El esp¨ªritu ol¨ªmpico se instala en Stella McCartney
Mientras la t¨®nica general en Par¨ªs invita a la contenci¨®n, Stella McCartney presenta una colecci¨®n ¨¢gil y discretamente vitalista.
La colecci¨®n primavera-verano 2013 de Stella McCartney ha sido esta ma?ana un preciado ejercicio de easy to wear. Ni momentos m¨ªsticos como en Givenchy. Ni pu?etazos sobre la mesa como el de Raf Simons en Dior o Bill Gaytten, una vez libre de Dior, en John Galliano. Ni minimalismo bahausiano como el que propone Phoebe Philo en C¨¦line, de vuelta al desfile ordinario, y dise?ando para aquellas dispuestas a cambiar los taco...
La colecci¨®n primavera-verano 2013 de Stella McCartney ha sido esta ma?ana un preciado ejercicio de easy to wear. Ni momentos m¨ªsticos como en Givenchy. Ni pu?etazos sobre la mesa como el de Raf Simons en Dior o Bill Gaytten, una vez libre de Dior, en John Galliano. Ni minimalismo bahausiano como el que propone Phoebe Philo en C¨¦line, de vuelta al desfile ordinario, y dise?ando para aquellas dispuestas a cambiar los tacones por pantuflas y los trajes de chaqueta por camisones y pijamas para esc¨¦pticas. Ni siquiera el brillante despliegue de streetwear que vimos en Kenzo la temporada pasada -sus sudaderas de algod¨®n van casi tan buscadas este oto?o como las de Balenciaga- con el estreno de Humberto Leon y Carol Lim, se ha vuelto a repetir visto que han cambiado radicalmente de discurso y han rebuscado en el imaginario de m¨ªster Takada. Esa parece ser pues la t¨®nica generalizada en Par¨ªs.
Por eso se agradece que llegue Stella McCartney y, sin perder el hilo de su encomendamiento a las Olimpiadas, tire por esa l¨ªnea sin miedo a parecer demasiado laxa. Para ello alterna sus conjuntos larguiruchos de hechura masculina y peso pluma con tejidos de acabado crepitante, troquelados, siluetas femeninas y colores ¨¢cidos.