Te gusta ¡®Friends¡¯ porque es una trampa perfecta: de qu¨¦ nos re¨ªamos cuando ve¨ªamos la serie
La serie m¨¢s famosa del fin del milenio combina los elementos m¨¢s eficientes de la artesan¨ªa de la risa con una defensa de la norma perfectamente disfrazada de ¡®modernez,¡¯ que ha envejecido mal
La muerte de Matthew Perry nos record¨® lo viejunas que somos y revivi¨® la brecha eterna entre quienes devoramos el mainstream: las que nos tragamos en su d¨ªa ¨Cy nos hemos vuelto a tragar desde que hay plataformas que te permiten ser programadora de tu ocio pasivo¨C la serie de la cuadrilla m¨¢s famosa de Nueva York ¨Cpor un lado¨C y quienes chulean (porque hay un poco de postura apocal¨ªptica en esto) de no haber visto un cap¨ªtulo nunca. Vale, te creo. Y me alegro much...
La muerte de Matthew Perry nos record¨® lo viejunas que somos y revivi¨® la brecha eterna entre quienes devoramos el mainstream: las que nos tragamos en su d¨ªa ¨Cy nos hemos vuelto a tragar desde que hay plataformas que te permiten ser programadora de tu ocio pasivo¨C la serie de la cuadrilla m¨¢s famosa de Nueva York ¨Cpor un lado¨C y quienes chulean (porque hay un poco de postura apocal¨ªptica en esto) de no haber visto un cap¨ªtulo nunca. Vale, te creo. Y me alegro mucho por ti si estabas leyendo a Deleuze o viajando por el mundo o escribiendo la trilog¨ªa que cambiar¨¢ la ficci¨®n, mientras las dem¨¢s nos sent¨¢bamos en el Central Perk, pero ¨Centonces¨C este art¨ªculo no es para ti. A no ser que quieras entender por qu¨¦ nos embaucaron tanto esos tres petardos y esas tres petardas.
Pues te lo digo, porque nos confirman las cosas que necesitamos creer para que el mundo se nos haga soportable desde la perspectiva de nuestra mezquindad:
Que hay gente peor que t¨²
Mentirosas, envidiosas, con relaciones dependientes y actitudes t¨®xicas, ahora que nos hemos terapizado y hablamos de nuestras emociones y aprendemos de las heridas que hacemos y nos hacen, esas seis personas nos parecer¨ªan una red flag encarnada cada una: el inmaduro, pretencioso y narcisista controlador, celoso y love bomber; la caprichosa, voluble, fr¨ªvola y dependiente obsesionada con emparejarse; el bloqueado emocional que sobrevive con sarcasmo y homofobia interiorizada; la mandona competitiva inaguantable obsesionada con la limpieza que cocina para que la quieran; el tonto, machista, retr¨®gado y consumidor de cuerpos de mujeres, y la ¨²nica un poco maja y especial, pero con sus cositas. El tipo de gente que echar¨ªas a correr si les conocieras en la vida real (o te enamorar¨ªas, vete a saber, que estamos fatal), resulta que te caen bien y te gustan y ves un poco de ti en cada cual.
Pues claro, ves lo peor. Tu parte m¨¢s ruin, tu lado oscuro, las reacciones que ocultas y los comentarios que te callas, esta gente los suelta y t¨² te r¨ªes ¨Cporque te ves ah¨ª¨C y no les sale mal. Porque son los seis igual de cutres y se aguantan por descarte. Pues eso te hace sentir bien.
Con encontrar gentuza como t¨², ya estar¨ªa
El cap¨ªtulo en el que Phoebe se l¨ªa con un psiquiatra es casi un metabroma de esto, porque ninguno de los seis le soporta, precisamente porque les analiza de forma certera y les dice ¨Csin ning¨²n tacto, es verdad¨C todo lo que no quieren escuchar de sus propias debilidades y les define como ¡°un grupo disfuncional codependiente emocionalmente atrofiado sentado en una est¨²pida cafeter¨ªa con sus est¨²pidas tazas gigantes, que podr¨ªan tener pezones¡±. Pues ya hemos hecho el chiste, ahora sigamos haciendo que quieras a esta gentuza.
Da igual lo ruinas que seas, si eres un t¨ªo, muchas mujeres mejores que t¨² se enamorar¨¢n de ti. Es el sue?o de todos los bros que se creen que no ligan porque les falta t¨¦cnica o porque las mujeres son malas.
Los tres protagonistas masculinos de la serie son inmaduros, con mami issues, tratan a las mujeres como cachos de carne, son hom¨®fobos y tienen miedo de expresar sus sentimientos. Pero pillan constantemente con mujeres bastante m¨¢s atractivas que ellos, que son descartadas por defectos que ellos superan de lejos.
Entre los tres son el olimpo de los machos: el fucker, que respira y liga, siempre con tontas de las que hay que librarse; el enamoradizo, que se encuentra en cada esquina con pibones dispuestas a comprometerse, eternamente enamorado de la inalcanzable, y el pringado, que se queda con la amiga guapa, pero insegura. Ninguna mujer es inalcanzable si encuentras su punto d¨¦bil, chavalote.
Joey se liga a Elle Macpherson bailarina s¨®lo con hacer pucheritos, Chandler le quita la novia guapa, lista y divertida a Joey compr¨¢ndole un libro de cuentos y Ross pilla con estupendas acad¨¦micas (siempre alt¨ªsimas, por cierto) a las que acaba dejando ¨¦l. Como en la vida, ?no?
La gente gorda es rid¨ªcula
De todas las opresiones que reproduce la serie ¨Cque son casi todas¨C la gordofobia es la m¨¢s evidente y la m¨¢s presente. M¨®nica (la cocinera, qu¨¦ finos) ha sido una ni?a y adolescente gorda y por eso se pueden reir de ella toda la vida. De hecho, adelgaz¨® porque su futuro marido (el sarc¨¢stico con traumas hom¨®fobos) se burl¨® de ella y la llam¨® gorda. Ella dej¨® de comer y luego se cas¨® con ¨¦l. Porque en esta serie, la gente es gorda porque come mucho porque tiene problemas. Y si dejan de comportarse como animalicos sin control, se vuelven normales.
Hay constantes chistes sobre M¨®nica y otras mujeres ¨Cy alg¨²n hombre¨C que son o han sido gordas, se usa en varias ocasiones fat suits, que siempre es gordofobia, y hay una evidente p¨¦rdida de peso de las protagonistas femeninas, que van adelgazando temporada tras temporada. No son chistes inofensivos, es borrar de la posibilidad de ser representados a los cuerpos gordos, m¨¢s all¨¢ de objetos que ridiculizar.
Esto es una constante en el audiovisual, incluso ahora que las perspectivas se han ampliado, pero en esta serie es tan obvio y recurrente que molesta. Si no eres flaca, claro. Si lo eres, te echas unas risas y te sientes genial, porque no eres una bola de grasa incontrolable.
El ¡°t¨ªo gordo desnudo¡± que vive enfrente es un entretenimiento m¨¢s, como una pecera, a M¨®nica hay que controlarle las galletas, no vaya a ser que vuelva a caer; Treeger el portero del edificio es un chiste porque es gordo y pobre, y de las novias o novios que circulan por la serie no se hacen chistes gord¨®fobos, porque todo el mundo cumple con el ¨ªndice de grasa no rid¨ªculo. Menos Brad Pitt, que se ha puesto buenorro, pero sigue llevando al malvado gordo del instituto dentro.
Ser pobre es de perdedores
Viven en el Village en Manhattan y se pasan el d¨ªa tomando caf¨¦ y magdalenas en una cafeter¨ªa hipster. Si has estado en Nueva York sabr¨¢s que para eso tienes que ser heredera de un imperio industrial o de una monarqu¨ªa de tama?o medio. Si no, te lo cuento yo.
Pero esta gente se pilla un vuelo a Londres o a Yemen con el saldo de la tarjeta, y eso que no saben hacer casi nada. Aparte del paleont¨®logo titulado, que encuentra trabajo ¡°de lo suyo¡±, hay una especie de contable vago y pelota que no hace m¨¢s que meter la pata y ascender; una cocinera aficionada y mala gestora de equipos que no hace m¨¢s que pasta con salsa y ascender; una excamarera sin experiencia ni formaci¨®n en moda, que no hace m¨¢s que ligar en el trabajo y ascender; un actor tonto y sin talento que no hace m¨¢s que conseguir papeles, y la ¨²nica un poco maja y especial, pero con sus cositas, que vive de dar masajes por su cuenta. El sue?o americano. T¨² piensa en el trabajo que te mereces, si¨¦ntate a tomar capuccinos y ya llegar¨¢. ?Ves qu¨¦ bien?
Como Chandler, cuando decide dejar el trabajo porque le obligan a trabajar en festivo (y le entra su subordinada buenorra) y decide dedicarse a la publicidad, porque empieza por A (advertising) sin tener ni idea y lo peta. Y todo sin esforzarse, ni estudiar, ni tirar del dinero de papi y mami, malpensada. ?Es Am¨¦rica!
Es guay re¨ªrse de la gente no normativa
El ¨²nico personaje con un ¨¢pice de conciencia es la vegetariana pacifista que no se olvida de que ha vivido en la calle, y ella es la ¡°rarita¡± que no termina de pertenecer. Tambi¨¦n es rid¨ªcula hasta la misoginia una ex novia de Chandler, que habla mucho y tiene una voz estridente ¨Cmenos que el propio Chandler, por cierto¨C y lleva animal print y ropa de colores y tiene rizos. Vamos, un monstruo. Por no hablar de la transfobia-homofobia con el ¡°padre¡± de Chandler, que se hacen un l¨ªo entre marica, travesti y trans, pero no pierden una oportunidad para malgenerizar, aunque lo interpreta una diosa de la escena. Un cuadro, todo, pero qu¨¦ risas.
La lesbiana ¡°mala¡± que sedujo a la ex mujer de Ross; la novia calva de Ross, el padre marica y travesti que tiene un show drag en Las Vegas, lo peor que le puede pasar a un ni?o, segun Chandler; la homosexualidad masculina como lo m¨¢s rid¨ªculo y aterrador que se puede imaginar o la continua hipersexualizaci¨®n del lesbianismo, que es un premio para ellos: la ni?era buenorra lesbiana, Rachel y M¨®nica morre¨¢ndose para recuperar su piso¡ mujeres normativas haciendo el show para los muchachos. Y qu¨¦ risas.
La gente racializada no existe
Hasta el final de la novena temporada no aparece una persona racializada con trama. Y es una mujer negra extraordinariamente inteligente y extraordinariamente bella con un comportamiento pel¨ªn amoral (desde el c¨®digo de la serie) y tirando a promiscua. No se integra, pero se tira ¨Cy pone los cuernos¨C a dos de ellos. Por lo dem¨¢s, no es un estudio exhaustivo pero dir¨ªa que secundarias y secundarios malhumorados, chillonas o que buscan algo (aunque sea los bombones de M¨®nica). Vamos, igual igual que la realidad de Nueva York. Pero qu¨¦ ordenado y qu¨¦ blanco todo, oye. De repente un vecino, una enfermera, un personaje que pasaba por all¨ª, normalmente trabajando o merodeando son las ¨²nicas referencias a que hay gente no blanca en Nueva York. Y dos novias de Ross: una asi¨¢tica y una negra. Que no est¨¢n ah¨ª para gustarte, porque t¨² quieres que est¨¦ con Rachel. ?Casualidad?
La masculinidad es lo ¨²nico que no es rid¨ªculo
Re¨ªrse de lo que no cumple las normas ni es inocente ni suele venir s¨®lo, hay que venerar la norma. Y lo normal son los se?oros. Los tres hombres de la serie son se?alados y castigados por cada flaqueza en su machirulismo, desde la disfunci¨®n er¨¦ctil hasta tener una camisa rosa, pasando por ser afectuosos, tener gusto, querer a sus amigos o dormir la siesta. Se alaba el tama?o del pene, se frivoliza con la violencia sexual y el acoso, se ridiculiza cualquier muestra de vulnerabilidad y se ensalza la fuerza y la estupidez. El macho fallido como fuente de risas. Qu¨¦ oportunidad perdida. Con lo rid¨ªculo que es un hombre ¡°de verdad¡±.
El personaje de Joey es un chiste recurrente sobre la sexualidad masculina entendida como un volc¨¢n, que entra en erupci¨®n y no se puede parar. Acosador y consumidor de cuerpos, vamos. Y el h¨¦roe de sus colegas, siempre bajo sospecha de ser gays por no ser fuckers. Es el ¨²nico que no se enrolla con ninguna de sus amigas, porque tenemos que seguir vi¨¦ndolas como personas para seguir ri¨¦ndonos.
La cosa es que te r¨ªes. Porque tienes dentro una peque?a reaccionaria s¨¢dica que disfruta viendo la insoportable mezquindad del ser. El ¡°problema¡± es que hemos avanzado, y estamos aprendiendo que el humor es una herramienta de reproducci¨®n de todos los sistemas de dominaci¨®n siempre que no es un arma de ridiculizaci¨®n del poder. Que los chistes y las comedias definen de qui¨¦n nos re¨ªmos y luego salimos a la calle y nos siguen pareciendo menos.