As¨ª son las fajas con las que Kim Kardashian ha ganado dos millones de d¨®lares en segundos
Tras un primer intento fallido en junio, la ¡®influencer¡¯ y empresaria saca al mercado su colecci¨®n de ropa interior reductora con una renovaci¨®n del concepto y bajo el nombre Skims. Pero, ?qui¨¦n quiere llevarlas?
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Podr¨ªa decirse que las fajas de Kim Kardashian estaban tardando en llegar. A la primera influencer con premio honor¨ªfico por serlo no se le puede negar la que ella misma considera su gran contribuci¨®n a la industria: poner de moda las curvas. Viendo los espectaculares resultados de ventas que ha cosechado su marca de fajas Skims, que se estima que ha vendido dos millones de d¨®lares en solo segundos, batiendo todos los r¨¦cords que en su d¨ªa consigui¨® su competidora Spanx, la pregunta es: ?c¨®mo Kim no hab¨ªa explotado ya un producto con el que contornear hasta el extremo la cintura de avispa y marcar nalgas?
Lo cierto es que lo intent¨® hace no mucho. En junio, Kardashian West se dispon¨ªa a lanzar pr¨¢cticamente la misma colecci¨®n de fajas que saca ahora pero lo hac¨ªa bajo el nombre Kimono. El juego de palabras usando su propio nombre y el de la prenda japonesa le vali¨® unas cuantas cr¨ªticas por apropiaci¨®n cultural. La opini¨®n p¨²blica nipona se opon¨ªa a que el nombre de esta pieza tradicional que se usa precisamente para cubrir el cuerpo sin dejar espacio a la intuici¨®n de formas pasara a convertirse, con ese t¨¦rmino que la celebridad lleg¨® a registrar en Estados Unidos, en un nombre asociado a la marca que evoca lo contrario: modelar la figura. Kardashian se lo pens¨® dos veces. Dio tiempo y espacio a la pol¨¦mica ¨Cni tres meses, suficiente para internet¨C. Y ahora lo presenta bajo nuevo envoltorio: Skims, jugando esta vez con su nombre y la palabra skin (piel). Cuando habla de sus fajas reductoras, evita adem¨¢s el t¨¦rmino anglosaj¨®n para denominarla (shapewear) y abraza otro intermedio que comulga m¨¢s con los tiempos, present¨¢ndolas como una ¡°soluci¨®n¡± y no algo restrictivo (¡°solutionwear¡±).
Con todo estudiado, Kim anunciaba la vuelta con una imagen en Instagram en la que aparece junto a otras modelos con las fajas, monos, bodies y sujetadores de su marca que rezaba: ¡°Mis fans y seguidores son una gran inspiraci¨®n para m¨ª. Siempre escucho sus comentarios y opiniones y estoy muy agradecida de que hayan compartido conmigo sus ideas para un nuevo nombre de marca¡±. Amplia representaci¨®n de tonos y tallas para hacer la firma m¨¢s inclusiva y un discurso que quiere acercarse al positivismo corporal y que, en vez de hablar de sujetar o disminuir, apuesta por ¡°realzar las partes de tu cuerpo que m¨¢s te gustan¡± o usar la prenda con el fin de sentirte ¡°libre¡± y de movimiento ¨¢gil, no restringida. Para hablar de la libertad de elecci¨®n que, supuestamente, evoca la prenda, Kim Kardashian ha contratado a Alice Marie Johnson, la presa que ella misma ayud¨® a liberar -con la aprobaci¨®n de Trump- de sus ¨²ltimos a?os de condena tras pasar dos d¨¦cadas en la c¨¢rcel por un delito de drogas sin violencia. Pero a pesar del esfuerzo por crear una narrativa m¨¢s personal, en la que tambi¨¦n han participado sus hermanas,?en su promoci¨®n tampoco faltan los v¨ªdeos publicitarios en los que se muestran directamente los efectos de sus fajas con un ilustrativo antes y despu¨¦s.
Por mucha vuelta que Kardashian le de al concepto, ?puede una faja dejar de serlo? La prenda que representa a la perfecci¨®n el encorsetamiento y la exigencia sobre la imagen y los cuerpos femeninos puede haber adquirido una apariencia m¨¢s moderna y apetecible con nuevos colores y tejidos, pero su funci¨®n es la misma. Como bien se intuye con la nueva campa?a de Kim, el marketing y la publicidad de lencer¨ªa vive un cambio de discurso. A veces, aplicando realmente esa transformaci¨®n en sus formas, con prendas que huyen de las costuras y anteponen la comodidad a la hipersexualizaci¨®n y cosificaci¨®n de los cuerpos, para el que la industria lencera ha sido durante mucho tiempo m¨¢ximo exponente. La conciencia feminista parece haber contribuido a marcar un decisivo final de etapa para los desfiles de Victoria¡¯s Secret y otras firmas, como Yamamay, han desterrado esos mensajes que calaron en?la cultura patriarcal, como el de las m¨ªticas marquesinas de Wonderbra con Eva Herzigov¨¢ y el ¡®hola, chicos¡¯. Ya no se buscar llamar la atenci¨®n de ellos y dos d¨¦cadas despu¨¦s el mensaje, protagonizado de nuevo por Herzigov¨¢, es de ellas para ellas (¡®ey, chicas¡¯).
Pero como contaba Paloma D¨ªaz-Soloaga, profesora titular de Intangibles y Moda en la Universidad Complutense de Madrid y coautora de la investigaci¨®n Estereotipos femeninos en anuncios gr¨¢ficos de marcas de lujo de moda, perfumer¨ªa y cosm¨¦tica a S Moda; a pesar de los cambios en el mensaje, el estereotipo persiste. ¡°Esta representaci¨®n apenas ha variado en 15 a?os. Ellas aparecen como objetos hermosos, con una belleza parecida a la de las estatuas, est¨¢ticas¡±. Un tipo de im¨¢genes que presentan a mujeres ¡®irreales¡¯ y can¨®nicas que? se fomentan tambi¨¦n desde nuevas plataformas como Instagram -aunque en la red social estas alternativas convivan paralelamente con el movimiento body positive-. Es la propia influencia en cuestiones de imagen de las Kardashian (especialmente Kylie Jenner y Kim) la que ha dado lugar a identificar determinados rasgos suyos como las curvas marcad¨ªsimas dentro de la etiqueta de apariencia ¡®instagramer¡¯. Incluso se han lanzado al mercado una serie de?mu?ecas sexuales?de estas caracter¨ªsticas bajo el reclamo ¡®modelos de Instagram¡¯.
Navegando estas dos corrientes, ?qu¨¦ futuro hay para el negocio de las fajas? Cabe esperar que Kim Kardashian no est¨¦ dando un paso en falso. Su principal competidora en Estados Unidos, la m¨ªtica firma de fajas Spanx, est¨¢ valorada en m¨¢s de mil millones de d¨®lares. Y a la influencer la avalan tambi¨¦n sus cifras. Forbes calcula su fortuna en 370 millones y est¨¢ en el puesto 26 del ranking de las celebridades mejor pagadas de Am¨¦rica.??
Si en la propia Casa Blanca Melania Trump ya ha decidido despojarse del sujetador hasta en dos de sus apariciones p¨²blicas, en lo que bien podr¨ªa ser interpretado como un acto pol¨ªtico de resistencia y un abrazo a la liberaci¨®n del pez¨®n, que choca de pleno con los ideales de la administraci¨®n que ella misma representa; decidir si llevar o no una faja 2019 tampoco est¨¢ exento de significado.