Parejas ¡®yoy¨®¡¯: el peligro de reconciliarte con tu ex
Las reconciliaciones pueden ser muy excitantes y hasta crear adicci¨®n, como bien sab¨ªan Liz Taylor y Richard Burton, pero antes de rebobinar y empezar el segundo cap¨ªtulo es imprescindible hacerse algunas preguntas y reflexiones.
Entre las parejas yoy¨®, es decir, las que tienen por lema ¡®ni contigo ni sin ti¡¯ y lo dejan y lo retoman como si fueran los ¨²nicos supervivientes a un apocalipsis nuclear en la faz de la Tierra, el ejemplo de Liz Taylor y Richard Burton es el que mejor ilustra todos los aspectos, todo el abanico posible de sensaciones, todos los monstruos y ¨¢ngeles que acompa?an a este tipo de adicci¨®n.
A pesar de que la pareja solo se cas¨®...
Entre las parejas yoy¨®, es decir, las que tienen por lema ¡®ni contigo ni sin ti¡¯ y lo dejan y lo retoman como si fueran los ¨²nicos supervivientes a un apocalipsis nuclear en la faz de la Tierra, el ejemplo de Liz Taylor y Richard Burton es el que mejor ilustra todos los aspectos, todo el abanico posible de sensaciones, todos los monstruos y ¨¢ngeles que acompa?an a este tipo de adicci¨®n.
A pesar de que la pareja solo se cas¨® dos veces, la tumultuosa relaci¨®n dio para mucho en la prensa y hasta en la gran pantalla, con una pel¨ªcula ?Qui¨¦n teme a Virginia Wolf?(1968),?que narraba las batallas de un matrimonio en permanente pie de guerra, en la que los actores se sab¨ªan de memoria el gui¨®n, antes incluso de haberlo le¨ªdo.
La pareja comenz¨® su romance en Roma, en 1962, durante el rodaje de Cleopatra, aunque ambos estaban casados, lo que hizo que hasta el mism¨ªsimo Vaticano criticara la relaci¨®n.?Hubo respectivos divorcios y boda en Montreal, tras la que lleg¨® la convivencia, el desencanto, las broncas (a ¨¦l le gustaba todo lo que se mov¨ªa), las borracheras monumentales y el divorcio. Y otra boda, en Botswana. El primer matrimonio dur¨® casi 10 a?os, entre 1964 y 1974. Diecis¨¦is meses despu¨¦s del divorcio, Burton y Taylor se volvieron a casar en 1975, aunque en esa ocasi¨®n la pareja dur¨® menos de un a?o.
No cabe duda de que un poco de tensi¨®n puede dar emoci¨®n a la relaci¨®n pero, como se?ala Carme S¨¢nchez, psic¨®loga cl¨ªnica y sex¨®loga del Instituto de Urolog¨ªa Serrate & Ribal ¡°algunas parejas se enganchan a las reconciliaciones y eso puede indicar que no son capaces de avanzar hacia el siguiente nivel de intimidad. El mecanismo es sencillo, para evitar pasar a la fase posterior de la relaci¨®n, la desmontan y vuelven a la casilla cero. Y, de paso, perpet¨²an la emoci¨®n de los primeros tiempos¡±.
Una tensi¨®n emocional y sexual que puede enganchar, pero que va haci¨¦ndose cada vez m¨¢s incontrolable. Y no solo para los que la viven sino para los que asisten al desagradable espect¨¢culo. ¡°A menudo, ambos miembros de la pareja hacen que los amigos se posicionen al contarles cosas y darle informaci¨®n cuando se est¨¢ enfadado con el otro. Pero, al mismo tiempo, se les exige que no juzguen lo que hacen cuando vuelven juntos¡±, apunta S¨¢nchez, ¡°por eso, las amistades tambi¨¦n se resienten con estas rencillas y es muy dif¨ªcil que, una vez acabada la relaci¨®n, ambos mantengan amigos comunes. Generalmente uno se queda con unos y el otro/a con otros¡±.
Argumentos en contra del reencuentro
Si para algunas parejas llegar a la ruptura es un proceso de metamorfosis, que lleva a?os y al que se llega ya muy deteriorado; otras echan el cierre a la primera de cambio y exhiben una tolerancia cero ante los problemas inherentes a toda convivencia. Por un lado, la crisis econ¨®mica se ha revelado como el mejor pegamento une relaciones, a prueba de bomba, desencantos y ausencia de sexo, pero es que lo que la hipoteca ha unido no lo separa el hombre.
Por otro lado, como apunta S¨¢nchez, ¡°se aprecia una cierta infantilizaci¨®n en las parejas m¨¢s j¨®venes, sobre todo a la hora de solucionar conflictos. Faltan estrategias de negociaci¨®n y las peleas se producen, muchas veces, por cosas insignificantes. En parte, tambi¨¦n porque se ha llegado a la relaci¨®n con las expectativas muy altas sobre lo que es la vida de pareja¡±.
¡°Los malos tratos o los intentos de agresi¨®n deber¨ªan ser motivos de fuerza mayor para no volver (no como hizo Rihanna y Cris Brown, que incluso grabaron una canci¨®n juntos para decirle al mundo que no se metiese en sus asuntos), seguidos de visiones diametralmente opuestas sobre temas cruciales de la existencia. ¡°En este apartado estar¨ªan los valores, el estilo de vida que se desea llevar, si se quiere tener hijos o no (a veces esto puede ser negociable o no) y si existe un proyecto en com¨²n¡±, subraya Marisol Delgado, psic¨®loga y especialista en psicoterapia por la European Federation of Psychologists Associations (EFPA), con consulta en Avil¨¦s (www.marisoldelgadoartime.com). ¡°Una persona honesta siempre acabar¨¢ chocando con otra m¨¢s propensa al enga?o, a vivir del cuento o a tener una ¨¦tica de quita y pon; y los conflictos ser¨¢n muy frecuentes entre dos personas que aspiren a vivir vidas distintas (tal vez uno persigue el ¨¦xito mientras el otro est¨¢ m¨¢s interesado en la tranquilidad y felicidad)¡±.
Si uno est¨¢ pensado en darse una segunda oportunidad con su ex deber¨ªa primero descartar que la vuelta no cumpla el papel de parche, anestesia o papel pintado destinado a tapar las humedades de la existencia. ¡°Muchos prefieren las malas compa?¨ªas a la soledad; aunque luego, en el fondo, est¨¦n solos igual pero tienen alguien que va con ellos al cine o que comparte la misma habitaci¨®n en el hotel, cuando est¨¢n de vacaciones. Debemos aprender a estar solos y preguntarnos ?qu¨¦ es mejor, soportar ciertos momentos de soledad o una convivencia vac¨ªa y sin perspectivas?¡±, se?ala Delgado.
Por raro que parezca, los celos son, no pocas veces, la aut¨¦ntica raz¨®n por la que se busca una segunda oportunidad. No poder soportar la idea de que el ex est¨¦ con otro/a, o tambi¨¦n est¨¢ la excusa de los hijos. ¡°Lo hago por ellos¡±. Algo con fecha de caducidad y nada recomendable, ¡°especialmente si los ni?os ya han pasado por el trauma de la separaci¨®n y se han habituado a su nueva situaci¨®n¡±, dice Carme S¨¢nchez, ¡°porque el mejor modelo que se les puede dar es que vean a unos padres felices, o al menos tranquilos y no inmersos en constantes batallas¡±.
El sexo es tambi¨¦n una poderosa raz¨®n para rebobinar. La memoria, que practica desde siempre el m¨¦todo Mari Kondo, mucho antes de que esta japonesa lo hiciera popular, gusta de hacer limpieza y quedarse con lo bueno. Por lo que no es extra?o que tras meses sin sexo, en dique seco, la gente tienda a idealizar las t¨®rridas noches con el ex e incluso a coronarlo /a con haza?as sexuales que no le corresponden. As¨ª muchos acaban reciclando a la antigua pareja en ¡®amigo con derecho a roce¡¯. ¡°Bueno, en principio no hay ninguna ley que lo proh¨ªba, pero la regla b¨¢sica aqu¨ª es tener claro que los dos tienen el mismo grado de implicaci¨®n y que ninguno quiere utilizar esto como un puente para volver; ya que de lo contrario, lo pasar¨ªa mal¡±, aconseja S¨¢nchez.
Argumentos a favor del vuelta a empezar
Adem¨¢s de en la raz¨®n, cualquiera que se plantee emular a parejas como Selena G¨®mez y Justin Bieber o Miley Cyrus y Liam Hemsworth (ambas han roto y vuelto varias veces), deber¨ªa dejarse guiar por sus sentimientos. ¡°Yo creo que la clave es quedar con ¨¦l/ ella y analizar c¨®mo nos sentimos luego. Porque para que la cosa funcione debe existir todav¨ªa algo de lo que hab¨ªa cuando empez¨® la relaci¨®n. Me refiero a cosas como la ilusi¨®n, el sentirse bien junto al otro, el divertirse juntos, el compartir cosas y el tener ganas de volverlo a ver otra vez. Si todav¨ªa queda algo de eso, entonces puede que la segunda sea la vencida¡±, afirma Carme S¨¢nchez.
Claro que, incluso si lo anterior existe, podemos apostar que la reconciliaci¨®n no ser¨¢ nunca un camino de rosas. ¡°Es muy probable que haya rencor, por todos los problemas vividos, por la forma en que se haya llevado a cabo la ruptura o por otros muchos motivos. Y en esos momentos, cuando los malos recuerdos se presentan, incluso sin ser invitados, lo mejor es verbalizarlos. Por supuesto, de una manera diplom¨¢tica, pero hacerlo antes que guard¨¢rselos y que empiecen a pudrirse¡±, se?ala Marisol Delgado, quien a?ade que ¡°ser¨ªa bueno adem¨¢s, que la pareja cree unos ¡®estatutos¡¯ o medidas de convivencia para evitar que pase lo anterior, pero desde lo que en psicolog¨ªa llamamos ¡®mensajes yo¡¯. Estos son del tipo: ¡®yo creo que podr¨ªa cambiar o mejorar este aspecto (por ejemplo, no alzar la voz al dirigirse al otro)¡¯. Empezar tendiendo puentes y comprometi¨¦ndose a modificar nuestros defectos, en vez de utilizar los ¡®mensajes t¨²¡¯; que son aquellos en los que resaltamos los puntos negros del pr¨®jimo (¡®es que tu tendr¨ªas que sacar la basura m¨¢s a menudo¡¯)¡±. ?Ah! ?Si los pol¨ªticos se aplicaran el cuento!