Ni?os modelo
Thylane Blondeau, la top model m¨¢s joven de la historia, ya ha desfilado para Jean Paul Gaultier. ?Juego o trabajo? Las leyes laborales lo sit¨²an en tierra de nadie, y algunos ni?os dedican semanas enteras a sesiones de fotograf¨ªa de moda.
Andrea Sierra recuerda la primera vez que no quiso acudir a una sesi¨®n de fotos porque ten¨ªa el cumplea?os de una amiga. ?Hasta entonces no me lo hab¨ªa planteado. Yo iba a un estudio, me peinaban, me pon¨ªan ropa y me hac¨ªan fotos. Hab¨ªa otros ni?os: era como ir a jugar. Adem¨¢s, lo llevaba haciendo desde antes de tener uso de raz¨®n, lo ve¨ªa como algo normal?. Los chicos de su colegio la envidiaban y agasajaban a partes iguales. Sal¨ªa en las revistas y pod¨ªa comprarse una bicicleta con su propio dinero. Lo m¨¢s sonado en su clase fue un editorial de moda infantil que sali¨® con el ?Hola...
Andrea Sierra recuerda la primera vez que no quiso acudir a una sesi¨®n de fotos porque ten¨ªa el cumplea?os de una amiga. ?Hasta entonces no me lo hab¨ªa planteado. Yo iba a un estudio, me peinaban, me pon¨ªan ropa y me hac¨ªan fotos. Hab¨ªa otros ni?os: era como ir a jugar. Adem¨¢s, lo llevaba haciendo desde antes de tener uso de raz¨®n, lo ve¨ªa como algo normal?. Los chicos de su colegio la envidiaban y agasajaban a partes iguales. Sal¨ªa en las revistas y pod¨ªa comprarse una bicicleta con su propio dinero. Lo m¨¢s sonado en su clase fue un editorial de moda infantil que sali¨® con el ?Hola! Pero ?ese d¨ªa me di cuenta de que aquello era m¨¢s que un juego. Por primera vez hab¨ªa algo que me apetec¨ªa m¨¢s y no pod¨ªa hacerlo porque hab¨ªa un contrato firmado. Ten¨ªa una obligaci¨®n?. Aquella primavera sus padres decidieron que hab¨ªa llegado el momento de tener la conversaci¨®n: ?Me advirtieron de que si quer¨ªa seguir haci¨¦ndolo no podr¨ªa elegir entre las sesiones de fotos y otras actividades como aquel cumplea?os que me perd¨ª, y que era posible que cada vez me costara m¨¢s renunciar a fiestas, viajes, partidos de v¨®ley¡ Nunca me impusieron ser modelo?. Ten¨ªa 10 a?os y decidi¨® dejar la publicidad. Hoy ya hace m¨¢s de 20 a?os que tom¨® aquella determinaci¨®n y trabaja en una consultora de Recursos Humanos.
?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si los padres de Andrea no hubieran respetado la elecci¨®n de su hija? Muchos no habr¨¢n corrido su suerte. Es dif¨ªcil saber cu¨¢ntos ni?os modelo hay en Espa?a. Los pocos datos fidedignos solo alcanzan a dibujar un boceto de una realidad que a¨²n es un tab¨². Salvador Model Agency representa a 800 menores. Su director, ?ngel Herrera, preside la Asociaci¨®n de Modelos y Agencias de Espa?a, de la que son miembros 13 agencias con divisi¨®n infantil. ?Pero hay muchas otras que no est¨¢n asociadas?, advierte. No todas tienen el mismo tama?o. Solo con que cada una de las 13 agencias de la asociaci¨®n llevara la imagen de 300 ni?os, ya habr¨ªa 3.900 ni?os dedicados a la publicidad en Espa?a. Por supuesto, son m¨¢s. Entre ellos, los hay que llevan la iniciativa ante las c¨¢maras, los que posan porque ¨Ccomo Andrea¨C lo han hecho desde beb¨¦s, y los que no tienen otra opci¨®n. Los honorarios de los menores en la publicidad oscilan ?entre los 300 euros brutos por un spot de televisi¨®n y los 4.500 euros por un campa?a europea?, revela Herrera. Es mucho dinero y, para algunas familias, la posibilidad de llegar a fin de mes.
?Parece un mundo muy glamuroso?, admite Beatriz Oliete, directora de la agencia BCN Decara, que no representa a ni?os. ?Pero realmente es muy competitivo y muy falto de glamour?. En los castings, afirma, se escrutan los unos a los otros pregunt¨¢ndose qui¨¦n ser¨¢ el elegido. Oliete se niega a trabajar con ni?os: ?Algunos padres pueden fomentar que sus hijos participen en las campa?as mediante el chantaje emocional con cl¨¢usulas como: ¡°Si vas, te compro una bici¡±. Y no podemos hacer un test a los padres en la cola del casting?. Aunque defiende la libertad de los ni?os que quieran posar por su propia voluntad y decidan qu¨¦ hacer con el dinero que han ganado.
Thylane lleva vestido de lana (105?€) y shorts (45?€), ambos de Little Paul & Joe; pa?uelo de Bellerose (41?€), collares (9,90?€ c/u) y cadena con colgante mano de F¨¢tima (15?€), todo de Accessorize.
Frank Malthiery
Cuando el ni?o se lo toma como una actividad m¨¢s y se divierte, no deber¨ªa haber ning¨²n problema?, se?ala el psicopedagogo C¨¦sar de la Hoz. ?Pero si sobre ¨¦l recae la responsabilidad de ganar dinero, algo que no le corresponde, eso es un trabajo, y se le est¨¢ tratando como a un adulto?. El Estatuto de los trabajadores establece en su art¨ªculo 6, apartado 4: ?La intervenci¨®n de los menores de 16 a?os en espect¨¢culos p¨²blicos solo se autorizar¨¢ en casos excepcionales por la autoridad laboral, siempre que no suponga peligro para su salud f¨ªsica ni para su formaci¨®n profesional y humana; el permiso deber¨¢ constar por escrito y para casos determinados?. Este permiso se firma en una reuni¨®n previa a cada rodaje, en la que se analizan las condiciones. Pero la ley no especifica en qu¨¦ casos se considera que una actividad supone un peligro para el desarrollo del menor.
A nivel psicol¨®gico hay algunos par¨¢metros. ?Los principales s¨ªntomas de que el trabajo supone una carga para el ni?o son el comportamiento intransigente, que d¨¦ ¨®rdenes o que no duerma bien?, enumera de la Hoz. Si eso ocurre, debe recibir tratamiento. De lo que surge un nuevo problema: c¨®mo se garantiza que los mismos padres que firman el ¨Clucrativo¨C contrato de colaboraci¨®n por su hijo lo rompan cuando descubran que al ni?o no le gusta la actividad en la que lo han empleado. Es una controversia que se extiende a otras profesiones, como la de deportista o la de actor. Javier Urra, primer Defensor del menor, solo encuentra una salida para el limbo legal que existe entre el Estatuto de los Trabajadores, que proh¨ªbe la contrataci¨®n de menores de 16 a?os, y la demanda laboral de ciertas profesiones que comienzan a desarrollarse a muy temprana edad. ?Es necesario que exista la figura del tutor econ¨®mico, y que sea distinta de la de los progenitores. Alguien que guarde el dinero del ni?o hasta que cumpla la mayor¨ªa de edad. De ese modo, se evitar¨ªa que el sueldo que obtienen por estas actividades sea una motivaci¨®n para los padres?.
En Estados Unidos, cuna de la publicidad, las leyes son m¨¢s permisivas (?o menos farisaicas?). All¨ª la norma establece los 14 como la edad m¨ªnima para desarrollar casi cualquier actividad, excepto la agricultura, sector en el que se permite la incorporaci¨®n de menores a los 12 a?os. ?Sin embargo, los j¨®venes de cualquier edad podr¨¢n repartir peri¨®dicos, actuar en radio, televisi¨®n, cine o producciones teatrales; trabajar en los negocios familiares (salvo en la miner¨ªa, manufactura o trabajos peligrosos); y hacer peque?as tareas en casa?. La legislaci¨®n estadounidense amparaba en su d¨ªa la jornada laboral de las hermanas Olsen, uno de los casos m¨¢s denunciados en los medios locales. Y tambi¨¦n favorece que la primera potencia mundial se enfrente ahora a ?decenas de miles de muertes de menores en trabajos en el campo?, seg¨²n un informe de un grupo de senadores que propone reformar la ley laboral.
Vestido de borrego de Gabriel et Valentine (300?€), pamela de fieltro de Dior (150?€), colgante de Elise Dray para Mu?c (125?€). Pulseras de Thylane.
Frank Malthiery
Si se trata de limbos legales, el mundo de la publicidad y el audiovisual son un agujero negro. Su raz¨®n de ser son las emociones, el retrato del ser humano, de sus aspiraciones, de sus motivaciones, la ficci¨®n, la fantas¨ªa¡ ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite para representar conceptos tan et¨¦reos en un mundo de adultos? La ¨²nica norma que regula la implicaci¨®n de los menores en este juego es el art¨ªculo 7 de la Ley General de Comunicaci¨®n Audiovisual: ?Tienen derecho a que su imagen no sea utilizada sin su consentimiento o el de su representante legal [¡]. Se proh¨ªbe la difusi¨®n de datos que puedan perjudicar seriamente su desarrollo f¨ªsico, mental o moral y, en particular, programas que incluyan escenas de pornograf¨ªa o violencia gratuita?. Javier Urra recuerda un caso que lleg¨® a la oficina del Defensor en los a?os 90. Una se?ora hab¨ªa encontrado decenas de fotos de ni?os desnudos en el contenedor frente a su casa. La polic¨ªa localiz¨® su origen: una agencia de modelos que representaba a ni?os y que se encontraba en el mismo edificio. Al desmantelarla, se vio que todas esas fotos se hab¨ªan realizado con permiso de los representantes legales de los ni?os. ?Hay padres que, con cierta dejaci¨®n, firman contratos que no especifican qu¨¦ tipo de fotos se van a realizar ni cu¨¢l va a ser su uso, o que dan permiso ilimitado para que las im¨¢genes se distribuyan m¨¢s all¨¢ de la campa?a para la que fueron tomadas?.
Este caso extremo constituye, sin duda, un delito, y por eso intervino la Fiscal¨ªa del menor. Pero el da?o estaba hecho. M¨¢s all¨¢ de los casos que las autoridades decidan investigar, la legislaci¨®n conf¨ªa en el criterio de los padres, quienes deben controlar cu¨¢ndo, a qui¨¦n y en qu¨¦ condiciones ceden la imagen de sus hijos. Muchas veces su criterio no coincide con el de la opini¨®n p¨²blica. Basta recordar el editorial de moda que realiz¨® Vogue Francia en enero de 2011 con tres ni?as ataviadas con vestidos lujosos, tacones y barra la labios oscura (una de ellas Thylane L¨¦na-Rose Blondeau, de 11 a?os, es la protagonista de esta producci¨®n de moda). Se rumorea que la pol¨¦mica que result¨® de esa publicaci¨®n pudo haber influido en la salida de Carine Roitfeld de Vogue. El juego de las contradicciones, los extremos y la transgresi¨®n, pilares de las revistas de moda, adquiere un nuevo significado cuando se trata de menores. Y los anunciantes de marcas de lujo para ni?os se han llevado m¨¢s de un escarmiento en los ¨²ltimos a?os, que les ha obligado a extremar el cuidado en sus campa?as publicitarias, cada vez m¨¢s na¨ªf.
Galina Samsonov, madre de la ni?a modelo Ekat Samsonov, de nueve a?os, vigila de cerca las sesiones de su hija. Ni un gramo de colorete de m¨¢s, ni un tac¨®n ni una transgresi¨®n. ?Eso no me gusta. Tampoco los concursos de belleza infantiles [muy criticados en la pel¨ªcula Peque?a Miss Sunshine (2006)]. Mi hija es una ni?a y muy dulce?.
Camiseta de Petit Bateau (48?€) y tocado chapado en oro, con turquesas, coral y lapisl¨¢zuli de Limr para Mu?c (236?€).
¡ª ?Qu¨¦ har¨ªa en caso de que el look de una sesi¨®n fuera excesivo?
¡ª No continuar¨ªa. Siempre se contratan a dos ni?os para el mismo trabajo, por si ocurre un imprevisto, aunque al final solo salga uno. Pero nunca me ha pasado. Mi contrato es con la agencia, y conf¨ªo en ella.
¡ª ?Por qu¨¦ la meti¨® en esto?
¡ª En realidad fue idea de mi madre. Pero Ekat lo disfruta mucho y le va muy bien. Ya ha hecho muchas campa?as con marcas como Gant y Benetton.
Galina vive en Nueva York y aconseja a los padres que quieren introducir a sus hijos en el mundillo. ?Hay muchos estafadores. Antes de llegar a Generation, la primera agencia de mi hija (ahora la representa una de las m¨¢s importantes de Nueva York, Wilhelmina), hubo una empresa que se puso en contacto con nosotros porque, seg¨²n dec¨ªan, nuestra hija ten¨ªa muchas posibilidades. Nos pidieron 2.000 d¨®lares (1.590 euros) para hacerle un ¨¢lbum de fotos?. Muchos padres pican. Pero las agencias de verdad no hacen books a los ni?os, salvo cuando ya han iniciado una carrera.
¡ª ?Cu¨¢ntas horas dedica su hija a esta actividad?
¡ª Depende de la temporada. Pueden salir entre seis y 10 campa?as mensuales. Hay semanas que trabaja los cinco d¨ªas y otras en las que solo tiene que hacerlo tres. Las sesiones duran todo el d¨ªa, aunque los ni?os solo trabajan una hora o dos m¨¢ximo. Al final de la jornada, les pagan unos 100 d¨®lares (79,6 euros) por hora.
¡ª ?Y el resto del tiempo?
¡ª Juegan. Las empresas anunciantes tienen personas encargadas de entretenerlos. Y muchos ni?os se conocen ya de otros trabajos y se hacen amigos.
Esta ocupaci¨®n, asegura, no afecta a los estudios de Ekat, pese a la dedicaci¨®n que le exige. ?Es muy responsable y competitiva y, cuando llega a casa, se pone enseguida con los deberes. Yo creo que les ense?a a ser responsables desde peque?os?.
Ekat responde a los c¨¢nones cl¨¢sicos de la belleza infantil: rubia, ojos azules, gesto dulce y mejillas sonrosadas. Estas caracter¨ªsticas han sido durante a?os el 90-60-90 de los ni?os. Pero hace tiempo que esto ha cambiado. ?Lo que piden los anunciantes es que sean fotog¨¦nicos, simp¨¢ticos y espont¨¢neos, o sea, ni?os. Ahora se buscan tambi¨¦n morenos, pelirrojos, de diferentes razas?, dice ?ngel Herrera.
Camisa de cuadros de Levi¡¯s (c.?p.?v.), camisa blanca de Petit Bateau (18,40?€), vaqueros de Armani Junior (94?€), pa?uelo de Bonpoint (65?€ aprox.), sombrero de Maison Michel (625?€).
Frank Malthiery
Este cambio ha venido de la mano del boom de los ni?os en la publicidad, en los a?os 70. Hasta entonces, solo integraban escenas familiares para promocionar art¨ªculos de consumo. Pero el ¨¦xito de campa?as como la de Donut¡¯s, a¨²n en blanco y negro, en la que el ni?o se olvidaba la cartera del colegio en casa, colocaron a los menores en el punto de mira de la estrategia publicitaria. El anuncio de Navidad de las mu?ecas de Famosa fue otro gran hito, que vino a demostrar que, pese a no ser profesionales, pod¨ªan vender tanto como los adultos. M¨¢s recientes, las campa?as de Catalana Occidente (?Mi pap¨¢ lo arregla todo, todo y todo?) y Airtel (?Hola, soy Edu, feliz Navidad?) confirmaron esta nueva verdad absoluta del negocio.
Los ni?os modelo se han profesionalizado y Thylane, con su belleza ex¨®tica, no solo representa la diversidad que exige ahora el mercado, es la nueva gran promesa de la moda: ya ha desfilado para Jean-Paul Gaultier (en la pasarela de adultos) y ha protagonizado campa?as de Hugo Boss y Lacoste. Es la top model m¨¢s joven de la historia. Pero esto tambi¨¦n es un tab¨². Pocos se atreven a decirlo: esto no es una profesi¨®n. ?No me gusta hablar de ni?os top?, elude Herrera. ?Yo siempre aconsejo a los padres que tengan esto como una actividad extraescolar: el ni?o se lo tiene que pasar bien?. Y el futuro ya se andar¨¢. Muchos no contin¨²an. Muy pocos son los ejemplos: Milla Jovovich empez¨® a los 11 a?os y Judit Masc¨®, a los 13. La publicidad apenas tiene papeles para preadolescentes. ?Pero, adem¨¢s, que alguien fuera fotog¨¦nico de ni?o?, explica Scott Freeman de Dinasty Models, una agencia de Boston, ?no garantiza que sirva para modelo de mayor. Con la edad se cambia mucho?.
Mientras, miles de ni?os en Espa?a miran a la c¨¢mara y le ofrecen su inocencia. Esa es la cualidad que m¨¢s admiran los fot¨®grafos que suelen hacer este tipo de trabajos. Como Frank Malthiery, el autor de esta sesi¨®n: ?Es primordial ganarse la confianza del ni?o. Act¨²an con la motivaci¨®n y el placer de la novedad?. Y no debe olvidarse: ?Es el equipo el que debe adaptarse a su ritmo y no al rev¨¦s?.