Nuevas costumbres
Por suerte, el poder poli?tico nace de los ciudadanos y empieza con pequen?as acciones.
?Llevo una hora limpiando con el desinfectante y las toallitas h¨²medas y tirando tanto papel que ya he dilapidado todo el bien que hab¨ªa hecho hasta ahora en el mundo?. La escena la escribe Jenny Offill en Clima, pero Jenny somos todos. Resume a la perfecci¨®n un pensamiento que cada vez se me cruza con m¨¢s frecuencia.
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?Llevo una hora limpiando con el desinfectante y las toallitas h¨²medas y tirando tanto papel que ya he dilapidado todo el bien que hab¨ªa hecho hasta ahora en el mundo?. La escena la escribe Jenny Offill en Clima, pero Jenny somos todos. Resume a la perfecci¨®n un pensamiento que cada vez se me cruza con m¨¢s frecuencia.
A veces parece que cualquier descuido acaba con semanas de buenas acciones y vuelve a poner el contador de la sostenibilidad a cero. T¨² reciclas todos los desechos que generas (que has descubierto que son muchos), compras huevos de granja, huyes de las pajitas, botellas y otros pl¨¢sticos de un solo uso, vas apagando las luces y te crees la Greta Thunberg de Carabanchel. Pero entonces te descuidas y te olvidas de poner las lavadoras en agua fr¨ªa y despilfarras una valiosa energ¨ªa. O lees que mandar un correo electr¨®nico contamina y se te cae el alma a los pies del contador verde porque recuerdas que tu bandeja de entrada est¨¢ m¨¢s concurrida que la calle Preciados en tiempos prepand¨¦micos.
En estos casos suelo pensar en una charla que tuve con una de las portavoces del movimiento Extinction Rebellion (que no es precisamente optimista), Sara Arnold. ?No tenemos que cambiar todo ni movilizar al mundo entero, sino enfocarnos en los que realmente tienen el poder para mejorar la situaci¨®n?, me dijo. As¨ª que yo ahora me centro en las marcas como consumidora. Adem¨¢s de mirar muy bien por qu¨¦ prendas ¡®voto¡¯, poniendo mi dinero, no dudo en preguntar c¨®mo, d¨®nde o de qu¨¦ manera est¨¢n hechas. En las tiendas o en las redes sociales. Y conf¨ªo en no ser la ¨²nica.