C¨®mo las escritoras se engancharon a crear ¡®newsletters¡¯ para volcar todo lo que no cab¨ªa en los libros
Las autoras de hoy en d¨ªa encuentran en los boletines un espacio donde expresarse libremente sin la presi¨®n del mundo editorial. ?Cantera de talento o un producto residual? Escritoras y expertas nos comparten su punto de vista
El paso del tiempo barre o remodela ciertas tradiciones. Es casi imposible no comprender la escritura y la lectura sin echar la vista atr¨¢s. Hubo una ¨¦poca en la que los libros, las revistas o el peri¨®dico en papel acompa?aban al caf¨¦ del domingo. A¨²n lo hacen. Su olor y tacto sirve a un rito casi m¨¢gico, nost¨¢lgico a pesar de seguir vivo. Pero el acceso a nuestras columnas favoritas, ideas o ensayos ya no se ve limitado a lo tangible; tambi¨¦n encuentra y ensancha su presencia en lo digital, concretamente, en las newsletters.
¡°Los boletines no dejan de ser cartas y las cartas son un g¨¦n...
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El paso del tiempo barre o remodela ciertas tradiciones. Es casi imposible no comprender la escritura y la lectura sin echar la vista atr¨¢s. Hubo una ¨¦poca en la que los libros, las revistas o el peri¨®dico en papel acompa?aban al caf¨¦ del domingo. A¨²n lo hacen. Su olor y tacto sirve a un rito casi m¨¢gico, nost¨¢lgico a pesar de seguir vivo. Pero el acceso a nuestras columnas favoritas, ideas o ensayos ya no se ve limitado a lo tangible; tambi¨¦n encuentra y ensancha su presencia en lo digital, concretamente, en las newsletters.
¡°Los boletines no dejan de ser cartas y las cartas son un g¨¦nero literario tan antiguo como la vida misma¡±, explica Andrea Toribio, editora del ¨¢rea de no ficci¨®n nacional del sello Planeta. La diferencia es que cuando se trata del buz¨®n de entrada digital, esos escritos llegan entre las actualizaciones de las pol¨ªticas del banco y la confirmaci¨®n de la ¨²ltima reserva en Booking. Pueden abordar diferentes tem¨¢ticas, desde tecnolog¨ªa hasta cultura, y ya cosechan una aceptaci¨®n notoria entre el p¨²blico espa?ol: el 15% ya consum¨ªa informaci¨®n a trav¨¦s de este formato en 2022, seg¨²n el Digital News Report del Reuters Institute.
Lo fascinante de las newsletters es que las puede escribir cualquiera. Incluso escritoras de poemarios, relatos y novelas. Leticia Sala (Barcelona, 1989) es autora de Scrolling after Sex, In Real Life y Los cisnes de Macy¡¯s y se lanz¨® con el formato en marzo de 2023. La inspiraci¨®n lleg¨® tras la publicaci¨®n de su ¨²ltimo libro, y ante la pregunta que toda escritora reci¨¦n publicada teme de boca de sus editoras ¨C?Y ahora qu¨¦?¨C Leticia sab¨ªa la respuesta: iba a escribir una newsletter. As¨ª naci¨® Magical Thinking, un bolet¨ªn sobre pensamientos que conectan cosas imposibles. Tras leer a referentes como Patti Smith, Leandra Medine o Pandora Sykes en la plataforma de boletines Substack, Leticia se decant¨® por probar el formato. ¡°Creo que fue un deseo de no soltar la escritura como obligaci¨®n, en el mejor sentido de la palabra¡±, afirma. Como escritora construida en internet, comenz¨® escribiendo primero en Fotolog y luego en Instagram, pero el desencanto con las redes sociales y su algoritmo la llev¨® a ver la newsletter como una manera de ¡°volver a casa¡±.
La poeta Patricia Benito (Las Palmas de Gran Canaria, 1978) siempre fue fan de los blogs y echaba de menos su esencia en las plataformas sociales. ¡°Era un momento en el que estaba muy cansada de la velocidad¡±, rememora. ¡°Ten¨ªa la sensaci¨®n de que la gente le¨ªa muy r¨¢pido y necesitaba encontrar un sitio en el que poder escribir despacio. Quer¨ªa que fuera para m¨ª y no depender de nadie¡±, cuenta. Cre¨® Hanami en julio del 2021, una newsletter donde volcar todo aquello que no tiene cabida en sus libros seguida por cerca de 9.000 suscriptores. Ante las fechas de entrega y la presi¨®n de qu¨¦ ser¨¢ lo siguiente, el bolet¨ªn se ha convertido en su lugar seguro. ¡°Adem¨¢s, todo lo que sea escribir genera movimiento y fideliza tambi¨¦n a la gente a la que le gusta leerte¡±, opina.
Si bien hay algunas autoras publicadas que se decantan por la newsletter como forma de reconducir la energ¨ªa creativa, para otras estas cartas funcionan como escaparate donde darse a conocer. A pesar de que Amaya Ascunce (Pamplona, 1979), periodista y autora del bolet¨ªn Leer por leer, public¨® sus dos primeros libros sobre maternidad a ra¨ªz de un blog, su m¨¢s reciente novela La idea de ti ha llegado a las librer¨ªas gracias a su bolet¨ªn. ¡°Mi editora me le¨ªa, le gustaba c¨®mo escrib¨ªa y los temas que tocaba. La newsletter me ha tra¨ªdo un libro que encima es una declaraci¨®n de amor a mi hija¡±, relata. Amaya considera el bolet¨ªn un formato muy interesante para alguien que se dedica a escribir y, aunque le cost¨® un tiempo articular el suyo propio, define este espacio como una de las mejores cosas que le han pasado, en t¨¦rminos profesionales.
Todas ellas coinciden: el bolet¨ªn les ha proporcionado libertad. Libertad creativa, libertad frente a los compromisos de la industria editorial y frente a la instantaneidad de las redes sociales. Juega con la rapidez que da lo digital, pero sin llegar a los l¨ªmites de Instagram o Twitter, permite enviar un contenido m¨¢s reposado y curado respecto a otras plataformas, incluir im¨¢genes, audio y enlaces, e hilar ideas m¨¢s complejas. As¨ª, las escritoras conciben este espacio como una suerte de escondite, una prolongaci¨®n de la creatividad o un laboratorio de ideas. ¡°La newsletter para m¨ª ha sido como ir al gimnasio de los escritores. He ganado confianza en m¨ª misma y m¨²sculo, y eso me ha permitido sentirme m¨¢s capaz de lanzarme con una novela sin tanto miedo y tanta evitaci¨®n como antes¡±, reconoce Leticia Sala.
Complemento o sustitutivo
En el discurso cultural, la duraci¨®n del papel ha estado en entredicho en varias ocasiones. Cuando los peri¨®dicos digitales llegaron a la web, cuando surgieron los blogs como WordPress o Blogger, o con Wattpad, la plataforma donde escritores aficionados publican novelas y relatos que los usuarios pueden leer de forma gratuita. Es un debate c¨ªclico: aparece una nueva forma de consumir contenido y la tradici¨®n corre peligro. Lo at¨¢vico de lo impreso vs. el acceso universal de lo inmaterial.
?Qu¨¦ piensan las escritoras convertidas en autoras de newsletters? Para Amaya Ascunce, el papel tiene algo que lo digital no ha conseguido: la memoria. ¡°Cuando leo un libro en papel, recuerdo mucho m¨¢s el momento de leerlo. Amplifica la experiencia y fija el recuerdo¡±. Aun as¨ª, la creadora de Leer por Leer considera las newsletters un producto en s¨ª mismo. ¡°Es una especie de teaser, de gancho o aperitivo de otra cosa. Creo que hay literatura de bolet¨ªn ya. Lo que pasa es que no se lee mucho sobre literatura de internet. Est¨¢ desprestigiado, parece que si no se convierte en un objeto de papel no es algo en s¨ª mismo¡±, explica.
Patricia Benito tiene una opini¨®n similar: ¡°Los libros no se van a perder nunca. Todas las cosas tienen su espacio. Creo que los boletines son m¨¢s el backstage, por decirlo de alguna manera. Si estoy escribiendo un libro, lo que leer¨¢s cada semana [en la newsletter] puede que sea un acompa?amiento en el miedo que tengo de publicar o las dudas¡±. Patricia cree que ambos formatos pueden convivir y pretende mantener su newsletter pase lo que pase. ¡°Es algo estable. Todas las semanas estoy ah¨ª, es mi espacio y la gente lo sabe¡±, afirma.
¡°No s¨¦ si alguien se ha inventado escribir una novela en newsletters cada s¨¢bado. Pero pienso que el formato m¨¢s largo que existe, que es la novela, sigue aplastando al formato newsletter. En nuestro pa¨ªs, la novela es el g¨¦nero que m¨¢s se lee en literatura¡±, apunta Leticia Sala. A pesar de la tradici¨®n del papel, la escritora a?ade que, bien sea por generaci¨®n o personalidad, le gusta sentir la cercan¨ªa con las lectoras que consigue a trav¨¦s de los boletines. Igual que ciertas crisis son recurrentes, tambi¨¦n lo son en las plataformas: hay picos y hay bajadas, algunas desaparecen y otras se transforman, y quienes han conseguido ganar nombre en el ¨¢mbito online lo saben. ¡°A veces, las cosas se desvirt¨²an en internet. Reconozco que tengo un poquito de miedo de decir: ¡®Esto es demasiado bueno¡¯¡±, reflexiona la autora catalana.
Leticia Sala y Patricia Benito tienen entre ciento y doscientos suscriptores de pago. Sin embargo, el formato a¨²n no cuenta con la robustez suficiente para que los creadores puedan vivir de ¨¦l, como ya sucede en otros pa¨ªses como Estados Unidos o el Reino Unido. ¡°Si a ti te gusta mucho un escritor es una manera de ser su mecenas, pero no hay mucha gente que pueda pagar 80 euros al a?o por leer a una sola persona. En realidad, de los libros tampoco vive nadie. Debe haber tres personas en Espa?a que lo hagan¡±, opina Amaya Ascunce.
?Nueva cantera de talento para las editoriales o producto residual?
A Leticia Sala el ¨¦xito le lleg¨® a trav¨¦s de Instagram. Al principio, sub¨ªa fragmentos de poemas y relatos a sus redes sociales y los medios no tardaron en catalogarla de instapoeta. Esos textos cortos no eran su ¨²nico trabajo literario, pero s¨ª, posiblemente, el que m¨¢s visibilidad ganaba. ¡°El statu quo se ofendi¨® much¨ªsimo con esto. Hubo mucha pol¨¦mica con respecto a si el instapoeta era un escritor de verdad o no¡±, explica. Leticia piensa que este debate no se ha solucionado, sino que se ha reconvertido en otra cosa y se plantea si con los boletines pasar¨¢ algo similar. ¡°Siempre habr¨¢ un pepito grillo que diga que eso no es ser escritora¡±, a?ade. ¡°?Qu¨¦ pensar¨¢ ese se?or en la Editorial Planeta de las newsletters? Cuando digo se?or, me refiero a la idea del establishment, de que siempre va a estar un poco en contra de las novedades que pasan a pie de calle¡±, reflexiona Leticia. La catalana se pregunta si la posibilidad de que las editoriales vean los boletines como un formato del que sacar r¨¦dito econ¨®mico desvirtuar¨¢ al producto: ¡°Si se le va a dar una legitimidad porque hay dinero, si no se le va a dar porque no hay papel. Son sentimientos encontrados¡±, comparte.
Frente a las dudas sobre si las editoriales perciben las newsletters como un posible artefacto literario, hay una certeza: las casas editoras han sabido sacar partido a las redes sociales. Los influencers y youtubers ya no solo recomiendan libros en un fen¨®meno catalogado como booktube, sino que ellos mismos son autores de esos ejemplares. Cris Blanco, creadora con m¨¢s de 600.000 seguidores en Instagram y host del p¨®dcast ¡®Como si nadie escuchara¡¯, acaba de publicar Tu mejor amiga eres t¨², Mery Turiel, que ense?a sus atuendos en Instagram a casi un mill¨®n de seguidores, public¨® en 2019 Iki, y hasta la propia cantante Aitana lanz¨® un libro nada m¨¢s salir de la academia de Operaci¨®n Triunfo.
Si las editoriales ofrecen contratos a los grandes creadores del momento, ?por qu¨¦ las newsletters quedar¨ªan fuera de esa ecuaci¨®n? ¡°Quiz¨¢s no es tan sencillo saber los n¨²meros de seguimiento de una newsletter, a no ser que tenga una cuenta en redes sociales¡±, reflexiona la editora del sello Planeta, Andrea Toribio. ¡°Los editores y editoras en Espa?a deber¨ªamos prestar atenci¨®n a hacia d¨®nde se dirige la escritura de ciertas autoras en esos espacios que ellas mismas crean y c¨®mo podemos traducir eso al mercado editorial¡±, afirma. ¡°Es una absoluta papanatada considerar las newsletters residuales, tanto por si se consideran menores con relaci¨®n a la obra de una autora como por si resultan menos tangibles por su car¨¢cter digital¡±, dice la editora. ¡°Las mujeres autoras que tienen newsletters no son menos autoras por no tener obra publicada, porque los boletines ya son espacios de creaci¨®n¡±.
La cuesti¨®n, al final, se basa en buscar la palabra adecuada y que alguien la encuentre. ¡°Entre todos los seres humanos vamos configurando las cosas solo para ser escuchados. Derribamos todo para seguir contando historias. Es superbonito, porque encontramos las mil y una. Desde papel, newsletters, Instagram, lo que sea, pero siempre habr¨¢ este deseo¡±, comparte Leticia. Y en un ejercicio de honestidad, afirma: ¡°Nunca me he sentido tan escritora como con la newsletter. A¨²n no lo entiendo muy bien, porque tengo tres libros¡±. Ser¨¢ la libertad de la que hablan al escribir, la cadencia o la respuesta al otro lado. La voluntad de encontrar el continente id¨®neo para un contenido cada vez m¨¢s necesario: las palabras.