Sies Marjan: el color (y la etiqueta) que todos quieren
En apenas tres temporadas, el dise?ador Sander Lak ha conseguido convertir su marca Sies Marjan en la etiqueta emergente de la que todo el mundo habla
Hace justo un a?o, con Anna Wintour y Natalie Massenet (fundadora de Net-a-porter) en primera fila, el dise?ador Sander Lak (33 a?os) debut¨® en la Semana de la Moda de Nueva York con su marca Sies Marjan, en un loft de la planta 57 de la torre Barclay, en Tribeca. En apenas seis meses, el nombre de esta firma de autor, presente en concept stores como Colette y almacenes como Barneys, fue pasando de boca en boca, hasta convertirse en la etiqueta de la que todo el mundo hablaba. Su tercer desfile, en esta ocasi¨®n en una sala de la tercera planta del hotel Hilto...
Hace justo un a?o, con Anna Wintour y Natalie Massenet (fundadora de Net-a-porter) en primera fila, el dise?ador Sander Lak (33 a?os) debut¨® en la Semana de la Moda de Nueva York con su marca Sies Marjan, en un loft de la planta 57 de la torre Barclay, en Tribeca. En apenas seis meses, el nombre de esta firma de autor, presente en concept stores como Colette y almacenes como Barneys, fue pasando de boca en boca, hasta convertirse en la etiqueta de la que todo el mundo hablaba. Su tercer desfile, en esta ocasi¨®n en una sala de la tercera planta del hotel Hilton, ha sido la confirmaci¨®n de Lak ¨Cque trabaj¨® cinco a?os como director de dise?o en el taller de Dries Van Noten antes de instalarse en Nueva York en 2015¨C.
Su r¨¢pido ascenso dentro del circuito es un buen ejemplo del sue?o americano. Que permite triunfar a un creativo extranjero como Lak, que ha crecido entre Malasia, Brunei, Gab¨®n, Escocia, Pa¨ªses Bajos e Inglaterra y que, antes de instalarse en Manhattan, ha trabajado en Par¨ªs y Amberes. Esa sensibilidad sin fronteras es precisamente la que le permite dibujar una gama de tintes ¨²nicos y subyugadores que emocionan a editoras veteranas como Suzy Menkes, que mostr¨® su admiraci¨®n por Lak en el backstage tras el desfile. ?De d¨®nde nace esa percepci¨®n del color? ?Cuando era un ni?o viv¨ªamos en ?frica. Nos trasladamos all¨ª por el trabajo de mi padre. Mi madre siempre nos vest¨ªa de color azul porque est¨¢bamos en medio de la selva?, cuenta. ?De manera que muy pronto entend¨ª la importancia de la paleta crom¨¢tica y el contraste. Eduqu¨¦ mi ojo en aquella ¨¦poca; y desde entonces veo colores?, contin¨²a. Su desfile de graduaci¨®n en Central Saint Martins fue, precisamente, un estudio de las distintas variedades azules.
En la colecci¨®n se respira un aire envolvente, casi ¨ªntimo, personal. ?Es un reflejo de aquello que me gusta y en lo que creo que soy bueno. Imagino que la expresi¨®n ¡®mal gusto¡¯ no es la adecuada. De hecho, aborrezco ese concepto. Pero hay cierto aire de abstracci¨®n. Es como un pastel de La Dur¨¦e, que parece maravilloso y espantoso a la vez. Los colores chirr¨ªan, las tonalidades se mezclan de una forma que a primera vista no tiene sentido?, describe. Magenta y nude; naranja sorbete, verde menta y beige; azul ¨¢cido y marr¨®n. ?Ni siquiera la combinaci¨®n de tejidos es la com¨²n?, contin¨²a. ?Hay texturas que normalmente no se utilizan con determinados tintados?, asegura. ?l prefiere ir en contra de los convencionalismos. Como en un lienzo, hay libertad en cada trazo.
No trabaja con una musa. Aunque en la primera fila hay mujeres que se han convertido en su mejor carta de presentaci¨®n, como Doutzen Kroes. Su proceso de creaci¨®n es org¨¢nico. Empieza por el color, el tejido, la silueta¡ Envolviendo el cuerpo femenino. Con capas, pa?uelos, drapeados, superposiciones et¨¦reas¡ ?La mujer necesita un guardarropa f¨¢cil, que sea bonito y que le permita sentirse c¨®moda?, analiza. ?No me considero un artista. Al fin y al cabo, mi trabajo consisten en dise?ar prendas. Es importante tener los pies en el suelo. Es moda. Y es pol¨ªtica?, defiende.