La inspiradora historia de la mujer que manej¨® las carreras de David Bowie y Robert Redford
Stevie Phillips abri¨® el camino a las mujeres en la industria del entretenimiento. Ahora su vida se convertir¨¢ en una serie de televisi¨®n.
¡°Era la chica para todo hasta que ellos me pidieron que acompa?ara a Judy Garland en una de sus giras. No quer¨ªan ir con ella porque sab¨ªan c¨®mo era. Yo entonces no lo sab¨ªa¡±. El car¨¢cter m¨¢s que dif¨ªcil de Garland hizo que una joven llamada Stevie Philips pasara de secretaria a m¨¢nager, convirti¨¦ndose, sin darse cuenta, en la primera mujer en representar a una estrella americana. Lo cont¨® hace cuatro a?os en sus memorias, ...
¡°Era la chica para todo hasta que ellos me pidieron que acompa?ara a Judy Garland en una de sus giras. No quer¨ªan ir con ella porque sab¨ªan c¨®mo era. Yo entonces no lo sab¨ªa¡±. El car¨¢cter m¨¢s que dif¨ªcil de Garland hizo que una joven llamada Stevie Philips pasara de secretaria a m¨¢nager, convirti¨¦ndose, sin darse cuenta, en la primera mujer en representar a una estrella americana. Lo cont¨® hace cuatro a?os en sus memorias, Judy & Liza & Robert & Freddie & David & Sue & Me (Ed. Macmillan, 2015), que ahora se llevan a la televisi¨®n con ella como absoluta protagonista y Garland, Liza Minelli, Robert Redford, David Bowie y el resto de sus representados, como meros personajes secundarios.
Philips era la secretaria en CMA, el estudio de Freddie Fields y David Begelman, dos de los agentes m¨¢s poderosos del Hollywood dorado (el ¨²ltimo, de hecho, estuvo relacionado sentimentalmente con Garland y ha sido acusado en reiteradas ocasiones de haberla explotado y estafado). Era 1961, y la protagonista del Mago de Oz ya se encontraba en medio de la espiral autodestructiva que acabar¨ªa con ella en 1969. Stevie no ten¨ªa ni idea. ¡°Para m¨ª era una estrella absoluta. La admiraba desde peque?a y ve¨ªa sus pel¨ªculas repetidas veces¡±, cuenta en sus memorias. Pocos meses despu¨¦s de empezar a representarla, en los momentos previos a un concierto en Boston, Garland se intentar¨ªa cortar las venas frente a ella, ¡°mientras me miraba y sonre¨ªa¡±, seg¨²n declar¨® en una entrevista concedida a la edici¨®n estadounidense de Vanity Fair en el a?o 2012. Sus jefes le pidieron que comprara las pulseras que hicieran falta para tapar los cortes y que la obligara a salir al escenario.
Cuatro a?os m¨¢s tarde, tras un viaje al caribe en el que Garland ¡°rompi¨® un espejo y empez¨® a ara?arse la cara con los cristales¡± Philips no pudo m¨¢s; dej¨® de representar a la cantante y, de paso, su agencia. Ya hab¨ªa aprendido la lecci¨®n. Si su ¨ªdolo de juventud fue la propia Garland, ahora su referente era Eleanor Roosevelt ?porque supo ganarse la atenci¨®n de medio mundo sin ser, ni la t¨ªpica primera dama ni el tipo de mujer cl¨¢sico y femenino que aparec¨ªa en los medios ¡±, cont¨® en Vanity Fair. Eso s¨ª, no se fue muy lejos: comenz¨® a representar, esta vez de forma independiente, a la hija de Garland: Liza Minelli. Con Phillips, Minelli debut¨® en Broadway, gan¨® un premio Tony y el Oscar por Cabaret. Terminaron su relaci¨®n profesional en 1975, cuando la artista ¡°empez¨® a tener vaivenes propios de la fama¡±, relata en el libro.
De todos los representados con los que trabaj¨® (y que incluyen a personajes como Al Pacino, Cat Stevens o Paul Newman) Phillips recuerda a dos de ellos con especial cari?o: Robert Redford ( ¡°No supe darme cuenta de que lo que quer¨ªa era ser director, as¨ª que busc¨® a otra persona que le ayudara con su prop¨®sito, pero lo hizo con la elegancia que siempre le caracterizaba¡±, recuerda en Advocate, en una de las escasas entrevistas que ha concedido ) y David Bowie, a quien Philips represent¨® cuando el m¨²sico acababa de alcanzar la cima con Ziggy Stardust. ¡°Cuando empezamos a trabajar juntos, quiso cancelarme la gira que le program¨¦ por Estados Unidos, pero ¨¦l mismo supo darse cuenta del error. Y el resto es historia¡±.
A finales de los setenta, Stevie Philips cambi¨® la representaci¨®n por la producci¨®n. ¡°En parte por decisi¨®n propia y en parte por falta de trabajo. Necesitaba encontrar un reemplazo y lo encontr¨¦ poniendo en marcha obras en Broadway. Mi primer show, The best Little whorehouse in Texas estuvo en cartel cinco a?os. Pero la industria tambi¨¦n sufri¨® cambios que no quise apoyar, y ahora me dedico a escribir¡±, narra Philips en un texto autobiogr¨¢fico para la revista The Silver Women.
Ahora, esta pionera que ascendi¨® en un mundo todav¨ªa tan masculino como el de la representaci¨®n de estrellas, va a recibir su merecido homenaje en formato audiovisual. ¡°Stevie abri¨® camino a las mujeres en la industria del entretenimiento. Es una fuerza de la naturaleza¡±, contaba Andra Gordon, productora y guionista del proyecto, en Deadline. Phillips, por su parte, resume su larga historia con una frase: ¡°Aprend¨ª a jugar mis cartas y a no mostrarlas nunca¡±.