As¨ª es la Formentera m¨¢s exclusiva invadida por millonarios y famosos
Cada vez son m¨¢s los lugares selectos y nuevos que desembarcan en la isla. Sitios a los que acuden los propietarios de yates cuando a?oran pisar tierra firme.
Sus playas, de las mejores del mundo, sus aguas cristalinas y sus fiestas Flower Power heredadas del Pach¨¢ Ibiza, son probablemente los elementos m¨¢s democr¨¢ticos de una isla que nunca pretendi¨® ser exclusiva sino todo lo contrario, pasar desapercibida. Pero sus m¨²ltiples encantos han convertido a la m¨¢s peque?a de las Baleares en objeto de deseo de yates y millonarios. Mar adentro es otro asunto, pero en tierra una lista de lugares selectos y de moda hacen de este para¨ªso, que los hippies descubrieron al mundo en los a?os 70, uno de los lugares m¨¢s exclusivos del planeta.
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Sus playas, de las mejores del mundo, sus aguas cristalinas y sus fiestas Flower Power heredadas del Pach¨¢ Ibiza, son probablemente los elementos m¨¢s democr¨¢ticos de una isla que nunca pretendi¨® ser exclusiva sino todo lo contrario, pasar desapercibida. Pero sus m¨²ltiples encantos han convertido a la m¨¢s peque?a de las Baleares en objeto de deseo de yates y millonarios. Mar adentro es otro asunto, pero en tierra una lista de lugares selectos y de moda hacen de este para¨ªso, que los hippies descubrieron al mundo en los a?os 70, uno de los lugares m¨¢s exclusivos del planeta.
Cuando las esposas de los due?os de yates se cansan de estar en el mar y a?oran pisar tierra firme se van a pasar unos d¨ªas a este hotel, uno de los m¨¢s selectos de la isla, situado en la tranquila zona de Ca-Mar¨ª, en la playa de Migjorn.
Recientemente redise?ado, el interior recupera la elegancia de los a?os 50 y reivindica el estilo de la Riviera Balear, cuando la jet set y las estrellas de Hollywood, como Errol Flynn, descubrieron este archipi¨¦lago, especialmente la isla de Mallorca. Lo que se traduce en paredes y telas blancas, grandes ventanas y coquetos sof¨¢s que rememoran el dise?o escandinavo de aquellos a?os. Las habitaciones de la planta baja, que dan a frescos patios, recuerdan las de las casas tradicionales de la isla, y las de los ¨²ltimos pisos cuentan con piscina privada.
Hay clases matutinas y gratuitas de yoga para los hu¨¦spedes y una zona de wellness en el jard¨ªn, donde se puede recibir un masaje o un tratamiento de belleza. El restaurante, abierto al jard¨ªn, al mar y al p¨²blico en general, tiene una carta mediterr¨¢nea, internacional y de fusi¨®n, con productos ¨Cespecialmente los pescados¨C locales. Pero adem¨¢s, hay un mont¨®n de propuestas diferentes para cada d¨ªa de la semana. Los mi¨¦rcoles y viernes hay espetada (pescados y mariscos a la brasa), los jueves hay bossa nova en vivo y los s¨¢bados son las noches Lobster & Burguer, en las que se puede elegir entre langosta o hamburguesa de wagyu. La cocteler¨ªa es una de sus armas secretas. El mojito, sin duda, uno de los mejores que probar¨¢s en tu vida.
Precio de la habitaci¨®n: desde 235 euros (desayuno incluido), hasta 1.500 euros (Gecko Loft). Comer en el restaurante ronda los 50 euros por persona.
Este establecimiento debe su nombre a una piedra arenisca caracter¨ªstica de las Pituisas y su estilo podr¨ªa describirse como la traducci¨®n al lujo de una t¨ªpica casa formenterense. Predominio del color blanco, l¨ªneas sencillas, texturas naturales, peque?os detalles que marcan la diferencia y ¨¢rboles que se introducen en los interiores como Pedro por su casa. Desde fuera el hotel, situado en el pueblo de San Francisco ¨Cel m¨¢s grande la isla¨C, pasa desapercibido y esa armon¨ªa con el entorno es una de sus se?as de identidad.
Piscina, habitaciones con mosquitero ¨Cese elemento tan er¨®tico y necesario en climas c¨¢lidos¨C y restaurante de cocina mediterr¨¢nea-vanguardista, con deliciosos postres caseros y especial selecci¨®n de vinos de Ibiza y Formentera ¨Cque los hay¨C son algunos de los placeres de este hotel. Pero los m¨¢s sibaritas pueden pasarse las horas y hasta los d¨ªas en su spa, inspirado tambi¨¦n en los fondos marinos de la isla con piscinas turquesas, piedras naturales y reflejos dorados en las paredes. Aqu¨ª la carta tambi¨¦n es tentadora: ducha de sensaciones con aromaterapia, sauna de cromoterapia, fuente de hielo¡
Precio de la habitaci¨®n: desde 430 euros (desayuno incluido y acceso a spa), hasta 660 euros (Junior Suite).
La cocina peruana est¨¢ de moda y Quispe acaba de abrir en el piso de arriba del edificio de la estaci¨®n mar¨ªtima de La Sabina. Lo que, de momento, le asegura una de las mejores puestas de sol de la isla.
Tapeo peruano y pisco bar es el subt¨ªtulo de este restaurante que ofrece sabores de primera en un ambiente desenfadado, con vistas al peque?o puerto y al mar turquesa. La carta de Quispe consta de 20 platos y la idea es que hay que probarlo todo o casi todo. Claro que si el grupo de comensales es muy reducido y hay que elegir, no hay que perderse el d¨²o de ostras con salsa amaz¨®nica, tobiko y miel de maracuy¨¢; alguno de sus ceviches, decidirse por uno de sus makis (la versi¨®n personal del sushi), su pollo 24 horas (marinado durante todo ese tiempo) y su gallo de San Pedro y mejillones, homenaje de la casa al pescado y a la gastronom¨ªa local.
El lime?o Cristian Motte, su chef, recomienda acabar con las cinco texturas de chocolate ¡°porque el cacao gusta a todos, nos hace felices y hasta se dice que es el mejor sustituto del sexo¡±.
La cocteler¨ªa de Quispe obliga a pedir un Pisco Sour para abrir boca y luego lo que se tercie, mientras se escucha la m¨²sica de su DJ, un elemento casi tan cuidado como su cocina. Desde la terraza oigo que uno de los de los barcos le comenta a un amigo, ¡°es que donde est¨¦ Saint Tropez¡±; mientras su perro, un perro de yate, se adelanta y se introduce por la pasarela, como subrayando la afirmaci¨®n de su amo. No conozco Saint Tropez, pero en Formentera, y en Quispe, no se est¨¢ nada mal.
Precio medio 60 euros.
Pop Up Mob. De los Hamptons a Formentera
A las venezolanas Ana Corina Pelucarte y Mar¨ªa L¨®pez-Pulido, ambas viviendo en Nueva York, les apasionaban dos cosas: los viajes y la moda, y decidieron montar una tienda ambulante que bautizaron como Pop Up Mob. El pasado verano estuvieron trabajando en los Hamptons y este a?o han elegido Formentera para este concepto que pretende reunir firmas de moda exclusivas y con reconocimiento mundial, junto a peque?as marcas que recuperan artesan¨ªas locales y que mantienen un cierto compromiso con comunidades ind¨ªgenas. La mezcla es una alta concentraci¨®n de buen gusto y objetos apetecibles por metro cuadrado, ya que el espacio del que disponen para su tienda no es precisamente generoso.
En la terraza superior de la estaci¨®n mar¨ªtima de La Sabina se esparcen gafas de sol de Linda Farrow, biquinis de Heidi Klein o de Jade Swim, moda para hombre de Orlebar Brown o complementos de Boho Hunter. Los bolsos de paja de la marca Sensistudio est¨¢n hechos en Ecuador, por tribus ind¨ªgenas, con su t¨¦cnica ancestral y dise?os modernos. La libertad es una firma de joyas confeccionadas en Per¨², que mezcla dibujos andinos y formas art dec¨®; las zapatillas de Junta son una reinvenci¨®n estilosa de las babuchas marroqu¨ªes y los sombreros de Yosuzi, elaborados en Venezuela, son el sue?o de cualquier style influencer . ¡°Pensamos que la moda es algo que est¨¢ muy estandarizado. Nosotras seleccionamos cosas singulares, bonitas, que sientan bien y si pueden llevar un cierto mensaje o servir de ayuda a artesanos de todo el mundo o a comunidades ind¨ªgenas, mejor que mejor¡±, comenta Pelucarte. Un concepto que me recuerda al de las Muzungu Sisters. ¡°Si, de hecho nosotras les ayudamos a montar su tienda en Nueva York¡±, afirma Ana.
La historia de Pop Up Mob se remonta a cuatro a?os atr¨¢s con escenarios como Los ?ngeles, Miami, Per¨² o Londres. Su pr¨®xima parada, tras su estancia en Formentera, es probable que les lleve hasta St. Barts.
Can Carlitos. El ritual de la puesta de sol
Los locales m¨¢s interesantes que han abierto ¨²ltimamente en la isla, lo hacen en la zona del puerto, lo que est¨¢ convirtiendo a La Sabina en el lugar al que ir despu¨¦s de la playa, puesto ostentado hasta ahora por San Francisco.
Can Carlitos es el chiringuito m¨¢s cool, la ¨²ltima aventura gastron¨®mica del chef Nandu Jubany, due?o tambi¨¦n de Can Jubany, en Calldetenes ¨Ccerca de Barcelona¨C, y con una estrella Michel¨ªn. Este nuevo restaurante es tambi¨¦n producto de la colaboraci¨®n culinaria entre Jubany y Francesco Manzoli, a la cabeza de Can Carlos, tambi¨¦n en la isla, en San Francisco.
La carta de Carlitos es una reinvenci¨®n de las tapas espa?olas de toda la vida, que este restaurante convierte en exquisiteces como las gambas a la sal, el gazpacho de remolacha y fresas con helado de aceite de oliva o las tortillas abiertas con sorprendentes ingredientes. Las paellas y los arroces caldosos son otras de las estrellas, al igual que la langosta de Formentera frita. Recetas reinventadas con productos de proximidad y de temporada.
Si a esto le sumamos un local junto al mar, decorado como un coqueto chiringuito de playa, tendremos la formula del ¨¦xito. A Can Carlitos hay que llegar para ver la puesta de sol ¨Cotra de la citas ineludibles en Formentera-, con la isla de Ibiza al fondo y el islote de Es Vedr¨¤ perfilado en la sombra. Hay que tomarse un c¨®ctel mientras se disfruta del espect¨¢culo y luego olvidarse de la dieta por unas horas. Postre incluido, y me refiero al generoso y sorprendentemente presentado Ying-Yang de cheescake.
Precio medio 50 euros por persona.