No sin mi vestido negro
Una prenda m¨ªtica que representa la esencia de la modernidad eterna.
El vestido negro, petite robe noire o little black dress (LBD para las m¨¢s avezadas) es una de las prendas m¨ªticas de la historia de la moda. Y no es de extra?ar, porque representa la esencia de la modernidad eterna. Por esta raz¨®n, los dise?adores lo recuperan constantemente, unas veces de manera m¨¢s velada, otras de un modo m¨¢s evidente. Pero siempre est¨¢ presente en las pasarelas¡ y en nuestros armarios: es un cl¨¢sico que nunca pasa de moda.
Ideado por Coco Chanel en la d¨¦cada de los a?os 20, le petite robe noire ha creado escuela, tanto por su signific...
El vestido negro, petite robe noire o little black dress (LBD para las m¨¢s avezadas) es una de las prendas m¨ªticas de la historia de la moda. Y no es de extra?ar, porque representa la esencia de la modernidad eterna. Por esta raz¨®n, los dise?adores lo recuperan constantemente, unas veces de manera m¨¢s velada, otras de un modo m¨¢s evidente. Pero siempre est¨¢ presente en las pasarelas¡ y en nuestros armarios: es un cl¨¢sico que nunca pasa de moda.
Ideado por Coco Chanel en la d¨¦cada de los a?os 20, le petite robe noire ha creado escuela, tanto por su significado como por su estilo. Desde su primera aparici¨®n en Vogue en 1926 se impuso como nuevo uniforme entre las mujeres y se convirti¨® en un ¨¦xito de ventas sin precedentes ¨Cde ah¨ª que la revista estadounidense lo comparase con el modelo T de Ford, de carrocer¨ªa negra¨C. Si hasta entonces las mujeres hab¨ªan rivalizado para no pasar desapercibidas y demostrar su estatus, a partir de esa temporada adoptaron este vestido de l¨ªneas sencillas cuya sobriedad conven¨ªa tanto para el d¨ªa como para la noche.
Adem¨¢s, el negro tambi¨¦n caus¨® pol¨¦mica. Quiz¨¢ fuera el color corporativo de la sastrer¨ªa masculina, pero en el universo femenino estaba relegado al luto, y cualquier otro uso se consideraba indecente entre las damas elegantes ¨Csolo campesinas y trabajadoras lo llevaban¨C. ?Antes de m¨ª, nadie habr¨ªa osado vestirse de negro?, proclam¨® Chanel, desafiando el colorido de Paul Poiret, a la vez que impon¨ªa una sutil venganza y uniformaba de negro a las mujeres chic.
Pero ?qu¨¦ tiene ese vestido que ha seducido a miles de mujeres desde entonces? El glamour de actrices como Audrey Hepburn o Marilyn Monroe tiene mucho que ver. Inolvidables los LBD de Givenchy para Sabrina (1954) y Desayuno con diamantes (1961); o los dise?os de Orry Kelly para Con faldas y a lo loco (1959), por citar algunos. Cierto: las figuras de ambas actrices son polos opuestos; pero a la estilizada Audrey el vestido le sienta tan bien como a la sensual Marilyn. ?Por qu¨¦ si no Patricia Field visti¨® de negro a Carrie, Charlotte, Miranda y Samantha en la portada de la primera temporada de Sexo en Nueva York?
Esa es una de las cualidades de esta prenda: se adapta a quien lo lleva. ?Casi nada!, si tenemos en cuenta que hoy una de las principales funciones de la moda es destacar la individualidad¡ El LBD, adem¨¢s, se adecua a cualquier ocasi¨®n si se usan complementos diferentes, por lo que una no ha de cambiarse e ir corriendo cuando tiene un d¨ªa agitado, con evento o cena incluida: basta con meter en una bolsa el clutch y los tacones.
Otro punto a su favor es su no-color, lanzado por Chanel justo en el momento que las mujeres acced¨ªan al mercado de trabajo. Entonces simboliz¨® el inicio de la igualdad de g¨¦neros; y hoy lo sigue haciendo. El negro es todo menos fr¨ªvolo. Denota seriedad y redibuja la figura. No distrae. Es discreto y nunca falla, ni por exceso ni por defecto.
Y, claro, siempre sienta bien ¨Ctanto si se interpreta de manera austera como sofisticada¨C. Y eso es algo que saben los creadores, que desde su aparici¨®n se han encargado de versionarlo sin cesar. Balenciaga siempre ten¨ªa uno en sus colecciones ¨Chomenaje al negro espa?ol¨C; y Prada se atrevi¨® a hacer un remake monacal de Chanel a finales de los a?os 80 ¨Cpara devolver el largo a la rodilla en pleno boom minifaldero¨C.
Nunca un vestido fue tan imprescindible en el guardarropa femenino. Por curiosidad he ido al m¨ªo y he contado 15. ?Qu¨¦ tranquilidad!