Guram Gvasalia vs. Demna Gvasalia: ?pelea fraternal, simple ¡®bocachanclismo¡¯ o estrategia medi¨¢tica?
La escalada de posts y comentarios del menor de los Gvasalia en su Instagram, interpretados como ataques contra su m¨¢s famoso hermano, tienen en vilo a las redes sociales. La rivalidad entre el director creativo de Balenciaga y el actual fact¨®tum de Vetements vendr¨ªa de lejos, pero algo huele a estrategia en Suiza. ?Y si se trata de una calculada maniobra para recuperarle el foco al primero?
La bronca no empez¨® en las redes sociales. La bronca, de hecho, ni siquiera es tal bronca. Ya lo dice la sabidur¨ªa popular: dos no discuten si uno no quiere. Y, de momento, no constan r¨¦plicas de Demna a los (supuestos) ataques de Guram. Los titulares, sin embargo, son ahora mismo que los hermanos Gvasalia andan a la gresca. Una noticia crecida al calor/acaloramiento de los canales habituales de informaci¨®n de nuestros d¨ªas ¨CTikTok, Instagram, el c...
La bronca no empez¨® en las redes sociales. La bronca, de hecho, ni siquiera es tal bronca. Ya lo dice la sabidur¨ªa popular: dos no discuten si uno no quiere. Y, de momento, no constan r¨¦plicas de Demna a los (supuestos) ataques de Guram. Los titulares, sin embargo, son ahora mismo que los hermanos Gvasalia andan a la gresca. Una noticia crecida al calor/acaloramiento de los canales habituales de informaci¨®n de nuestros d¨ªas ¨CTikTok, Instagram, el cortijo de Elon Musk¨C y que ha proporcionado el salseo pertinente en una semana del pr¨ºt-¨¤-porter parisi¨¦n por lo dem¨¢s olvidable, chinches aparte. Dramas del primer mundo de la moda, en efecto.
De considerarla, habr¨ªa que empezar por matizar: la (presunta) pelea ni siquiera tuvo origen digital. Antes de los viralizados posts de Guram quej¨¢ndose de no haber sido invitado al debut de su madre como modelo cariacontecida de Balenciaga (el pasado 1 de octubre, colecci¨®n primavera/verano 2024; ¡°Rezando por el alma de mi hermano¡±, apostillaba) o insinuando que Demna le copia (este jueves, comparando un par de vestidos que, para el caso, parecen compartir en su confecci¨®n id¨¦ntico rollo de lentejuelas), fueron las declaraciones del actual fact¨®tum de Vetements a The New York Times, impresas negro sobre blanco a principios de julio. Se destapaba entonces el bocachanclismo del, hasta la fecha, discreto segund¨®n de los Gvasalia. ¡°Ha hecho una buena carrera durante estos diez a?os, y creo que su momento va hacia la recta final, desacelerando. Ahora me toca a m¨ª¡±, proclamaba en descr¨¦dito de su hermano mayor, distinguiendo sus talentos y asimilando su propia posici¨®n a la de una Kylie Jenner, fenomenal relevo generacional del clan Kardashian, o una Serena Williams, imponi¨¦ndose a Venus en grand slams. Y segu¨ªa para bingo.
¡°?l ha tenido ciertas oportunidades primero, pero, si consideras d¨®nde estoy yo hoy y d¨®nde estaba ¨¦l cuando ten¨ªa mi edad, creo que voy bastante por delante¡±, alardea en un momento dado. Luego va m¨¢s lejos: ¡°Para ser honesto, me parece que este tipo de prendas ya las han hecho antes otras marcas. Las nuestras [de Vetements y Balenciaga] pueden ser completamente distintas en construcci¨®n, pero, si las pones juntas, las m¨ªas son mucho mejores¡±. Y termina lamentando: ¡°En Balenciaga siempre lanzan sus comunicados justo cuando me toca desfilar. Es muy injusto. El fichaje de Demna lo anunciaron el mismo d¨ªa de mi cumplea?os¡±. A partir de ah¨ª, a Guram solo le quedaba una ruidosa huida hacia adelante que terminara de apuntalar el personajazo que ha ido construy¨¦ndose desde mediados de 2021, cuando decidi¨® rescatar Vetements del ostracismo, empe?ado en convertirse en ¡°el hombre que quiere ser lo m¨¢s de la moda¡±, seg¨²n titulaba a mayor alcance SEO la versi¨®n online de la entrevista concedida a Vanessa Friedman.
Cualquiera dir¨ªa que a Guram le puede el s¨ªndrome del hermano menor. A los Gvasalia los separan seis a?os ¨Cuno, de 1981; el otro, del 87, ambos georgianos de Sujumi, la Dioskurias griega, all¨ª donde la mitolog¨ªa localizaba el nacimiento de los mellizos C¨¢stor y P¨®lux¨C, hecho diferencial que el peque?o no se ha cansado de se?alar. ¡°Ir a la escuela de moda nunca fue una opci¨®n para m¨ª, mis padres jam¨¢s lo habr¨ªan consentido. Ya era suficiente que dieran a mi hermano por perdido y yo supon¨ªa la ¨²nica esperanza de llevar comida a la mesa familiar¡±, contaba en la larga nota de prensa que informaba de su ascensi¨®n a la direcci¨®n creativa de Vetements, en diciembre de 2021. ¡°Tenerlo en mi vida solo ha significado m¨¢s retos¡±, ratificaba en The New York Times: ¡°Ser bueno no es suficiente. Necesito ser mejor¡±. Los psic¨®logos llaman a tal desaz¨®n existencial complejo de Pulgarcito, a redimir por la superaci¨®n del ejemplarizante lastre que ha minado la autoestima. Si Guram est¨¢ en ello, la reacci¨®n de Demna es la de quien oye llover.
Tampoco es que tengamos al fraternal d¨²o en el radar desde hace tanto como para saber bien de sus personalidades. Sus nombres empezaron a dejarse a o¨ªr por lo bajini en 2014, cuando cierta prensa de moda hizo de Vetements el mantra guay a recitar en art¨ªculos y conversaciones. Concebida en el underground de Par¨ªs, la ense?a se presentaba entonces como colectivo, a la manera en que Martin Margiela construyera la identidad de su maison, aunque pronto transcendi¨® que Demna (formado en la escuela de moda de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes y entrenado en la casa del rey del dise?o conceptual belga) ejerc¨ªa de director del equipo creativo. Una camiseta con el logo y los colores corporativos de la mensajer¨ªa DHL y precio desorbitado tuvo la culpa. A su sombra, Guram (titulado en Empresariales y Derecho Internacional, experimentado en el departamento de ventas de Burberry) constaba en el ingrato papel de director ejecutivo y jefe de operaciones comerciales. Lo que pas¨® a continuaci¨®n ya tiene su lugar en los anales del negocio del vestir, guste o no: en alas de floreciente viralidad digital y la cultura del meme, el grupo Kering fichaba al dise?ador para el puesto de director creativo en Balenciaga, a finales de 2015, dando continuidad a la revoluci¨®n zeta emprendida con Alessandro Michele en Gucci.
Un a?o despu¨¦s, la sombra del mayor en su nuevo puesto de relumbr¨®n era tan alargada que hubo quien dio Vetements por acabada, tambi¨¦n quemada por su propio ¨¦xito. A instancias del menor, la marca ¨Cdevenida corporaci¨®n¨C mud¨® su sede a Z¨²rich, paradis¨ªaca raz¨®n fiscal suiza. ¡°En Par¨ªs es imposible crecer, con esos impuestos y tanta burocracia. Contratar a un empleado que venga de otro pa¨ªs es una pesadilla de meses¡±, argumentaba Guram. Glorificado cada vez m¨¢s en Balenciaga, Demna lo dejaba al fin solo en 2019. Si su hermano se la ten¨ªa m¨¢s o menos jurada desde cr¨ªo, aquel debi¨® de ser el detonante definitivo de la fractura fraternal y la pretendida guerra actual. Para el caso, el peque?o se creci¨®: relanz¨® la marca con la colecci¨®n oto?o/invierno 2022-23 y puso en marcha una subdivisi¨®n, VTMNTS (que podr¨¢ adornar como quiera, asemej¨¢ndola a una Miu Miu, pero sigue siendo la t¨ªpica l¨ªnea de difusi¨®n). Todo bajo sus designios creativos: aseguraba que, en el ¨ªnterin, se puso a estudiar t¨¦cnicas de confecci¨®n y hasta patronaje. ¡°En los ¨²ltimos a?os, ha habido numerosos intentos de pillaje, de intentar coger de Vetements lo que siempre ha pertenecido a Vetements. Para proteger nuestra ardua labor y el ADN de la firma, sab¨ªa que ten¨ªa que reclamar sus derechos de nacimiento¡±, explicaba en el comunicado de la resurrecci¨®n. No es mal dardo envenenado, para empezar.
La reclamaci¨®n de Guram sobre la visi¨®n de Demna en Balenciaga es una vieja canci¨®n, compuesta a partir de un relato compartido que, no nos enga?emos, el primero solo comenz¨® a explotar tras presentarse ante el mundo como creador. La historia de los refugiados de guerra, de los desplazados que lo perdieron todo y tuvieron que construir sus vidas de cero, subyac¨ªa en la concepci¨®n indumentaria de Vetements y ha ido haci¨¦ndose cada vez m¨¢s evidente en la de Balenciaga. Los cr¨ªticos y analistas de moda compramos tal narrativa pr¨¢cticamente al instante, igual que aquella refrescante desfatachez para colar c¨®digos de clase obrera y subculturas juveniles marginales en el lujoso patio de recreo de ricos y privilegiados. ?Quieres fardar y d¨¢rtelas de interesante/connaisseur de moda llevando la camiseta de un trabajador precarizado o las zapatillas ruinoisas de un migrante? De acuerdo, paga por ello. Muchos a¨²n siguen tom¨¢ndoselo como broma de mal gusto. Cansina. Y adem¨¢s perversa. El incidente conspiranoico de p¨¢nico sat¨¢nico porno-infantil desatado, pronto har¨¢ un a?o, por las campa?as de la c¨¢psula navide?a y la colecci¨®n primavera/verano 2023 de Balenciaga, les habr¨ªa dado la raz¨®n.
Sometido a una pol¨ªtica de silencio, Demna ha intentado llevar desde entonces un perfil bajo, hablando solo lo necesario. Mientras, Guram se desataba, cultivando imagen de tipo cool que come Pringles con caviar, m¨¢s amigo de los amigos famosos de su hermano y, encima, con mejor pelo. En julio, anunciaba a bombo y platillo que Madonna lucir¨¢ Vetements en su pr¨®xima gira, Celebration; en su Instagram, la evidencia fotogr¨¢fica departiendo juntos (de Demna con Beyonc¨¦, a la que ha colado un vestido de Balenciaga en su tour, no hay). Menos al desfile de su hermano, esta pasada semana de la moda de Par¨ªs se lo ha visto asistiendo hasta la apertura de un sobre, que se dice. Revelador: estuvo jaleando el debut de Alain Paul, en la etiqueta todo junto, uno de los primeros miembros del equipo creativo de Vetements (Demna, no). La cuesti¨®n es que, mientras aireamos los estent¨®reos movimientos del menor, volvemos a poner bajo el foco al desdibujado hermano mayor. Tampoco es mala estrategia (?fraterna?) para recuperarle la influencia perdida tras la pol¨¦mica, si es que la perdi¨® en alg¨²n momento.
¡°Mi experiencia en Vetements fue incre¨ªble, pero es solo un buen recuerdo del pasado¡±, dicen que le dijo una ¡®portavoz¡¯ de Demna a Vanessa Friedman, por toda respuesta a la entrevista de Guram (eso y que ¨¦l solo se pronuncia si toca hablar de Balenciaga). Las ¡®noticias¡¯?que est¨¢n dando cuenta del rifirrafe no lo recogen, pero s¨ª las ocurrencias de usuarios de redes sociales (el equivalente de ir a preguntar a los vecinos cuando alguien del barrio ha cometido un crimen, ¡°pues parec¨ªa normal, a m¨ª siempre me daba los buenos d¨ªas¡±). Tampoco se reconoce la apabullante capacidad de las prendas de los Gvasalia para transformar la silueta de quien las viste, del asombroso trabajo de patronaje que esconde una mera sudadera, venga con la etiqueta del uno o del otro. Por supuesto: lo primero es el salseo. Tambi¨¦n en moda.