La incre¨ªble historia de Gabriela Hearst, la dise?adora elegida por Jill Biden para el acto final de la investidura
Creci¨® en un rancho, trabaj¨® como modelo, mont¨® una marca con 700 d¨®lares, se cas¨® con un heredero Hearst y se convirti¨® en una de las principales abanderadas de la moda sostenible.
Cuando Gabriela Hearst empez¨® a trabajar en su desfile para esta primavera, quiso saber qu¨¦ impacto tendr¨ªan sobre el planeta esos escasos 20 minutos de espect¨¢culo. ?Nadie sab¨ªa decirme un n¨²mero?, concede la dise?adora uruguaya. ??C¨®mo puedes reducir algo si no tienes los datos? Hay que empezar por medir la informaci¨®n y nosotros solo fuimos los primeros en hacerlo?. Cabello recogido y maquillaje natural sirvieron de lienzo para una colecci¨®n que declaraba amor por los detalles y...
Cuando Gabriela Hearst empez¨® a trabajar en su desfile para esta primavera, quiso saber qu¨¦ impacto tendr¨ªan sobre el planeta esos escasos 20 minutos de espect¨¢culo. ?Nadie sab¨ªa decirme un n¨²mero?, concede la dise?adora uruguaya. ??C¨®mo puedes reducir algo si no tienes los datos? Hay que empezar por medir la informaci¨®n y nosotros solo fuimos los primeros en hacerlo?. Cabello recogido y maquillaje natural sirvieron de lienzo para una colecci¨®n que declaraba amor por los detalles y por el trabajo manual: macram¨¦, croch¨¦, piel trenzada, encajes¡ Una revisi¨®n del armario moderno a base de prendas vers¨¢tiles pero atractivas, destinadas a sobrevivir al implacable paso de las temporadas.
Al d¨ªa siguiente la prensa se hac¨ªa eco del que se hab¨ªa convertido en el primer desfile con huella de carbono cero, un hito que en realidad no supuso ni cambios dr¨¢sticos ni aumentar el presupuesto. Solo frenar y pensar: ?Mucho es sentido com¨²n. Trabajamos con un grupo que se llama EcoAct. No trajimos en avi¨®n a ninguna modelo, el pelo y el maquillaje se hicieron sin electricidad, tenemos una pol¨ªtica de pl¨¢stico cero¡ Nuestras presentaciones suelen ser muy simples, todo se centra en la ropa. Pero quitamos cosas que no aportaban nada y nadie dijo: ¡®Vaya, el pelo se ve horrible?, explica desde su estudio en el neoyorquino barrio de Chelsea. La an¨¦cdota da cuenta del enfoque de Hearst, que no acepta dogmas sin cuestionarlos.
?Crecer rodeada de animales, entre pocas personas, me hizo tener mucha curiosidad por los humanos. Querer saber m¨¢s?, dice la creativa, que se crio en un rancho de Paysand¨² (al oeste de Uruguay) en el que su familia se dedica a la ganader¨ªa y a la producci¨®n de lana desde hace 170 a?os. ?No hab¨ªa ni televisi¨®n, todo era imaginaci¨®n, libros, pintar, actuar¡ tuve la oportunidad de aprender jugando?, evoca con su acento musical. ?Cuando era chica lo ¨²nico que quer¨ªa era viajar y conocer otros lugares. Ahora que he viajado y los he conocido (y estoy muy contenta de haberlo hecho), me doy cuenta del maravilloso sitio del que vine?. El entorno natural marc¨® su formaci¨®n y su visi¨®n del mundo. Tambi¨¦n los valores con los que hace un lustro fundaba su firma. No llegaba de nuevas: hab¨ªa practicado durante 14 a?os con Candela, una l¨ªnea m¨¢s joven que cre¨® con 700 d¨®lares de su bolsillo. Antes hab¨ªa trabajado brevemente como modelo. De aquello tambi¨¦n extrajo valiosas ense?anzas: ?Aprend¨ª algo muy importante, a ser rechazada y a lidiar con ello; pero no soy muy buena cuando la gente me da ¨®rdenes?, confiesa sin disimulo. Gabriela Perezutti, de soltera, tampoco disfraza el privilegio que le otorga el apellido de su marido, Austin Hearst, nieto del poderoso magnate de la prensa William Randolph Hearst. ?l es inversor principal en el proyecto desde el inicio: ?A veces lo quiero asesinar y otras me parece que es un crack. Pero siento mucho respaldo porque conf¨ªa en lo que hacemos y eso me da m¨¢s confianza a m¨ª. Al igual que yo crec¨ª en el campo, con vacas, ovejas y caballos, y por inercia s¨¦ de vacas, de ovejas y de caballos; ¨¦l creci¨® dentro de una corporaci¨®n y por inercia sabe de comunicaci¨®n o negocios?.
El cambio, desde dentro
En la tienda online de Gabriela Hearst se pueden adquirir impecables trajes de chaqueta, jers¨¦is tejidos con lana ¨¦tica de sus ovejas uruguayas o vestidos de seda italiana. Lo ¨²nico que no queda a merced de la impulsiva compra electr¨®nica son sus bolsos, la categor¨ªa m¨¢s rentable para cualquier etiqueta de moda. No es casual: cuando influyentes mujeres como Meghan Markle, Oprah Winfrey o Brie Larson comenzaron a lucir su c¨¦lebre Nina, un coqueto modelo con asa que se inspira en las formas op¨ªparas de Botero, la dise?adora tuvo que decidir: o ampliar la estructura de la empresa para hacer frente a la ingente demanda o hacerle o¨ªdos sordos. En un movimiento inusual en la industria, Hearst opt¨® por controlar la oferta y crecer a un ritmo m¨¢s pausado y org¨¢nico. ?El resultado? Una lista de espera perenne para muchos de sus bolsos. Algo que sonar¨ªa a mera estrategia de marketing si no encajara con verdadera soltura con los principios que gobiernan cada proceso de esta empresa. ?Lo que cre¨ªamos cuando la lanzamos, hoy se ha convertido en una necesidad. Queremos una marca que cada vez tenga menos impacto en el medioambiente. Esto va m¨¢s all¨¢ de crear cosas hermosas: se trata de construir algo de la mejor manera posible? y, por el camino, servir de modelo para otros, demostrando que un nuevo sistema es factible. Uno que respeta el campo en el que creci¨® Hearst: ?S¨¦ de d¨®nde viene todo porque nac¨ª en un lugar que est¨¢ expuesto a la fuerza de la naturaleza. Seg¨²n los cient¨ªficos ya avanzamos hacia una nueva ¨¦poca geol¨®gica, el Antropoceno, en la que el hombre influye en el medio. Tambi¨¦n s¨¦ que el planeta seguir¨¢ girando pase lo que pase, no tenemos que salvarlo. Pero si seguimos as¨ª, ser¨¢ sin nosotros dentro. Lo que hay que salvar es a la humanidad, si te gustan las personas?.
Se requieren ganas y concienciaci¨®n. Reducir la velocidad y echar la vista atr¨¢s. Rescatar el romanticismo de lo de toda la vida: ?Mi mam¨¢ ten¨ªa muy poca ropa, hecha por la costurera de la familia, que a¨²n conservo. Ojal¨¢ pase lo mismo con mis prendas, que alguien las use y las guarde para sus hijos?. Recuperar el placer de heredar, la calidad de la tradici¨®n y las bondades de la artesan¨ªa. ?Me gustan los errores de todo lo hecho a mano y a la vez su perfecci¨®n. Ese contacto humano que se pierde con la computadora?. Sus dise?os nacen siempre con la idea de ser relevantes a largo plazo: ?Cuando est¨¢s trabajando con los mejores materiales del mundo tienes que construir de cierta manera, garantizando la durabilidad. Es un equilibrio. Me gusta que sea atemporal, por eso no miro otros desfiles ni nada que me pueda influenciar?. Quiz¨¢ por ello la cr¨ªtica de moda de Vogue, Nicole Phelps, la ha bautizado como la Herm¨¨s americana. ?Ellos tienen m¨¢s ceros en la cuenta de resultados, pero yo tengo m¨¢s caballos?, bromea la uruguaya.
Esto va m¨¢s all¨¢ de crear cosas hermosas.
Ganadora del premio Woolmark hace tres a?os y nominada a los galardones del consejo americano de moda, CFDA, en 2017 y 2018, la estrategia de Hearst funciona. Solo en el ¨²ltimo a?o ha lanzado colecci¨®n masculina y ha abierto dos tiendas en Londres. ?Fueron dise?adas por Norman Foster y fabricadas totalmente con materiales reciclados y ecol¨®gicos?. Los espacios son ep¨ªtome de una filosof¨ªa que apuesta por el lujo no ostentoso, ese que obvia la marca y se centra en lo tangible. ?No tenemos ni maniqu¨ªes ni vidrieras. Es transparente?. O te gusta o no te gusta, pero no hay ning¨²n elemento que contribuya a disfrazarlo. ?El producto es el n¨²mero uno. Sin ¨¦l no tienes nada?, cree la creativa, que reniega de los atajos: ?Si yo le tengo que poner mi nombre a una remera me mato?. Del conglomerado LVMH, accionista minoritario de la ense?a desde enero de 2019, solo tiene buenas palabras: ?Somos un equipo muy chico, de 30 personas, y cuando abrimos en Londres tuvimos que contratar a 10 m¨¢s. Ah¨ª por ejemplo nos ayudaron mucho. Nos han abierto las puertas y nos han facilitado informaci¨®n a la que de otra manera no podr¨ªamos acceder?.
?Su pr¨®ximo reto? Eliminar los tejidos v¨ªrgenes y utilizar otros ya existentes. ?Tenemos que cambiar la cadena: antes ten¨ªas la muestra y luego, tras presentar la colecci¨®n y venderla, comprabas la tela para producirla. Ahora ser¨¢ al rev¨¦s: te haces con una tela que ya existe y tienes que dise?ar algo que funcione en ella y que se venda, porque ya la has comprado?. Un hito que espera cumplir en 2022, mientras sella nuevos desaf¨ªos. ?Cuando lanc¨¦ Gabriela Hearst estaba embarazada de mi tercer hijo, el ¨²ltimo. Hace poco vino a la oficina y corr¨ªa, hac¨ªa locuras, se re¨ªa¡ Creo que la firma est¨¢ en esa etapa. Sigue creciendo. Todav¨ªa no estoy donde me gustar¨ªa, pero estamos dando forma a un negocio con principios, vamos completando metas y estamos en el buen camino?. Porque a este ni?o que a¨²n es Gabriela Hearst, a¨²n le espera un gran futuro.