Mary Katrantzou: la reina del estampado que viste siempre de negro
Sus prendas excesivas y fuera de tendencia son codiciadas por coleccionistas. La creadora celebra 10 a?os de creatividad, tecnolog¨ªa y riesgo. ?xito contra pron¨®stico.
Como una ni?a en una tienda de golosinas. O tal vez una coleccionista multimillonaria en una sala de subastas el d¨ªa que sale a la venta un exquisito huevo de Faberg¨¦. Visitar el estudio de Mary Katrantzou (35 a?os) es lo m¨¢s parecido a entrar en un gabinete de curiosidades. Los cuartos de maravillas (o wunderkammer) alimentan el imaginario est¨¦tico y creativo de esta dise?adora at¨ªpica que hilvana la fantas¨ªa surrealista de Elsa Schiaparelli con el ingenio irreverente de Franco Moschino y el exceso po¨¦tico de Christian Lacroix. La colecci¨®n de su d¨¦cimo aniversario, presentada en septiembre, ?es una colecci¨®n de colecciones?. La revisi¨®n m¨¢s sublime y personal de los cat¨¢logos (estampados y bordados) que ha creado en una d¨¦cada de trabajo. Hay sellos, frascos de perfume, especies de mariposas, familias de insectos, estudios bot¨¢nicos¡ Objetos inesperados convertidos en dise?os (en su mayor¨ªa, vestidos de c¨®ctel) en los que la l¨ªnea entre moda y arte se diluye. ?El utilitarismo jam¨¢s ha sido una prioridad para m¨ª?, advierte.
La historia de esta griega afincada en Londres transcurre paralela a la versi¨®n moderna del crac del 29. Katrantzou se gradu¨® y fund¨® su marca en 2008. El 15 de septiembre de ese a?o, mientras la capital inglesa celebraba su fashion week, en Wall Street el gigante financiero Lehman Brothers se declaraba en bancarrota. Aquel se¨ªsmo, que incendi¨® los mercados y aceler¨® la crisis mundial, marc¨® un giro geopol¨ªtico tan importante como la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. ?Yo viv¨ªa en una burbuja. No era consciente de lo que significaba lanzar una firma en ese momento y, con el planteamiento inocente de quien no tiene ni experiencia ni conocimientos del negocio, alquil¨¦ un estudio a medias con una compa?era. As¨ª empez¨® todo?, recuerda. ?Contra todo pron¨®stico, en un clima pol¨ªtico cargado de pesimismo, su colecci¨®n dibuj¨® una sonrisa en los compradores internacionales y el riesgo se vio recompensado?, escribi¨® hace un mes la columnista Sarah Mower. ?Lo m¨¢s dif¨ªcil cuando intentas construir una marca independiente es precisamente entender c¨®mo funciona el sector y aprender a gestionar los recursos, que son muy limitados, sobre todo al principio?, reconoce la creativa.
Deliciosa excentricidad
Bruselas habr¨ªa tumbado su pol¨ªtica maximalista, contraria a recortes y conceptos como austeridad o pragmatismo. Ni o¨ªr hablar de informalidad urbana. Sus dise?os son audaces, valientes, teatrales. ?Vivimos en una sociedad cada vez m¨¢s uniformada; de ah¨ª que haya gente que quiera romper con lo establecido. Yo dise?o para esas personas que quieren echar por tierra cualquier tipo de uniforme?. Su negocio ¨Cque en enero recibi¨® la inyecci¨®n de la inversora china Wendy Yu [la misma heredera mil¨¦nica que a principios de a?o hizo una donaci¨®n millonaria al Metropolitan de Nueva York]¨C cuenta hoy con una red s¨®lida de clientes privados. ?Londres es un magn¨ªfico escaparate. De hecho, Reino Unido es uno de nuestros mercados m¨¢s importantes?. Lo que no significa que los compradores sean ingleses. ?Muchos residen en Estados Unidos?, se?ala. Principalmente en Dallas, donde en enero inaugur¨® su primera muestra. Pero tambi¨¦n hay chinos, canadienses, belgas¡
?Mis creaciones m¨¢s delirantes atraen a f¨¦minas que aprecian la originalidad y que entienden la moda como una forma de expresi¨®n, pero tambi¨¦n como una disciplina art¨ªstica y un objeto de coleccionismo. Encargan modelos concretos que quieren atesorar en su armario. Invierten atra¨ªdas unas veces por el dise?o, otras veces por la innovaci¨®n o la belleza de la pieza en s¨ª?. Katrantzou es uno de los nombres que ha demostrado la viabilidad comercial del denominado demi-couture, ese segmento preciosista que aspira a revitalizar la costura. ?Su fuerza est¨¢ en la dificultad que comporta reproducirlo o traducirlo para las masas?. Es una respuesta al fast fashion. ?Un modelo de creaci¨®n que no entiende de plazos ni tendencias. Para m¨ª la sostenibilidad, de la que hoy todo el mundo habla, conlleva invertir en piezas que pasar¨¢n de generaci¨®n en generaci¨®n?.
Pensamiento gr¨¢fico
Mary Katrantzou conserva un archivo de su obra casi completa en un almac¨¦n de Londres. ?Algunas piezas se han perdido, otras se han estropeado y necesitan un poco de amor?. Repasar el cat¨¢logo es encontrarse con uno mismo. ?Rara vez tienes la oportunidad de ver en un espacio ¨²nico el trabajo de toda una vida. Es un ejercicio que todo dise?ador deber¨ªa hacer?, analiza. Ella lo hizo por primera vez para seleccionar las piezas de la retrospectiva de Texas y despu¨¦s para trazar el hilo conductor de su colecci¨®n de aniversario. ?Impresiona ver la cohesi¨®n entre modelos de distintas temporadas, en silueta, sem¨¢ntica, fabricaci¨®n y color?. A trav¨¦s de los patrones es posible incluso comprender c¨®mo funciona su mente. ?Supongo que reflejan mi personalidad, abierta e inquisitiva. Hay un filtro de curiosidad, de descubrimiento, de novedad, de diversi¨®n?.
En su taller, los bordados a mano conviven de manera natural con impresiones digitales. ?No entiendo la artesan¨ªa sin tecnolog¨ªa. Creo que la belleza est¨¢ en la uni¨®n de los procesos. Trabajamos con los mejores talleres del mundo. Es importante ir m¨¢s all¨¢, retar el savoir faire de un artesano y buscar nuevas formas de expresi¨®n textil. Porque el tejido es la esencia de la moda?. Tambi¨¦n la paleta crom¨¢tica. ?El color es liberador y tiene un gran poder emocional?, defiende con vehemencia. Curiosamente ella viste de negro riguroso (casi siempre de Azzedine Ala?a). ?Tomo ya demasiadas decisiones en torno al color en mi trabajo?. Prefiere dejar el maximalismo para otras disciplinas: ?Me gustar¨ªa construir un universo m¨¢s amplio, entrar en las casas no solo a trav¨¦s del armario, quiz¨¢ con una l¨ªnea de joyas o, por qu¨¦ no, con una colecci¨®n de hogar?.
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