El primer ¡®Cortylandia¡¯ naci¨® en la Guerra Fr¨ªa gracias a Pepsi: la inesperada alianza de Disney y El Corte Ingl¨¦s
Una atracci¨®n creada en 1964 por Pepsi, Disney y UNICEF para promover los valores de paz y fraternidad en la Exposici¨®n Universal de Nueva York y el gran ardid navide?o de El Corte Ingl¨¦s est¨¢n conectados por m¨¢s de cincuenta a?os de historia.
Pocos meses despu¨¦s de que el presidente Kennedy fuese asesinado, en 1964 se celebr¨® en Nueva York una Feria Universal, como aquella nuestra de Sevilla, pero sin Curro. Faltaba s¨®lo un a?o para que Estados Unidos se metiese de lleno en la Guerra del Vietnam y tal acontecimiento representaba un ¨²ltimo canto ut¨®pico a la unidad internacional y a la paz, adem¨¢s de una oportunidad para mostrar al mundo el poder¨ªo tecnol¨®gico de Estados Unidos en plena Guerra Fr¨ªa. Los sponsors, que eran General Electric, Ford y Pepsi-Cola (entre otros) pensaron que ser¨ªa buena idea encargarle a Walt Disney y a sus...
Pocos meses despu¨¦s de que el presidente Kennedy fuese asesinado, en 1964 se celebr¨® en Nueva York una Feria Universal, como aquella nuestra de Sevilla, pero sin Curro. Faltaba s¨®lo un a?o para que Estados Unidos se metiese de lleno en la Guerra del Vietnam y tal acontecimiento representaba un ¨²ltimo canto ut¨®pico a la unidad internacional y a la paz, adem¨¢s de una oportunidad para mostrar al mundo el poder¨ªo tecnol¨®gico de Estados Unidos en plena Guerra Fr¨ªa. Los sponsors, que eran General Electric, Ford y Pepsi-Cola (entre otros) pensaron que ser¨ªa buena idea encargarle a Walt Disney y a sus t¨¦cnicos, a quienes ¨¦l llamaba sus ?imagineros?, exposiciones tem¨¢ticas. Despu¨¦s de meses de dise?o y construcci¨®n en Glendale (California) los elementos de los exposiciones fueron enviados a los espacios feriales de Queens, en Nueva York. Pero todos los stands creados fueron un fracaso.
Todos menos el esponsorizado por Pepsi Cola para UNICEF. Se llamaba A Small World, en espa?ol Un mundo peque?o,? y dramatizaba el concepto ?Cada ni?o es todos los ni?os? o ?todos los ni?os son un mundo?.? Se trataba de un recorrido a trav¨¦s de 26 pa¨ªses poblados por 250 juguetes audio-animatr¨®nicos. Los escenarios inclu¨ªan c¨²pulas con forma de cebolla al estilo ruso, mezquitas turcas, arcos japoneses, un carnaval brasile?o, caba?as africanas de adobe, y otras representacions simb¨®licas de la idiosincrasia de todas las naciones del mundo. Dentro de ellas, peque?os mu?ecos de cabeza redonda, vestidos con trajes nativos bailaban y cantaban, junto con una variedad de animales acordes con los pa¨ªses representados: gansos belgas, tigres asi¨¢ticos, una cobra india, ping¨¹inos chilenos¡ Aquel ?peque?o mundo? tiene una autora. Se llamaba Mary Blair y desde finales de los a?os cuarenta y durante todos los a?os cincuenta fue directora art¨ªstica en la factor¨ªa Disney.
El stand que cre¨® para la exposici¨®n universal de Nueva York era, de hecho, la culminaci¨®n tridimensional del?universo que hab¨ªa creado para docenas de pel¨ªculas?que en el siglo XX educaron visualmente a millones de ni?os a lo largo y ancho del mundo. Suyas son -en parte- Canci¨®n del Sur, Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas, Peter Pan y? Los Tres Caballeros, esa maravilla animada que result¨® de las experiencias extra¨ªdas de los viajes que ella hizo a R¨ªo de Janeiro, Buenos Aires, Lima y otras ciudades de Sudam¨¦rica dentro de los programas incentivados por?Franklin Delano Roosvelt en su Pol¨ªtica de Buena Vecindad. En?The Art and Flair of Mary Blair?cuentan que esta mujer de imaginaci¨®n desbordante y trazo salvaje, incapaz de cerrar las l¨ªneas de sus dibujos (watercolorista?como era) torturaba a los dibujantes a sus ¨®rdenes, que encontraban un verdadero calvario en la tarea de ?traducir? sus manchas de color abiertas y libres al lenguaje de la animaci¨®n de la ¨¦poca. Iracunda (seg¨²n cuentan los que la conocieron en un ¨¢mbito laboral) y adicta al trabajo, compart¨ªa con el patriarca Disney su creencia ciega en los valores tradicionales de la familia.
La cuesti¨®n que aquella gran falla valenciana que Mary Blair cre¨® para la Exposici¨®n Universal de Nueva York se convirti¨® en un referente mundial del entretenimiento infantil cuando despu¨¦s de seis meses en su ubicaci¨®n original la trasladaron al primer parque de Disney, el de Anaheim, pero sobre todo cuando se hizo una r¨¦plica exacta para el de Florida (en 1972), un destino que fue un aut¨¦ntico sue?o para los ni?os de los setenta, tambi¨¦n para los espa?oles, que a¨²n no viajaban con la facilidad con la que se hace ahora. Para ellos en 1979 El Corte Ingl¨¦s de la calle Preciados inaugur¨® un espect¨¢culo infantil animatr¨®nico que, como el Peque?o Mundo de Disney, invitaba a un viaje por un lugar rec¨®ndito del mundo -en este caso una selva africana- con una m¨¢quina de tren real que funcionaba en el Parque de Atracciones de Madrid. Aquella instalaci¨®n, como la original esponsorizada por Pepsi, se cre¨® con fines comerciales: celebraba la ampliaci¨®n de los grandes almacenes en el centro de la ciudad y adem¨¢s buscaba atraer a padres que comprasen mientras sus hijos se entreten¨ªan.
Tanto en la atracci¨®n original como en la r¨¦plica sui generis espa?ola, los animatr¨®nicos se mov¨ªan al ritmo de una canci¨®n simple y repetitiva, que se adher¨ªa a la memoria como un pegamento musical. La de la exposici¨®n de Nueva York se titulaba ?A small world?. Si la reproducen en el v¨ªdeo en este link seguro que la reconocen.
En el caso de la atracci¨®n espa?ola, la canci¨®n cuyo estribillo machac¨®n se convierte en reclamo para las familias que se acercan a verla y pesadilla para los vecinos de la zona,? (?Cortylandia, Cortylandia, vamos todos a cantar, alegr¨ªa en estas fiestas porque ya es Navidad?) la compuso ?lvaro Nieto, autor de temas como ¡®Gavil¨¢n o paloma¡¯. ?A Small world? es obra de los Hermanos Sherman (los mismos que compusieron las canciones de Mary Poppins, Chitty Chitty Bang Bang o La Bruja Novata por su parte) y a d¨ªa de hoy es una de las canciones m¨¢s reproducidas de la historia de la m¨²sica (seg¨²n la revista Time) porque suena de forma initerrumpida en los dos parques de Disney de Estados Unidos pero tambi¨¦n en las copias que existen en?el de Tokio (inaugurado en 1983), el de Par¨ªs (en 1992) y el de Hong Kong (en 2008). De la misma forma,?los montajes de Cortylandia tambi¨¦n han viajado a otras ciudades espa?olas con motivo de otras celebraciones, como la Feria de Abril, en Sevilla, o las Fiestas de San Mateo, en Valladolid.
La est¨¦tica, planteamiento y vocaci¨®n de ?A Small world? ha estado m¨¢s presente en algunas ediciones de Cortylandia que en otras. En las m¨¢s ambiciosas, las creadas en los noventa frente a El Corte Ingl¨¦s de Goya, los grandes almacenes espa?oles colaboraron directamente con Disney.
En otras, como la de 2010, la inspiraci¨®n es tan clara que podr¨ªa parecer un homenaje. La autor¨ªa de los mu?ecos animatr¨®nicos de Cortylandia es an¨®nima: la empresa tiene un equipo propio que desarrolla la atracci¨®n de cada a?o en los seis meses previos a Navidad.?La?instalaci¨®n de las escenas, la programaci¨®n y el mantenimiento de esos personajes mec¨¢nicos siempre han sido realizadas in situ por?personal de El Corte Ingl¨¦s. Este a?o, en la inauguraci¨®n de la ya cl¨¢sica atracci¨®n irrumpieron activistas clim¨¢ticos del colectivo Futuro Vegetal que rociaron parte del escenario con pintura roja y negra. En 1964 el Peque?o Mundo de Mary Blair quer¨ªa educar a los ni?os en el valor de la paz en un mundo que viv¨ªa bajo la amenaza permanente de una guerra. Este a?o, en un mundo que revive los miedos de la Guerra Dr¨ªa, la amenaza clim¨¢tica se ha hecho sitio en el proyecto did¨¢ctico, aunque de forma inesperada.