Mujeres poderosas: objetivo a batir
Ser mujer, personaje p¨²blico y atesorar poder suele ser la diana perfecta para recibir cr¨ªticas. ?Pasar¨ªa lo mismo si fueran hombres?
En una ocasi¨®n, Soledad Gallego-D¨ªaz, columnista y directora adjunta de El Pa¨ªs, tuvo un altercado con un compa?ero. ?Le correg¨ª una cr¨®nica parlamentaria en la que se hab¨ªa extendido describiendo la indumentaria de una diputada. No le quit¨¦ ni una palabra. Simplemente, a?ad¨ª la misma descripci¨®n sobre la ropa que llevaba el presidente del Gobierno en esa sesi¨®n. Vino hecho una furia a protestar y tard¨® su buena media hora en darse cuenta de qu¨¦ est¨¢bamos hablando. De sexismo?. Indudablemente, las mujeres en la esfera p¨²blica se enfrentan a un escrutinio m¨¢s duro que el de los hombres. Repas...
En una ocasi¨®n, Soledad Gallego-D¨ªaz, columnista y directora adjunta de El Pa¨ªs, tuvo un altercado con un compa?ero. ?Le correg¨ª una cr¨®nica parlamentaria en la que se hab¨ªa extendido describiendo la indumentaria de una diputada. No le quit¨¦ ni una palabra. Simplemente, a?ad¨ª la misma descripci¨®n sobre la ropa que llevaba el presidente del Gobierno en esa sesi¨®n. Vino hecho una furia a protestar y tard¨® su buena media hora en darse cuenta de qu¨¦ est¨¢bamos hablando. De sexismo?. Indudablemente, las mujeres en la esfera p¨²blica se enfrentan a un escrutinio m¨¢s duro que el de los hombres. Repasamos aqu¨ª los motivos que las suelen poner en el disparadero.
Por ense?ar canalillo (m¨¢s all¨¢ de los 50). ?Qu¨¦ tienen en com¨²n Hillary Clinton, Angela Merkel, la reci¨¦n dimitida primera ministra australiana Julia Gillard y la pol¨ªtica canadiense Christy Clark? Las cuatro han sido sometidas a escarnio p¨²blico por lucir escotes generosos. Y por tener la osad¨ªa de hacerlo pasados los 50. Porque en realidad esto no va de volverse loca con el corte del vestido o la camisa a la altura del pecho. Esto va de que la arruga no siempre resulta bella ante la mirada de los dem¨¢s. En una ocasi¨®n, el periodista y ultramontano estadounidense Rush Limbaugh dijo sobre Hillary: ??Acaso los americanos quieren ver a una mujer envejecer ante sus ojos??.
Por no tener hijos. El senador australiano Bill Heffernan le espet¨® a Gillard que no estaba preparada para dirigir los destinos del pa¨ªs porque era ?deliberadamente yerma?. ?Para ser un l¨ªder tienes que entender a la comunidad y un pilar de esta es la familia, y la relaci¨®n que existe entre un padre, una madre y una monta?a de pa?ales?, abund¨®. La expresi¨®n ?deliberadamente yerma? entr¨® en el l¨¦xico popular australiano. Se hicieron camisetas y un blog de apoyo (deliberatelybarren.com). Aun as¨ª, Gillard tuvo que lidiar durante todo su mandato con la cuesti¨®n de sus supuestas deficiencias en el ¨¢mbito dom¨¦stico. La misma semana en la que perdi¨® el poder, la ex primera ministra la arm¨® por hacer un posado para la revista Australian Women¡¯s Weekly en el que aparec¨ªa tejiendo un cangurito para el beb¨¦ de los Windsor. Pretend¨ªa atenuar el efecto de unas fotos, tambi¨¦n criticadas, tomadas un a?o antes en su casa, en las que aparec¨ªa una cocina vac¨ªa e impoluta como si jam¨¢s nadie hubiera hecho all¨ª una tostada. ?Si un primer ministro anunciara que est¨¢ tejiendo un jersey, se considerar¨ªa un detalle simp¨¢tico que no merecer¨ªa las p¨¢ginas de la secci¨®n de Pol¨ªtica, mientras que con ella se organiz¨® un debate claramente sexista?, apunta Gallego-D¨ªaz.
Por tenerlos, y no tomarse la baja de maternidad. Cinco d¨ªas despu¨¦s de dar a luz a su hija Zohra por ces¨¢rea en 2009, la entonces ministra de Justicia Rachida Dati volvi¨® al trabajo de manera muy p¨²blica. A su lado, la CEO de Yahoo!, Marissa Mayer, quien se tom¨® dos semanas, o Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, quien disfrut¨® de 11 d¨ªas antes de dirigir el traspaso de poderes entre dos gobiernos, parecen casi humanas. Las tres recibieron cr¨ªticas desde varios flancos del espectro pol¨ªtico. La escritora feminista Florence Montreynaud dijo a prop¨®sito de Dati que su decisi¨®n ?divid¨ªa a las mujeres en dos clases, las que tienen superpoderes y las que son totalmente normales, y que ahora parecen d¨¦biles, flojas?. ?Qui¨¦n queda a cargo de esos ni?os? Ni?eras, presumiblemente. Y eso tambi¨¦n es delicado, como se?ala la escritora y periodista de Salon, Rebecca Traister. ?Durante la pol¨¦mica que rode¨® a Sheryl Sandberg, hubo muchas cr¨ªticas se?alando que ten¨ªa una nanny. Cuando un hombre contrata a empleados dom¨¦sticos que limpian su casa, cocinan su comida o cuidan a sus hijos, se considera normal. Pero si una mujer lo hace parece que delega sus responsabilidades?.
La pol¨¦mica Cristina Kirchner.
Cordon Press
Por ser?¡®control freaks¡¯. Lo que en ellos es diligencia, en ellas es tiran¨ªa. O histeria. Se ha exagerado este trazo en mujeres tan dispares como Beyonc¨¦ y Condoleezza Rice. Anna Wintour se tom¨® con humor su retrato en?El diablo viste de Prada, pero s¨ª apunt¨®: ?Las mujeres poderosas en los medios son inspeccionadas m¨¢s duramente que los hombres?.
Por ocuparse de su aspecto f¨ªsico¡ Qui¨¦n le iba a decir a Angela Merkel que alg¨²n d¨ªa protagonizar¨ªa un esc¨¢ndalo por presumida y derrochona. La oposici¨®n alemana la critic¨® en 2011 por usar un bolso naranja de Longchamp, valorado en unos 300 euros. Lo mismo que la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, apodada?Gucci Helle?por su vestuario de firma; la presidenta del FMI, Christine Lagarde, aficionada a la alta costura de Chanel; Rachida Dati, que pos¨® vestida de Dior en?Paris Match; Michelle Obama, que llev¨® zapatillas Lanvin a un banco de alimentos; Cristina Kirchner o el posado paraVogue?de las ministras del Gobierno de Zapatero.?
¡ y por no hacerlo. De eso saben algo la ministra francesa de Vivienda, C¨¦cile Duflot, que fue se?alada por ir en vaqueros al consejo de ministros; y, otra vez, Hillary Clinton, que, siendo secretaria de Estado, protagoniz¨® pol¨¦micas por su afici¨®n a los coleteros y por aparecer sin maquillaje en un viaje a India. La Fox coment¨® que parec¨ªa ?cansada y abatida?.
Por gordas¡ Puede que Melissa McCarthy sea ahora uno de los nombres m¨¢s sonados de Hollywood, pero eso no le ahorra comentarios como el del cr¨ªtico del?New York Observer, Rex Reed, que la llam¨® ?hipop¨®tamo? y ?tractor?. Cierto sector de la prensa espa?ola aprovech¨® unas fotos de la ex ministra de Sanidad, Leire Paj¨ªn, en biquini para arremeter contra ella, aduciendo que no era un buen ejemplo contra la obesidad.
Fern¨¢ndez de la Vega, demasiado delgada.
Cordon Press
¡ y por delgadas.?La rese?a del filme?La duquesa?en?The Daily Telegraph?rezaba: ?Es dif¨ªcil escuchar lo que dice Keira Knightley cuando lo ¨²nico que piensas es en cebarla con patatas fritas?. Pero no solo las actrices reciben comentarios tan poco afortunados. Federico Jim¨¦nez Losantos llam¨® ?escu¨¢lida? a la ex ministra de Econom¨ªa Elena Salgado y dijo de ella que era un mal ejemplo para las adolescentes ?porque creer¨¢n que hay que ser anor¨¦xica para triunfar?.
Por ¡®liantas¡¯ e intrigantes.?En la empresa y en pol¨ªtica existe un estereotipo que atribuye a las mujeres mayor capacidad para la intriga palaciega. A Arianna Huffington y a Anne Lauvergeon, la exdirectiva de Alcatel y Areva a la que se conoce en Francia como?Atomic Annie, entre otras muchas, se las acusa de artima?as que en un hombre ser¨ªan calificadas como meras estrategias de poder. Algo similar ocurre con pol¨ªticas como Yulia Timoshenko y con las mujeres?detr¨¢s de un gran hombre?(el S¨ªndrome Yoko Ono), como Gala Dal¨ª.
Por apartarse del ¡®camino recto¡¯¡??Era necesario lapidar p¨²blicamente a una chica de 22 a?os por besar a un tipo que no era su novio, como hizo Kristen Stewart el verano pasado? Si los publicistas de la actriz creyeron que s¨ª, es por algo. Algunas?conductas siguen penalizadas y perviven arquetipos como el de la?comehombres?en mujeres que han tenido varias parejas, como Carla Bruni o hasta Taylor Swift, y como las?cougars?(t¨¦rmino ya de por s¨ª sexista), como Madonna y Demi Moore.
¡ o por seguirlo demasiado.?A la vez, es f¨¢cil que se critique a la que tiene una s¨²bita fiebre de tradicionalismo, como Michelle Obama, a la que obligaron en la primera legislatura de su marido a limar su perfil de mujer competente y con opiniones para convertirse en una inofensiva?Mommy in Chief.?Tampoco se comprende del todo que las cantantes Adele y Lily Allen den la espalda a su ¨¦xito profesional siendo tan j¨®venes para centrarse en la maternidad y la vida dom¨¦stica.
?Por el mero hecho de serlo??Eso dedujo la revista?Time?cuando dedic¨® su portada a Sheryl Sandberg, la directiva de Facebook, con el titular ?no la odi¨¦is porque tiene ¨¦xito?. La ejecutiva removi¨® el avispero del debate de g¨¦nero con su libro?Vayamos adelante?(Conecta). Seg¨²n Traister, ?se le pidi¨®, como a muchas mujeres, que fuera perfecta. Su libro era abiertamente feminista pero, para algunos, no lo suficiente. Tenemos que colocar el list¨®n alto, pero hay que ser conscientes de que lo estamos subiendo mucho m¨¢s para las mujeres?.