El privilegio de llevar sudadera: por qu¨¦ solo los hombres ricos pueden llevar el ¡®look¡¯ Silicon Valley
Mientras que a hombres como Mark Zuckerberg o Elon Musk les beneficia mostrar desinter¨¦s por su indumentaria y as¨ª parecer personas corrientes, las mujeres de la tecnolog¨ªa no pueden permitirse ese lujo.
En una reciente entrevista en TED, Chris Anderson, actual l¨ªder de TED, comentaba con Elon Musk, fundador de SpaceX, CEO de Tesla y uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo que ?hay mucha gente ah¨ª fuera que no soporta esta idea de que haya multimillonarios y que est¨¢n profundamente ofendidos por la noci¨®n de que un individuo pueda tener la misma fortuna que, pongamos, miles de millones de personas que viven en la pobreza?, algo a lo que Musk respondi¨® diciendo que se daban una serie de errores de base que llevaban a esa...
En una reciente entrevista en TED, Chris Anderson, actual l¨ªder de TED, comentaba con Elon Musk, fundador de SpaceX, CEO de Tesla y uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo que ?hay mucha gente ah¨ª fuera que no soporta esta idea de que haya multimillonarios y que est¨¢n profundamente ofendidos por la noci¨®n de que un individuo pueda tener la misma fortuna que, pongamos, miles de millones de personas que viven en la pobreza?, algo a lo que Musk respondi¨® diciendo que se daban una serie de errores de base que llevaban a esa conclusi¨®n: ?Por supuesto que ser¨ªa problem¨¢tico si yo estuviera consumiendo miles de millones de d¨®lares al a?o personalmente, pero no es el caso. De hecho, ni siquiera tengo casa propia ahora mismo, me quedo siempre en casas de amigos, en sus sof¨¢s. No tengo un yate, no me cojo vacaciones. No hago un consumo excesivo¡ la ¨²nica excepci¨®n es mi avi¨®n, pero si no cojo mi avi¨®n tengo menos horas para trabajar?. Musk acompa?¨® sus palabras sobre austeridad, una virtud en el mundo de los negocios, vestido con un pr¨¢ctico traje negro al que aportaba informalidad a trav¨¦s de una camisa blanca sin corbata y ligeramente desabotonada, con el que podr¨ªa definirse como su look Ted Talk. En otras apariciones, cuando no est¨¢ pisando una alfombra roja, Elon Musk prefiere apostar por uno de los uniformes oficiales de Silicon Valley: camiseta negra o gris, pantalones vaqueros oscuros y calzado c¨®modo.
En un reciente art¨ªculo en el medio feminista Jezebel, la periodista Kylie Cheung se preguntaba por qu¨¦ figuras como Elon Musk y otros multimillonarios ahondaban de la misma manera en la ret¨®rica y la est¨¦tica de ser gente normal y corriente: ?Cuando alguien puede darse el lujo de hacer cualquier cosa y estar de vacaciones las 24 horas del d¨ªa, los 7 d¨ªas de la semana, ?por qu¨¦ elegir¨ªa pasar sus d¨ªas haci¨¦ndose pasar por clase trabajadora en Internet? ?Para gustar a millones de extra?os atrapados en sus deudas estudiantiles? Seguramente, eso, un deseo obsesivo de agradar, tiene que explicar la obsesi¨®n de Musk con Twitter como un hombre de 50 a?os que aparentemente dirige una empresa y cr¨ªa a ocho hijos?. Pero hab¨ªa m¨¢s: tal y como apuntaba en la misma pieza el profesor de la Universidad de Yale, Michael Kraus, cuyo campo de estudio se ha centrado en las desigualdades sociales, el uso de la narrativa de formar parte de una clase trabajadora tambi¨¦n trata de promover el mito de la meritocracia y legitimar el acceso que poseen a riquezas y privilegios exorbitantes. A trav¨¦s de la narrativa y la imagen del ¡®hombre sencillo hecho a s¨ª mismo¡¯, Musk se muestra al mundo como merecedor no solo de su propia riqueza, sino tambi¨¦n de la empat¨ªa de aquellos que tambi¨¦n trabajan duro para alcanzar sus objetivos.
La moda es uno de los elementos clave a trav¨¦s de los cuales los multimillonarios pueden hacerse pasar por gente corriente: en un aparente desinter¨¦s por el mundo de la moda, y tambi¨¦n como forma de diferenciarse de los habituales trabajadores de cuello blanco que antes amasaban sus fortunas en Wall Street, los trabajadores de Silicon Valley, con un Mark Zuckerberg en sudadera gris, pantalones negros y zapatillas deportivas a la cabeza, prefieren la ropa c¨®moda y deportiva que no destaque sobre el resto. Ahora, un multimillonario puede aparecer en traje o en ch¨¢ndal, dependiendo de la costa estadounidense en la que te encuentres: ?En Silicon Valley no darle importancia a c¨®mo vistes es un m¨¦rito, un signo de que tienes cosas m¨¢s importantes que hacer que preocuparte por lo que llevas puesto?, explica la soci¨®loga Carrie Yodanis en su ensayo Vestirse, en el que analiza las pautas que determinan c¨®mo y por qu¨¦ vestimos de una forma u otra, ?sin embargo, la capacidad de hacer como que tu imagen no te importa es privilegio exclusivo de aquellas personas cuya posici¨®n social es lo suficientemente elevada como para fingir que no les importa?.
?En Silicon Valley, las elecciones de moda deben respaldar un estilo de vida muy espec¨ªfico: quieren lucir polivalentes, guays y promover el m¨¢ximo rendimiento. En resumidas cuentas, ese aparente desinter¨¦s realmente significa que soy alguien muy competitivo, pero tambi¨¦n que soy genial?, explicaba?Victoria Hitchcock, estilista de hombres del mundo de la tecnolog¨ªa, en una entrevista para el medio estadounidense Vox. La estilista est¨¢ especializada en convertir a sus clientes a la est¨¦tica del emprendedor tipo, apostando por un minimalismo estil¨ªstico y una apariencia sin esfuerzo que jam¨¢s pueda revelar que detr¨¢s de la misma se encuentra una estilista. Hitchcock tambi¨¦n apuntaba que sus clientes m¨¢s mayores suelen ser hombres que hicieron su fortuna en Wall Street y ahora necesitan una apariencia m¨¢s juvenil y desenfadada, puesto que con el traje no encajan entre los tech bros. El ya mencionado Zuckerberg, el fundador de Twitter Jack Dorsey o Evan Spiegel, el fundador de Snapchat, visten acorde a los sobrios mandatos de Silicon Valley.
Existen excepciones a esta norma: las mujeres de Silicon Valley no se pueden permitir vestir de la misma manera despreocupada que sus compa?eros varones. En un episodio de The Dropout, la serie que narra la historia de la estafadora millennial Elizabeth Holmes, quien consigui¨® levantar rondas de inversi¨®n para su startup de un producto que nunca funcion¨®, una dise?adora de Apple aconseja a Holmes sobre su estilo. El consejo es que debe dejar de ir tan desali?ada. La propia Holmes, quien viste como una joven universitaria sin demasiado inter¨¦s por el estilo, replica que todos sus compa?eros de Silicon Valley visten con sudadera y chanclas, pero la dise?adora le recuerda que ella es una mujer. Es en ese momento cuando Holmes empieza a plantearse su marca personal para ser tomada en serio tanto por sus futuros inversores como por sus propios empleados. La joven empresaria termina imitando el estilo de uno de sus ¨ªdolos, Steve Jobs, a trav¨¦s de un jersey de cuello cisne negro con el que pretend¨ªa venderse como la sucesora del fundador de Apple. ?Hay un c¨®digo de vestimenta particular para los hombres en Silicon Valley, gracias en parte a la ic¨®nica sudadera con capucha de Mark Zuckerberg. Cada ¡®tribu¡¯ se adscribe a un c¨®digo ligeramente diferente, pero todos pertenecen colectivamente al mismo grupo. Sin embargo, para las mujeres de Silicon Valley, el c¨®digo de vestimenta es menos claro?, escribi¨® la periodista Aimee Groth en un art¨ªculo de Quartz titulado ¡®El sutil sexismo de las sudaderas con capucha: las mujeres de Silicon Valley no tienen idea de qu¨¦ ponerse para ir a trabajar¡¯, ?los jeans y camisetas pueden ser aceptables para las ingenieras, pero quienes est¨¦n del lado empresarial deben tratar de vestirse de una manera que refleje con qui¨¦n se reunir¨¢n en un d¨ªa determinado?.
Sheryl Sandberg, actual directora de operaciones de Meta, apuesta por un estilo m¨¢s formal, en el que suele llevar jerseys finos y faldas por debajo de la rodilla en tonos oscuros.?Gwynne Shotwell, presidenta y jefa de operaciones de SpaceX, la empresa de Elon Musk, suele llevar siempre una americana negra y ropa oscura debajo.?En resumidas cuentas, lo que para un hombre es sin¨®nimo de competencia y dinamismo en Silicon Valley, incluso de humanidad, para una mujer es muestra de dejadez. Las mujeres de Silicon Valley no pueden permitirse ir con una camiseta negra, vaqueros y chanclas, pero tampoco lucir ropa muy femenina que limite sus movimientos y, por tanto, su eficiencia.
Yodanis cita el trabajo de otra soci¨®loga, Rachel Sherman, autora del libro Uneasy Street: The Anxieties of Affluence, quien investig¨® c¨®mo las ¨¦lites reconcilian su riqueza con la moral a trav¨¦s de distintos subterfugios mentales, uno de ellos es precisamente la austeridad en el vestir: ?son ricos, pero tambi¨¦n quieren ser sencillos y normales y buena gente. Por eso, aunque perciben ingresos muy elevados y/o fortunas heredadas, minimizan la importancia de la fortuna y la ocultan, y lo hacen siendo consumidores prudentes en vez de consumidores ostentosos?. En Silicon Valley, el m¨¢s privilegiado siempre es aquel que puede permitirse llevar sudadera.