De ni?os y hombres, por Ana Pastor
?En el mundo de los ni?os, a las mujeres no se les pega?, dice una campa?a contra los malos tratos
El flequillo despeinado cae por un lado de la frente. Tiene unos impresionantes ojos verdes que se entrecierran cuando aparece la traviesa sonrisa. Se llama Dominico y tiene 8 a?os. Dice que de mayor quiere ser jugador de?f¨²tbol. Es uno de los cinco ni?os (no son actores) que ha participado en una campa?a contra la violencia de g¨¦nero en Italia. Otro dice que quiere ser bombero. A todos les han presentado, por separado, a una ni?a, algo?mayor que ellos, llamada Martina. Es muy alta, con una larga melena rubia y facciones angelicales. A todos les preguntan qu¨¦ es lo que m¨¢s les gusta al verla...
El flequillo despeinado cae por un lado de la frente. Tiene unos impresionantes ojos verdes que se entrecierran cuando aparece la traviesa sonrisa. Se llama Dominico y tiene 8 a?os. Dice que de mayor quiere ser jugador de?f¨²tbol. Es uno de los cinco ni?os (no son actores) que ha participado en una campa?a contra la violencia de g¨¦nero en Italia. Otro dice que quiere ser bombero. A todos les han presentado, por separado, a una ni?a, algo?mayor que ellos, llamada Martina. Es muy alta, con una larga melena rubia y facciones angelicales. A todos les preguntan qu¨¦ es lo que m¨¢s les gusta al verla. Uno responde entre risas que los ojos, otro que el pelo. El tercero dice?que le gustar¨ªa ser su novio y Dominico, que es muy linda.
A continuaci¨®n, la voz de adulto, que escuchamos durante todo el v¨ªdeo, les pide que hagan una caricia a Martina. Unos pasan su mano por el brazo y otros rozan?su mejilla. La tercera petici¨®n consiste en hacerle re¨ªr. Les piden que le pongan caras graciosas. Casi todos tiran de las cl¨¢sicas muecas, de bocas deformadas con las manos, lengua fuera y orejas de soplillo. Ella r¨ªe.?La escena tiene lugar todo el tiempo en plena calle.
De repente el v¨ªdeo se va a negro y la voz de adulto le dice al primero de los ni?os con contundencia: ?Ahora dale una bofetada?. El primer ni?o mira al suelo mientras?guarda las manos en los bolsillos del abrigo. El segundo mira fijamente con cara de asombro al adulto, al que no vemos porque est¨¢ detr¨¢s de la c¨¢mara. La voz insiste: ??Dale!?. Y entonces vemos a otro chaval que menea la?cabeza diciendo: ?No?. Detr¨¢s de ¨¦l, todos los dem¨¢s dicen lo mismo: ?No?. Uno tras otro. ?Por qu¨¦?, les preguntan. ?Porque no?, contesta uno. ?Porque no quiero hacerla da?o?, a?ade otro. Uno de ellos dice que no lo hace?porque est¨¢ en contra de la violencia.
Hace algo m¨¢s de un a?o que el Gobierno del anterior primer ministro italiano puso en marcha una ley contra la violencia de g¨¦nero, la primera de este tipo en ese pa¨ªs. Lleg¨® con?pol¨¦mica porque algunos senadores dijeron que no hab¨ªa urgencia para su aprobaci¨®n. En ese a?o, 179 mujeres fueron asesinadas en Italia. Una mujer asesinada cada dos d¨ªas. Son datos de Eures (Instituto de?Investigaciones Econ¨®micas y Sociales), que en su segundo informe sobre la violencia machista en Italia denuncia que los casos hab¨ªan aumentado un 14 por ciento. Un tema no urgente, dijeron algunos pol¨ªticos. En el cierre?de la campa?a mencionada (www.fanpage.it) aparecen de nuevo los ni?os protagonistas. Y debajo, una frase escrita con letras en blanco. ?En el mundo de los ni?os, a las mujeres no se les pega?. Es Italia, pero podr¨ªa ser?cualquier otro pa¨ªs, incluido el nuestro, donde en el a?o que acabamos de terminar fueron asesinadas 51 mujeres y donde 40 ni?os han quedado hu¨¦rfanos por la misma raz¨®n.?