muy bonita y jure que va a ser la ¨²ltima que se compre. En el caso hipot¨¦tico de alguien que no tiene ninguna y vea que s¨ª le va a resultar pr¨¢ctica, lo idea les poner tambi¨¦n cierta intenci¨®n y mimo en la elecci¨®n de la bolsa. Mar¨ªa ?ngeles Bonet indica que, aunque ¡°vale la pena cualquier bolsa que se reutilice y que permita minimizar el uso de productos de usar y tirar¡±, es importante considerar ¡°que sean de bolsas 100% fibra ¨²nica (algod¨®n, poli¨¦ster, poliamida, ¡)¡±, lo que facilitar¨¢ su reciclaje.
Gema G¨®mez, por su parte, indica la importancia del dise?o: que sean f¨¢ciles de doblar, por ejemplo, para llevar en el bolso, que est¨¦n pensadas para poder usarse todas esas veces sin estropearse. Si no son pr¨¢cticas, no se utilizar¨¢n. Es tambi¨¦n importante el ecodise?o, apunta: ¡°Que se puedan reciclar¡±.
Porque este es otro elemento importante que hay que tener en cuenta: ?qu¨¦ se hace con estas bolsas cuando termina su vida ¨²til? ¡°Una bolsa de tela cuya composici¨®n sea poli¨¦ster puede ser tan contaminante como una bolsa de pl¨¢stico¡±, explica Mar¨ªa ?ngeles Boner. ¡°Todo depende de si el usuario al final de su vida ¨²til act¨²a correctamente y se puede reciclar. Pero para una reciclabilidad correcta, por citar algunos aspectos, la bolsa de tela debe componerse de un ¨²nico material para facilitar el proceso de reciclado, una bolsa 50 % poli¨¦ster-50 % algod¨®n, tiene dif¨ªcil separaci¨®n de fibras y por tanto reciclabilidad. Adem¨¢s, se deben tener en cuenta aspectos como la tintura o estampaci¨®n de motivos o publicidad¡±, asegura.
El d¨®nde reciclar tambi¨¦n es un aspecto delicado. ¡°El tema de los contenedores de textiles es un mundo bastante complicado¡±, se?ala Sandra Zaragoza. ¡°Depende de cada contenedor, porque los gestionan empresas diferentes y o todas son de fiar. Hay que informarse mucho de qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s¡±, a?ade.
Lo mejor es no tener que llegar a eso: que las bolsas no se conviertan en un residuo. Para esto, Zaragoza propone, simplemente, pensar nuevos usos: ¡°uedes hacer fundas de cojines, bolsas del pan, neceseres, utilizarlo de materia prima para otras cosas que necesites¡¡±.
Por ¨²ltimo, m¨¢s all¨¢ de los usos individuales que podamos darles a estas bolsas los consumidores, est¨¢ tambi¨¦n la responsabilidad de quien las produce o encarga su producci¨®n. Rodrigo Cuevas, que cree que tambi¨¦n habr¨ªa que repensar si tiene sentido seguir haciendo merchandising (¡°prefiero cargarme una industria que el planeta¡±, reflexiona), indica que lo que hay que hacer es pensar en qu¨¦ es lo que se fabrica exactamente. ¡°Tenemos que buscar cosas que la gente necesite, no podemos vender cosas que la gente no necesita?, insiste. Y sentencia: ?Tenemos que dejar de regalar y vender basura?.