Gucci desmonta los mecanismos de la moda durante el primer concierto en ¡®streaming¡¯ de Billie Eilish
Nuevas experiencias para nuevos tiempos: Alessandro Michele estrena una campa?a protagonizada por su equipo ante las decenas de miles de fans que han pagado por ver a la artista actuar en remoto.
La casualidad quiso que la colecci¨®n de Gucci de este oto?o se presentara con un desfile el pasado febrero que celebraba, precisamente, el ritual m¨¢gico de un desfile de moda, esa suspensi¨®n moment¨¢nea de la realidad cotidiana que, sin embargo, esconde grandes dosis de esfuerzo y unas din¨¢micas muy estandarizadas. Alessandro Michele, el director creativo de la casa, quiso mostrarlas: los invitados presenciaron todas las fases, el work in progress previo a ese instante de focos y m¨®viles en alto: el acto comunitario de crear por encima del ritual final, el valor del proceso por encima del produ...
La casualidad quiso que la colecci¨®n de Gucci de este oto?o se presentara con un desfile el pasado febrero que celebraba, precisamente, el ritual m¨¢gico de un desfile de moda, esa suspensi¨®n moment¨¢nea de la realidad cotidiana que, sin embargo, esconde grandes dosis de esfuerzo y unas din¨¢micas muy estandarizadas. Alessandro Michele, el director creativo de la casa, quiso mostrarlas: los invitados presenciaron todas las fases, el work in progress previo a ese instante de focos y m¨®viles en alto: el acto comunitario de crear por encima del ritual final, el valor del proceso por encima del producto acabado.
Aquel desfile, titulado The Ritual, se celebr¨® un 19 de febrero. Pocos d¨ªas despu¨¦s la pandemia, y el posterior confinamiento, se materializaron a este lado del mundo. Parece que ha pasado un siglo, tambi¨¦n en moda, porque aquellas ideas de Michele, las de hacer magia con lo cotidiano y poner a la comunidad creativa por encima de la prenda individual se han convertido en herramientas obligadas para que esta industria siga adelante. Apenas hay pasarelas, y la situaci¨®n ha forzado a muchas grandes marcas a ingeni¨¢rselas para mostrar sus creaciones de manera atrayente y, por lo mismo, a jugar la carta de la transparencia para seguir siendo relevantes. A Gucci, sin embargo, no le obligaron. Estos elementos ven¨ªan gest¨¢ndose antes, hasta tal punto que aquel desfile fue el inicio de una trilog¨ªa en la que la marca quer¨ªa bajar la moda de su pedestal para fundirla con las din¨¢micas cotidianas.
El segundo episodio lleg¨® con una campa?a en la que la marca ced¨ªa el control completo a los modelos: se fotografiaron en sus casas, pero sin ninguna directriz, dejando que la improvisaci¨®n y la vida diaria marcaran la pauta de la serie fotogr¨¢fica. Y, finalmente, lleg¨® Epilogue, la colecci¨®n crucero 2021, que se present¨® con un streaming de doce horas y con el equipo de dise?o de la casa ejerciendo como modelos de las prendas que ellos mismos hab¨ªan creado. ¡°El ep¨ªlogo es el acto final de una naracci¨®n. En mi caso, supone la posibilidad de coronar mi cuestionamiento acerca del mundo de la moda¡±, afirmaba Alessandro Michele. ¡°Los roles se invierten, las distancias se acortan y el interior se proyecta hacia el exterior¡±.
Este ep¨ªlogo, que m¨¢s que un final es un nuevo comienzo, prepar¨® el camino par ala campa?a Epilogue: protagonizada por el mismo equipo creativo, el v¨ªdeo de la colecci¨®n, dirigido? por los directores romanos Damiano y Fabio D¡¯Innocenzo,? se encuadra en dos lugares aparentemente alejados: el imponente Palazzo Sachetti, de estilo manierista y Campo Boario, una zona destartalada hoy cubierta de graffittis. Misma idea (demostrar que la realidad de la moda es contradictoria y que el mito de la perfecci¨®n no existe) y distinta ejecuci¨®n (yuxtaponer enclaves, est¨¦ticamente decadentes ambos, pero socialmente antag¨®nicos, para ilustrar la paradoja que encierran las bambalinas de este negocio): ??Qu¨¦ ocurre con la relaci¨®n entre realidad y ficci¨®n cuando las miradas entrometidas se introducen en los mecanismos de producci¨®n de una imagen? ?Qu¨¦ ocurre con la moda, cuando lo verdadero vuelve a ser solo un momento de lo falso??, se cuestiona Michele.
La exclusividad en tiempos de ¡®streaming¡¯
Pese a que la intenci¨®n de Gucci es desmontar los estereotipos de elitismo y perfecci¨®n que rodean a la moda, el estreno de la campa?a no se ha producido de forma cotidiana, aunque s¨ª como mandan los c¨¢nones de la nueva normalidad. No ha habido notas de prensa con enlaces ni llamadas a Instagram; la filmaci¨®n se ha estrenado durante los minutos previos al esperado concierto de Billie Eilish. La artista tuvo que cancelar su gira, y esta noche ha dado un concierto en remoto que pod¨ªa verse previo pago o por invitaci¨®n. Los gritos de los fans han mutado en vertiginosos mensajes en el chat de la plataforma (que tambi¨¦n ofrec¨ªa un servicio de video para interactuar en remoto con el p¨²blico) y las fotos del m¨®vil en descargas y pantallazos.
Durante el previo al show se han mezclado distintos v¨ªdeos de la intimidad de Billie: grabando con su hermano Finneas, llamando a su madre por Facetime o tocando el respondiendo a curiosidades desde la cocina de su casa, pero tambi¨¦n ha habido tiempo para instar a los asistentes a votar (Lizzo, Steve Carrell o Alicia Keys han hecho cameos pidiendo el voto juvenil) , a concienciar sobre el cambio climatico o a pedir donaciones para el banco de alimentos. Una experiencia diferente en la que, de nuevo, lo cotidiano se convierte en lo diferente, en el plus que compensa la imposibilidad de disfrutar de un directo en vivo.
Las ¡®bambalinas¡¯, para Michele y para Billie, son la forma de marcar la diferencia: si la firma ha decidido hacer converger el proceso creativo con el ritual final convirtiendo a su equipo en protagonista, la artista ha querido presentar personalmente a sus t¨¦cnicos, a sus m¨²sicos y a sus asistentes y relatar antes del show la relaci¨®n personal que le une a cada uno. La realidad que hace posible el desfile y el concierto. Quiz¨¢ no haya demsiadas experiencias anal¨®gicas, pero cada vez parece m¨¢s claro que las vivencias digitales ¡®aut¨¦nticas¡¯ tienen que ver con el hecho de poder contemplar lo que antes pasaba desapercibido.