Jamie Lee Curtis comparti¨® drogas con su padre: c¨®mo Tony Curtis baj¨® a los infiernos con su familia
La actriz de ¡®Halloween¡¯ recientemente ha confesado que lleg¨® a drogarse una vez junto a su progenitor, quien estuvo pr¨¢cticamente ausente la mayor parte de su vida.
Cuando Janet Leigh y Tony Curtis se casaron en 1951, Hollywood les consider¨® algo as¨ª como la pareja perfecta. De aquel matrimonio nacieron Kelly Curtis en 1956 y, dos a?os m¨¢s tarde, Jamie Lee Curtis, la segunda scream queen m¨¢s c¨¦lebre del cine de terror gracias al personaje de Laurie Strode en la saga Halloween. Y lo de segunda lo decimos principalmente porque su propia madre, cuando ella apenas daba sus primeros pasos, fue la pionera del grito en aquella Psicosis de Alfred Hitchcock que en 1960 se adelant¨® a la moda de los slasher (subg¨¦nero del terror p...
Cuando Janet Leigh y Tony Curtis se casaron en 1951, Hollywood les consider¨® algo as¨ª como la pareja perfecta. De aquel matrimonio nacieron Kelly Curtis en 1956 y, dos a?os m¨¢s tarde, Jamie Lee Curtis, la segunda scream queen m¨¢s c¨¦lebre del cine de terror gracias al personaje de Laurie Strode en la saga Halloween. Y lo de segunda lo decimos principalmente porque su propia madre, cuando ella apenas daba sus primeros pasos, fue la pionera del grito en aquella Psicosis de Alfred Hitchcock que en 1960 se adelant¨® a la moda de los slasher (subg¨¦nero del terror protagonizado por un un asesino psic¨®pata).
Tony, por su parte, en 1959 pas¨® a convertirse en una de las estrellas m¨¢s codiciadas por su papel en aquella Con faldas y a lo loco, de Billy Wilder. Precisamente ah¨ª conoci¨® a Marilyn Monroe y, atendiendo a su testimonio d¨¦cadas despu¨¦s, asegur¨® que la dej¨® embarazada. La ic¨®nica estrella perdi¨® el beb¨¦, s¨ª, pero por entonces ya estaba claro que el futuro de Janet y Tony ten¨ªa los d¨ªas contados. De hecho, Jamie Lee Curtis en varias ocasiones ha afirmado que su nacimiento fue un mero pretexto para salvar una relaci¨®n que naufragaba de hace tiempo.
Todo termin¨® estallando en 1962. Tony se encontraba en Argentina grabando Taras Bulba y, durante el rodaje, se enamor¨® hasta las trancas de su compa?era de reparto, la actriz alemana Christine Kaufmann, que por entonces apenas ten¨ªa 17 a?os. Le pidi¨® el divorcio a Janet y, al menos, tuvo la consideraci¨®n de esperarse a que su nueva conquista cumpliera la mayor¨ªa de edad para casarse con ella y darle dos hijas: Alexandra Curtis, en 1964, y Allegra Curtis, en 1966. La adicci¨®n de Tony a las mujeres (tuvo cuatro esposas m¨¢s y en los a?os setenta ampli¨® el ¨¢rbol geneal¨®gico con la sexta, Leslie Allen, con quien tuvo a Nicol¨¢s Curtis y Benjamin Curtis) fue una constante en su biograf¨ªa, aunque tambi¨¦n se enganch¨® a muchas otras cosas.
Jamie Lee Curtis, tan pronto su madre firm¨® los papeles del divorcio, dej¨® de ver a su progenitor. He aqu¨ª su mayor trauma. En octubre de 2010, apenas unos d¨ªas despu¨¦s de que Tony muriera a los 85 a?os por culpa de una insuficiencia cardiaca, acudi¨® al plat¨® del programa The View de la ABC y se abri¨® en canal. ¡°No fue un padre y no estuvo interesado en serlo. Hizo lo que se supon¨ªa que deb¨ªa de hacer desde un punto de vista financiero, lo cual fue honorable. Pero no era un padre involucrado y, por lo tanto, lo miro desde la misma perspectiva que todos ustedes: una fan de ¨¦l?, confes¨® ante las c¨¢maras, no sin antes apostillar que sus padres ¡°se odiaron¡± toda su vida: ¡°Crec¨ª en una casa llena de odio¡±. Por mucho que en el funeral le dedic¨® unas bonitas palabras, y a pesar de que limaron sus asperezas y mantuvieron una relaci¨®n cordial en sus ¨²ltimos a?os de vida, la actriz ni perdona ni olvida.
Ante aquellas duras palabras, su hermanastra Allegra tom¨® la r¨¦plica durante la promoci¨®n de su libro Mi Padre y yo en 2011: ¡°Me result¨® muy duro que Jamie dijera eso de ¨¦l. Jamie y ¨¦l siempre compitieron un poco por ver qui¨¦n consegu¨ªa mayor notoriedad. Yo, desde luego, no soy una v¨ªctima de mi infancia. Mi padre pod¨ªa entretener a toda una multitud, pero no era capaz de hablar sobre sus sentimientos, sus miedos. Nunca aprendi¨® a hacerlo. Era un hombre divertido, cari?oso, siempre me apoy¨® y me anim¨® a afrontar los desaf¨ªos; pero nunca quiso enfrentarse a los problemas, ni a los de su mujer ni a los de sus hijos y, tampoco, a los suyos. Siempre le tuvo miedo a envejecer, tem¨ªa que su carrera terminara. Hab¨ªa arrinconado completamente su pasado, el del jud¨ªo Bernard Schwartz, el hijo de unos emigrantes pobres del Bronx. Se hab¨ªa convertido por entero en Tony Curtis, y Tony Curtis era un tipo en¨¦rgico, juvenil. En un momento dado empez¨® a sufrir depresiones e intent¨® compensarlas con las drogas¡±.
Desde mediados de los cincuenta, justo cuando su carrera empezaba a despegar, Tony tomaba de todo: no perdonaba su vaso de whisky, fumaba porros a mansalva y se daba atracones de coca¨ªna y hero¨ªna (paradojas de la vida: su hijo Nicol¨¢s falleci¨® tras sufrir una sobredosis de esta ¨²ltima droga en 1994). Su consumo de coca¨ªna, en concreto, se dispar¨® a principios de los ochenta tan pronto puso punto final a su matrimonio con Leslie. ¡°Yo quer¨ªa amor, sexo, diversi¨®n, y lo consegu¨ª con la coca¨ªna, que me hizo sentir libre y feliz hasta que advert¨ª la fatiga y la destrucci¨®n de mi cuerpo. Cuando advert¨ª que me afeaba por el consumo de la droga me dije que ten¨ªa que hacer algo para remediarlo. Es que, realmente, no quer¨ªa morirme feo?, lleg¨® a afirmar el actor. Hasta 1984, despu¨¦s de ser ingresado por una cirrosis avanzada, no fue cuando decidi¨® ingresar en la cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n Betty Ford.
Jamie Lee Curtis, aunque lo ve¨ªa de higos a brevas, era conocedora de todas estas adicciones. En una reciente entrevista en Variety no solamente habla de c¨®mo ella misma estuvo durante diez a?os enganchada al analg¨¦sico Vicodin, sino que revela que hasta lleg¨® a drogarse con Tony: ¡°Sab¨ªa que mi padre ten¨ªa un problema porque yo ten¨ªa uno y compartimos drogas. Hubo un periodo en el que fui la ¨²nica hija que hablaba con ¨¦l. Una vez tom¨¦ coca¨ªna y crack con mi padre. Fue la ¨²nica vez que lo hice, pero lo hice junto a ¨¦l¡±. Hollywood nunca dejar¨¢ de sorprendernos.