La insoportable entidad de Prada
Tras su desfile de ayer en Mil¨¢n se confirma que no hay quien pueda con el cosmos est¨¦tico de Prada.
Ella, Miuccia Prada, dice que lo suyo no es poder¨ªo, pero sacudirse la autoridad de encima no exime a la italiana de que lo que ella llama exaltaci¨®n de la belleza por puro placer sea un ejercicio de supremac¨ªa inderrocable, as¨ª, sin r¨¦plica posible. Inevitable ha sido que el canto al esplendor, raro e ins¨®lito, porque de convencional no tiene nada, que ha querido hacer Prada de cara al oto?o-invierno que viene recupere elementos registrados en el fichero de la marca y parezca que aqu¨ª no ha pasado nada porque se conjugan con componentes venidos de otro planeta.
De ...
Ella, Miuccia Prada, dice que lo suyo no es poder¨ªo, pero sacudirse la autoridad de encima no exime a la italiana de que lo que ella llama exaltaci¨®n de la belleza por puro placer sea un ejercicio de supremac¨ªa inderrocable, as¨ª, sin r¨¦plica posible. Inevitable ha sido que el canto al esplendor, raro e ins¨®lito, porque de convencional no tiene nada, que ha querido hacer Prada de cara al oto?o-invierno que viene recupere elementos registrados en el fichero de la marca y parezca que aqu¨ª no ha pasado nada porque se conjugan con componentes venidos de otro planeta.
De la rigidez de unas siluetas que establecen como base la m¨¢s ruda elegancia, la gimnasia de esta colecci¨®n pasa por acortar, arquear y abrir vestidos que se convierten en chaquetas o abrigos que se transforman en vestidos y se superponen sobre niquelados pantalones cada vez de distinta manera, despistando al ojo con hileras y parcelas de broches. Entonces llegan los estampados, que ti?en incluso los bolsos de archivo, y los trajes pijama, las faldas pantal¨®n, los tops casaca y los remaches en pl¨¢stico tridimensionales. Hasta que uno repara en los zapatos de locura dragqueeniana sobre los que al final del desfile, y requiriendo el apoyo de una columna no precisamente romana, sale a saludar la l¨ªder de esta manada.