De Aqua a Technotronic: diez ¨¦xitos eurodance para bailar en un ataque de nostalgia
Una pol¨¦mica pol¨ªtica con banda sonora de los Vengaboys ha roto el gobierno extremista de Austria. ?Toca reivindicar el eurodance noventero este verano? Repasamos algunos de los mejores ¨¦xitos de un g¨¦nero con el que es imposible no arrancarse a bailar.
Ni la canci¨®n protesta ni Nacho Vegas que lo cri¨®. La m¨²sica contra la ultraderecha se baila o, mejor dicho, no se puede dejar de bailar. Por lo menos as¨ª ocurre en Austria: la canci¨®n We¡¯re Going To Ibiza de los Vengaboys ha alcanzando el n¨²mero uno 20 a?os despu¨¦s de arrasar las discotecas en el verano de 1999. ?Por qu¨¦? Pues porque a Heinz-Christian Strache, vicecanciller y l¨ªder del partido ultraderechista FP?, le pillaron en plena negociaci¨®n corrupta en Ibiza con la supuesta sobrina de un oligarca ruso (que en realidad era un actriz). El c¨®mico alem¨¢n Jan Bohmermann le puso a la...
Ni la canci¨®n protesta ni Nacho Vegas que lo cri¨®. La m¨²sica contra la ultraderecha se baila o, mejor dicho, no se puede dejar de bailar. Por lo menos as¨ª ocurre en Austria: la canci¨®n We¡¯re Going To Ibiza de los Vengaboys ha alcanzando el n¨²mero uno 20 a?os despu¨¦s de arrasar las discotecas en el verano de 1999. ?Por qu¨¦? Pues porque a Heinz-Christian Strache, vicecanciller y l¨ªder del partido ultraderechista FP?, le pillaron en plena negociaci¨®n corrupta en Ibiza con la supuesta sobrina de un oligarca ruso (que en realidad era un actriz). El c¨®mico alem¨¢n Jan Bohmermann le puso a las im¨¢genes el We¡¯re Going To Ibiza como banda sonora y, a partir de ah¨ª, el cachondeo ha sido general. El v¨ªdeo se hizo viral, el corrupto se vio obligado a dimitir y arrastr¨® a todo el gobierno a una crisis que se ha solventado con la convocatoria de elecciones anticipadas. Y los manifestantes lo festejaron, claro, bailando Vengaboys, a los que incluso invitaron a actuar en Viena. El furor por la banda ha resucitado la pasi¨®n por el g¨¦nero eurodance. Como todo lo popular, el estilo fue desde?ado por la cr¨ªtica en los 90, su momento de gloria. Tal vez haya llegado la hora de reivindicar esas canciones con las que quemaste la suela de tus zapatillas no hace tanto¡? Ya sea por diversi¨®n o por compromiso pol¨ªtico.
Pump Up The Jam, de Technotronic (1990)
Con ellos empez¨® todo (o buena parte, al menos). Los belgas de Technotronic lanzaron este hitazo en 1989, pero su gran popularidad lleg¨® en 1990, fecha en la que remataron la faena con This Beat is Technotronic. En un principio era solo instrumental, pero gustaba tanto en la pista de baile que a Jo Bogaert le pidieron que le pusiera una letra para hacerla ¡°cantadita¡±. Y a eso que se puso con la ayuda de Ya Kid K (pseud¨®nimo de la congole?a Manuela Kamosi). ?Hay incluso una versi¨®n polka del tema!
The Power, de Snap! (1990)
¡°I¡¯ve got the power!!¡± Uno escucha ese grito de Penny Ford e identifica autom¨¢ticamente que est¨¢ ante uno de los hits de los 90. Ahora que reverdece la Guerra Fr¨ªa, ahora que triunfa Chernobyl, ?qu¨¦ mejor que recuperar esa canci¨®n que empezaba con una frase en ruso en la que se anunciaba la producci¨®n de un aparato para hacer la vida m¨¢s f¨¢cil a los invidentes. La canci¨®n estaba escrita por dos alemanes Michael M¨¹nzing (que se puso como alias un nombre tan c¨®mico como Benito Benites) y Luca Anzilotti (que tampoco le iba a la zaga como Virgo Garrett III). Al Will Smith de la etapa Pr¨ªncipe de Bel-Air le flipaba. Y con raz¨®n.
No Limit, de 2 Unlimited (1993)
Como en el caso de Technotronic, tambi¨¦n eran belgas y tambi¨¦n sacaban temazos a pares. Como en el caso de The Power, tambi¨¦n reivindicaba con energ¨ªa que nada era imposible, un mantra muy de los 90 antes de que llegara el deprimente fin de milenio. Todav¨ªa hoy es un hito de la m¨²sica motivacional y de la legi¨®n planetaria de vigor¨¦xicos. A No Limit habr¨ªa que a?adirle el Get Ready for This, de 1991, menos esp¨ªdico y, tal vez por eso, menos memorable.
What is Love, de Haddaway (1993)
En la pista de baile tambi¨¦n hab¨ªa lugar para las reflexiones existenciales, o al menos as¨ª lo cre¨ªa este alem¨¢n con ra¨ªces en Trinidad y Tobago que respond¨ªa al nombre de Haddaway y que rogaba a su amada que no le hiciera da?o (¡°Baby,?don¡¯t hurt me, don¡¯t hurt me, no more¡¡±). Nestor Alexander Haddaway era el cantante, pero la canci¨®n era de dos productores alemanes con nombres bastante menos comerciales y m¨¢s filos¨®ficos (Dieter L¨¹nstedt y Karin Hartmann-Eisenbl?tter). Kant y Hegel habr¨ªan estado orgullos de ellos.
?Be My Lover, de La Bouche (1995)
A mediados de la d¨¦cada, la fiebre Eurodancera ya hab¨ªa traspasado el charco y se hab¨ªa contagiado a los estadounidenses. Las bases y la m¨²sica la pon¨ªan los alemanes y las voces, los estadounidenses, y suponemos que el nombre en franc¨¦s era ambas nacionalidades lo consideraron finolis. La comunic¨®n se produjo mientras Leo McCray, la voz masculina, era recluta del ej¨¦rcito del aire estadounidense en suelo germano. Es evidente que sab¨ªa como hacer despegar los pies de la pista al personal.
Barbie Girl, de Aqua (1997)
Como el que no quiere la casa, estos daneses hicieron bailar a medio mundo con su cr¨ªtica al capitalismo y a la cosificaci¨®n femenina, encarnada por la cantante Lene Nystrom. Normal que, en el a?o 2000, el fabricante de Barbie, la juguetera Mattel, les pusiera una demanda por calumnias. El videoclip, espectacular, se adelant¨® 20 a?os a la est¨¦tica rosa millennial. En 1998 la revista NME la considerara la peor canci¨®n de la historia. La NME tuvo que cerrar y Aqua sigue aportando su jovialidad verbenera a las noches veraniegas Magaluf y Benidorm.
?Blue (Da Ba Dee), de Eiffel 65 (1998)
Los italianos, grandes dominadores de las discotecas europeas de los ochenta (y no nos referimos a su su insistencia en el ligoteo sino a sus excelencias musicales), no pod¨ªan quedarse fuera del Eurodance. Esta canci¨®n de Eiffel 65 estaba a a?os luz de los cl¨¢sicos del italo disco, pero hay que reconocer su capacidad para convertir cuatro onomatopeyas inconexas en uno de los estribillos m¨¢s pegadizos de la d¨¦cada. Tanto repetir lo del azul y el blue, al final produjo la inevitable versi¨®n de los pitufos maquineros, claro.
Satuday Night, de Whigfield (1993)
Antes de que el euroesceptismo floreciera en el Viejo Continente, pasaban cosas as¨ª: dos productores italianos escrib¨ªan una canci¨®n para una danesa que pasaba por Bolonia y a la que nadie hizo caso hasta que empez¨® a pincharse en Espa?a. Al igual que los supermercados se inundaban de comida preparada, las pistas de baile tambi¨¦n te daban ya la m¨²sica y los pasos con los que acompa?arla. Nadie lleg¨® m¨¢s lejos en esta mezcla que Whigfield. Tan popular que las reinas de las bodas de la ¨¦poca siempre eran las amigas de la novia que guiaban la coreograf¨ªa.
?Rhythm of the Night, de Corona (1993)
Otra aportaci¨®n transalpina. Mira que hay canciones dedicadas a la noche y su ritmillo, pero es que es o¨ªr el primer comp¨¢s de Corona e identificarla autom¨¢ticamente. Como en la mayor¨ªa de los casos del Eurodance, la cantante era m¨¢s falsa que la voz de los Milli Vanilli. La cara era de la brasile?a Olga Souza, pero las cuerdas vocales, de la italiana Jenny B.
?Boom, Boom, Boom, Boom!, de Vengaboys (1999)
Acabamos como empezamos, rindiendo homenaje a los de Rotterdam. Su explosivo ¨²ltimo gran ¨¦xito bien podr¨ªa ser la banda sonora de Juanra Bonet, Los Lobos y su concurso vespertino. A ver, que har¨ªan canciones facilonas, pero tontos no eran: aqu¨ª, part¨ªan de un sample del tema Lay All Your Love on Me, de Abba. Como dicen las abuelas: con buenos crudos, se hacen buenos cocidos¡ y se baila mejor.